Por: John Freddy Meléndez Cárdenas
-----Comunicador Social-Periodista
Durante muchos meses en Colombia se gestó un referendo sin recursos millonarios, ni intereses personalistas, ni mucho menos carreras contra el reloj para lograr quizás metas burocráticas; se trata de una iniciativa que no lleva el nombre ni apellido de alguien en especial, sino por el contrario lleva en su esencia a todos los colombianos.
Conocido como el referendo del agua, esta iniciativa se ha paseado por plazas, parques, colegios, casas de todos los estratos, rincones de todas las regiones del país y desde luego se paseó por el Congreso de la República, pero sin el efecto que por estos días y desde hace meses otro referendo logra en toda Colombia e incluso el exterior, ¿es bueno que esto suceda?
Según datos suministrados por la Defensoría del Pueblo, el 82,2 por ciento de los colombianos no tiene acceso a alcantarillado, así como el 53% de los habitantes de las áreas rurales del país no cuentan con acueducto, una cifra que algunos gobernantes departamentales han considerado de tal importancia, que ya cuentan con planes departamentales de aguas para mitigar de alguna forma esta situación que va en detrimento de la calidad de vida.
¿Los colombianos saben en qué consiste el referendo del agua?, muchos no lo terminamos de conocer, mientras otros tantos que hacen mayoría no saben siquiera una línea de esta iniciativa; esta situación seguramente argumenta el por qué no tiene la importancia requerida, en tiempos de escasez y necesidad de medidas dirigidas desde lo público para hacerlo ley.
Este referendo con dirección netamente ciudadana, sin intereses políticos, con liderazgos movidos por la necesidad lógica de supervivencia, el pensamiento colectivo que reclaman las futuras generaciones, la voluntad que les falta a algunos padres de la patria y recursos muy propios y escasos, gira alrededor de metas específicas como la protección especial y el uso prioritario de los ecosistemas esenciales para el ciclo hídrico; la consagración del agua potable como derecho fundamental, la gestión pública estatal y comunitaria del servicio de acueducto y alcantarillado, así como el suministro de un mínimo gratuito.
El referendo del agua nace por la preocupación de algunos colombianos, por el deterioro de los ecosistemas que son fabricas del preciado líquido, la falta de políticas en temas de protección, suministro, tarifas, además del hecho que 13 millones de personas que no tengan agua potable, entre muchas preocupaciones que además deben ser abordadas y concertadas por más personas, entidades y actores activos en este tema; incluso podemos guiarnos en países como Uruguay donde ya se han tramitado iniciativas similares.
En el país falta una discusión y un trámite digno para senda preocupación; los 2 millones de habitantes que firmaron este referendo, son una muestra clara que el país está preocupado y exige un tratamiento por lo menos igual al referendo que actualmente hace trámite en la corte, luego de ser socializado en el congreso; diría alguien que no se puede comparar y estaría en lo cierto, no se puede comparar la necesidad de todos con el interés de pocos.
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