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jueves, 13 de junio de 2013

¿El alcalde de Bogotá incumplió programa de gobierno?

Revocatoria: ¿todo está claro?
                                                Horacio Serpa
La Revocatoria del Mandato es consecuencia de una institución constitucional: el voto programático. El aspirante a la Alcaldía inscribe su propuesta de gobierno y se compromete a ejecutarla si gana las elecciones. Si no lo hace, el pueblo, mediante votación democrática, lo sanciona con la pérdida de sus funciones. En otras palabras, vota para sacarlo de la alcaldía, por mentiroso e incumplido.
Nadie sabe si en el caso Petro se hizo un análisis serio, responsable, al término del cual se concluyó que el Alcalde de Bogotá incumplió su programa. ¿Ese examen se puede hacer con objetividad y realismo cuando aún no se lleva siquiera la cuarta parte del mandato? Recuerdo que antes  de que se terminara el primer año de gobierno se anunció la revocatoria. ¿Odios personales? ¿Revanchismo político? Alguien debe aclarar las razones por las cuales se pide la revocatoria y por qué razón, cuando faltan dos terceras partes del periódo.
Sobre las firmas también hay que aclarar varias situaciones. ¿Es cierto que su verificación la hicieron las mismas personas que aparecieron involucradas en el chanchullo de Cali? Por otra parte, es claro que si un Partido Político, unas Organizaciones No Gubernamentales o un grupo de personas plantean la revocatoria mediante firmas, ellas y sus afines deben recoger las firmas. ¿Cómo es eso de que se contratan empresas  que nada tienen que ver con el caso, para que hagan el trabajo a cambio de un pago? ¿Es eso honesto? Además, ¿Cuánto costaron? ¿Quién pagó? ¿Cómo? ¿Por qué?
También tiene que aclararse jurídicamente cuales son las normas que se van a aplicar al caso que se controvierte. Recientemente se aprobó una reforma sobre las condiciones que deben llenarse para que operen los mecanismos de participación ciudadana, mediante una ley estatutaria que debe ser aprobada por la Corte Constitucional para que se pueda aplicar.  Habiendo sido expedida y aprobada después de la elección del actual Alcalde, ¿opera para el Alcalde Petro? ¿Desde cuándo las leyes tienen efecto retroactivo?
Todos los días inventan planes truculentos para perjudicar a Bogotá. No tienen con la cantidad de inconvenientes, escándalos y desastres  que se acaban de presentar. Surgen críticas y reparos por todo y en todas partes. Se cuestionan las políticas oficiales.   No se aprueban los  proyectos del Alcalde. Se denuncian sus actuaciones. Ni siquiera se le permite cambiar un cuadro y rendir homenaje al Libertador. ¿Así, qué resultados de amplia satisfacción se pueden exigir? El que no ayuda puede criticar, pero no reclamar ni mostrarse hipócritamente como salvador de la ciudad. Al contrario, le hace daño.
Los amigos de la revocatoria deben saber que si se llegare a aprobar, digamos, en Septiembre, la elección de nuevo Alcalde sería  en noviembre o diciembre, y al elegido solo le quedarían dos años de gestión. El primero para organizarse, revisar lo que recibe y planear su administración. El otro se irá en las elecciones del nuevo Burgomaestre. Es decir, 8 años perdidos. ¿Lo merece Bogotá?
Bogotá D.C., 11 de Junio del 2013 (Columna semanal del Nuevo Siglo)

