Por Alirio Gómez Martínez
A mediados del mes de mayo tuve la ocasión de leer un periódico de la ciudad
de Barrancabermeja que en una sección llamada “Pildoritas Políticas” su
director preguntaba:” ¿Quién va a votar por Serpa a la Gobernación? ¿Será
que Serpa busca acabar su vida política con una estruendosa derrota en su
tierra, mucho más contundente que la sufrida en las elecciones del 2006? Mal
comienzo de una candidatura que de por si, nació muerta…”
En la misma sección, a renglón corrido, otra posición totalmente despistada
del entorno político. Al referirse a la candidatura de Fernando Vargas a la
alcaldía de Bucaramanga escribió “…quiere salir derrotado y anunció que irá
hasta el final por la alcaldía de Bucaramanga”. Impresionaba lo terciado de
sus opiniones contra todo lo que no fuera Convergencia Ciudadana. El
periodismo desaparecía para darle paso a una explosión ciega de improperios.
Terminado el debate electoral y conocida la respuesta del pueblo
santandereano ante los nombres y hojas de vida puestas a su consideración
tanto para la Gobernación de Santander como para las alcaldías de
Bucaramanga y Barrancabermeja, se vieron los resultados. La
“concientización” a que Convergencia Ciudadana sometió algunos periodistas
en base al pago de muchos millones provenientes de los presupuestos
departamentales, no sirvió. La injuria no valió como herramienta política.
“Con Horacio Serpa, en el hipotético caso de ganar las elecciones para la
gobernación, Santander se verá perjudicado…”, era una de las miles de
afirmaciones tóxicas que trataron de inyectar en la conciencia de las
gentes. Los augurios de que “Horacio Serpa Uribe debe pensarlo mejor para
evitar una catástrofe política muy dolorosa…”, tampoco surtieron efecto. El
peso de la opinión santandereana aplastó la práctica del improperio y Serpa
rompió todas las marcas electorales registradas en Santander.
El deseo de que “…lo bueno debe continuar…”, difundido por el periódico
barramejo fue aceptado plenamente por los santandereanos. Conocidas las
determinaciones de la Corte Suprema de Justicia para abrirle investigación a
la dirigencia de Convergencia, el gobernador, dos diputados y el alcalde de
Barrancabermeja por posibles prácticas de la “parapolítica”, aceptó que lo
bueno debía continuar y le volteo la espalda a Convergencia Ciudadana.
La recomendación del periódico fue aceptada por cerca de 500 mil seres de
carne y hueso para quien es lo bueno fue Horacio Serpa para la gobernación y
Fernando Vargas para la alcaldía de Bucaramanga. Las cábalas expresadas,
frutos de una “concientización” retorcida y perversa no resultaron. El
esfuerzo por sembrar odio y duda se convirtió en un bumerang que fue y al
retornar, golpeó causando “una catástrofe política muy dolorosa”.
Conclusión: Las diatribas no sirven como arma política. Regresar a titulares: http://www.bersoa.blogspot.com/
A mediados del mes de mayo tuve la ocasión de leer un periódico de la ciudad
de Barrancabermeja que en una sección llamada “Pildoritas Políticas” su
director preguntaba:” ¿Quién va a votar por Serpa a la Gobernación? ¿Será
que Serpa busca acabar su vida política con una estruendosa derrota en su
tierra, mucho más contundente que la sufrida en las elecciones del 2006? Mal
comienzo de una candidatura que de por si, nació muerta…”
En la misma sección, a renglón corrido, otra posición totalmente despistada
del entorno político. Al referirse a la candidatura de Fernando Vargas a la
alcaldía de Bucaramanga escribió “…quiere salir derrotado y anunció que irá
hasta el final por la alcaldía de Bucaramanga”. Impresionaba lo terciado de
sus opiniones contra todo lo que no fuera Convergencia Ciudadana. El
periodismo desaparecía para darle paso a una explosión ciega de improperios.
Terminado el debate electoral y conocida la respuesta del pueblo
santandereano ante los nombres y hojas de vida puestas a su consideración
tanto para la Gobernación de Santander como para las alcaldías de
Bucaramanga y Barrancabermeja, se vieron los resultados. La
“concientización” a que Convergencia Ciudadana sometió algunos periodistas
en base al pago de muchos millones provenientes de los presupuestos
departamentales, no sirvió. La injuria no valió como herramienta política.
“Con Horacio Serpa, en el hipotético caso de ganar las elecciones para la
gobernación, Santander se verá perjudicado…”, era una de las miles de
afirmaciones tóxicas que trataron de inyectar en la conciencia de las
gentes. Los augurios de que “Horacio Serpa Uribe debe pensarlo mejor para
evitar una catástrofe política muy dolorosa…”, tampoco surtieron efecto. El
peso de la opinión santandereana aplastó la práctica del improperio y Serpa
rompió todas las marcas electorales registradas en Santander.
El deseo de que “…lo bueno debe continuar…”, difundido por el periódico
barramejo fue aceptado plenamente por los santandereanos. Conocidas las
determinaciones de la Corte Suprema de Justicia para abrirle investigación a
la dirigencia de Convergencia, el gobernador, dos diputados y el alcalde de
Barrancabermeja por posibles prácticas de la “parapolítica”, aceptó que lo
bueno debía continuar y le volteo la espalda a Convergencia Ciudadana.
La recomendación del periódico fue aceptada por cerca de 500 mil seres de
carne y hueso para quien es lo bueno fue Horacio Serpa para la gobernación y
Fernando Vargas para la alcaldía de Bucaramanga. Las cábalas expresadas,
frutos de una “concientización” retorcida y perversa no resultaron. El
esfuerzo por sembrar odio y duda se convirtió en un bumerang que fue y al
retornar, golpeó causando “una catástrofe política muy dolorosa”.
Conclusión: Las diatribas no sirven como arma política. Regresar a titulares: http://www.bersoa.blogspot.com/
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