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sábado, 16 de marzo de 2013
Que viva pachito primero
Trafugario
Por: José Óscar Fajardo
¡Y que vivan Lionel Messi y
Diego Armando Maradona, los dioses vivientes del fútbol aquí en la tierra y
abajo Satanás!, gritaba un enconado grupo de proargentinos dirigidos por una
manada de barboseños que viven en Argentina estudiando para doctores, y
lógicamente enloquecidos por sendas botellas de aguardiente antioqueño
importado especialmente para fechas memorables como esa. Por ejemplo, un día
que eligieran un Papa gaucho o Argentina fuera campeón mundial por tercera vez.
Porque cualquier país, por más rezandero que sea, no tiene dioses tocables ni
mucho menos un Papa (de esos de carne y hueso) así a la bulla de los tarros.
Porque según los noticieros de
la TV, uno podía ver que la gente estaba
tan festiva como aquella tarde inolvidable de 1978 en que Mario Alberto Kempes,
Daniel Pasarela, y el resto de combo, abatieron en franca lid a uno de los
equipos más perfectos de la historia y en un campeonato mundial de fútbol, como
lo fue Holanda en ese entonces. Las cosas tuvieron ribetes de “desastre
nacional” dado que los holandeses, por lo menos en teoría, ya tenían cuatro
quintas partes de esa copa mundial entre sus bolsillos. Y vea pues. Después
vino el mundial del 86 en México que fue cuando Diego se echó el equipo a sus
hombros como todo un Atlas, y de nuevo se coronaron campeones. Dos lustros
después se apareció Lionel Messi y hace sólo unos pocos días atrás, el Santo
Padre, máximo líder de la iglesia católica.
A nosotros los colombianos se nos apareció fue san José Pekerman y en
forma casi milagrosa, tiene nuestra selección de fútbol volando y eso nos causa
una alegría tal vez como la sienten ellos por el Papa.
Pero Pachito Primero, así le
digo yo en confianza porque sé que él se aguanta las chanzas pachunas y además
no se enverraca, aquí entre nos tiene como tres nudos gordianos bien rebacanos
para soltar. Uno de ellos y quizá el más delicado, las salpicaduras que tienen
los curas y el descrédito de la Iglesia por los sacerdotes pederastas. El otro
es lo del bonche del Banco del Vaticano (El Instituto de Obras para la
Religión-IOR) que, agárrese don Satanás de la cruz que esto se va a reventar. Y
el tercero es el los “Vatileaks”, o mejor dicho el de la filtración de
correspondencia privada de Benedicto XVI, que destapó una epidemia de abuso de poder en la Curia. De eso uno pude colegir que las cosas allá en
el interior del Estado más santo del mundo, donde se reza con tanta sevicia que los pantalones de los feligreses
amanecen arrodillados, no son tan diferentes a muchos Estados laicos donde hay
ex-presidentes que quieren ser como Dios, eternos. Y así, en vez de fortalecerse,
se degeneran las democracias.
Claro que Pachito Primero ya
les cantó la tabla y les dijo que la iglesia católica está a punto de
convertirse en una “ONG piadosa” y las razones para creerlo, saltan a la cara.
Yo me pregunto es, cómo va a hacer el
Parasicólogo ese del Manicomio más grande del mundo que estudia Brujilística
allá en Argentina, y que por ahora se está craneando la manera de darse las
mañas para que el Sumo Pontífice se zambulla en una bañera de veinte mil
galones de agua que él tiene sabiamente preparada, con el metafísico objetivo
de volverse rico vendiendo caldo de Papa.
Porque el caldo de papa, según la opinión sabia de los brujos del
Manicomio, no sólo sirve para un guayabo terciario sino también, en fútbol,
para ganar campeonatos mundiales. Pekerman nos llevará al mundial y habrá otro
maracanaso, vaticinó el bendito brujo.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 11:31 a.m. 0 comentarios
Etiquetas: antioqueño, Argentinos, colombianos, fútbol, iglesia, Pachito, Papa, rezanderos, Tv
sábado, 2 de marzo de 2013
Algo anda mal en Colombia
Por: Bernardo Socha Acosta
Para cualquier desprevenido colombiano, las cosas no andan bien en nuestro país. Cuando los sectores más importantes de la producción nacional y quienes construyen la riqueza de una sociedad, deciden realizar una protesta por motivos que son suficientemente claros, los representantes del gobierno no pueden responder con amenazas y represión, porque ahí es donde germina la rebeldía popular y la violencia. Por eso han surgido movimientos de extrema.
