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viernes, 3 de junio de 2011

Análisis de: "Cómo vamos"

Santos en Bogotá: Baraja de alcaldesas para negocios por 12,5 billones

Por: Aurelio Suárez Montoya
Bogotá, 30 de mayo de 2011

La encuesta que la red Cómo Vamos hace en ocho ciudades registró las razones que “han empeorado en el último año la situación económica” de los hogares. Se escogió entre 16 posibles motivos, y aunque en Ibagué, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga lo primero fue la pérdida de empleo, en Bogotá lo fue el costo de los servicios públicos, seguido del valor de la alimentación y del transporte.

La percepción de los bogotanos coincide con la privatización en los últimos 15 años de los servicios públicos domiciliarios y del transporte por un puñado de empresas y una docena de familias. Este modelo privatizador se ahondará con decisiones próximas a tomarse que no son ajenas al mandato que Juan Manuel Santos, mediante alcaldesa encargada, dicta hace un mes sobre Bogotá.

Casi que el primer acto de María Fernanda Campo fue congelar el proceso del Metro, detener los estudios de ingeniería y hacer depender las decisiones básicas de la consultoría sobre la “recalibración” de los modelos de demanda del sistema que realiza Steer, Davis and Gleaves y que aún puede incidir en trazado, términos de referencia y otros. El gobierno central, acompañado del Banco Mundial, ya controla el proyecto avaluado en 4 billones de pesos.

Insólito (e ilegal) fue nombrar alcaldesa ad hoc, ante las inhabilidades de la encargada, para presentar al Concejo un acuerdo sobre la venta de ETB que, de rematarla según cotización en Bolsa, valdría a lo sumo 2,5 billones, menos del valor de su patrimonio en libros, a precio de “gallina flaca”. ¡Un raponazo!

De prorrogarse el encargo hasta el 29 de junio, adjudicaría la licitación del recaudo para el Sistema Integrado de Transporte (SITP) para colectar 2,7 billones anuales por 16 años. Con remuneraciones del 6% del recaudo anual, que rigen para Transmilenio, el ingreso esperado para el ganador sería mínimo de 2,6 billones.

Si Santos demora en entrevistar la terna del Polo hasta el 26 de julio, podría dirimir el concurso del aseo por 8 años en seis zonas exclusivas, con barrido, recolección y limpieza, tasado hasta en 3 billones.

Con una pizca de suerte, y como ñapa, definiría al beneficiario de la licitación de la nueva semaforización por un cuarto de billón.

Santos, después de subastas y unas cuantas inauguraciones, por parte de la encargada, de las obras construidas en tres años; podría devolver la alcaldía al Polo. “Omnia consumata sunt”, sin importar quien gane en octubre, el elegido apenas administrará los negocios otorgados.

Santos, que no es persona de pararse en pelos y, animado por el “todo vale” que gritan las barras anti-polistas, juega una baraja de alcaldesas para alzarse de un manotón con las fichas de la mesa.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El milagro del buen vecino

Miércoles, 1 de diciembre de 2010

------------------------Por: Horacio Serpa

Colombia ha regresado a la política del buen vecino. Después de ocho años de un camino errático de alineamiento absoluto con Estados Unidos y desapego por la región, el presidente Santos le ha dado un viraje a nuestra política exterior y la ha puesto como prioridad en su agenda, teniendo como mandato el cumplimiento constitucional de la integración.

En solo tres meses de labor, el primer mandatario y su canciller, la diligente María Ángela Holguín, han convertido a Colombia en un milagro diplomático, como acertadamente calificó en Guyana, el presidente Lula de Brasil, la recomposición de las relaciones con Venezuela y ahora con Ecuador.

Lo que ha pasado ha sido un vertiginoso viaje por la diplomacia directa y el encuentro de países hermanos que nunca debieron pelearse. Los acontecimientos de Angostura, en los que murió bombardeado en territorio ecuatoriano el jefe de las Farc, Raúl Reyes, a manos de las fuerzas militares colombianas, son un hecho histórico que deberá servir como punto de referencia sobre lo que nunca debe repetirse.

