UN PRESIDENTE COMO URIBE, QUE se pronuncia sobre lo divino y lo humano, que supuestamente asume posiciones valerosas frente a todo, ahora resulta mudo, callado, frente a dos temas que podrían costarle la Presidencia: los negociados de sus hijos y las chuzadas y seguimientos ilegales a los magistrados, personalidades y periodistas. En lo que tiene que ver con las chuzadas, tal como lo describió el ex presidente Gaviria, no es nada distinto que una maquinaria criminal montada desde el Ejecutivo al peor estilo mafioso y pasando por encima de todas las normas que gobiernan al Estado de Derecho. No basta que metan presos a 17 funcionarios del DAS, como al parecer ocurrirá: los colombianos tenemos el derecho de saber quiénes son los determinadores de estos crímenes, quiénes recibían las informaciones en la Casa de Nari y quiénes ordenaban los seguimientos. Que no nos vengan a decir ahora que esta maquinaria criminal se montó por unos empleados de bajo nivel del DAS sin que sus jefes supieran y sin que nadie, absolutamente nadie, en la Presidencia se enterara.
Hace más de dos años, en esta misma columna habíamos denunciado que en la Casa de Nari se llevaban unas listas de los opositores y que detrás de esto andaba el general Flavio Buitrago, jefe de seguridad del Sr. Uribe. No sólo nunca nos desmintieron, sino que los propios hijos del Sr. Uribe han confesado en la W que ellos “referencian” a sus potenciales socios utilizando para ello los servicios del Estado y del militar mencionado.
Si esto pasa con los socios, ¿qué no harán con los no socios a quienes califican de terroristas y guerrilleros? Y si no, miren la cobarde actitud del Sr. Uribe, que calla frente a los escándalos que lo sacuden mientras se envalentona contra Piedad Córdoba para impedir que traiga de la selva al hijo del profesor Moncayo. ¡Tan valiente el dueño del Ubérrimo!
Por otra parte, sobre los aventajados empresarios Uribe Moreno no se ha dicho todo, ya que sus chancucos no se limitan a unos lotes en Mosquera que, por el arte del birlibirloque, quedaron convertidos en Zona Franca.
Los hijos del Sr. Uribe deben ser investigados por la Fiscalía General de la Nación, entre otras cosas por usurpación de funciones públicas, pues vimos a Tomás en una reunión en con altos funcionarios públicos modificando los términos de la doble calzada a Facatativá que, casualmente, pasa por enfrente de su Zona Franca.
Habilidosamente los jóvenes Uribe Moreno se han valido de toda clase de explicaciones truculentas, al mejor estilo de su padre, para defenderse. El hecho concreto es que los jóvenes se han beneficiado de su privilegiada posición para enriquecerse, tal como lo ha probado y denunciado valerosamente Daniel Coronell.
Si este país fuera serio, estos ciudadanos ya deberían tener abiertas las correspondientes investigaciones de carácter penal, cosa que por supuesto no pasará pues nadie se atreve a meterse con el Cartel de Medellín que habita en la Casa de Nari.
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