--------------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO
DE
CONTRADICCIONES HABLANDO
No es un concepto de altas
profundidades filosóficas o epistemológicas que el ser más contradictorio del
mundo es el hombre teniendo en cuenta que es el único animal pensante. Sí
porque el resto de animales que no emplean la racionalidad, pues no emplean la
lógica; y al no usar la lógica, pues es lógico que no saben de contradicciones.
El hombre sí, e incluye la mujer porque si no Florence Thomas, la feminista, me
arma una guerrita. En días pasados en
Colombia empezó a funcionar socialmente la ley que prohíbe la venta de
cigarrillos de tabaco al menudeo. Hago la aclaración sobre eso de los
cigarrillos de tabaco, porque la susodicha ley en ningún momento, que se sepa,
prohíbe en forma expresa la venta de cigarrillos de marihuana o de bazuco. Pero hasta aquí los lectores deben entender
que sólo se trata de una mamadera de gallo no garciamarquiana sino
indiscutiblemente fajardiana. Antes de otra cosa yo quiero confirmarles que
estoy muy de acuerdo con esa ley y me gusta. Lo que pasa es que veo muy difícil
su aplicación objetiva. ¿Por qué? Porque la aplicación de dicha ley exige
inmediatez en su aplicación, como es lógico, y el tabaquismo, al igual que la
cocainomanía, la heroinomanía y el alcoholismo, entre otras tantas, son graves
enfermedades sicosomáticas, es decir del cuerpo y de la psiquis (mente) las
cuales, desgraciadamente, no se curan con la imposición de una ley, y menos por
la prohibición represiva.
Como tengo personas a quienes quiero y que fuman
demasiado, yo rezaría para que así fuera.
Pero, repito, así de fácil no es. Y muy sencillo es entenderlo. Porque
si fuera así de fácil, ya no habría un solo adicto a nada en ninguna parte de
del mundo y todos estarían curados por conducto de la ley. La ley es
persuasiva, queridos amigos, pero no tiene poderes curativos. Les aclaro, por mera comodidad, que no fumo y
que libré una heroica batalla para, desde hace más de diez años, quitarme de
encima semejante lastre. Entonces, yo no estoy defendiendo al fumador sino que estoy
viendo los más y los menos de la ley. No es equivocado suponer que las empresas
fabricantes de cigarrillos ya estarán craneando las estrategias para “vender
paquetes” de una, dos o tres unidades porque en eso de corromper las leyes los
colombianos sí somos campeones mundiales. Y además, a tales empresas no les
interesa un carajo que la gente se enferme de asma, enfisema pulmonar o cáncer.
Pero vamos a creer, a las buenas, que esa ley no se puede corromper porque
nació blindada. Está bien.
Segunda instancia. Como siempre he
estado convencido que la prohibición es causa del apetito, entonces lo que van
a hacer es que el enfermo fumador fortalezca las empresas tabaqueras aumentando
la demanda comprando por paquetes porque no puede dejar de fumar. Ustedes
alguna vez se han hecho la pregunta ¿Qué sucedería en este momento si los
drogadictos de todo el mundo no consiguieran la droga? Les repito, porque fumar
no es un simple vicio como todos los NO fumadores lo conciben. Es una
enfermedad tan verraca como el alcoholismo o la adicción a cualquier droga
heroica. La nicotina es la sustancia más adictiva que existe después de la
heroína. Y a eso súmele la herencia cultural. Si el papá fuma y la mamá fuma,
cómo carajos quieren que los muchachos no fumen. Porque hasta ahora, que uno
sepa, no se conoce ni siquiera una sola oveja alérgica a la lana. ¿Entonces qué hay que hacer? Amigo fumador:
No trate de ninguna manera, sino logre convencerse usted mismo por sus propios
métodos de que, cuánto diera por ejemplo, el Presidente Chávez por no tener
cáncer. O también piense en, cuánto diera usted por curar a su mamá a quien
adora en el alma, que por fumar, a sus 38 años ya está sentenciada a muerte
irremediablemente por el cáncer. Todo está en la racionalidad de los seres
pensantes. Pero sobretodo, en la mentalidad que nosotros asumamos ante
semejante mostro exterminador como es la adicción a las drogas.