Ecuador y Venezuela son nuestros principales aliados comerciales y hermanos de la Gran Colombia, herederos del pensamiento y la gesta del Libertador Simón Bolívar. El daño hecho por una doctrina internacional errática será reparado día a día con contundentes muestras de confianza del presidente Santos, un estratega y estadista con amplios conocimientos de comercio y política externa. Pero sobre todo, un demócrata que ha ubicado los derechos humanos y la solución del conflicto armado interno como puntos esenciales para crear condiciones que permitan fortalecer la democracia, consolidar la economía y atraer inversión extranjera.

Colombia está escribiendo con Venezuela y Ecuador una nueva página de hermandad y cooperación, en la que se le ha dado un grato adiós a los tambores de guerra y a los lenguajes desentonados. Ahora, le damos la bienvenida a los abrazos y las buenas intenciones. A los hechos de paz.

La pronta designación de los embajadores en Quito y Bogotá, será un contundente mensaje de que las heridas han sanado. Son muchos los temas que esperan un rápido abordaje bilateral, como los desplazados, cultivos ilícitos, libre tránsito de bienes, personas y capitales, y muchos más que le permitirán a las dos naciones beneficiarse de una fluida relación comercial, política y económica.

Con Venezuela las cosas también avanzan vertiginosamente. El presidente Chávez pasó de ser el potencial contradictor de Colombia, eje de los teatros de guerra de los halcones, a convertirse en el nuevo mejor amigo de su homólogo colombiano. Y ese nuevo mejor amigo está pagando las deudas contraídas con los empresarios nacionales y emplea un lenguaje sin agravios, con anuncios que nos benefician. Pero sobre todo, dejando que la fuerza de la integración fluya y se restablezca en la frontera.

El Presidente Santos está actuando con responsabilidad y sentido de futuro en las zonas limítrofes. Colombia ya no es el país incómodo en las reuniones subregionales. El buen vecino ha regresado para hacer el milagro de la hermandad entre los pueblos.

jueves, 30 de septiembre de 2010

El gobierno le da un trato de segunda al Congreso

Oficina de Prensa Senador Jorge Enrique Robledo, Bogotá, 28 de septiembre de 2010.

Jorge Robledo
El gobierno está empeñado en tratar al Congreso de la República, no como otro de los Poderes Públicos, sino como una institución de segunda, pretendiendo enredarlo con respuestas piadosas en el trámite del proyecto de regalías, señaló hoy el senador Jorge Enrique Robledo al refutar la intervención del viceministro de Hacienda ante la Comisión Quinta.

El senador del Polo hizo la afirmación al denunciar que viene caminando una política para coger los recursos de municipios y departamentos y pasárselos al gobierno nacional, a fin de solventar el grave déficit fiscal. Pero los funcionarios se empecinan en ocultarlo, insistiendo en hacer creer que no serán tocados los recursos de regalías hoy asignados a municipios y departamentos. Como consta en el proyecto de presupuesto que acaban de aprobar las Comisiones Terceras y Cuartas de Senado y Cámara, los 4,3 billones del Fondo de Regalías serán destinados a gastos en arterias viales e incluso a subsanar el hueco en la salud.

El proyecto de acto legislativo implica un cambio profundo en el Estado, al punto que los gastos de regalías no harán parte del presupuesto, y el problema de fondo sigue siendo el del déficit fiscal, concluyó Robledo.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Lograr la paz: el mayor reto de Santos

HORACIO SERPA

Ya es hora de volver a hablar en serio del fin del conflicto armado interno. Después de cuatro años de frustración en El Caguán y ocho de seguridad democrática, es el momento de repensar con cabeza fría hacía dónde vamos y cuál es el futuro que nos merecemos. Sin paz no habrá prosperidad democrática. Y eso lo sabe el presidente electo Juan Manuel Santos.

Los halcones no han podido ganar la guerra ni la paz, a pesar de haber incrementado el presupuesto militar hasta sobrepasar el de educación, haber polarizado a la sociedad y convertido en enemigo a todo aquel que se atreviera a pronunciar la palabra diálogo. Aliados del terrorismo, fue el calificativo más escuchado en los últimos tiempos. Hoy, por fortuna, se respira un nuevo aire, reconociéndole a Uribe que conquistó importantes instancias de seguridad y tranquilidad.
Las declaraciones del Presidente Santos y su vicepresidente Garzón, han devuelto la esperanza de la reconciliación. Colombia pareciera estar entrando en una diplomacia de integración regional y paz, que le permita reconciliarse con el vecindario, generar nuevas oportunidades de inversión y desarrollo y explicar de mejor manera el conflicto armado que nos golpea desde hace más de 50 años. Cuatro millones de desplazados forzados, miles de falsos positivos, cientos de fosas comunes y un aparato del narcotráfico que parece indestructible hablan de nuestra tragedia.

