------------------- Por: JOSE
OSCAR FAJARDO
PALO P’AL BOLILLO
Hace un resto de años tuve la
oportunidad, y qué oportunidad, de entrevistar a Miguel Angel Bermúdez, otrora
presidente de lo Federación Colombiana de Ciclismo, o algo así como su
equivalente. Como todos los de aquella época sabemos que el susodicho Miguel
Angelito fue expulsado de esa entidad por haber acosado sexualmente a una de
sus secretarías y esta ni tonta ni perezosa lo echó al agua, pues lo primero
que le pregunté fue sobre eso. Doctor Miguel Angel, le dije. ¿Es cierto lo que
dicen, que usted acosó indebidamente a la señorita? No, periodista, me respondió.
Lo que pasó fue que yo hice uso del sagrado derecho de petición que está
consagrado en la Constitución Nacional y ella lo tomó mal. Claro que la
carcajada que yo solté lo iba intimidando pero continuó fresco. Hoy le tocó el turno a Bolillo Gómez que
ahora se le dio por practicar boxeo, no en una pera de boxeo como es debido,
sino en las narices de una preciosa dama. Vaya equivocación. Ahora las mujeres
de toda Colombia lo van a capar a punta de bolillazos.
A mí personalmente no me
cae bien el Bolillo, no sólo porque no ha sido capaz con la selección Colombia,
y dudo que vaya a serlo, sino porque en repetidas ocasiones ha demostrado ser
agresivo. Lo escribo con todo el respeto pero él es un hombre público y yo
columnista y eso me da derecho a criticarlo. En repetidas ocasiones ha sido
“áspero” con algunos periodistas y con alguna gente y eso da pie para
afirmarlo. Todos sabemos que el Bolillo también es de palabras gruesas.
Personalmente me gustaría que se fuera de la selección pero por causa de los
mediocres resultados logrados en materia de éxito y eficiencia: los goles. No
me vengan con cuentos chimbos los zares del fútbol porque así como el capital
se mide don dinero, el fútbol se mide con goles. No me vayan a meter cuentos
fantásticos los pontífices del fútbol que yo no soy de Puertopendejo.
Pero en lo que yo no estoy de acuerdo
rotunda, sólida y ácidamente, incluso sulfúricamente, es que todo el mundo se
le haya ido encima, incluidos muchos “amigos” de él, como si se tratara de un
vulgar delincuente o como si hubiera matado “la máma” a garrote como le decían
los abuelos al periodista Tarazona. Porque el Bolillo cometió un error grave
que debe ser castigado, y estrictamente castigado, pero como lo ordena la ley.
No como lo pregonan a los cuatro vientos algunos Luciferes, de ambos sexos,
peores que Satanás que se disfrazan haciendo hostias. Algunas muestras. Los
asesinos de las niñas de quince y siete anos muertas en el barrio Kennedy en Bogotá, por ahí andan en
las calles muertos de la risa. El muchachito ese antioqueño que violó y asesinó
a una niña de cinco años en Medellín, por allá anda de fiesta en fiesta y
también muerto de la risa porque es que “las leyes colombianas son así”.
Con
Bolillo lo que se debe hacer es reivindicarlo socialmente poniéndolo a dirigir
una campaña nacional sobre la violencia contra la mujer, como se ha propuesto,
y difundirla por todos los medios de comunicación para que la gente lo
califique. Porque, repito, si Bolillo
cometió una falta bastante repudiable, también tiene derecho a la
reivindicación social. Pues, quiérase o no, es una gloria nacional del deporte
que con Maturana, llevaron a Colombia, que es de todos los colombianos
incluidas todas las mujeres, a tres mundiales de fútbol. Que no vaya a ocurrir
lo de algunas damas que sólo quieren a sus hombres cuando este las llena de
dinero. Cuando no hay dinero, sólo hay
repudio y no le regalan al pobre pingo ni siquiera un pinche beso de
gula. Me gustó mucho la actitud de la senadora que, abogada y atractiva mujer,
sin hipocresías y sin prejuicios sociales pseudo-filosóficos, actuó en defensa
del Bolillo. Repito, no me gusta como DT. Pero Bolillo debe volver a la
selección porque ya es demasiado tarde para iniciar un nuevo proceso, y peor,
eso y sin goles nos acaban de sacar del mundial.