miércoles, 5 de junio de 2013

La historia del carrusel de la contratación

Juan Lozano se hizo el loco con Hipólito Moreno y el carrusel
Por Édgar Artunduaga | Por KienyKe l Yahoo noticias
Carlos Fernando Galán
Foto: Wikipendia
“La corrupción no tiene color político. Es como una alianza suprapartidista que está presente en todos los partidos. Era claro que el Partido de La U, o sus concejales, empujaban una alianza con Samuel Moreno para poder participar en lo que estaba ocurriendo en Bogotá. La U hizo caso omiso”.
El juicio lo hace Carlos Fernando Galán. Le parece absurdo que el senador Juan Lozano salga a los medios a decir que el Partido de La U debe pedir perdón por lo que ha pasado en Bogotá, cuando él –primero que todos- debe pedir que lo perdonen.
“Él sabía muy bien quién era Hipólito Moreno. Él lo sabía muy bien. Lo tenía claro hace dos años e hizo alianza con él. Gracias a Hipólito Moreno, en gran parte, Juan Lozano hoy es Senador de la República”.
“Aquí todos los que se beneficiaron de este carrusel o que lograron el poder que hoy ostentan, por la corrupción, tienen que pedirle perdón a la ciudad. Todos los partidos, casi sin excluir a ninguno, incluyendo los directivos de los partidos que miraron para otro lado y que por acción u omisión son responsables de lo que le pasó a Bogotá”.
Todos siguen tan campantes, como si con su ayuda no se hubiera producido el robo a Bogotá…
La ley contempla sanciones cuando usted, como director de un partido, le entrega un aval a un candidato que termina incurriendo en delitos que están tipificados, como vínculos con grupos ilegales, narcotráfico, delitos de lesa humanidad, delitos contra la participación ciudadana. Pero contra el cohecho, interés indebido en la celebración de contratos, corrupción, esas cosas no. Ni siquiera está contemplada la silla vacía.
Estos concejales van a la cárcel y continúa el siguiente de la lista y el partido no asume el ser castigado perdiendo una curul. Es un tema que hay que modificar, porque los partidos deberían asumir una responsabilidad, pero la Ley no lo contempla.
Juan Lozano es reincidente. Avaló a Cielo González como candidata para la gobernación del Huila sabiendo que era campeona de la corrupción, que se había robado a Neiva…
Tiene toda la razón. No podemos seguir con partidos sin responsabilidad, impidiendo que personas como éstas sigan representando a colombianos en los cuerpos colegiados o en las administraciones regionales.
¿Excluye a los concejales de Cambio Radical de la corrupción en Bogotá?
Nosotros en el gobierno de Samuel Moreno fuimos oposición. Fue difícil lograr eso, porque había sectores que no estaban de acuerdo. He dicho y he sido crítico con mi partido por decisiones que se han tomado. Y lo seguiré siendo. No sólo fue el gran carrusel de Tapias -Gómez – Samuel, sino que ha habido carruseles en entidades en el pasado. Y todos deben ser castigados.
¿Tiene “cola” el concejal Julio César Acosta?
Yo conocí una investigación que él tenía en el momento de la campaña por enriquecimiento ilícito. También fue de los concejales a quienes llamaron a declarar antes de las elecciones del 2011. Pero más allá de eso no conozco un caso específico donde pueda estar implicado él.
¿No importa que su padre haya estado vinculado con fuerzas paramilitares y con otros delitos?
Ese fue uno de los elementos que yo tomé en el proceso electoral de 2011, pero el Consejo Electoral no me dio la razón y me impidió que los efectos de la misma ocurrieran.
Recientemente se afirmó que la candidata de Cartagena era cercana con ‘la gata’ y no se hizo caso al respecto. Se entregó el aval y después se echó para atrás. Afortunadamente había tiempo. En el 2011 me impidieron retirarle el aval al concejal Acosta.
