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sábado, 12 de noviembre de 2022

Competir para ganar

Mario González Vargas
No nos hemos percatado de los cambios que se han surtido en las últimas décadas en todos los órdenes de las sociedades humanas. Vivimos hoy inmersos en un mundo digital en el que las personas almacenan, acogen y emiten datos de forma casi ilimitada y establecen un mundo de relaciones y de información que no requiere ni se vale de intermediarios. Las consecuencias sobre las relaciones de los humanos son enormes en todos sus ámbitos porque ya nadie media en procura de ellas, sino que cada individuo se presenta y se representa a sí mismo en un escenario abierto hacia el infinito.

Asistimos por consiguiente a una transformación radical de la política en todas sus formas de llevarla a cabo, de vivirla y de las causas que la animan. La política no se vive y se ejecuta al interior de los partidos políticos que se redujeron a la administración burocrática, sino en los movimientos sociales caracterizados por antagonismos específicos, convertidos en fundamentales, que pretenden erigirse en nuevas formas de mirar y vivir el mundo; sexo, genero, medio ambiente, inmigración, animalismo, racialismo, indigenismo, entre otros, que se traducen en enfrentamientos que pugnan por reconocimiento cultural y cuyas batallas se libran en el espacio digital con el que despojaron a los medios de comunicación del monopolio de la información y de la generación de opinión.

La política en Colombia no escapa a esos desafíos. El poder recién entronizado se viene esforzando en construir relatos que expanden por el mundo digital, y que se nutren de posverdades que circulan por las redes, sin contención ni posibilidad de verificación para moldear una opinión pública indefensa ante la marea que en ellas se expresan. La sociedad esclavista que el presidente describe en sus discursos, su banalización del régimen de Maduro y de sus violaciones continuas a los DDHH, la paz total con perdón y olvido para toda delincuencia, la estigmatización del empresariado, su cómica amenaza en Paris de que si Colombia y Venezuela utilizaran sus reservas de petróleo y de carbón la humanidad moriría, su confusa tesis de prevalencia de la humanidad sobre los mercados, y sus constantes invectivas a la oposición, indican que la sistemática utilización política de las redes puede traducirse en mayor posibilidad de aniquilación de la democracia.

Ese mundo digital implica peligros que hoy no sabemos confrontar. La oposición debe reinventarse de conformidad con los retos que se enfrentan. El dialogo tan preciado en democracia, en manos de aprendices de sátrapas, se convierte en instrumento de control que desincentiva la crítica y desanima al descontento. El abandonar o abusar de la calle, escenario tradicional de protesta, puede determinar el final de la expresión política democrática y el principio del predominio tecnológico sin controles, que siempre apunta a la homogenización de las sociedades. En el mundo del Big Data toda comunicación se convierte en registro y permite al poder y al político saber lo que la gente espera de ellos. La presencia en las redes, que es el ágora de hoy, debe reinventarse para desentrañar falacias, mentiras y manipulaciones de la opinión. Competir para ganar.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Los concejales perdedores, a pesar de ganar

                         Por Bernardo Socha Acosta
Pocas veces puede decirse que un grupo de concejales de los partidos tradicionales,  ganó espacios y escaños en la Corporación, pero al mismo tiempo, en términos absolutos ese grupo perdió.
Y esos diez concejales, perdieron porque llega un alcalde con una filosofía nueva de la forma de administrar lo público y va a poner en marcha métodos nuevos para evitar el escandaloso encarecimiento de la contratación. Entre algunos cambios está,  acabar con las famosas unidades de apoyo, que eran unas de las gabelas y parte de los atractivos que de manera inveterada    regía en el concejo de la ciudad, pero que para nadie es un secreto que era un desangre más de las arcas locales y es otro factor de corrupción.
Y dicen los entendidos en política y administración pública, que esas viejas costumbres, eran las responsables del encarecimiento escandaloso de la contratación.
Y decíamos que esos concejales,  por su apetito de poder burocrático,  parcelaron su partido en busca de mayor poder, sin pensar por un momento que  el próximo cuatrienio tendrán que acomodarse seguramente a solo hacer control político, porque la gestión administrativa se va a modernizar y seguramente los dineros que se recojan de los tributos y que transfiera la nación, van a generar mejores resultados en la inversión pública.  
Con el enfoque filosófico de, ‘lógica, ética y estética, gobierno de los ciudadanos,’  van a venir muchos cambios, en los que el poder de dominio de las bancadas políticas  no tendrá ningún valor.  De esta forma los señores que fraccionaron su partido, como método para ganar espacios y poder,  pensando solo en ellos, serán en adelante en el concejo, unos integrantes  más,  que ya no les interesará mucho perpetuarse en   el mismo.
Pueda ser que estos cambios que se van a presentar en lo administrativo, a partir del próximo año 2016,  traigan mayor democratización del concejo  al que puedan acceder, no los que manejen caudales de dinero, sino quienes tengan una vocación de servicio a la comunidad y quieran que la ciudad progrese.

