Trafugario
Por: Jose Oscar Fajardo
Para
mí esta pregunta es muy fácil de contestar. El presidente Santos debe continuar
en la presidencia de la República por las siguientes razones. Uno. Porque es un profesional de la Economía que
conoce perfectamente la dinámica de los mercados en todo el país. Dos. Porque
en los cuatro años que completa en la presidencia, ya conoce perfectamente dónde
se puntualiza cada uno de los problemas que tiene el país y que no le han permitido un desarrollo democrático para
todos los colombianos. Uno de ellos, la situación de los campesinos y sus
condiciones de vida en la actualidad. Sabe que este es uno de los factores de
atraso y desigualdad del pueblo colombiano y que en manos de él está resolverlo.
Tres. Porque desde un principio entendió que Venezuela era un país hermano,
independiente del sistema de gobierno que llevara, que no era enemigo y que por
lo tanto debíamos tener excelentes relaciones políticas y económicas. Lo mismo
ocurrió con la República del Ecuador. El presidente Santos no le quiso comer
cuento a los gringos de que estos dos países hacían peligrar el gobierno
nacional y la estabilidad del sistema económico. Cuatro. Porque el presidente
Santos ha sabido capotear la despiadada arremetida de los sectores políticos de
ultraderecha que en la lucha por el poder, de una manera soterrada quieren
llevar al país a un caos total que podría tener alcances impredecibles.
Cinco.
Porque el presidente Santos arremetió contra el vandalismo con una ley sin
precedentes en Colombia, incluso en América Latina, como es la de la Reparación
de Víctimas que no ha dado los resultados calculados, pero que los dará dado que
este tipo de procesos nunca se dan a corto plazo. Eso tiene que entenderlo el
pueblo colombiano. Seis. Porque el presidente Santos le dio protección
irrestricta y total al sector de los caficultores puesto que reconoce que este es
uno de los renglones más importantes de la economía nacional. Siete. Porque el
presidente Santos se echó el país al hombro como lo hace Lionel Messi con el
Barcelona o Radamel Falcao con la selección, y
contra viento y huracanes, arrancó a conseguir la Paz a cualquier precio.
Este es quizá el resultado insignia de su gobierno y el que lo ha hecho famoso
incluso en el viejo continente, y reconocido y respetado en los Estados Unidos,
donde está el jurado calificador. Y los mismos gringos y los ingleses y los
franceses y todo ese conglomerado de poderosas naciones económica y
políticamente, han tenido que reconocer que el doctor Santos está a las puertas
de conseguir lo que más anhelamos los colombianos demócratas. Porque la guerra
solo le gusta al que le sirve para sus negocios. Y le sirve a aquellos sectores
que a nombre de la libertad de acción y de pensamiento, han envenenado a los
ingenuos para que Colombia siga siendo por siempre un campo de batalla anegado
de sangre, de lodo y de excremento.
El
presidente Santos debe seguir siendo el primer mandatario de los colombianos
con el fin de que sus anhelos de paz no vayan a quedar en al aire, y por el
contrario se afiancen y se extiendan a lo largo de todo el territorio nacional.
Porque con eso, y si la selección Colombia de Pékerman pasa a la segunda ronda,
seremos los seres más felices del sistema solar. Y finalmente, porque yo sé que
el doctor Santos va a invertir la plata de la guerra, que son sumas
gigantescas, la danza de los billones, en Salud, Educación, Vivienda, Ciencia,
Bellas Artes, Deportes. Y estos indudablemente conducirán, a que la próxima
generación de colombianos no sea de delincuentes, ni de prostitutas, ni
desarrapados. Por estas razones, el doctor Santos debe seguir siendo presidente.
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