Por: John Freddy Meléndez Cárdenas
En Colombia se está viviendo un concurrido y tensionante proceso electoral; las propuestas de la mayoría de candidatos se mueve alrededor de conveniencias para sumar votos, en lugar de tener propuestas claras de su propia convicción y pensamiento, pero si a esto le agregamos que dentro de los pocos candidatos auténticos que hay en la contienda, existen aún menos que defiendan el medio ambiente, pues tendríamos que suponer que la batalla por nuestro planeta estaría perdida.
En pleno 2010 cuando ya hemos sufrido embates de la naturaleza a causa de nuestro desinterés, estamos por vivir una verdadera hecatombe en el Congreso de la República, porque estaríamos adportas de experimentar tragedias y desastres naturales cada ves más severos, por la ausencia de políticas y ejecutorias claras en pro de nuestro deteriorado ecosistema.
En los últimos años es muy poco lo que se ha logrado en este campo, tal es así que por ejemplo las estadísticas que señalaban que Colombia estaba en los 4 primeros lugares del mundo en fuentes hídricas, ahora nos ponen como un país promedio, todo gracias a la inmensa irresponsabilidad de todos los que solo se han preocupado solo por 2 o 3 temas durante 4 años como Senadores o Representantes de millones de colombianos.
Como toda regla tiene su excepción, también cabe señalar la participación activa de muy pocos de estos dirigentes en temas de medio ambiente, aunque no lo han hecho con la vehemencia que transmiten cuando defienden otro tipo de iniciativas, muchas veces traducidas en burocracia.
Lo que sucederá a mediados de marzo cuando se elija un nuevo Congreso de la República, tendrá alcances históricos considerando las necesidades marcadas que tiene el país; en las conciencias de cada ciudadano está la posibilidad de marcar un camino acertado, cuando depositemos el voto en las urnas de cada rincón de Colombia.
A pesar que se ha vuelto costumbre de muchos el hacer política más con dinero que con propuestas, debe volverse en los ciudadanos un hábito de honor el elegir propuestas auténticas, en lugar de dejarse “comprar” sus conciencias dejando a un lado las necesidades y posibilidades reales, de lograr una mejor patria para las generaciones presentes y futuras.
A los candidatos una reflexión, sean consientes de presentar propuestas reales y acertadas con el planeta, seamos sinceros todos y volvamos este ejercicio de la democracia, una costumbre que beneficie a todos, el medio ambiente debe estar prioritariamente en la agenda legislativa durante los siguientes 4 años.