¿Y qué es lo que pasa en Cambio Radical, también está corrompido?
No he tenido nada que ver con las decisiones que han tomado en el último año y medio. A mí ni siquiera me dejaron ir a la Convención donde iba a entregar la dirección del partido porque me querían armar una especie de ataque con show.
La crisis viene de hace mucho tiempo. Desde el momento en que le entregaron aval a más de 200 personas inhabilitadas, incluso pedidas en extradición. Tocó revocarles el aval y la inscripción. Si el partido no se sacude, y se queda en revocar el aval a la señora de Cartagena, sin expulsar a ‘Kiko’ Gómez, el gobernador de la Guajira de sus filas, el partido va a terminar acabándose.
¿Cambio Radical se volvió tibio en materia moral?
Espero que se replanteen las cosas. El partido tuvo más de mil concejales en la elección pasada y más de 100 alcaldías. No podemos decir que toda esa gente sea parte de la corrupción. Pero sí ha habido graves errores que han permitido que a cargos importantes lleguen personas completamente cuestionadas. Lo grave es que se siguen avalando cafres.
¿Usted qué opina del senador Juan Carlos Restrepo, miembro de su partido?
No es una persona con la que yo comparta la manera de hacer política. No es alguien con quien vea coincidencias como para militar en el mismo partido que yo.
¿Cómo mantenerse en una misma colectividad con gente que le disgusta?
En todos los partidos hay cafres, no nos digamos mentiras. Y si uno busca estar en un partido donde no haya ninguna oveja negra, se va a perder, porque eso no existe. Pero tiene que dar peleas internas y dar luchas.
El Concejo, brazo político del Carrusel
Carlos Fernando Galán considera que en el concejo funcionaba el ala política del cartel de la contratación, “garantizando que no hubiera control a las decisiones relacionadas con el robo a gran escala que se adelantaba en la ciudad”.
“También protegía una alianza con órganos de control a nivel Distrital para impedir el control fiscal y disciplinario. Incluso, en algunos casos, se tramitaban extorsiones para evitar contratos y cuotas…”.
¿Fue laxa la Fiscal Vivian Morales?
El Fiscal Montealegre decidió replantear la estrategia que traía la fiscal Vivianne Morales y replanteó los procesos de beneficios a los contratistas, lo que ha permitido recoger elementos para poder llevar ante la justicia a los concejales. Si uno le cree a Julio Gómez, casi la mitad del Concejo participó en este saqueo.
¿Todo empezó en el gobierno de Samuel Moreno?
La corrupción en Bogotá no nació con Samuel Moreno. Esto venía de atrás. Si se revisa por ejemplo el caso de Julio Gómez, él tenía el 40% del presupuesto de inversión de las Alcaldías locales en 2003, Estamos hablando de la Alcaldía de Antanas Mockus, a través de una cooperativa llamada Coopmunicipal. Muchos concejales –desde años – accedían a contratos. Eran como ‘minicarruseles’, con estaciones desde hace mucho tiempo.
El nivel de clímax se produjo en el gobierno de Samuel Moreno cuando se alinearon los actos para que se robaran por completo a la ciudad. Ya no era una entidad con un contratico, sino que se repartieron las empresas grandes, importantes, con gran presupuesto del Distrito, las pusieron a nombre de un contratista o uno de estos delincuentes y se dedicaron a robar. Y eso obviamente, con la complicidad plena y participación desde la cabeza del Distrito.
¿Cree que vamos en camino de encontrar toda la verdad?
Está muy bien que se arrepientan y que pidan perdón, pero ese perdón tiene que cumplir unos requisitos, que haya verdad completa. Que haya reparación. No se puede simplemente pagar unos pocos años de cárcel y salir tranquilos a disfrutar. Sería un pésimo mensaje para Colombia y para la lucha contra la corrupción.

