Horacio Serpa
El doctor Simón Gaviria, Director
del Partido Liberal, dijo ayer en El Tiempo que el “Esquema de regalías es
ineficaz”. En términos generales expresó que la “mermelada” prometida para que
llegara equitativamente a todos los lugares del país no se va a repartir con
ese criterio, que muchos municipios ni siquiera recibirán un peso y que para la
distribución se diseñó un sistema centralista, ineficiente e ineficaz.
Agregó: “Es un proceso lleno de
tramitologías, que probablemente lleve a la no distribución de estos recursos.
El sistema de triángulo no permite la misma diligencia que tenía un Alcalde para
contratar o avanzar en algún proyecto”. Dijo el doctor Gaviria que el nuevo
sistema va hacia donde llegó el Fosyga. Y ya sabemos lo que ello significa.
En todas partes hay quejas.
Reclamos, protestas. El gobierno prometió maravillas que no se van a ver. Sería
muy bueno saber a donde fue a parar el papelito que cargaba el señor Ministro
de Hacienda en su bolsillo para convencer a los Congresistas. Cada vez que
hablaba de trecientos, cuatrocientos mil millones de pesos para esta o aquella
región que nunca había recibido regalías, o le llegaban pocas, les brillaban
los ojos a los Parlamentarios. Y votaban emocionados el proyecto de reforma
constitucional.
Lástima que no fuera verdad tanta
belleza. Ahora les dicen que el cálculo fue hecho “a mano alzada”, que toca
descontar para el ahorro, lo de las pensiones, lo de ciencia y tecnología, y
además utilizar parte de esos recursos en infinidad de asuntos de urgencia
nacional. Muchos quedaron “viendo un chispero”.
Pero, además, lo poco que les
corresponderá lo va a manejar el centralismo. No demoran en decir que es una
manera de proteger las regalías de la corrupción e incompetencia que existen en
las provincias.
No puede olvidarse que a los
departamentos y municipios productores de petróleo se les propinó un golpe
tremendo. Se vinieron abajo los ingresos que recibían para compensar los
impactos económicos, sociales, culturales, ambientales y delincuenciales que
sufren por la explotación del crudo. No se tuvo en cuenta que con cargo a los
ingresos esperados se había planeado el futuro de dichas comunidades y que en
muchos casos estaban comprometidos. El cacareado criterio de equidad planteado
con tanto entusiasmo marcó una de las más grandes injusticias contra numerosos
y respetables sectores comunitarios.
Nadie se opone a que los ingresos
de regalías se repartan justicieramente entre todas las regiones y municipios y
que alcancen para atender prioritarios requerimientos del país. Pero deben
tenerse en cuenta los problemas de las zonas productoras, que son enormes,
lograr que el cuento de la mermelada no se vuelva “carameleo” y respetar el
derecho de regiones y localidades a definir sus propios destinos. No más
centralismo.
No se cuestionan las buenas
intenciones del gobierno. Debe decirse, eso sí, que no prestó atención a las
observaciones que oportunamente se le hicieron. Tampoco la mayoría de
Congresistas. Pero hay tiempo para enmendar las cosas. Ojalá se atrevan.
Bogotà D.C. 22 de Marzo, 2012
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