Escalona ha sido una leyenda durante décadas y lo seguirá siendo como un testimonio vivo a las generaciones venideras.
El Maestro convirtió la vida de su región en un nostálgico verso, y con él le narró al mundo la pasión inigualable del caribe colombiano.
Aunque hoy lo despedimos con dolor, Colombia lo recordará siempre como un historiador innato que relató en sus canciones la vida del gran Magdalena y contribuyó como el que más para que el vallenato fuera una expresión universal de nuestra cultura.
Rafael Escalona es el más célebre hijo del folklore nacional. Su talento aún sigue abriendo las puertas del mundo a cantantes e intérpretes vallenatos, que ahora han podido tocar el corazón de millones de jóvenes con expresiones de auténtica riqueza musical, incluso más allá de las fronteras.
Tenía razón, querido Maestro, “las despedidas dan sentimiento…” Para todos es muy difícil decirle adiós.
Horacio Serpa Uribe, Bogotá, 13 de mayo de 2009
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