La prosperidad democrática que desarrollará el Presidente Santos solo será posible si entre todos somos capaces de imaginarnos escenarios para la paz, que permitan aprender de las experiencias fallidas para no repetir los errores y escuchar la polifonía de voces que habitan nuestra democracia. Se necesita mucha imaginación, pero también mucho pragmatismo, para salir adelante. Tenemos que ser capaces de reinventarnos como nación, con cambios profundos y sostenibles en el ámbito social, político, económico, teniendo claro que hay que reparar a las víctimas y reincorporar a los futuros ex militantes de la guerra.

El mensaje del comandante de las Farc, Alfonso Cano, al entrante gobierno es un síntoma del nuevo clima político y las expectativas que se están generando. Ahora hay oportunidad para construir un consenso nacional en torno a una alternativa de paz. Sin los errores del pasado, sin concesiones y con la ayuda de la comunidad internacional, con la mediación de la Iglesia, el apoyo de los medios y la participación de la sociedad civil. Una experiencia novedosa y con los pies en la tierra.

Después de ocho años de seguridad democrática, las Farc deben saber que tienen que jugarle limpio a la paz. El Caguán y los secuestros han significado su entierro político y su debacle militar. Nadie está dispuesto a despejar un pedazo de tierra para dialogar, ni a firmarles un cheque en blanco. Si quieren sobrevivir a la historia tienen generar confianza y comenzar con la liberación de los secuestrados y la renuncia a ese delito de lesa humanidad. ¿Será capaz Cano de dar ese paso?

viernes, 18 de junio de 2010

AÚN ES TIEMPO

------------------Por: GERARDO DELGADO SILVA

Es innegable la enorme diferencia de los resultados electorales entre Santos y Mockus, del pasado 30 de mayo. Esa es la realidad. Empero, puede firmarse que ese volumen es sorprendente, insospechado, y por tal motivo, la incertidumbre acosa a la conciencia pública.

La civilización aspira a que la actividad política se realice dentro del marco de la persuasión nacional. De ahí, que la democracia, desde los griegos con el efecto benéfico en la sociedad, la aceptamos por razonamiento, como aceptamos por lo general, el sentido positivo de la bondad y de la veracidad.

La mayoría de las personas veraces y bondadosas que hoy se declaran partidarias de la democracia bien entendida, creen estar defendiendo de hecho una sociedad más justa, más igualitaria, que establece para el Estado el imperativo de ampara la vida y bienes de los asociados y que, además – y esto es importante – puede ser realmente realizable.

Ningún colombiano ignora que, existe en el pueblo una desesperada aspiración por la justicia y la seguridad, pero al mismo tiempo tan normal anhelo se ve contradicho, por las transgresiones y prácticas vitandas que se impulsan desde el Congreso, los parapolíticos y el Gobierno Nacional. Constituyen cambalaches en un negocio venal de trastienda, ahora, para lograr un propósito gubernamental: la presidencia de Santos. Se mezclan en este clima podrido, empleados públicos y gerifaltes del sector privado.

Esto, desajusta todos los resortes del Estado de Derecho, cirniendose la destrucción institucional de la patria. El abismo insondable, en que está sumida, no nos dará tregua en tanto no desmontemos ese comercio político y las afinidades con el fascismo que puede detectarse con graciosa facilidad, en la trayectoria de los ocho años del gobierno de Uribe, ética y jurídicamente indecorosos, que pueden extenderse oprobiosamente con Santos, para seguir afrentando la tradición otrora respetable de nuestra nacionalidad, con sus valores políticos y morales.

