¡SE ESCALO EL
CONFLICTO!
Horacio Serpa Columna semanal
Repudiable
en extremo el criminal ataque al doctor Luis Fernando Londoño Hoyos, quien
afortunadamente se recupera de sus
lesiones. Atentado infame que causó muertos, numerosos heridos, cuantiosas
pérdidas materiales y temores. El País se pronunció para rechazar el hecho,
rodeó de solidaridad al exMinistro junto a las víctimas y sus allegados y
espera un pronunciamiento definitivo de las autoridades para saber a ciencia
cierta la identidad de los responsables.
Duele
también el sacrificio de los 12 soldados en la Guajira. Un nuevo
acontecer sangriento que a todos nos enlutece y por el cual los colombianos se
expresan perplejos en manifestaciones de condolencia y acompañamiento a los
deudos, al Ejército Nacional y al gobierno del Presidente Santos.
¿Qué
está pasando? ¿Por qué otra vez terrorismo, asaltos, muertos? Es la diaria
inquietud de los colombianos, aupada por las declaraciones de los que ven en lo
ocurrido la oportunidad de alcanzar ventajas políticas criticando al gobierno,
pidiendo más acción y mejores resultados en la lucha contra los violentos,
soliviantando a la población con el argumento de que estamos quedando en manos
de la delincuencia y enviando mensajes subliminales a la fuerza pública para
que se resienta.
La
respuesta es: se escaló el conflicto.
Cómo
se lee y se oye. Es que hay conflicto, tenemos guerra interna, hace medio siglo
existe un levantamiento armado y no es cierto que esté por acabarse porque los
guerrilleros fueron eliminados o dominados. Eso es mentira. También fue
mentiroso que hubiéramos llegado “al fin
del fin”. Ni nos acercamos siquiera. Aceptado que se avanzó en la lucha contra la subversión,
que la guerrilla tuvo que reducirse a sus zonas de retaguardia y que fueron
destruidas muchas de sus estructuras de mando y frentes de combate. Pero la
subversión sigue ahí, combatiendo, con capacidad de daño, atacando, matando,
destruyendo. Nunca ha dejado de hacerlo.
Ahora
aumentó la actividad insurreccional. ¿Para qué? Para demostrar que no ha sido
destruida después de que cayó su comandante general; reaccionando a las
acciones militares de las Fuerzas Armadas; mostrando fuerza frente a
posibilidades de negociación política. Por estas u otras razones las Farc están
más activas, elevando el fragor del conflicto.
Así
pasa en las guerras. No hay que extrañarse ni lamentarse. Confrontar, combatir,
aprovechar que dan la cara para alcanzar más éxitos convirtiendo la situación
en una oportunidad para consolidar los propósitos de reducción y
desmantelamiento. No hay que pedir cuartel, ni darlo. Avanzar.
Resulta
injusto decir que se ha bajado la guardia, que existe desmotivación en la
tropa, que se vacila desde la presidencia, que se ceden espacios al enemigo.
El
Presidente Santos fue el Ministro de Defensa del gobierno anterior. La Fuerza Militar y la Policía son las mismas,
casi con los mismos comandantes.
No
estamos perdiendo la guerra. Lo único que se ha perdido es coherencia en la
crítica, temperancia en la argumentación y solidaridad con las Instituciones,
por parte de algunos de los que más están obligados a tenerlas.
Bogotà
D.C., 22 de Mayo, 2012