En cualquier tipo de sociedad, por primitiva que sea, se dan una serie de
reglas, las normas sociales, que
sancionan de algún modo los ataques a la convivencia tal como la concibe un
grupo social. Estas normas sociales forman el orden social.
La justicia penal es uno de los instrumentos más aptos para la formación
del bien moral, de aquel súmmum bonum que
es el fin último de la convivencia humana. Un imperativo categórico, según
Kant.
Lo único que faltaba. Al tétrico panorama de descomposición en que se
encuentra el país, por el profundo letargo moral del anterior Gobierno, que degradó la augusta misión del Estado
Social de Derecho, hay que sumarle ahora, otra abominación: El ultraje a la
justicia.
No pretendo hacer nueva una historia que el país conoce de principio a fin.
Algo entre la farsa atroz y la tragedia griega. Empero, el señor Uribe toleró las triquiñuelas y practicas
corruptas, ruines y dañinas de los paramilitares y sus funcionarios públicos,
enemigos también de la comunidad, es decir, las tapó con las mismas sabanas de
impudor como en la turbadora mascarada con sus aliados parapolíticos.Compartieron
ese rincón oscuro de la conciencia colombiana, donde duermen las pesadillas de
la razón. Es la omnipresente autoridad que yace junto al fascismo. La suspensión del Estado Social
de Derecho y el desconocimiento de los derechos humanos. Explicable porque
pareció el señor Uribe, mas preocupado por ajustar cuentas, que por contribuir
al advenimiento de la paz y la justicia. En puridad de verdad, los sistemas
autoritarios esconden los conflictos en lugar de solucionarlos.
La colosal tragedia de la patria estaba entronizada en la Secretaría Jurídica
del Presidente anterior, señor EDMUNDO
DEL CASTILLO, que tiene estrechas relaciones con el satánico cartel de
los Nule. No como socio pasivo, sino como promotor. Esto explica que el
enriquecimiento indebido de los Nule, se haya extendido como una mancha de
oprobio por la nación contaminada. Resulta entonces muy significativo el
contrato leonino con ICBF, relacionado con la bienestarina. Existen rumores
acerca de la adulteración del alimento, una conducta horrenda contra la niñez,
en la cual el Estado tiene una responsabilidad que no puede seguir eludiendo.
Es otro testimonio abrumador de la degradación ética y política del anterior
gobierno, que llevó a que esas maniobras tortuosas, se toleraran, convertido así
el Gobierno en alcahueta de la codicia y la venalidad.
Conspirando abiertamente contra la CORTE
SUPREMA se reunió con “Job”, que cumplía órdenes de Don Berna. No oímos en
esos momentos de dañado concierto, de la enredadas mallas con esos grupos, las
voces del Presidente fijando una posición de franco rechazo, ni registramos su
protesta.Su actitud inmoral va mas allá de la simple desfachatez personal para
comprometer a la Institución Política que presidió. Los Nule, allegados del
señor Uribe de tiempo atrás fueron consagrados con agua bautismales, cada vez
que lo visitaba en la “CASA DE NARI”.
Eso no es todo. En AGROINGRESO SEGURO, surgió el triunfo de las componendas
del señor Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura, para las
defraudaciones, el turbión de peculados, el derroche de los dineros públicos,
como una perversión política de Colombia.
El DAS, puso de manifiesto que torció su rumbo de las disposiciones legales
para aliarse con los paramilitares. Acontecimiento que realizaron “Jorge 40“ y
Jorge Noguera, director de esa entidad.Sus criminales interceptaciones y
seguimientos, auspiciados desde la”Casa de Nari”,por la ruta del Secretario General
de la Presidencia, Bernardo Moreno. La DIAN, piedra de escandalo público con la
pirotecnia de los impuestos. Deplorables hechos punibles que han creado pánico
en la sociedad. En gigantesco dislocamiento, la institución se convirtió en territorio donde campeó el lavado de activos, excepcional
ocurrencia en toda la historia judicial del país.
Y en contravía de la ley penal, los entonces ministros del Interior Sabas Pretelt
y Diego Palacio de Protección Social, íntimamente ajenos al alcance ético de
sus actos, persuadieron dolosamente a Yidis y Teolindo, para pactar la venta de
sus votos en el congreso, encaminados a la reforma inexequible de la Carta,
para lograr la vituperable reelección del señor Uribe. El contrato ilícito se
consumó y a cambio los parlamentarios recibieron una partija de notarias.
Los recientes escándalos de la salud, con la dialéctica canalla de las EPS
y los recobros al Fondo de Solidaridad y Garantía (FOSYGA), revelan las características afrentosas de la
enfermedad moral que nos aqueja y el silencio horadante y cómplice del Gobierno
anterior. ¿ Acaso, el exministro de Protección Social fue intrépido defensor de
los intereses nacionales?.¿O al contrario, propicio la devastación del
patrimonio moral de su ministerio? Un desconocimiento atroz y evidente de los
valores y principios fundamentales de la Constitución.
Dentro del rosario de abominaciones y desenfrenos ilegales, podemos agregar
los descubiertos e investigados en INVIAS, INGEOMINAS, INCODER, MINISTERIO DE
EDUCACION, MINISTERIO DE TRANSPORTE, MINISTERIO DE PROTECCION SOCIAL,
FONDELIBERTAD, ICBF, DNE, etc. Todo un impacto tenebroso que ha cortado en dos
la historia nacional. Pasa a la siguiente página