Bien lo dijo un prelado de la Iglesia
católica al respecto, que a los productores del agro, no se les puede calificar
de subversivos porque reclaman sus derechos. Será que estamos cayendo en ese
extremo, que solo fue visible de algún pasado presidente de la república; que
todo lo arreglaba con los fusiles y nada de diálogo.
La forma como los voceros del gobierno han
manejado la situación, inicialmente con los cafeteros y cacaoteros, es lo que
ha generado nuevas adhesiones al movimiento de trabajadores. Ya se han
unido otros sectores, entre ellos los transportadores,
llamados camioneros y así parece
continuar.
Esta inconformidad de la población no es un buen signo y los Ministros y otros
funcionarios que han estado atendiendo la situación, entre ellos el titular
de defensa, deben actuar con más
diplomacia, porque las amenazas ya no atemorizan, sino que despiertan reacciones agresivas a los demás.
A nadie le gusta que se le amenace como los
tiempos de antes; nadie obedece con órdenes agresivas. La agresividad como la
violencia, genera más violencia y un estado no puede ser violento con sus
gobernados. Cuando el pueblo reclama, habrá alguna razón; porque nadie protesta
porque sí. Y responder con amenazas y
represión, multiplica los resultados
negativos, sin lograr nada positivo en favor de la normalidad de los
colombianos.
Hay que entender que los productores del
campo han sido los más abandonados por la mano del estado. Los campesinos no
pueden seguir produciendo a pérdida
debido a los altos costos de los insumos y a los ruinosos precios que se
le fijan a los productos que ellos generan. La triste situación de los
campesinos colombianos no se puede
tratar con represión y violencia. Ellos
merecen consideración. Qué pasaría si la emigración campesina hacia las
ciudades sigue como se viene desarrollando, a raíz de la indolencia del estado.
El hambre y nuevos factores de violencia e inseguridad seguirán
siendo el común denominador de los colombianos en las grandes ciudades,
si las cosas no cambian. Y de paso sea la oportunidad de recordar a un congresista que sugirió al gobierno no permitir esas protestas. Es que es tan fácil hablar cuando se gana un sueldo de 25 MILLONES DE PESOS MENUALES a costa del pueblo colombianos, mientras un trabajador común y corriente devenga algo más de 500 mil pesos mensuales. dónde está la cacareada equidad.
Todos creemos que es hora de actuar; pero no
actuar tratando de persuadir a los inconformes con represión y violencia de la
cual ya estamos cansados y tal vez se intenta hacer algo con los diálogos en
Cuba, pero mientras eso ocurre, se hace lo contrario en Colombia.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 11:39 a.m. 0 comentarios
Etiquetas: colombiano, Derechos, gobierno, iglesia, ministros, represión, república, violencia
lunes, 21 de febrero de 2011
Lo que llena de confianza a los Colombianos
Nota del Editor: Hoy que la Fiscalía General ha tomado medidas que a la mayoría de colombianos satisface y llena de confianza, en relación con el Programa Agro Ingreso Seguro, cobra actualidad el siguiente artículo escrito por un prelado de la Iglesia, en http://www.podion.org/ cuando el escándalo se encontraba en pleno apogeo, sin que en el pasado gobierno se hiciera nada para investigarlo. El artículo dice:
AGRO INGRESO SEGURO, CÍNICO Y DESCARADO
Por Monseñor Jaime Prieto Amaya, Obispo de Cúcuta.
Hace apenas unos meses llegué a esta hermosa región del Norte de Santander. Quince años de servicio pastoral en el Magdalena Medio llenaron mi vida de gratas experiencias, de grandes interpelaciones y fuertes expectativas que necesariamente deberían encontrar canales de búsqueda serena y de propuestas sensatas.
