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miércoles, 10 de junio de 2020

¿Pensando en la niñez? O en un deliberado protagonismo


Por: Bernardo Socha Acosta

El congreso de la república de Colombia, está a punto de entregarle al país  al Libertinaje con un proyecto de Ley que lejos de contribuir al bienestar nacional, se convertirá en la pesadumbre diabólica de los padres de familia, de las autoridades y del país en general, de ver cómo una SOCIEDAD  entera se derrumba sin remedio, nada más por el capricho de unos cuantos llamados padres de la patria que pretenden un deliberado y afanoso protagonismo frente a la delicada situación del país.

Y, se trata del proyecto de Ley que prohíbe toda forma de castigo físico a los niños, niñas y adolescentes por parte de sus progenitores. Y está bien que se legisle alrededor del bienestar de la niñez; pero es que ya hay legislación suficiente en favor de la niñez, lo único que falta es que se aplique, como pasa con tantas normas.  

Y si nos referimos al trato cruel contra los niños y adolescentes, este delito se clasifica con mayor fuerza, es en los estados de pobreza máxima, por el hambre. Y el hambre es un trato cruel de lo peor en una sociedad.  Uno de los tratos crueles lo comete es el mismo ESTADO que ha sido indolente y ha dejado que cada vez más aparezcan lamentablemente franjas de población que forman los tugurios. Y, ¿de quién ha sido la responsabilidad? Pues de los poderes públicos del estado que cada día más ahondan las diferencias y las injusticias sociales,  de las que ha sido responsable el mismo Congreso de la república.   Allá en esas franjas es donde se maltrata a la niñez, porque hay miseria absoluta y ahora nuestros congresistas se ponen a legislar, como dando palos de ciego y como rudamente ignorando la realidad nacional que en alto grado ha construido esa rama del poder público.  

Desgraciadamente con este proyecto los congresistas (algunos) se están metiendo es con la vida privada de los núcleos familiares para desautorizar de plano a los padres y maniatarlos, en lo que debe ser una buena formación de la futura sociedad. Con estas desautorizaciones lo único que están propiciando los congresistas que defienden el proyecto, es que tengamos un país en el que los niños, adolescentes  y jóvenes hagan lo que les plazca, porque desafortunadamente no podrán comprender  qué es bueno y qué es malo, porque unos llamados padres de la patria impidieron su lógica formación desde la niñez.

Y es que esos congresistas están más confundidos que, lo estará esa juventud que se levantará en medio de tantas dificultades económicas y las amenazas delincuenciales, factores que esta nueva sociedad no podrá distinguir porque, por una Ley se les impidió una buena formación desde su niñez.  

Es claro que un niño que no se forma en sus principios básicos, no podrá entender  nada de lo que significan las cosas buenas y lo que representan las cosas y las acciones malas, que van directamente ligadas con su entorno social y todo, porque unos señores sentados donde se hacen las leyes, legislaron equivocadamente porque seguramente no tenían más que hacer o, no comprendían que habían cosas más importantes que reclama la sociedad colombiana.

Si se aprobara ese proyecto, los más beneficiados finalmente van a ser los grupos criminales, porque tendrán jóvenes indoctos que desobedecen a sus padres y toman su camino equivocado que terminará  en las filas de la criminalidad donde por infortunio de Colombia es donde se ofrecen falsas oportunidades de  vivir como personas.

Correro: bersoa@hotmail.com

martes, 8 de mayo de 2012

La niñez y la juventud en camino al abismo

Por: Bernardo Socha Acosta


La ascendente carrera que llevan, la niñez y la juventud  hacia un futuro  escalofriante parece no tener control ni remedio.
Las autoridades buscan, como dice el adagio, la calentura en las sábanas, seguramente por respeto o ignorando simplemente el origen del gravísimo fenómeno.
Desde las pequeñas sociedades, la familia,  muchos niños y jóvenes, comienzan el camino del delito, amparados por las normas que les han dado  nuestros legisladores, seguramente de buena intención, sin conocimiento de lo que significa con todos los elementos vitales, la formación de un ser humano, desde sus primero años de vida. Esto no es solo que los niños lleguen y ocupen cunas de oro y que no les falte el alimento. Esa misión representa mucho más de lo que desprevenidamente pensamos.
Hoy cuando lamentablemente los padres de familia son amedrentados por muchos niños y jóvenes   para que  no se interpongan en el libre 'albedrío,' se acabó la autoridad en el hogar y esa nueva sociedad está en el peor, triste y lamentable   camino de  destrucción y de representar el peor de los riesgos de un país que volverá seguramente a las viejas y arcaicas prácticas de la ley del más fuerte y mucho peor. Eso es lo que se puede visualizar cuando vemos algunos niños y jóvenes que les pegan a sus padres y hasta atentan contra sus vidas.  Pero qué decir de los vergonzosos  actos que esos, algunos, alumnos cometen en las escuelas y colegios, contra sus mismos compañeros y ahora últimamente contra los educadores, a quienes intentan eliminar.  
Ahora, como un padre de familia o un educador no puede  corregir a los menores, porque según las normas se les está violando sus derechos, el estado tendrá que responder más tarde por su responsabilidad. Cuándo se veía (hace unos 40 o más años) que en una forma tan generalizada los hijos se levanten contra sus padres y los alumnos saquen corriendo de los establecimientos educativos a sus educadores, (si se les puede decir así,)  porque ya no son educadores, amen de las normas que los ha convertido en una guías; educar significa tener autoridad para poder formar.  Y… la responsabilidad ¿de quién es? Pues de esas normas que aunque respetables, han abierto la puerta sin ningún control  para que la sociedad del futuro se convierta en un bumerán...
En manos de los legisladores y el gobierno, está  la búsqueda de una solución, no construyendo más  Centros para resocialización del menor y cárceles para castigar a los ciudadanos, sino previniendo lo peor que se le avecina a Colombia, tomando como base lo que ya estamos  viviendo lamentablemente y que permanecerá como infortunio social por algunos años, y se incrementará o se solucionará, de acuerdo a como actúen ya  nuestros gobernantes y quienes tienen la misión de legislar.
Esque, construir la sociedad  que queremos, no se hace con normas que derrumben las leyes naturales, desautorizando  a quienes desde tiempos remotos han tenido la misión de orientar y formar a cada uno de los futuros ciudadanos.
Hoy con los factores de desigualdad social y económica, miseria, hambre, delincuencia, prostitución y muchos factores más, si le sumamos la tolerancia de anarquía de la niñez y la juventud,  no sabemos hasta dónde vamos a llegar.  O será que estamos esperando que veamos algo peor.

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