Por: Pedro Gerardo Tabares C
Se afirma que cada 100 años surgen aconteceres de trascendencia que distinguen los países, aplicable esta afirmación a nuestro Estado en el campo político en Colombia. No es fácil encontrar esa prolongación en el tiempo, ni tampoco en el comportamiento. Atrás quedan los movimientos de independencia, que fueron moldeando el liderazgo colombiano puesto que para ella se requirió vencer la dominación extranjera. Mas tarde, se predicó la vigencia de una sola concepción política bajo principios de libertad con postulados inalcanzables.
Posteriormente las influencias extranjeras tuvieron adeptos que radicalizaron el pensamiento tales como el exceso de libertad y otros con deseos de regresar a la hegemonía. Todas las corrientes engendraron violencia con disímiles instrumentos más tarde, en aglutinamiento de ideologías surgieron sin distinción por la unificación que dieron origen al que connotados intelectuales irrumpieran en el manejo del Estado. Ya en el siglo pasado, aparecieron guerras intestinas que hasta fue necesario contabilizar 1000 días para que llegara la batalla de Palonegro que finiquitó un episodio de esa naturaleza. Después, la toma de tierras por la fuerza y horripilantes muertes causadas. Al margen con la penetración de teorías que por extranjeras se practicaban sin entender la imposibilidad de ejecutarlas, que vinieron a servir de aval para nueva violencia que ejemplificaba las corrientes mundiales.
Se extendió esa violencia, especialmente a los campos con algunos lideres iníciales y otros practicantes, incluyendo algunos que murieron de viejos, dejando estela de voluntad de arrasar y quedando estilos especiales en que se unieron la producción de drogas a los insurgentes a los cuales se les negaba su calidad, con pingües ganancias aplicables al sostenimiento de un presunto ideal.
Como es obvio, surgieron fuerzas con el ánimo de enfrentar el ataque, en los dos campos que creo otra corriente.
Como lo esperaban tanto los practicantes de esa posición ajena al Estado y combatientes de ideologías que culminaron con la presunción de regreso a la vida privada bajo condiciones y al margen, todos esos accidentes crearon una sociedad sin escrúpulos que permearon el Estado y trajeron como consecuencia, de una parte, apropiación de bienes estatales y de otra se acudió a obtener las votaciones necesarias para los puestos públicos que permiten apreciar que se determinaron circunstancias especiales.
Ha pasado una justa electoral que reflejará todas las dificultades que en el transcurro del tiempo se vienen dando con deterioro de la democracia y probablemente casos que serán objeto de investigaciones, los cuales en la mayoría de los casos quedarán en los anaqueles para que llegue la prescripción con aplicación de la favorabilidad que se va consagrando en nuevas normas y que en definitiva nos da la noción de los cambios cada cien años.