El Programa de Desarrollo y Paz PDPMM de cuya Junta Directiva fui presidente durante muchos años como también la amistad sincera, la lealtad y la gran preparación y gestión de su director el Padre Francisco de Roux se constituyeron en un punto de referencia indispensable para futuros proyectos. Coincidió el comienzo de mi ejercicio episcopal en esta Iglesia Particular de Cúcuta con la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes 2009.
¿Por qué no dedicarla, pensamos con la Pastoral Social, al campo y al campesino? “A Dios rogando y al campesino apoyando” fue nuestro lema. Reflexionamos sobre la problemática campesina de la región, sobre la falta de políticas agropecuarias eficientes, sobre los megaproyectos agrarios, sus luces y sus sombras. Nos propusimos aumentar el monto de la colecta de 30 millones a 150 o 200 millones para crear un fondo semilla para proyectos campesinos.
Lo logramos gracias a la campaña de sensibilización durante toda la Cuaresma, a la motivación de nuestros sacerdotes y los animadores pastorales de las parroquias y a la generosidad de nuestro pueblo. Hemos iniciado los proyectos “con las uñas” como se dice. ¿Qué son 150 millones de pesos para atender las diferentes necesidades del campesino de unos cuantos municipios solamente? ¿A dónde acudir ante esta “urgencia” manifiesta? Y mientras hacíamos proyectos para presentar a entidades de ayuda externa, se destapó esa olla podrida del Agro Ingreso Seguro.
Lo más triste de todo es el cinismo con que se trata de justificar el visible atraco a los fondos del Estado y por lo tanto al mismo pueblo colombiano. Cuando se inició el escándalo uno de los grandes implicados decía “pero si todo está a la vista”. Pues claro que todo está a la vista. Su cinismo los exime de justificarse por ignorancia.
Aquí el elefante se les convirtió en animal prehistórico descomunal, un “mamut” de esos que dejan no huellas sino cráteres en la ya desgastada confianza que les puede brindar el pueblo colombiano. ¿Cómo distinguir entre un campesino y un terrateniente? ¿No se trataba con el famoso programa de Agro Ingreso Seguro de “devolver equidad al campo? Ahora si comprendo porqué Colombia debe “desertizarse”.
Necesitamos un gran desierto de arena para hacer como los gatos: tapar la porquería que producimos sin dejar rastros. ¿Cómo podemos pensar que devolviendo los beneficiados la platica, las cosas ya quedarán arregladas? No tiene esto presentación. Lamentablemente así van a quedar las cosas. Qué lejos estamos de solucionar el problema agrario en Colombia y créanme: mientras no solucionemos el problema agrario tampoco vamos a solucionar el conflicto social, léase, el conflicto armado en Colombia. Mientras tanto, sigamos cantando nuestras viejas canciones “me quitaron el rancho con las vaquitas que aunque eran tan poquitas eran de mí”.
JAIME PRIETO AMAYA, Obispo de Cúcuta
Noticia relacionada
jueves, 22 de mayo de 2008
El respeto a la libertad de cultos es camino hacia la paz
Autorneto > Referencia > Noticias Mundiales
Monseñor Alfredo Vesga Díaz, de la Iglesia Católica Apostólica en Colombia, dijo que aprendiendo a respetar la opinión y las creencias de los demás se abre un camino hacia la paz, la cultura y el progreso.
Una cruzada didáctica para socializar y garantizar la libertad de cultos en Colombia como un principio de auto-determinación humana que contribuya a la formación de una sociedad respetuosa de las creencias y de la opinión ajena, impulsa monseñor Alfredo Vesga Díaz. LEER MAS >
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 2:44 p.m. 0 comentarios
Etiquetas: Alfredo_vesga, apostolica, creencias, iglesia, respetuoso
domingo, 4 de mayo de 2008
OTRAS VOCES (II)
Por: ALVARO VECINO PICO
http://alvecip.blogspot.com/
La aceptación de Otro como un legitimo Otro en la convivencia con uno es el principio básico de la convivencia, según explica el biólogo chileno Humberto Maturana. La negación de este principio es fuente generadora de Violencia.
