Al querer hablar del Proceso
de Paz es inevitable llegar a sentir preocupación y más aún cuando se trata de
las zonas de concentración, ya que en algunos informes no oficiales, se han
mencionado a los departamentos de Antioquia, Chocó, Putumayo, Caquetá, Norte De
Santander, Arauca Y Meta, como las siete posibles zonas donde se ubicarían
regiones que tienen un factor común, son fronterizas.
Los antecedentes y expertos
han hecho mucho énfasis en el riesgo que se correría al disponer de estas
regiones como zonas de concentración, para mí, el mayor peligro de ubicarlos cerca de las
fronteras es que, de producirse una ruptura en los diálogos, ellos puedan
llegar a dedicarse con mayor fuerza al negocio del narcotráfico, cosa que no
podemos permitir.
Es necesario que los
colombianos conozcamos la verdadera situación frente a las posibles alianzas
que se están dando entre las FARC y el ELN en algunas zonas del país, entre
ellas, los departamentos donde estarían ubicadas las zonas de concentración, lo
que pondría en peligro el desarrollo del acuerdo firmado en La Habana, debido
que aunque con las FARC, existirían reglas claras, sin una negociación con el
ELN siempre he reiterado que estamos ante un proceso de paz a medias.
He sido reiterativo frente a
mi posición en el tema, quiero que en Colombia reine la paz y que acabemos con
los más de 60 años de conflicto armado, pero no pienso ser cómplice de una mala
decisión que tome el Gobierno Nacional, como nos ha pasado en otros casos en
los que hemos perdido Soberanía Marítima, (Fallo de la Haya), Soberanía
Energética, (Venta de Isagén).
Por ultimo quiero dejar en
claro que para que exista un verdadero acuerdo se debe exigir la entrega
verificada de las armas, así mismo la completa erradicación de los cultivos
ilícitos, el Narcotráfico no puede considerarse conexo al delito político y ser
anmistiable.
Remitido de: Katherín Suárez
Ruiz - Jefe de Prensa Ssenador Mauricio Aguilar Hurtado
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