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miércoles, 30 de septiembre de 2009

MOVIENDO IDEAS

----------------------------Por: Álvaro Vecino Pico

En un país cuya cultura política ha estado definida por un alto grado de emotividad, ha estado abstraída en la tradición, anclada y condicionada a los entornos geográficos; además, diluyéndose en la carencia de postulados racionales de la mayor parte de su clase política, obedeciendo a un modelo verticaslita y excluyente de los partidos y sufriendo la indiferencia de la gran masa popular –justo aquella que todos dicen representar-, los resultados de las elecciones del pasado Domingo (consultas internas de los partidos) deben leerse como un gran paso en la dirección de un nuevo modelo de cultura política moderna, racional, argumentativa y sobre todo, de esperanza para quienes consideramos que la acción política no es ‘el arte’ de sumar votos en unas elecciones para negociar partidas burocráticas y satisfacer las necesidades personales, sino que ella es la búsqueda del bien común a través de grandes acuerdos sociales.

El triunfo del voto de opinión sobre las maquinarias en el Polo Democrático Alternativo, abre una luz de esperanza para quienes estamos convencidos (sin ser militantes de ese partido) de que la política debe hacerse a base de propuestas y razones; y que la política es el eje que moviliza aquellas ideas que aguardan la esperanza de una sociedad más justa, segura, honesta, competitiva y sostenible.

Ese triunfo, es un pequeño paso que hay que potenciar, imitar y multiplicar en los espacios que hoy le ofrecen al ciudadano la oportunidad de serlo sin vender su conciencia ni doblegar su dignidad, me refiero a la alternativa que propone Sergio Fajardo, la del hoy renovado partido verde Opción Centro con Mockus, Garzón y Peñaloza y quizá el mismo Polo que ha recibido su mandato de las urnas.

Poco a poco van quedando atrás los tiempos en que a la gente la llevaban a votar en camiones, como ganado, y que le enredaban el voto con una botella de aguardiente, sancocho y lechona. ¡Ay de aquellos políticos cuya esperanza de llegar al poder esta depositada en fiestas, fandango y comilona!; ¡Ay de quienes su único mérito es la capacidad de lagartearse un puestico, un subsidio o un mercado!; ¡Ay de quienes en prosa cantinflesca están acostumbrados a hablar sin decir nada y se la pasan diciendo lo mismo aquí y allá!; pues se quedaron atrapados en un sistema anacrónico porque ya los tiempos son otros y, aunque la cultura no se transforma de un día a otro, son evidentes las señales que muestran que en estas latitudes la razón comienza a despertar.

Ahora los colombianos en general, y los santandereanos en particular, tenemos la oportunidad de explorar, identificar y consolidar los nuevos liderazgos que emergen desde diferentes sectores y que se distinguen por su servicio, capacidad, confianza e inteligencia, para que sean puestos al servicio de la gente desde el ámbito de lo público, es decir desde la política.

Ahora la opinión comienza a tener sentido, las voces se traducen en actos y las ideas se mueven en función del bien común. Vayamos despidiéndonos de la vieja política, esa que con falsas promesas se ha aprovechado invariablemente del hambre y la ilusión de la gente; y bienvenida la política que no pide ni ofrece favores sino que actúa con conciencia y reconoce la condición humana y todo lo que implica Ser ciudadano. Sintámonos todos bienvenidos a esta nueva fase de la política colombiana. Volver a Inicio > Cadena Radiofónica CRV >

domingo, 4 de mayo de 2008

OTRAS VOCES (II)

Por: ALVARO VECINO PICO
http://alvecip.blogspot.com/

La aceptación de Otro como un legitimo Otro en la convivencia con uno es el principio básico de la convivencia, según explica el biólogo chileno Humberto Maturana. La negación de este principio es fuente generadora de Violencia.


Ver y sentirse visto es vital en la construcción de identidad social; somos como nos hacemos en la mirada de los otros. No hay peor acontecimiento que no ser visto ni oído; imagine llegar a casa y que nadie se percate de su presencia. Los amigos reclaman cuando no se les saluda en un sitio público, por descuido o porque uno se hizo "el loco".

Ignorar al otro, su necesidad, su dolor, su opinión, ha sido, también causa de violencia en medio de esta cultura que ha preferido reemplazar las voces de la discordia, por el miedo, la bomba y la metralla generando como respuesta el cilindro y la motosierra, en una espiral de violencia que cuando parece llegar a algún límite se transforma en algo peor.

Cómo crecer políticamente si persiste el empeño de adoctrinar por encima de argumentar; cuando no se cree en el consenso sino en la unanimiad y al menor asomo de disenso de le señala –al otro- como enemigo de lo bueno y amigo de la maldad.

El ciudadano común tiene que contentarse con saber una sola versión de la realidad: los medios de comunicación solo tienen la versión "oficial" de los hechos, la que justifica toda acción, toda mención y toda omisión. La opinión contraria no es la opinión del Otro: "son las mentiras de los enemigos de la paz", de una paz asociada al silencio temeroso que va quedando como consecuencia de la guerra.

Cuando se reduce la Paz a la ausencia de la guerra, se niega nuestra capacidad de tener una opinión diferente, eso motiva el florecimiento de los insultos viscerales que se reflejan en los foros de opinión; no hay lugar a posturas críticas, todo es en blanco y negro; solo vale una razón, no hay espacio para la discusión.

La idea de un Sujeto racional con capacidad de relacionarse con los otros a través del lenguaje y lograr entendimientos sobre algo en el Mundo de la Vida, no esta cerca de ésta realidad (de todas formas, gracias Habermas) y menos aun el principio ilustrado de que "Puedo no estar de acuerdo con lo que usted dice pero daría mi vida para defender su derecho a decirlo" (Voltaire nunca asomó por aquí).

Por suerte aun podemos rescatar de nuestras emociones, la experiencia vital del AMOR; pero no el de las canciones de Julio Iglesias, sino de aquel que aspira a la comunión porque es parte de nuestra insuficiencia ontológica.

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