Dentro del fracaso de los undívagos planes sociales del Gobierno, en materia de reformas agraria y urbana se violaron por ejemplo, derechos fundamentales de incontables comunidades afrocolombianas en Cuvaradó y Jiguamiando, entregando sus tierras a paramilitares convertidos en grandes “empresarios” de plantaciones de palma africana y consagrando con las aguas bautismales la “contrareforma agraria”, montada por ellos, años atrás, con la siniestra política de desplazar violentamente a millones de compatriotas, para apropiarse, en este caso de más de cuatro millones de hectáreas, a sangre y fuego.

Quienes somos esencialmente pacifistas y demócratas por honda convicción moral, rechazamos la violencia de los terroristas guerrilleros o paramilitares, y condenamos sus crímenes. También rechazamos la violencia oficial, sin desconocer la difícil labor de las Fuerzas Armadas contra estos criminales.

Entonces, nada debe impedir que se formulen críticas a las numerosas violaciones que el Gobierno ha infligido a la Constitución a las leyes. Desconciertan, verbi gratia, que precisamente incitados por el pago de recompensas establecidas en el acto administrativo 29 de 2005, dictado por el Gobierno Nacional, y puestas en ejecución por los Ministros de entonces: Camilo Ospina y Juan Manuel Santos sucesivamente, miembros del Ejercito, cometieron miles de crímenes de lesa humanidad, en jóvenes inocentes de los que integran el infierno de la miseria en nuestra Patria. Todo, bajo el escudo de la “seguridad democrática”, denominándolos estúpidamente con el epíteto de “falsos positivos”. Una prolongada violación de los Derechos Humanos.

Superfluo parecería agregar, que entre tanto, el Gobierno se olvida de los millones de víctimas, contando a los desplazados, al negarles el derecho a la reparación, una forma de complicidad con los verdugos.

De un plumazo borró la dignidad humana y el supremo valor que la Constitución le otorga.

El desmantelamiento del Estado de Derecho, comenzó casi de un modo insensible hace ocho años. Hoy se reafirma y es piedra de escándalo en la ONU. Es pertinente expresar, que no hay una letra en la Carta Fundamental, autorizando al Presidente a instaurar irrespetuosamente vituperios contra la Justicia, por sus decisiones plasmadas en nombre de la República y por autoridad de la Ley, en los hechos punibles, de los altos bribones, en valerosa batalla de la Corte Suprema, los Jueces y la Fiscalía, contra toda clase de ampones.

La Justicia, que para Platón es la razón de ser del Estado su piedra angular, alrededor de la cual giran, con carácter accesorio, la Fuerza Pública, la Rama Legislativa, la Fiscalía, la Procuraduría y el propio Poder Ejecutivo, que la requiere para hacer posibles la convivencia y la paz. Cuando se desconoce o irrespetan los pronunciamientos de la Rama Judicial, se incurre en otra forma de impunidad.

Ahora bien. Nadie puede negar de buena fe, que los paramilitares están en la mitad de los municipios del país, ejerciendo control político por medios ilegales. Y desde la creación infausta de los “distritos electorales” por “Jorge 40” en el 2002, han ejercido su papel activo en todas las elecciones. Así se desprende de la investigación llevada a cabo por la prestigiosa politóloga Claudia López, con impecable lucidez. Y a ese atroz imperio, se agrega la actitud permisiva del Gobierno, que confundió la tarea de apaciguamiento al través de la “Ley de Justicia y Paz”, con la entrega del orden jurídico y moral. Todos los políticos procesados, forman parte del uribismo.

Contamos con otras abominaciones, como los crímenes del DAS; las triquiñuelas rastreras del exministro Andrés Felipe Arias, en Agro Ingreso Seguro y Carimagua; el enriquecimiento indebido de unos pocos, que compromete el orden social con sus contratos leoninos; el creciente pauperismo de la clase media y baja, sin políticas eficientes que combatan la más alta tasa de desempleo e informalidad de América Latina. Y basta con abrir los periódicos, para saber del luto todos los días, por las brutales agresiones contra la dignidad de millones de hombres, mujeres y niños desplazados, sin mejoramiento de su calidad de vida, atención en salud, vivienda y educación. Una tragedia humanitaria de grandes proporciones.

