Esta bien que
la representante del gobierno nacional quiera identificarse con las políticas, de
buscar una mejor calidad del aire, pero esa posición no puede ser exageradamente
radical, porque al final Colombia, o sus habitantes serán los afectados, porque
no se haría una transición armónica.
En
conferencias sobre la transición energética, organizadas por, Consejo de redacción, en las
que intervinieron entre otros, sobre el gas combustible, Jairo Quirós y Gregor Clark, escuchamos con
atención el papel importante que juega el gas en este proceso para reducir los
contaminantes, y al mismo tiempo hacer parte de la estrategia en este cambio de
energías, pero ahora escuchamos a la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez,
decir que no aprobará más contratos de exploración
de hidrocarburos para surtirnos de petróleo,
diesel y gas, lo que deja ver una franca contradicción frente a calificados
expertos. O la ministra sabe mucho, o dice cosas a la topa tolondra, como para
llamar la atención, hecho que nos parece, enfrentar al gobierno.
Con esta
posición se demuestra que no hay equilibrio en las medidas. Quién garantiza que
los actuales contratos de exploración y explotación ya autorizados sean suficientes
para generar los combustibles que demandan los hogares, la industria y el
comercio en los próximos 27 o 30 años, cuando se supondría que la transición
energética esté en pleno vigor, para entrar en la era de las energías limpias,
o al menos éstas superen los porcentajes de utilización, frente a las fósiles.
Pues los
anuncios de la Ministra en cambio de
alentar los ánimos de esos 50 millones de colombianos, traen es incertidumbre. La Ministra Vélez lo
que genera es preocupación porque los resultados negativos de esas
improvisaciones, siempre recaen es en los más débiles.
Y, ¿por qué
el pueblo sería el pagano de las improvisaciones? Pues muy sencillo. Si
actualmente, que el país es autosuficiente en producción de combustibles, (y
exporta) el precio de los mismos sube desbocado
cada mes, cómo sería si con esas medidas, Colombia tuviera que importar
gasolina, diesel y gas. Ahí si le
llegaría la inimaginable peor ruina a los colombianos cuyos resultados serían
catastróficos.
El presidente
de la república Gustavo Petro va a tener que cambiar de ministra de Minas, por
una persona con sindéresis, aplomada y que piense más en el equilibrio de la
nación en esta materia, porque por correr más, nunca se llega más temprano. Una
persona de las calidades (nos parece) del Ministro de hacienda sería ideal para
el Ministerio de minas, con el fin de hacer un buen equipo de gobierno para los
menesteres más importantes de la nación.
Y finalmente,
la ministra de minas no puede perder la línea de equilibrio, pensando que, los bancos
Mundial e Interamericanos de Desarrollo aprobaron créditos, el primero por US$1.000
millones y el segundo por US$74,5 millones para financiar este plan, (transición
energética) eso sea suficiente para atender una eventual crisis que las
improvisaciones generen.
(bersoa@hotmail.com)
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