Contribuyentes en estado de alerta
Como si fuera poco el estado de zozobra que
han despertado todas las formas de violencia que mantiene a los colombianos al borde de la
desesperación y la locura, se presenta un nuevo fenómeno que atenta contra la
estabilidad económica y tranquilidad de las familias, situación originada de un
Instituto estatal, como el Geográfico Agustín Codazzi.
El desespero de los contribuyentes parece
estar llegando al límite sin que hasta
el momento se haya hecho pronunciamiento alguno oficialmente, porque los
acosados contribuyentes parece que no tenemos dolientes ni en el ejecutivo ni en el Congreso de la república. Esa situación puso en estado de alerta a los
ciudadanos que ven gravemente afectados sus intereses.
Los dueños de pequeños predios tanto urbanos
como rurales no encuentran forma alguna de conseguir cómo
pagar los desproporcionados impuestos que se ha inventado el AGUSTIN CODAZZI, no se sabe sobre qué base,
pero lo que sí se sabe, es que, es para alimentar la alta burocracia estatal,
las privilegiadas pensiones y los
carruseles de corrupción que vienen enquistados al parecer, con el mayor apogeo
desde hace unos 10 años.
En la última década, los contribuyentes del impuesto
predial unificado de los municipios colombianos han sido sorprendidos con
reajustes hasta el 90 y 100 y hasta el 200% si no es más,
sin que haya poder alguno que lo controle y ponga algunos límites.
Hicimos un sondeo con contribuyentes, para el
caso de Floridablanca, Santander, (los impuestos más altos) correspondiente al
año pasado y de Bucaramanga para este año y
se encontraron reajustes que son como para Ripley. Exagerados, ante los
cuales muy poco, o nada pueden hacer los acosados contribuyentes. De ese
castigo del estado nadie se escapa, porque el Agustín Codazzi parece que fuera
un estado independiente que existe solo para imponer precios ficticios a la
tierra sin que medie alguna vocería de defensa en favor de los contribuyentes. Y
mientras escribía esta nota las informaciones nacionales daban cuenta de la
inconformidad que el mismo tema despertaba en Medellín, Antioquia.
Con sobrada razón, dijeron los afectados, que
ese organismo (Agustín Codazzi) se convirtió en la peor dictadura nacional que empobrece a los más débiles y ya
le temen más que a los factores de violencia generalizada que ha soportado el
país en tantos años, por la zozobra que éstas medidas despiertan en cada
una de las familias que deben desprenderse cada comienzo de año, del pan de sus
hijos para pagar desproporcionados e injustos precios catastrales. Y lo
lamentable es que no hay un organismo ante quién puedan buscar alivio los colombianos acosados
por estas medidas.
Frente
a la situación, los afectados no dudaron
en señalar que el reajuste catastral ya
está llegando al límite de atentar contra los derechos humanos porque las familias sienten vulnerados sus derechos de
sustento, para poder cumplirle al estado el desaforado costo de los
impuestos. Los ciudadanos en ningún momento desconocen la obligación de pagar
tributos, pero equitativos y no los que impone caprichosamente el Instituto
Geográfico Agustín Codazzi.
Agregaron los contribuyentes consultados que, de
no haber una solución, esta medida estatal se convertirá en un nuevo factor de
violencia, porque no está lejos, una declaratoria de desobediencia civil de las
comunidades para no pagar esos tributos que ya comienzan a devolver la historia
que produjo la Revolución de los Comuneros para protestar contra el estado
alcabalero que los tenía sometidos.
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