Y bien. Logró Uribe, sembrar el sentimiento generalizado del miedo con el fin de atar al pueblo para que vea en una sola dirección, y solamente lo programado tal como los hombres del mito platónico. Es la supresión del yo, de gran parte de compatriotas, la automatización en la sociedad. “La pérdida del yo – nos dice Erich Fromm – y su sustitución por un seudoyó arroja al individuo a un intenso estado de inseguridad”.

El programa de Santos, es el continuismo, el clientelismo, es acometer la misma estrategia de Uribe, el desmedro de la Carta Fundamental y las leyes civiles de la Nación. Quiere Santos un nuevo “Frente Nacional” hegemónico que elimina el control del cogobierno, llevando a los partidos al precipicio de su ideología. Se eliminan los sensores, los opositores y se persiste en el clima propicio a la corrupción.

Queremos ver a la inteligencia colombiana de los demócratas, contribuyendo al rescate del país que está perdido entre la mediocridad y la corrupción moral. Empuridad de verdad, no fueron las armas las que impusieron la resistencia en Francia y en los países ocupados sino el vigor patriótico de sus intelectuales.

Señor doctor Mockus, lo que hace falta hoy a Colombia es una política de la inteligencia. Porque ella no está contaminada ni por el dolo ni por la corrupción. Queremos que alumbre al país. Ha llegado el momento en que el pueblo debe combatir el mal, mostrar su valor o cobardía, su dignidad o su vileza, su grandeza o su miseria.

domingo, 16 de mayo de 2010

La picardía de Santos

Fuente: Elespectador.com

Por: Mauricio García Villegas

DICE JUAN MANUEL SANTOS QUE LA cuña de su campaña en la que alguien imita la voz del presidente Uribe, llamando a votar por él, no es otra cosa que "pura picardía".

Tiene toda la razón; es justamente eso: una manera de obrar hábil, maliciosa y engañosa, que es como el diccionario define la palabra “picardía”. Si el candidato Santos hubiese querido ser aún más explícito, habría usado la palabra “viveza”, que es más criolla y más coloquial que la palabra “picardía” y que, en esencia, significa lo mismo.

Alberto Lleras Camargo decía que el vivo es un tipo que “resuelve todos sus problemas, e invita a los demás a resolverlos, por medios que están apenas al borde de la ley, y en ocasiones por debajo de la ley penal, pero en un sitio que no es fácil de descubrir. El vivo es, esencialmente, quien ha inventado todo género de trucos para burlarse del Estado…”.

El problema con la definición de Lleras Camargo es que sólo tiene en cuenta a los gobernados, es decir, a la gente de a pie, no a quienes gobiernan, ni a la clase política, que es maestra en el arte de la viveza; un arte que se ha perfeccionado en los últimos años, sobre todo durante el gobierno que Santos quiere prolongar. No tengo que hacer el repaso de todos los escándalos que han pasado en este gobierno para mostrar que la malicia en el uso del derecho ha sido algo recurrente.

Conviene alertar sobre los peligros de la picardía, sobre todo cuando son los gobernantes los que la practican. Para ello es necesario entender cómo funciona. El gobernante pícaro no es el tirano que desconoce todas las reglas. Por el contrario, su habilidad consiste en cumplir con las leyes para poder violarlas mejor. Utiliza el papel sellado y las notarías, pero sus documentos certifican el robo y el fraude. La celada del pícaro consiste en interpretar y aplicar las formas del derecho, como decía Lleras Camargo, “en el borde y por debajo de la ley”, de manera tal que, en ese malabarismo, consiga lo que se propone.

Es así como la campaña del candidato Santos no viola, en estricto sentido, la norma que le prohíbe al Presidente participar en política. Sin embargo, al utilizar a un imitador para hacerle creer a la gente que es el Presidente el que habla, la campaña consigue que los ingenuos, creyendo obedecer a Uribe, voten por Santos, que es lo mismo que se habría conseguido violando directamente la norma.

Pero la peligrosidad del pícaro está en que obtiene mucho más que eso: no sólo consigue violar la ley sino que logra aparecer como si no lo hiciera. Ese es su arte; alcanzar todos los objetivos posibles, los legales y los ilegales, en una sola jugada. Ser ladrón y policía al mismo tiempo; honrar la ley y obtener el botín del delito. Para los pillos este es el mejor mundo posible: conseguir lo indebido sin dejar de aparecer como señores respetables. Por eso, por estafadores y por solapados, es que son doblemente peligrosos, sobre todo cuando gobiernan.

