Trafugario
Por: José Oscar Fajardo
A mí me encantan estas épocas de
los albores de las elecciones, de sus ires y venires y de sus dimes y diretes,
porque, como en los días del mundial de fútbol, es mucho oírse elucubraciones,
y eso es lo bacano. Que uno pueda decir que fulano va a ganar y sutano va a
perder sin que ninguno de los dos se arreche, como dicen los legítimos santandereanos.
Yo estaba convencido que era uno de los pocos que con frecuencia se preguntaba,
y además lo escribía en mis columnas, qué pasa con la plata que produce
Ecopetrol, en Barranca y en el resto del Departamento de Santander. Por qué
satanases no hay carretera entre Barranca y Bucaramanga, cuando debiera existir
una autopista comparable con cualquiera de EE UU. O si no entonces ¿Para qué es el billete que
produce la primera y más sólida empresa de Colombia, y de golpe la cuarta
petrolera de Latinoamérica? Cómo es posible que, produciendo por encima del
millón de barriles diarios que nos convierte en uno de los Estados
superpetroleros, el 43% del Diesel que se consume en Colombia, tengamos que
importarlo y la gasolina de consumo nacional sea una de las más caras del
mundo. Fue que el viernes el debate de la Asamblea Departamental versó sobre
ese asunto y yo caí casualmente allí a llevarle El Candidato de los difuntos,
al diputado Carlos Alberto Morales que según me cuenta, le encanta leer mis
imaginerías literarias.
Precisamente él tomó la
palabra y dijo cosas tan parecidas a las que yo he venido reclamando en mis
columnas, que si nos hubiéramos puesto de acuerdo no habríamos coincidido
tanto. Eso de modernizar la refinería, decía, al igual que lo he sostenido yo,
de meterle algo así de 3500 millones de dólares para que sea tan competitiva
como las mejores del mundo, me parece el acierto económico-tecnológico más
admirable de los últimos tiempos. Eso es una “cerebrada” de premio Nobel de
Economía. Pero para qué carajos nos ha servido que la tal refinería esté ubicada
en el territorio de Santander si, por ejemplo, el facturado del año 2012 de
15.4 billones de pesos, sabrá el señor de los milagros, quién se lo “esfumó”. Si
sigue no habiendo carretera desde épocas ancestrales. Y la misma miseria
económica y social y los mismos cordones de prostitución, alcoholismo y
drogadicción desde tiempos inmemoriales. El Mayor Peña, presidente hasta ese
momento de la duma, como altos directivos de Ecopetrol se encontraban presente
y les estaban poniendo “corona de olivos”, les dijo con voz fuerte que “para
eso era la Asamblea, para que la gente llegara allí a debatir unos, y los otros
a presenciar los debates con el fin que no tuvieran que recurrir a huelgas y a pedreas callejeras”.
Y a la vez uno se pregunta
también, de qué nos sirvió que Mario Galán Gómez, padre de Luis Carlos Galán
Sarmiento, fuera presidente de Ecopetrol durante 15 años, sino fue para ser el
nono de tres delfines y para que su hijo fuera el ministro (de educación) más
joven del país, a los 27 años, y firmara su propio título de abogado de la UN. ¡Ah! Y se “craneara” el bienaventurado
Neoliberalismo para el país. Y de qué nos sirvió que Horacio Serpa fuera uno de
los pesos pesados, algo así como copresidente del país. Y de qué nos sirvió tener
a Rodolfo González García, Contralor General de la Nación durante 8 años, con
poder faraónico, y a la vez 7 congresistas, Mestre Sarmiento, José Luis
Mendoza, Tiberio Villareal, y Tito Rueda, entre otros, con poderes omnímodos, si no hicieron un
carajo. ¿O sí? Yo le conté a Mario Suárez, que quiere ser alcalde de
Bucaramanga, lo de esta columna, y consintió que yo tenía toda la razón.