Por Bernardo Socha Acosta
Llegó el momento de retomar
pasajes sagrados y decir que, cuando la sal se corrompe… las cosas van muy mal
en una sociedad.
Y eso es lo que le está
pasando a Colombia donde algunos engreídos son los directos responsables de
hechos violentos, pero para seguir su carrera de engaño, culpan a otros. Esos pseudo-líderes de la política corrupta
están causando los peores males al país. Ellos son los que están
sembrando las minas de la discordia más peligrosa y violenta.
El país no necesita de tanta
filosofía y profundos análisis en los que caen algunos medios de comunicación porque,
lo único que hacen es enervar y aumentar los ánimos caldeados de los ofendidos
manifestantes de inconformidad que ven una absoluta parsimonia en quienes deben
actuar para que la sociedad reciba los beneficios que esperan de la organización normativa.
Por qué los conglomerados
sociales se manifiestan con movilizaciones
Las organizaciones de la
sociedad civil, no es que les plazca estar de manifestación en manifestación,
pero es que muchas veces no les queda otro camino para mostrar la
inconformidad. Porque, es que los colombianos ven con tristeza que algunos
funcionarios de alto rango, actúan más movidos por intereses políticos que por
el cumplimiento de sus obligaciones como integrantes de una u otra rama del
poder. Ahí está el fondo, u origen de la inconformidad popular que no encuentra
otra forma de manifestación, en busca de las soluciones que exige el
ordenamiento social. Y ante los oídos sordos de quienes tienen el poder, muchos
tras la represión, terminan lanzándose a la aventura con los grupos armados.
Foto: Revista Semana |
Ahí encontramos la respuesta muy
sencilla de, por qué los conglomerados sociales se manifiestan con
movilizaciones. Y no necesitamos de tantos pronunciamientos políticos que no
llevan sino a más confusión, oportunidad de ofensas de unos a otros, especialmente
de parte de los engreídos, quienes solo despiertan más zozobra y violencia.
La falta de cumplimiento de
los deberes, de quienes tienen a cargo proveer al país de los funcionarios institucionales,
tiene a la sociedad al borde del colapso, porque ese incumplimiento se presta
para ejercer la politiquería y la persecución que ejercen los buitreros que siempre
cultivan violencia y desprecio social. Y nadie puede desconocer esos factores
negativos porque, hoy esa sociedad que se levanta, no es la misma de hace 30 o
más años, época en la que, en primer lugar, las instituciones eran más eficientes,
y en segundo lugar la población no había evolucionado tanto como para exigir
que se hicieran las cosas oportunamente.
En esa época al pueblo le daba
lo mismo que proveyeran o no los órganos de control, porque además quienes los
ocupaban eran unos verdaderos apóstoles de su deber, y no estaban pensando en la
mediocridad política, antes que cumplir sus obligaciones.
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