Ver y sentirse visto es vital en la construcción de identidad social; somos como nos hacemos en la mirada de los otros. No hay peor acontecimiento que no ser visto ni oído; imagine llegar a casa y que nadie se percate de su presencia. Los amigos reclaman cuando no se les saluda en un sitio público, por descuido o porque uno se hizo "el loco".
Ignorar al otro, su necesidad, su dolor, su opinión, ha sido, también causa de violencia en medio de esta cultura que ha preferido reemplazar las voces de la discordia, por el miedo, la bomba y la metralla generando como respuesta el cilindro y la motosierra, en una espiral de violencia que cuando parece llegar a algún límite se transforma en algo peor.
Cómo crecer políticamente si persiste el empeño de adoctrinar por encima de argumentar; cuando no se cree en el consenso sino en la unanimiad y al menor asomo de disenso de le señala –al otro- como enemigo de lo bueno y amigo de la maldad.
El ciudadano común tiene que contentarse con saber una sola versión de la realidad: los medios de comunicación solo tienen la versión "oficial" de los hechos, la que justifica toda acción, toda mención y toda omisión. La opinión contraria no es la opinión del Otro: "son las mentiras de los enemigos de la paz", de una paz asociada al silencio temeroso que va quedando como consecuencia de la guerra.
Cuando se reduce la Paz a la ausencia de la guerra, se niega nuestra capacidad de tener una opinión diferente, eso motiva el florecimiento de los insultos viscerales que se reflejan en los foros de opinión; no hay lugar a posturas críticas, todo es en blanco y negro; solo vale una razón, no hay espacio para la discusión.
La idea de un Sujeto racional con capacidad de relacionarse con los otros a través del lenguaje y lograr entendimientos sobre algo en el Mundo de la Vida, no esta cerca de ésta realidad (de todas formas, gracias Habermas) y menos aun el principio ilustrado de que "Puedo no estar de acuerdo con lo que usted dice pero daría mi vida para defender su derecho a decirlo" (Voltaire nunca asomó por aquí).
Por suerte aun podemos rescatar de nuestras emociones, la experiencia vital del AMOR; pero no el de las canciones de Julio Iglesias, sino de aquel que aspira a la comunión porque es parte de nuestra insuficiencia ontológica.
Ignorar al otro, su necesidad, su dolor, su opinión, ha sido, también causa de violencia en medio de esta cultura que ha preferido reemplazar las voces de la discordia, por el miedo, la bomba y la metralla generando como respuesta el cilindro y la motosierra, en una espiral de violencia que cuando parece llegar a algún límite se transforma en algo peor.
Cómo crecer políticamente si persiste el empeño de adoctrinar por encima de argumentar; cuando no se cree en el consenso sino en la unanimiad y al menor asomo de disenso de le señala –al otro- como enemigo de lo bueno y amigo de la maldad.
El ciudadano común tiene que contentarse con saber una sola versión de la realidad: los medios de comunicación solo tienen la versión "oficial" de los hechos, la que justifica toda acción, toda mención y toda omisión. La opinión contraria no es la opinión del Otro: "son las mentiras de los enemigos de la paz", de una paz asociada al silencio temeroso que va quedando como consecuencia de la guerra.
Cuando se reduce la Paz a la ausencia de la guerra, se niega nuestra capacidad de tener una opinión diferente, eso motiva el florecimiento de los insultos viscerales que se reflejan en los foros de opinión; no hay lugar a posturas críticas, todo es en blanco y negro; solo vale una razón, no hay espacio para la discusión.
La idea de un Sujeto racional con capacidad de relacionarse con los otros a través del lenguaje y lograr entendimientos sobre algo en el Mundo de la Vida, no esta cerca de ésta realidad (de todas formas, gracias Habermas) y menos aun el principio ilustrado de que "Puedo no estar de acuerdo con lo que usted dice pero daría mi vida para defender su derecho a decirlo" (Voltaire nunca asomó por aquí).
Por suerte aun podemos rescatar de nuestras emociones, la experiencia vital del AMOR; pero no el de las canciones de Julio Iglesias, sino de aquel que aspira a la comunión porque es parte de nuestra insuficiencia ontológica.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 8:56 a.m. 0 comentarios
Etiquetas: Amor, experiencia, iglesia, legitimo, otras, voces
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