lunes, 25 de marzo de 2013

Histórica y fatídica fecha para Colombia

El 9 de Abril de 1948 asesinaron a Gaitán
 (elnuevosiglo)                 Horacio Serpa 
Ese día se marchará por la paz,  los derechos humanos y la equidad.
La fecha señalada para la marcha por la paz, no es fortuita. El 9 de Abril significa mucho para los colombianos. Fue uno de los días más tristes y violentos que recuerde la historia nacional.
A la una de la tarde del  9 de Abril de l.948, en la carrera 7 de Bogotá, a escasas dos cuadras de la Plaza de Bolívar, donde sigue sesionando el Congreso Nacional, a corta distancia del Palacio en el que funcionaba la Presidencia de la República, fue asesinado el dirigente liberal Jorge Eliecer Gaitán.
El Bogotazo.
Una hora más tarde, el centro de la ciudad estaba abrasado en llamas. El pueblo se expresaba indignado, furioso, contra los victimarios de su líder. Había caído para siempre su esperanza. Colombia no volvería a ser la misma sin la presencia del hombre que enfrentaba al gobierno  de Mariano Ospina Pérez, denunciaba la violencia que cundía por los campos colombianos, enarbolaba las tesis de una revolución pacífica con el cometido de restablecer la paz e imponer la justicia social y se vislumbraba como el seguro triunfador en las elecciones presidenciales que se aproximaban.
El asesino material de Gaitán, Juan Roa Sierra, fue linchado y sus despojos arrastrados hasta la entrada del palacio presidencial. Los cuarteles policiales fueron asaltados  y las armas allí encontradas se repartieron a los amotinados. Muchos policías se sumaron a la protesta y se enfrentaron a balazos  con los piquetes de Ejército que fueron llegando a los distintos lugares donde se desarrollaban las numerosas manifestaciones públicas de descontento. Los tanques de la artillería llegaron a la Plaza de Bolívar y su comandante, Capitán Mario Serpa Cuesto, fue asesinado en circunstancias que nunca fueron establecidas. La anarquía se apoderó de la ciudad mientras en la sede del gobierno se asumían extremas medidas de seguridad para evitar ser asaltado por la multitud enceguecida de dolor y de deseos de venganza. De lo acontecido se acusaba al gobierno conservador.
En muchas partes del País se organizaron manifestaciones de protesta. En la medida en que corría la voz de “mataron a Gaitán”, la gente llorando, enloquecida casi, se sumaba espontánea y apasionada a las marchas con las que se significaba el rechazo al crimen y el gran cariño que se profesaba a Gaitán. En Barrancabermeja el pueblo obrero  se levantó contra las autoridades, se destituyó al Alcalde y en su reemplazo se nombró una Junta Revolucionaria al frente de la cual se designó a Rafael Rangel Gómez, quien después fue guerrillero y luego, amnistiado, se le eligió Representante a la Cámara en nombre del Movimiento Revolucionario Liberal. En Génova, Quindío, los liberales, entre los que se encontraba quien luego en la guerrilla se llamó Pedro Antonio Marín, alias “tirofijo”, apresaron al alcalde y a la policía. Lo mismo ocurrió en El Libano, Tolima, y en otros municipios. En el Puerto Petrolero y en muchas partes se fabricaron armas y se invitó a derrocar al gobierno nacional. En  distintos lugares de Colombia se produjeron acontecimientos parecidos. Murieron liberales, conservadores, militares, inocentes.
Fueron días de caos y violencia. Nadie supo nunca cuántas personas cayeron víctimas de la furia de los exaltados, ni cuantos fueron los muertos que ocasionó la fuerte repulsa que asumieron las autoridades para proteger al gobierno, reducir a cualquier precio la revuelta y someter a los responsables.
La época de la violencia.
Lo único cierto fue que Colombia cambió. La violencia cundió por doquier. El liberalismo fue perseguido, acorralado, por unas Fuerzas Armadas que se politizaron y obraron al mando del gobierno, cada día más sectario en la medida en que no fue posible que funcionara un sistema bipartidista, intentado a instancias del Presidente Ospina para aplacar los alterados ánimos de los liberales. El Congreso de la República, con mayoría liberal en las dos cámaras, fue clausurado el 9 de Noviembre de 1949, un mes después de un enfrentamiento a balazos en plena sesión, en el que murió el Representante a la Cámara liberal Gustavo Jiménez, elegido por Boyacá, y otros  parlamentarios fueron heridos de consideración, entre ellos el connotado intelectual liberal Jorge Soto del Corral, quien varios meses después falleció como consecuencia de las lesiones recibidas en la balacera. El partido liberal intentó participar en las elecciones presidenciales y para el efecto designó como candidato al doctor Darío Echandía, pero ordenó la abstención cuando Vicente Echandía, hermano del candidato,  fue asesinado en una manifestación pública.
En 1.950, sin competidor, bajo la consigna de “a sangre y fuego” impartida por el Ministro de gobierno José Antonio Montalvo, fue   elegido Presidente de la República el dirigente máximo del conservatismo, doctor Laureano Gómez.
El país siguió sobresaltado, intimidado, sectarizado políticamente, enfrentado a muerte en campos y aldeas entre liberales y conservadores. La “chusma” liberal, por un lado, y por el otro la policía “chulavita”, se trenzaron en combates sangrientos. Los liberales llevaban la peor parte y en cantidades huyeron con su familia hacia la costa caribe y Venezuela.
En diferentes partes del país se organizaron guerrillas liberales para defenderse y hacer frente al gobierno, calificado de espurio, atrabiliario  y violento. Aumentó considerablemente la represión oficial. Con las armas del Estado, en agresiva actitud, se trató de “pacificar” la gravísima situación.
La “dictablanda” militar.
Para tratar de lograr convivencia, las Fuerzas Militares se tomaron el poder el 13 de Junio de 1953 y se dio comienzo a una etapa de reconciliación, recibida con júbilo por los liberales. Se decretaron armisticios y casi en su totalidad los guerrilleros  depusieron las armas. Leer más