miércoles, 24 de marzo de 2010

¡Cualquiera puede ganar!

Colombia, miércoles 24 de marzo de 2010

HORACIO SERPA

Definida la candidatura azul, comenzó la carrera por la Presidencia de la República. Es una jornada dificilísima, intensa, saturada de sobresaltos, imprevisible. Solo apropiada para valientes. Quienes participan merecen admiración y respeto por medírsele a una prueba tan exigente. Los pronósticos van y vienen, al igual que las encuestas y las especulaciones. Cualquiera puede ganar. En política lo único cierto es lo que ya pasó.

Transcurridos estos quince días de calentamiento, viene la Semana Santa, para reflexionar y pulir la estrategia. La de Pascua será decisiva para entrar “a tierra derecha” con velocidad, mucho empuje y todos los atributos.

Solo serán siete semanas de campaña en las que el país aspira a que se examinen de fondo los grandes asuntos nacionales. Para eso son las campañas presidenciales. Para estudiar, controvertir y proponer. La gente espera novedades, aún de los candidatos oficialistas que estarán alabando a la Seguridad Democrática y mostrándose como los mejores amigos del Presidente.

Así merezca elogios, se requiere salir de la monotemática. Hay demasiados aspectos que requieren aclaración, información, controversia, planteamientos distintos, innovación, genialidades. Por ejemplo, los Derechos Humanos a la luz de lo que todos vivimos y de los últimos informes internacionales. La descentralización exige análisis y reformas para volverla compromiso de vanguardia. La concentración de la riqueza y del ingreso merece capítulo especial. Las relaciones internacionales. El empleo. ¿Cómo no tratar a fondo la relación entre seguridad, tranquilidad y convivencia, y la necesidad de la paz? Lo de salud no puede quedar en punta.

Ojala la campaña no se vaya en discusiones banales y en marketing publicitario. Ni se cometa la equivocación de pasarse los dos próximos meses echándole la culpa al Registrador de las demoras en el conteo de los votos, cuando lo malo de las pasadas elecciones estuvo en otros inconvenientes. Lo actual es abrirle camino a una intensa discusión sobre el país, lo bueno y lo malo, lo que ha pasado de conveniente pero también lo inapropiado, lo que se hizo y lo que se dejó de hacer, para que la gente pueda votar a conciencia.

Nuestro mundo colombiano no es una maravilla. Lo de que somos el país más feliz del mundo no es el resultado de una encuesta sino un sarcasmo. Desigualdad, corrupción, narcotráfico, guerrilla, renovado paramilitarismo, impunidad, precario crecimiento económico, desempleo, en fin, tristezas.

La oportunidad es magnífica. Los colombianos están abriendo los ojos para encontrarse con unas indeseables realidades que pensaban superadas. Están ahí, a pesar de los muertos, de los procesos de reinserción, de las delaciones, de las capturas, de que se pueda ir a la finca o de vacaciones por carretera, lo cual es bueno. Lo malo es que lo otro no se acabó.

La ocasión es de primera línea para que se luzcan las candidaturas. Hay temas y esperanzas. Bienvenidos los debates, las réplicas, los análisis, las propuestas, y con ellas ojala compromisos con lo social y con la verdad. Que así sea.

Bogota D.C., 23 de Marzo, 2010

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