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miércoles, 27 de octubre de 2010

Y al tercer día resucitó

-------------------------Por: HORACIO SERPA

Miércoles, 27 de octubre de 2010
Hace un par de semanas puse el grito en el cielo: “Se ahoga el gran Río”, expresé.

 
El sábado manifestó el Presidente Santos que su gobierno desarrollará un Plan para resucitar al Río Magdalena.

La opinión del gobierno no podía ser mejor. El país la recibe con alegría. No hay asunto más importante, ni actividad más urgente, que la recuperación del Río. Es un deber de todos.

Ningún otro aspecto de la vida nacional agrupa tanto el interés de los colombianos. Por lo menos dos terceras partes de nuestros habitantes viven en la cuenca del Magdalena, que cubre 750 Municipios y 20 Departamentos, en una zona que genera las cuatro quintas partes del Producto Interno nacional.

Su potencial es inmenso en producción, crecimiento económico y generación de bienestar. El Río es comida abundante, transporte barato, riego para la agricultura, generación de energía, deporte, recreación, turismo, biodiversidad. Pero especialmente es vida, en agua que cada día se hace esencial para todo y para todos.

El Río es tan importante, tan majestuoso, tan trascendente, y al mismo tiempo tan noble y útil, que no hemos podido acabarlo en 500 años de descuido y malos tratos. Porque si algo se ha manejado mal y atendido “a las patadas”, es este recurso natural que no tiene igual. Ni petróleo, ni carbón, ni oro, ni esmeraldas, nada se le compara.

Comenzó a ahogarse cuando se publicó el proyecto gubernamental sobre regalías, en el que no aparecía Cormagdalena, la Entidad creada por la Constituyente para recuperar y cuidar el Río. Apareció el Río en el primer debate del Senado en referencia que se hizo a los Municipios ribereños. En el segundo se incluyó a la Corporación. En los debates de Cámara debe mejorarse el texto de manera tal que sea clara la decisión de invertir en el Río y en los Municipios de sus orillas.

No dudo que así será dada la determinación presidencial, inspirada entre otras razones en la necesidad de proporcionar transporte al petróleo y el carbón que se espera producir en los venideros años de bonanza. Es una sabia definición que le permitirá al país apuntar a su definitivo desarrollo.

Cuando la Constituyente quiso dejar a la posteridad una obra que identificara a todos los colombianos, asumió la responsabilidad de crear la Corporación. Pero el país ha sido timorato y cicatero. Nunca se decidió de fondo por el Río, y nunca ha sido generoso en invertirle lo que necesita. Es hora de hacerlo, antes de que se acabe y nos ofrezca un desolador panorama de miseria, o lo que es peor, se desnaturalice, se salga definitivamente de madre, y azote a la gente de la ribera con inundaciones y destrucciones sin par.

Dijo el Ministro Germán Cardona: “Colombia no puede seguir dándole la espalda al río Magdalena”. Tiene razón. Grato es saber que hay un gobierno serio y responsable, que sabe en dónde se requiere su presencia. En el Río Grande, sin duda.

Bucaramanga, 27 de Octubre, 2010

miércoles, 14 de julio de 2010

Entre el cielo y el infierno

Colombia, miércoles 14 de julio de 2010

------------------------------HORACIO SERPA

El actual Arzobispo de Barranquilla, Monseñor Rubén Salazar, acaba de ser designado por el Papa Benedicto XVI nuevo Arzobispo de Bogotá. Pronto será Cardenal.

Tendrá que lidiar el problema mayúsculo que afronta la Iglesia Católica sobre las acusaciones de pederastia que se vienen haciendo contra sacerdotes en diferentes países. Comenzaron en Colombia, situación difícil agravada por el caso del cura asesino. La grandeza de la Iglesia y la importancia de sus prelados prevalecerán sobre estos lamentables episodios.

Monseñor Salazar es persona prudente, sabia y diligente, a más de moderno y progresista. En la entrevista que concedió el pasado domingo a El Tiempo reconoce que la Iglesia es una Institución “pesada para moverse” y señala que “tiene que cambiar en metodología, en acción pastoral para responder a los desafíos de una realidad cambiante”.

Monseñor Salazar habló claro y bueno. Sin eufemismos. Con precisión, para que se le escuche, entienda y atienda. Sabiendo que su labor pastoral no puede radicarse exclusivamente en lo espiritual, reclama por el bienestar de sus ovejas en la tierra y sin artificios se refiere a principales asuntos temporales, a los de la política, a los del diario vivir, a los que tiene que afrontar el ciudadano de a pié, que conoce como nadie.

Por eso dice que tanto Chávez como Correa deben venir a la posesión del Presidente Santos, pues las relaciones con esos países “son absolutamente indispensables” y reclama “una verdadera cercanía y diálogo con el resto de América Latina”. Y explica: “Creo que llegó la hora de incorporar al país de nuevo al continente”.

También expresó: “En Colombia hay mucho que cambiar en este campo del respeto a los derechos humanos, al sindicalismo, a la clase obrera. Se han hecho esfuerzos grandes, pero no bastan. Es que el respeto a los derechos humanos no es solo respetarle la vida a una persona. Es también el acceso a la alimentación, a la salud, a la educación, a la vivienda, a tantas cosas que hacen digna la vida”.

Monseñor reconoce éxitos al Presidente Uribe en el crecimiento macroeconómico del país. “Pero cuando uno baja hacia la gente común y silvestre, se encuentra con que el país no solamente no ha avanzado sino que retrocedió. Uno ve que hay hambre, que hay más pobres, mas desplazados, que la pobreza ha adquirido nuevas y grandes dimensiones, que hay una indigencia muy grande en el país, que hay una marginación muy fuerte”.

Sobre el enfrentamiento del Presidente Uribe y las Cortes, manifestó: “Esas son situaciones totalmente anormales y absurdas”. Y agregó: “son situaciones extremas que no debieron presentarse”.

“Al que le caiga el guante, que se lo plante”, parece decir Monseñor Salazar, confiando en el Presidente Santos que “tiene un sentido de mayor crecimiento económico pero con desarrollo social”.

Tendrá la Iglesia Católica buenos años de vida, superadas las dificultades, para bien de los colombianos, de la paz, de la equidad. Llegarán bajo el liderazgo de Monseñor Salazar. Así sea.

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