martes, 19 de febrero de 2013

Opinión sobre crimen


              La vida solo vale 200 pesos
                                                Horacio Serpa
“La vida no vale nada”, dice una famosa canción ranchera. En Colombia, según el reciente caso por el cual fue asesinado Nicolás Acosta en el sur de Bogotá, vale doscientos pesos. Es lo que dicen las noticias, según las cuales el menor de 14 años fue apuñalado seis veces cuando se negó a entregarle a su agresor esa cantidad que le exigía.
Es una desgracia. Pero es lo que está ocurriendo. De tanto matar, de tanto vivir en medio de asesinatos y masacres, nos acostumbramos a la muerte. Nada nos sorprende en materia de violencia. Siendo, según la famosa encuesta, “el país más feliz del mundo”, somos también campeones en asesinatos.
Aquí se mata por todo. Por plata, por política, por rabia, para amedrentar a la comunidad, por machismo, para que no se testifique, por lo que se dijo en una declaración ante los jueces, por sapos, por un celular, por no tener dinero, como en las películas de gansters “porque sabía demasiado”.
Se mata en la guerra de las guerrillas, en la de los paramilitares, matan los narcotraficantes y los traquetos, matan los de las bacrim, matan los encargados por el Estado de evitar que los miembros de la comunidad sigan matando. La delincuencia común asesina. Todos los malos eliminan al adversario, al que van a robar, al que deben “despachar” por encargo en oficios sicariales. Y matan los buenos, por celos, porque “se les va la mano” en la muenda diaria a la pareja, lo hacen en el matoneo colegial, lo hacen al calor del licor que se consume para alcanzar la alegría que no se tiene porque no existe bienestar social ni tranquilidad familiar.
Los medios solo reportan muertes, lágrimas, dolores, venganzas. Pero es que no hay nada más que informar. Aquí se cumple a la letra el adagio según el cual “para morir se nace”. Solo que la muerte ocurre antes de tiempo, a los quince años, a los veinte. Cuando desde Israel Simón Pérez recordó que “en la paz los hijos entierran a los padres y en la guerra los padres entierran a los hijos”, ya sabíamos que ello es cierto solo en el 20%. El 80% de nuestros muertos, en cantidades que no supera ningún país del mundo, mueren jóvenes, en la calle, en el campo,  y lo lloran sus padres y sus abuelos.
Llevamos la muerte en la música, en el olfato, en los recuerdos. Muerte atroz, muerte espeluznante, muerte con motosierra, con torturas, con minas, aplacando la sed con la sangre de las víctimas y jugando futbol con sus cabezas. Y no asumimos una actitud valiente para acabar la guerra y extirpar los otros tumores que matan por cuchillo, por pistola, por asalto, a traición, en desplomado.
No reaccionamos, siendo que vivimos al revés. Ni siquiera se cumple  el verso del Julio Flórez, “todo nos llega tarde, hasta la muerte”. Pocos gozamos de ese “privilegio”. Muchos mueren antes de tiempo. Pero no hacemos nada.
Bogotá D.C., 20 de Febrero 2013  Publicada en el nuevosiglo 

sábado, 9 de febrero de 2013

El 9 de febrero es nuestro día

Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.)
El día del periodista se recuerda por un miércoles 9 de febrero de 1791, cuando circuló el “Papel Periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá”, primer semanario en la historia de Colombia, fundado y redactado por don Manuel del Socorro Rodríguez. 
Don Manuel, ex carpintero de familia, nació en Bayamo, Cuba, el 15 de abril de 1754 y llegó a Santafé con el virrey José Ezpeleta (1789-1796), exgobernador de la Habana, quien lo trajo impresionado por su inteligencia y lo nombró director de la Biblioteca Nacional. En ese cargo inauguró el periodismo en Colombia. 
La Ley 918 de 2004 pretendió trasladar el día del periodista para el 4 de agosto, en frustrado homenaje al Prócer Antonio Nariño. También la Ley 586 de 2000 instituyó el día de la Libertad de Expresión, el 13 de agosto. Pero con la ley o sin la ley esa fiesta se celebra en Colombia desde hace más de 100 años, el 9 de febrero. 
Manuel de Socorro Rodríguez dejó este mundo en la pobreza absoluta, según versiones, el día 3 de junio de 1819, encontrado muerto con el hábito de San Francisco de Asís, la cabeza apoyada en una piedra de almohada con un rústico crucifijo de caña en la mano. Fallecía el padre del periodismo Colombiano. 
Un preludio histórico para el día Nacional del Periodismo en Colombia, en contraste con el error garrafal del ex presidente Álvaro Uribe, encontrado por el historiador, periodista y catedrático Antonio Cacua Prada. El ex mandatario pretendió borrar el día 9 de febrero con la Ley 918 del 15 de diciembre del 2004, -reconociendo la actividad profesional del periodismo en Colombia- Art. 6º. 
Error histórico al declarar el “4 de agosto” de todos los años como el “Día del Periodista y Comunicador Social” en conmemoración de la primera publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano; esa traducción fue hecha clandestinamente, lo mismo que su publicación. Fueron obras que dan a la revolución americana el carácter de movimiento, destinado a buscar la significación del hombre por medio de la defensa de sus derechos esenciales. 
Nariño ha sido históricamente el primer periodista político de Colombia y uno de los luchadores más duramente probado por su denodado esfuerzo en la libre expresión a través de la prensa, consagrada a la fecha del 15 de diciembre como el Día de la Prensa Colombiana. 
Históricamente la realidad ha sido compleja, y no siempre bien reflejada por los periódicos, diferencia en este nuevo siglo donde la realidad es observada y mediada por múltiples y diversos actores sociales, políticos, culturales y económicos, sobre los mismos actores mediáticos, complejos y variados.
 La realidad nos llega desde ángulos, miradas y percepciones culturales, para audiencias a su vez más complejas y cada día mejor informadas y educadas. Por lo tanto, las miradas y respuestas demandan un periodismo ético, veraz y responsable. 
PD: Felicitaciones Periodistas en defensa de la verdad y en contra de la intimidación y la amenaza.      
*Poeta y Escritor   

