Columna semanal publicada en el Nuevosiglo
Horacio Serpa
Todo el mundo conoce el interés
del doctor Juan Manuel Santos por contribuir al logro de la paz. No solo como
tema de opinión o en el simple interés de mostrarse de acuerdo con la
posibilidad de encontrarla para los colombianos. El doctor Santos ha ido mucho
más allá con propuestas que en oportunidades superaron el mundo de lo académico
y llegaron a la acción, tratando de incidir ante los actores armados de la guerra
en busca de avenimientos políticos y de compromisos de reconciliación.
Es de suponer, entonces, que no
va a dejar pasar en blanco su presidencia sin hacer un esfuerzo consagratorio
en tan vital materia. Ojalá se le presente la oportunidad.
Lo que está ocurriendo parece
llevar a ese llanito. La declaración de la Farc en el sentido de que no realizará más
secuestros, tiene un significado enorme. Recuerdo que en Tlaxcala fue un
reclamo insistido del gobierno para continuar dialogando, frente a la muerte en
cautiverio del doctor Argelino Durán. De ahí en adelante siempre se demandó tal
decisión de la guerrilla, que ella negó sistemáticamente. Tenemos, pues, un
buen gesto, dígase lo que se diga. Lo es al mismo tiempo la libertad de los 10
secuestrados de la
Fuerza Pública , que se tramita.
Por los lados del Presidente
también se ha movido la cosa. Cada vez que recuerda las llaves, en la mano, en
el bolsillo o por ahí cerca, manda un mensaje cierto. Como también tiene que
ser verdad que el doctor Santos estuvo hablando del tema en su reciente visita
a La Habana. El
proyecto sobre restitución de tierras y reformas esenciales en el campo,
construye caminos de paz.
¿Qué va a pasar? No lo saben ni
el Presidente ni la guerrilla. Pero si continúan las señales positivas y el
país acompaña tan importante propósito, más temprano que tarde se van a
encontrar.
Pero la guerrilla sigue matando
policías y soldados, se dice con razón y nos duele. Es una desgracia. También
la policía y el Ejército siguen matando guerrilleros. Nadie va a parar hasta
cuando no haya definiciones concretas de entendimiento, porque esa es la
dinámica, la tragedia y la perversidad de la guerra.
No se tomen a mal las anteriores
frases. Solo quiero ser objetivo y realista, para que entendamos a carta cabal
lo que estamos padeciendo. Sufrimos una confrontación violenta atroz,
destructora, cruel, que causa tristezas, caos, miseria. Precisamente es por
esto que debemos hacer esfuerzos por la
paz.
Hoy por hoy, después de numerosas
frustraciones y desgracias, hay que apoyar con decisión las actividades que
vengan en ese sentido. No será fácil para el gobierno, con tanta ultraderecha
alborotada creando mal ambiente y echando cizaña.
Solo el Presidente Santos sabe en
qué vamos y para donde. Por eso es muy importante estar pendientes y ser
positivos, so pena de que pase la oportunidad y no nos demos cuenta. Algo serio
por fin está pasando. Y es para bien.
Bogotà D.C., 27 de Marzo, 2012