Con la palabra “picardía” Santos no sólo define a la perfección el sentido de su campaña y el de su eventual gobierno, sino que demuestra por qué tiene credenciales de sobra para sentirse el fiel depositario de las mayorías políticas que han gobernado este país durante estos ocho años aciagos.

* Profesor de la Universidad Nacional e investigador de DeJuSticia

Noticia relacionada en Audio; entrevista de Caracol a J.M Santos

viernes, 16 de abril de 2010

Santos puede ser la hecatombe

--------------------------------Por: Maria Teresa Prada Serrano
-----------------------------------Periodista Independiente.

Tanto hablar de Montesinos en el Perú y no miramos que aquí lo tenemos pero no se llama Montesinos, sino Santos y es que ambos personajes son siniestros y hasta parecido fisico tienen. Cara extraña transformada tal vez por la maldad que encierran en su alma y corazón.

Han sido personajes a los que la persecucsión, las cosas sucias y la muerte clandestina parece seducirles. Lo hacen a través de las personas que dependen de sus órdenes.

Aquí lo hicieron los militares con los falsos positivos. Es que en verdad no hay sino que mirar un poquito mas alla para entender que Montesino Santos podrá ser la gran hecatombe de la que habla su papá Uribe para el futuro de nuestro país. Que Dios nos ampare.

miércoles, 6 de mayo de 2009

CAMBIO EN CHARALA

Por: Pedro Gerardo Tabares C

Un pueblo lleno de historia con antecedentes como Antonia Santos que detuvo a Fominaya, antes de la Batalla de Boyacá, o aquellas mujeres que debatían en plaza pública con movimientos obscenos la ideología de los partidos tradicionales en el pasado, ahora se le presenta el cambio con la presencia de una mujer, por primera vez en la Alcaldía, en propiedad, porque no desconocemos que hubo encargos en el pasado. Amparo Ofelia Vega Albino fue ungida Alcaldesa popular. Es esta la oportunidad para intentar presentar el perfil de la mujer Charaleña: no tiene la esbeltez heredada de la raza Alemana, pero sí, el porte de la raza española y la inteligencia heredada de los indígenas, con la nueva raza, y por ello refleja un don de mando innato, connatural, que hace sentir en el conglomerado el aprecio que en otras épocas recibía el calificativo relevante de una virtud. Quedan en el pasado aquellas matronas que recibieron en sus grandes casonas donde guardaban vajillas de plata, para servir a Presidentes y expresidentes de la República con la propiedad de las líderes sin perder la calidad de amas de casa que contribuían a la dirección de las haciendas y casonas veredales. Cuando la Universidad abrió sus puertas, en ese pueblo en el cual no ha podido llevarse la cuenta de los profesionales, irrumpió en aquella con capacidad, liderazgo y calidad. Ahora llega AMPARO OFELIA como importante mujer profesional que permite decir que es inigualable dirigente. Las mujeres charaleñas tienen distinciones como bondad, altruismo y el servicio a los demás, pero no por ello doblegan la cerviz a menesteres indecorosos ni a condiciones insuperables. Allí en esa pequeña meseta charaleña se levantaron institutoras, empresarias y algunas inmiscuidas en el delicado trabajo de los laboratorios y de la dirección nacional de la educación.

Por ello, no produce extrañeza, sino satisfacción que una mujer, ocupe la silla de la Alcaldía lo cual no tiene precedentes, en esa vetusta casa que en épocas no lejanas también albergaba la Cárcel. El reto está en dirigir los destinos de tan importante Municipio que en otras épocas fuera capital de la prefectura del mismo nombre: Charalá. Es posible que tengamos que reconocer que los hombres de ese terruño difícilmente fueron manteniendo el liderazgo porque en el tiempo, vino la decadencia en el concepto de la dirección del Municipio, con aplicación de principios culturales de mínima calidad social, que poco a poco permitió que se fuera entregando el manejo de los destinos locales a otras personas sin arraigo de terruño. Bienvenida la presencia de la mujer en la Alcaldía. Visite Sur de Santander >

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