martes, 22 de mayo de 2012

Sigue repudio al atentado en Bogotá

                             ¡SE ESCALO EL CONFLICTO!
Horacio Serpa   Columna semanal
Repudiable en extremo el criminal ataque al doctor Luis Fernando Londoño Hoyos, quien afortunadamente se recupera de sus  lesiones. Atentado infame que causó muertos, numerosos heridos, cuantiosas pérdidas materiales y temores. El País se pronunció para rechazar el hecho, rodeó de solidaridad al exMinistro junto a las víctimas y sus allegados y espera un pronunciamiento definitivo de las autoridades para saber a ciencia cierta la identidad de los responsables.
Duele también el sacrificio de los 12 soldados en la Guajira. Un nuevo acontecer sangriento que a todos nos enlutece y por el cual los colombianos se expresan perplejos en manifestaciones de condolencia y acompañamiento a los deudos, al Ejército Nacional y al gobierno del Presidente Santos.
¿Qué está pasando? ¿Por qué otra vez terrorismo, asaltos, muertos? Es la diaria inquietud de los colombianos, aupada por las declaraciones de los que ven en lo ocurrido la oportunidad de alcanzar ventajas políticas criticando al gobierno, pidiendo más acción y mejores resultados en la lucha contra los violentos, soliviantando a la población con el argumento de que estamos quedando en manos de la delincuencia y enviando mensajes subliminales a la fuerza pública para que se resienta.
La respuesta es: se escaló el conflicto.
Cómo se lee y se oye. Es que hay conflicto, tenemos guerra interna, hace medio siglo existe un levantamiento armado y no es cierto que esté por acabarse porque los guerrilleros fueron eliminados o dominados. Eso es mentira. También fue mentiroso que  hubiéramos llegado “al fin del fin”. Ni nos acercamos siquiera. Aceptado que  se avanzó en la lucha contra la subversión, que la guerrilla tuvo que reducirse a sus zonas de retaguardia y que fueron destruidas muchas de sus estructuras de mando y frentes de combate. Pero la subversión sigue ahí, combatiendo, con capacidad de daño, atacando, matando, destruyendo. Nunca ha dejado de hacerlo.
Ahora aumentó la actividad insurreccional. ¿Para qué? Para demostrar que no ha sido destruida después de que cayó su comandante general; reaccionando a las acciones militares de las Fuerzas Armadas; mostrando fuerza frente a posibilidades de negociación política. Por estas u otras razones las Farc están más activas, elevando el fragor del conflicto.
Así pasa en las guerras. No hay que extrañarse ni lamentarse. Confrontar, combatir, aprovechar que dan la cara para alcanzar más éxitos convirtiendo la situación en una oportunidad para consolidar los propósitos de reducción y desmantelamiento. No hay que pedir cuartel, ni darlo. Avanzar.
Resulta injusto decir que se ha bajado la guardia, que existe desmotivación en la tropa, que se vacila desde la presidencia, que se ceden espacios al enemigo.
El Presidente Santos fue el Ministro de Defensa del gobierno anterior. La Fuerza Militar y la Policía son las mismas, casi con los mismos comandantes.
No estamos perdiendo la guerra. Lo único que se ha perdido es coherencia en la crítica, temperancia en la argumentación y solidaridad con las Instituciones, por parte de algunos de los que más están obligados a tenerlas.
Bogotà D.C., 22 de Mayo, 2012

viernes, 3 de junio de 2011

Análisis de: "Cómo vamos"

Santos en Bogotá: Baraja de alcaldesas para negocios por 12,5 billones

Por: Aurelio Suárez Montoya
Bogotá, 30 de mayo de 2011

La encuesta que la red Cómo Vamos hace en ocho ciudades registró las razones que “han empeorado en el último año la situación económica” de los hogares. Se escogió entre 16 posibles motivos, y aunque en Ibagué, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga lo primero fue la pérdida de empleo, en Bogotá lo fue el costo de los servicios públicos, seguido del valor de la alimentación y del transporte.

