miércoles, 21 de junio de 2023

Orfandad legislativa de la clase trabajadora colombiana

Por Bernardo Socha Acosta
En Colombia hay unos 22 millones de trabajadores, entre 12.9 millones que laboran en la informalidad o sea en el rebusque, y 9.26 millones que son formales; es decir que son trabajadores con contrato, así sean temporales.

A esta fuerza laboral, el estado los tiene en cuenta para muchas cosas, entre ellas para pagar impuestos y para que en las elecciones elijan a congresistas y al presidente de la república.

Hace unas horas en la comisión séptima de la Cámara de representantes nos dimos cuenta que la clase trabajadora está huérfana y más que tener unos llamados congresistas para que los represente ante el estado, tiene unos reyezuelos que los ignora, subestima y desprecia.

Lo que cometieron las mayorías de esa comisión, porque no son todos, y ya sabemos de qué movimientos políticos son, (Centro democrático, liberales, conservadores, de la U y cambio radical) no tiene excusa y los trabajadores deben aprender a dar lecciones contundentes cada vez que los traten de utilizar para elegirlos en una corporación como la Cámara o el Senado. Hay que también darles con el látigo del desprecio para que ni el rastro regrese a una entidad que debe ser el fiel reflejo de la mano de un ciudadano que quiere tener verdaderos voceros y no verdaderos verdugos.

Pareciera que esos representantes inoperantes en comisiones, como la séptima de la Cámara, le tuvieran odio a los 22 millones de trabajadores y quisieran verlos esclavizados. Hay otras comisiones también que no funcionan por inasistencia de algunos miembros, que no demuestran sino desprecio por el pueblo que los eligió.

Estos 22 millones de trabajadores y sus familias necesitan mejores condiciones de vida, unos más y otros menos, pero todo necesitamos que el estado brinde mejores oportunidades para frenar esa carrera de empobrecimiento que lleva Colombia. La teoría de la línea de pobreza es cada vez más preocupante, pero, eso si no miran esos congresistas que torpedean proyectos de apoyo laboral.

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Y este preámbulo es para decir que los congresistas que hicieron posible el hundimiento de la Reforma Laboral, destaparon su desprecio contra los trabajadores.

Si bien fueron unos pocos los de la comisión séptima de la Cámara, los que hicieron esa demostración de desprecio a la fuerza laboral colombiana, los sindicatos deben apersonarse desde ya para iniciar una cruzada nacional contra quienes subestiman e irrespetan al trabajador.

Sería imposible que más de 22 millones de colombianos, que es la fuerza laboral colombiana, sin contar con los familiares, no seamos capaces de generar cambios en nuestras vidas y en nuestra sociedad, removiendo todo lo que no sirve en un ente como el Congreso de la república. Hay que barrer todo lo indeseable, para borrar igualmente esa mala imagen que tiene esa alta Corporación donde en otras épocas civilizadas no había llamadas mayorías y dejaban hacer las leyes que beneficiaban al pueblo. Hoy hay unas mal llamadas mayorías que lamentablemente el pueblo eligió, que pretenden esclavizarnos con su retrasada filosofía de poder, que lo único que hacen es frenar el progreso nacional.
bersoa@hoymail.com

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