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martes, 3 de abril de 2012

Historia de crimines… y horrores

LAS DECLARACIONES DE “PEDRO BONITO”
Horacio Serpa  (Columna semanal publicada en elnuevosiglo)
“…. no puede haber un ganadero, un bananero en áreas rurales que no haya tenido vínculos con las autodefensas”. La frase, contundente, es de Raúl Jasbún, alias “Pedro Bonito, ex empresario bananero e importante dirigente del paramilitarismo en Uraba, a la Revista SEMANA, luego de la exoneración que le hicieron las autoridades a “Chiquita Brand”, acusada de haber financiado la violencia en la región.
Mucho se ha hablado sobre la forma como el paramilitarismo nació, creció, se enquistó en muchas comunidades  y causó gravísimos daños al País y a sus habitantes. Está demostrada la complicidad de funcionarios gubernamentales y de la fuerza pública, políticos, exguerrilleros, mercenarios, intelectuales de poco vuelo, periodistas contratados y empresarios de distinta naturaleza y condición. Pero de la participación de estos poco se sabe en concreto a pesar de que siempre se ha sospechado que fueron factor indispensable en la financiación de sus actividades criminales.
Es claro que por si solas las afirmaciones de un delincuente sumariado, generalmente en trance de lograr reconocimientos judiciales y rebajas de penas, no son garantía de veracidad ni ofrecen un alto perfil probatorio. Pero es preciso que se le preste atención a lo que dijo “Pedro Bonito” y se investiguen sus afirmaciones, porque siguiéndolas podría darse con el “eslabón perdido” en la búsqueda de la claridad a que los colombianos tienen derecho  para saber lo que pasó y quienes fueron los responsables intelectuales de tamaño atropello.
Es que fueron cientos de miles de asesinatos, persecuciones, amenazas, horror, robos, despojos, dominación territorial, abusos de poder, prevaricatos, violaciones, usurpación de funciones públicas, elecciones fraudulentas, sometimientos, corrupción. Y no son solo responsables los que cometieron materialmente los crímenes, sino quienes los propiciaron y los permitieron. Son los llamados autores intelectuales. Y entre estos, los que financiaron tales grupos y actividades.
“….Ejército, Fiscalía, Policía, DAS, Sijín, todos los organismos nos copiaban”, dijo Jasbún. “La gran mayoría de las operaciones de Urabá fueron conjuntas”. De esto se ha dicho mucho. ¡Qué vergüenza!
Bananeros, ganaderos y comerciantes, en aquellos años de horror, les pasaban a los paramilitares setecientos millones de pesos al mes. Ochenta mil millones de pesos en diez años. Y los administradores de las fincas bananeras les entregaban las listas de las personas que debían ser asesinadas. Con esa plata y con esas listas, mataron muchísima gente.
No se miente solo cuando se desinforma ni cuando se dice parte de la verdad. También cuando se calla. Quien le da plata a un criminal para que pueda mantenerse, armarse y actuar, es responsable de los delitos que cometa. Hay que repetirlo con claridad y castigarlo: los que financiaron las actividades de los paramilitares son responsables de todos sus crímenes.
Según Jasbún, el “Alemán” le dijo que le “había pasado lo mismo que a Yidis Medina”, es decir, lo condenaron a él y no a los que con él participaron en los crímenes. Razón de más para investigar a fondo sus declaraciones.
Bogotà D.C., 3 de Abril, 2012

lunes, 14 de diciembre de 2009

El pueblo en el círculo vicioso del gobierno y los empresarios

Del editor (Circulo  vicioso en Colombia -Grafico tomado de recistencia, Caracas)

Los colombianos terminaremos siendo lastimosamente un país de indigentes



Colombia si bien ha sido un sitio atractivo para la inversión extranjera, por su posición continental, pasará a la historia y quienes se han esforzado por hacerlo trayendo capitales para montar empresas, se desilusionarán muy pronto, gracias al tratamiento cruel que a la clase obrera le vienen dando desde hace 7 años, el gobierno y los dirigentes empresariales.

Hoy cuando la realidad demuestra que más de 20 millones de de nacionales están desesperados en la física pobres y más de 8 millones sumidos en la indigencia, qué le espera a Colombia.

Viendo a tantos nacionales desesperados buscando infructuosamente la subsistencia, no es pesimismo pensar que el poder económico de unos pocos privilegiados esté preparando el peor camino nunca visto en la historia de este país. La situación futura será mucho peor que la violencia de los últimos 50 años. Y la historia nos lo confirmará muy pronto, si las cosas siguen manteniendo trágico ese ritmo.

Es que en Colombia ya comienzan esas oscuras predicciones. O sino cualquier ciudadano puede convencerse viendo y escuchando frente a un televisor en un horario de noticias, cuantos asaltos, cuántos asesinatos, cuántos atracos, cuántos robos, etc etc se cometen a diario y dónde está la llamada seguridad democrática. Esa seguridad no se consigue mientras no haya seguridad alimentaria. Esa seguridad se ha convertido en una teoría y una retórica que ya produce hasta alergia.

Se queja el gobierno rudamente como para hacer creer a su pueblo, que es necesario quitarles salario a los trabajadores para mejorar las finanzas nacionales y robustecer a los empresarios, pero esa gran apariencia no solo está afectando la credibilidad del gobierno, sino que está acabando por parejo a Colombia. En ese camino, el país terminará siendo un núcleo lastimosamente de uno 40 millones de indigentes si no hay un cambio de políticas que le den un respiro a Colombia. Ya los dirigentes obreros, sobre ejemplos de otros países, han demostrado hasta la saciedad que a medida que el pueblo no tiene medios adquisitivos, la producción de la industria se estanca cada día peor hasta quedar convertida en un cementerio de lo que fue el poder productivo de este país. Y todo eso por la miopía y la terquedad de creer que recortándoles el salario a los trabajadores, Colombia sobreviviría. Mentira, Colombia avanza a lo peor.

Lamentablemente sigue ocurriendo en Colombia lo irónico. Votamos por un gobierno dizque para salvar al país, pero no nos damos cuenta que esa aparente calma fue fugaz porque la violencia está volteándose y apareciendo ahora en las ciudades donde está el 70% de la población donde puede ser más trágica.

Y por qué ocurre esto. Sencillamente porque el problema de Colombia es de hambre, de falta de oportunidades, de que le permitan trabajar a todos, que haya comida y techo. Pero, cómo puede haber todo esto, si al trabajador se le niega el salario justo, mientras que unos pocos de adinerados reciben millones y millones, no en préstamo, sino dizque en subsidio, como fue con Agro Ingreso Seguro que ha sido lo más insólito en Colombia ocurrido en gobierno alguno y no pasa nada,… Por ahora esperemos qué resultados hay en los entes de control.
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