La percepción de los bogotanos coincide con la privatización en los últimos 15 años de los servicios públicos domiciliarios y del transporte por un puñado de empresas y una docena de familias. Este modelo privatizador se ahondará con decisiones próximas a tomarse que no son ajenas al mandato que Juan Manuel Santos, mediante alcaldesa encargada, dicta hace un mes sobre Bogotá.

Casi que el primer acto de María Fernanda Campo fue congelar el proceso del Metro, detener los estudios de ingeniería y hacer depender las decisiones básicas de la consultoría sobre la “recalibración” de los modelos de demanda del sistema que realiza Steer, Davis and Gleaves y que aún puede incidir en trazado, términos de referencia y otros. El gobierno central, acompañado del Banco Mundial, ya controla el proyecto avaluado en 4 billones de pesos.

Insólito (e ilegal) fue nombrar alcaldesa ad hoc, ante las inhabilidades de la encargada, para presentar al Concejo un acuerdo sobre la venta de ETB que, de rematarla según cotización en Bolsa, valdría a lo sumo 2,5 billones, menos del valor de su patrimonio en libros, a precio de “gallina flaca”. ¡Un raponazo!

De prorrogarse el encargo hasta el 29 de junio, adjudicaría la licitación del recaudo para el Sistema Integrado de Transporte (SITP) para colectar 2,7 billones anuales por 16 años. Con remuneraciones del 6% del recaudo anual, que rigen para Transmilenio, el ingreso esperado para el ganador sería mínimo de 2,6 billones.

Si Santos demora en entrevistar la terna del Polo hasta el 26 de julio, podría dirimir el concurso del aseo por 8 años en seis zonas exclusivas, con barrido, recolección y limpieza, tasado hasta en 3 billones.

Con una pizca de suerte, y como ñapa, definiría al beneficiario de la licitación de la nueva semaforización por un cuarto de billón.

Santos, después de subastas y unas cuantas inauguraciones, por parte de la encargada, de las obras construidas en tres años; podría devolver la alcaldía al Polo. “Omnia consumata sunt”, sin importar quien gane en octubre, el elegido apenas administrará los negocios otorgados.

Santos, que no es persona de pararse en pelos y, animado por el “todo vale” que gritan las barras anti-polistas, juega una baraja de alcaldesas para alzarse de un manotón con las fichas de la mesa.

domingo, 31 de octubre de 2010

El U-portunismo

Tomado de Vanguardia.com  - Reenviada por  Jose Williaam Villarreal
Sábado 30 de Octubre de 2010 - 07:03 PM

Una nueva palabra se ha agregado al léxico político colombiano: el U-portunismo. Cuando sea aceptada por la Real Academia, el diccionario la definirá así: “Actitud política del partido de la U que consiste en aprovechar al máximo las circunstancias para obtener el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta principios ni convicciones. Es similar al oportunismo, pero con la simultánea pretensión de ser los adalides de la transparencia y la moral”.

El caso más reciente de U-portunismo es el comunicado de la bancada de la U en el Concejo de Bogotá, en el que pretenden sacar la U y distanciarse de las acusaciones de mala administración y corrupción en la Alcaldía de la capital.

Ante todo hay que reconocer que los hechos denunciados por Petro y el concejal Carlos Vicente de Roux son preocupantes y ameritan que los órganos de control investiguen los indicios presentados y, de ser comprobados, impongan las sanciones correspondientes, tanto políticas como disciplinarias o penales si fuera el caso. Hasta ahora las respuestas del Alcalde y del Polo han sido evasivas y tienen que demostrar que si están decididos a combatir la corrupción.

Pero la forma como la bancada de la U quiso envolverse en las banderas de la transparencia y la anticorrupción para subirse al bus de las denuncias y sacar tajada política es una verdadera antología del oportunismo político y la doble moral.

Primero, son selectivos al creer y aceptar unas denuncias y al mismo tiempo rechazar otras del mismo denunciante. Aplauden lo que dijo Petro del carrusel de la contratación en el Distrito, y las acusaciones del millonario contratista Nule contra el hermano del Alcalde; pero no les gusta lo que también dijo Petro del ex presidente Uribe y lo califican como una cortina de humo. Además ignoran las más graves acusaciones de Nule contra los funcionarios del Ministerio de Transporte de la administración Uribe, las que ni siquiera les merecen un comentario.

Se autoproclaman los paladines de la anticorrupción: “el partido de la U rechaza todo acto de corrupción”, dice el comunicado al referirse a hechos que apenas empiezan a ser investigados; pero su silencio ha sido ensordecedor frente a casos de corrupción que no solo han sido comprobados sino que ya hay culpables juzgados y condenados por la justicia.

