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domingo, 26 de agosto de 2012

¡Motocicletas, motos y motocicletas…!


Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.)

Esta columna de opinión su objetivo es hacer reflexionar a las autoridades de tránsito como la misma administración, sobre una gran problemática que cada día crece en la ciudad de Bucaramanga y su Área metropolitana. La pregunta que hago es: ¿cuántas motos o motocicletas ingresan al parque automotor? El numero según un diario local, dice: “que en el Área metropolitana hay 19 motos por cada 100 habitantes (…) todo esto a raíz de un estudio del Ministerio de Transporte y las direcciones de tránsito de Bucaramanga, Girón, Piedecuesta y Floridablanca dentro de un estudio Sociodemográfico de los usuarios de las motocicletas.
Igualmente, cuál es el problema que existe cada día con los accidentes ocasionados por estos velocípedos, y en el caso más grave la muerte del conductor o el acompañante. Será que han dado resultado los decretos para tomar medidas estrictas o la tolerancia de las autoridades, cuando existe día tras día la reseña de la accidentalidad. ¿Dónde están las sanciones, las campañas de prevención vial y toda una cantidad de trabajo de campo para evitar la siniestralidad y el buen uso de estos velocípedos…? ¿Permiten que el código de tránsito exista como letra muerta…?
Los diarios locales son notarios de este acontecer diario de la ciudad y sus vecinos municipios; haciendo memoria y buscando archivos, en el año 2007 hasta el presente año 2012, llevamos cinco años de análisis, decretos de pico y placa, prohibición de parrilleros en los horarios nocturnos los fines de semana y la conclusión es que se empeora en las infracciones y el número de muertos en las vías de conductores y peatones. Causados por estas máquinas a motor y dos ruedas.
Según datos, hace 5 años se vendían 1500 a 1800 motos mensualmente; ya no es 19/100, sino una moto por familia en el Área metropolitana y hasta dos y más motos, en los estratos medio y bajo; quienes han adquirido los pases de conducción directamente de las concesionarias, donde se le vende al cliente la moto con su paquete completo.
Insisto que uno de los problemas en la conducción de estos aparatos estridentes y contaminantes –motocicletas- es el incumplimiento de las normas –tolerancia- a la permisibilidad del Estado y sus gobiernos regionales, llámense,  Secretarías de tránsito o Direcciones, apoyados por la policía, donde la actuación es “sin Dios, ni ley”.
Para la muestra un botón: Girón tiene matriculadas 166.048 motocicletas, lo que representa el 79% del rodamiento de estos velocípedos por el Área metropolitana, mayor a la población que existe allí en este municipio y en sus vías donde más accidentes se presentan.
Vuelvo e insinúo existe una irresponsabilidad en las licencias. En España y algunos países europeos como el norte americano, para obtener una licencia de conducción aprobada, tarda un tiempo entre 3 a 6 meses y en nuestro medio se entrega en 24 horas, sepa o no sepa conducir.
En conclusión, el Estado y sus gobernantes deberían ir pensando desde el Ministerio de Transporte de comenzar a cobrar el impuesto de rodamiento de motos, como peajes y multas más duras para minorar el incremento de esta plaga mecánica en las ciudades, para tener un control de la irresponsabilidad con que se hace uso de este medio de transporte como el mototaxismo que crece.
No lo digo, lo sienten los peatones en la calle. Las motos jamás transitan una detrás de otra, sino en montón, quien lleva la delantera, ya sea por el centro, por la derecha o la izquierda; algunos por adelantar los vehículos se toman los andenes, irrespetando el derecho que tiene el peatón.
Y como perlas de algunos, no todos, estos señores magos de los manubrios, llevan de pasajero, la señora y hasta dos hijos, menores de edad, circulando a los ojos de las autoridades, sin decirles nada, porque ellos son los amos de la velocidad.
Qué bueno sería que esos programas de cultura ciudadana, como “la calle segura o la vía segura”, campañas de educación y prevención en cabeza del Fondo Nacional de Prevención vial, no sea   publicidad de un día para gastar presupuestos, sino un modelo para evitar que existan más muertes en las vías ocasionadas por la irresponsabilidad y la adrenalina de estos seres humanos que no aman la vida, sino la velocidad de una motocicleta.
Poeta y Escritor 

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