¿Quién ha oído a la U rechazar la Yidispolítica y la compra de la reelección de Uribe? ¿Dónde están los comunicados de la U para condenar las chuzaDAS y la persecución de la casa de Nari contra jueces y opositores? ¿Cuándo se ha visto a la U censurando la escandalosa repartición de dineros públicos entre los amigos y financiadores de la campaña de Uribito?.

Lo que realmente quiso decir el comunicado fue esto: “el partido de la U rechaza todo acto de corrupción de su opositores, pero ignora los actos de corrupción de sus amigos y jefes políticos”. Es la transparencia de un vidrio polarizado.

El descaro máximo del U-portunismo es criticar el rumbo político de la administración de Bogotá en los últimos años, como si todos los concejales de la U no hubieran sido parte de la coalición de gobierno y no hubieran tenido jugosas tajadas burocráticas en el Distrito. Anuncian que ahora el Alcalde no tiene el respaldo de la U, pero no dicen que si lo tuvo en los tres años pasados mientras sucedían las irregularidades que hoy denuncian. Es la táctica de quien denuncia la hecatombe cuando ha contribuido a producirla.
* * *
COLETILLA: Ya empezó la Fiscalía a acusar a funcionarios de Minagricultura por el escándalo de Agro Ingreso Seguro. Por ahora del viceministro para abajo. Falta llegar al final de la cadena que ojalá no sean las señoras de los tintos y los choferes, como en el caso del DAS, sino que busquen quién daba las órdenes.

Publicada por: MAURICIO CABRERA GALVIS

miércoles, 24 de febrero de 2010

Injusticia.com

Colombia, miércoles 24 de febrero de 2010      
HORACIO SERPA
________________________
Nicolás Castro está en la inmunda, como dicen hoy los jóvenes en su jerga irreverente. Preso en la cárcel La Picota, de Bogotá, se encuentra a la espera de que un juez le resuelva su situación jurídica, luego de que un fiscal lo acusara de instigamiento a delinquir. Su delito: crear, supuestamente, una página en Facebook bautizada "me comprometo a matar a Jerómino Uribe".

Ríos de tinta han corrido por el error de este estudiante universitario de clase media alta, al que le pareció divertido navegar por la red y sumarse a una página que manifestaba el desprecio por un hijo del Presidente, más como una reacción juvenil e irresponsable, que como un acto criminal.

La histeria de algunos medios llevó a que las autoridades nacionales buscaran ayuda de la Interpol y el FBI para hallar al culpable del ilícito. La respuesta fue contundente y hoy Nicolás está viviendo el infierno.

Ser parte de esas comunidades no es un delito de lesa humanidad. Pedir años de cárcel para Nicolás es un exabrupto. No se lo merece. De ser así la mitad del país estaría tras las rejas por escribir en los chat de los medios tantas barbaridades contra Piedad Córdoba o los dirigentes de la oposición.

Años de cárcel se merecen criminales como HH, el jefe paramilitar que en las audiencias de justicia y paz reveló que en Urabá asesinó, en un solo año, a más de mil personas. Pero HH solo pagará ocho años de cárcel, algo así como tres días de prisión por cada campesino muerto, descuartizado y cremado.

Pero por su error, para Nicolás están pidiendo años de prisión y un escarnio público peor que el que han padecido los jefes paramilitares, que hasta hace pocos días eran vistos como celebridades con quienes las familias más respetadas de este país fijaban audiencias, celebraban fiestas y hacían negocios. Y les financiaban sus matanzas.

Este es un país hipócrita. Mientras unos piden para Nicolás, la pena máxima, otros claman que los asesinos de más de 25 mil colombianos salgan pronto de prisión sin haber reparado a sus víctimas, ni haber dicho toda la verdad.

Hay mucho de paranoia y esnobismo en este caso. Nicolás ya le pidió excusas a Jerónimo por andar molestando en Facebook. Con eso debería bastar para estar libre. Nicolás, también, rechazó un acuerdo que le propuso la Fiscalía porque debía declararse culpable.

El país debería dejar en paz a Nicolás y asumir con mayor vigor otros debates más importantes. Como la necesidad de crear nuevamente el ministerio de la Justicia, revocar la mayoría de los decretos de la emergencia social, castigar a los responsables de la podredumbre del DAS y su entrega al paramilitarismo, y encontrar caminos para la paz.

Entiendo la molestia de Jerónimo. Sé que nunca debieron crear semejante página en Internet. Pero ya es hora de cerrar este episodio y permitir que Nicolás vuelva a la Universidad, que es donde debe estar y no en una cárcel. Mantenerlo cautivo es mucha injusticia.



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