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lunes, 17 de mayo de 2010

El candidato que se burla de los humildes

--------------------------------------Por: Bernardo Socha Acosta

Para cualquier colombiano sensato, resulta indignante, por decir lo menos, que un candidato presidencial utilice la picardía para tratar de atraer electores. Son artimañas que hieren el sentimiento de los humildes de Colombia.

Nos referimos a cuñas publicitarias de campaña política que menciona las ayudas del programa “familias en acción”. Y es una burla y una ofensa porque se le está cobrando el favor que el gobierno le hace a esa franja necesitada de la población. (Ya hablaremos de la otra cuña)

Es decir que se están utilizando para la campaña política, los programas oficiales (familias en acción) que, con dineros del erario nacional, se ayuda a los más pobres del país. Se refleja con esto que el candidato no tiene ni respeto ni propuestas propias o argumentos y fundamentos para invitar a los electores a votar por él y debe hacerlo utilizando lo que se hace con los dineros de los colombianos.

Eso no es más que la propia realidad, así como está utilizando la supuesta voz del presidente Uribe para invitar a los colombianos a respaldarlo en las urnas. Pues es claro, que para los electores no resultan agradables estas prácticas que son en el fondo una forma de hacer fiesta con las necesidades de la población.

Repetimos que es hacer fiesta con la suerte y necesidades populares, a las que los mismos políticos han precipitado a los pobladores de un país que ha aguantado para todo y cuando protestan se les tilda de izquierdistas, violentos, guerrilleros y terroristas.

Utilizar la supuesta voz del jefe del estado, para invitar a votar por uno u otro aspirante, repito, es un engaño aquí en cualquier parte del mundo. Pero lo grotesco es que el mismo candidato, dice que utilizar la supuesta voz del presidente, es una picardía que a él le gusta. Lamentable que en Colombia hayamos llegado a semejante grado de cinismo, porque un candidato presidencial debe ser, y por lo menos, mostrar idoneidad, pulcritud, seriedad y por sobre todo respeto al electorado.

Con razón, los colombianos beneficiarios del programa “Familias en Acción” se han sentido utilizados por esa campaña. Quedó demostrado, en las denuncias que ellos hicieron en Bucaramanga cuando fueron llevados a una reunión para firmar unas planillas y no perder los auxilios de familias en acción y cuando llegaron encontraron la desagradable sorpresa del candidato de marras.

A todas estas qué dirán los representantes de los entes de control sobre esta utilización de programas oficiales para hacer campaña política, que no es otra cosa que valerse disfrazadamente de los dineros del erario para hacer proselitismo a favor de una determinada aspiración. Dicen que, está en investigación todo esto. Pero… qué clase de investigaciones…Estos hechos ya para muchos se convirtió en otra burla para nuestra sufrida Colombia.

No queda sino esperar la sensatez de los electores que por fortuna parece, que ya no comen entero, para que distingan quién es el candidato que más le conviene al país y quién no continuará con lo mismo y las mismas que está llevando a la peor época de ruina a los colombianos.

Recordemos el famoso programa del actual gobierno y del cual se ufanan, “Agro Ingreso Seguro”, que se convirtió en la forma más fácil para desviar miles de millones a favor de los más poderosos de Colombia. Y no olvidemos también las denuncias de una investigación hecha por la Senadora Cecilia López y el ex ministro Juan Camilo Restrepo sobre el regalo que el gobierno le hizo en estos últimos años a los más acaudalados del país, por valor superior de 8 billones de pesos representados en llamados estímulos para generar empleo, etc. etc. Estímulos estos que en nada han aliviado la situación del país en materia de empleo, porque este gobierno finaliza con los más altos índices de desocupación; más 20 millones de colombianos en la pobreza absoluta y cerca de 10 millones en la indigencia.

Debe entonces quedar claro que Colombia está ya precipitándose por la peor época y no es ese jardín del Edén que nuestro presidente pinta en el exterior y que tras esta mascara, ha hecho creer a algunos gobiernos europeos, que el país es lo mejor del mundo para hacerse merecedor de condecoraciones y de paso hacerle cree a muchos colombianos que estamos en el paraíso terrenal, convertido en el país de las maravillas donde no pasa nada.

domingo, 16 de mayo de 2010

La picardía de Santos

Fuente: Elespectador.com

Por: Mauricio García Villegas

DICE JUAN MANUEL SANTOS QUE LA cuña de su campaña en la que alguien imita la voz del presidente Uribe, llamando a votar por él, no es otra cosa que "pura picardía".

Tiene toda la razón; es justamente eso: una manera de obrar hábil, maliciosa y engañosa, que es como el diccionario define la palabra “picardía”. Si el candidato Santos hubiese querido ser aún más explícito, habría usado la palabra “viveza”, que es más criolla y más coloquial que la palabra “picardía” y que, en esencia, significa lo mismo.

Alberto Lleras Camargo decía que el vivo es un tipo que “resuelve todos sus problemas, e invita a los demás a resolverlos, por medios que están apenas al borde de la ley, y en ocasiones por debajo de la ley penal, pero en un sitio que no es fácil de descubrir. El vivo es, esencialmente, quien ha inventado todo género de trucos para burlarse del Estado…”.

El problema con la definición de Lleras Camargo es que sólo tiene en cuenta a los gobernados, es decir, a la gente de a pie, no a quienes gobiernan, ni a la clase política, que es maestra en el arte de la viveza; un arte que se ha perfeccionado en los últimos años, sobre todo durante el gobierno que Santos quiere prolongar. No tengo que hacer el repaso de todos los escándalos que han pasado en este gobierno para mostrar que la malicia en el uso del derecho ha sido algo recurrente.

Conviene alertar sobre los peligros de la picardía, sobre todo cuando son los gobernantes los que la practican. Para ello es necesario entender cómo funciona. El gobernante pícaro no es el tirano que desconoce todas las reglas. Por el contrario, su habilidad consiste en cumplir con las leyes para poder violarlas mejor. Utiliza el papel sellado y las notarías, pero sus documentos certifican el robo y el fraude. La celada del pícaro consiste en interpretar y aplicar las formas del derecho, como decía Lleras Camargo, “en el borde y por debajo de la ley”, de manera tal que, en ese malabarismo, consiga lo que se propone.

Es así como la campaña del candidato Santos no viola, en estricto sentido, la norma que le prohíbe al Presidente participar en política. Sin embargo, al utilizar a un imitador para hacerle creer a la gente que es el Presidente el que habla, la campaña consigue que los ingenuos, creyendo obedecer a Uribe, voten por Santos, que es lo mismo que se habría conseguido violando directamente la norma.

Pero la peligrosidad del pícaro está en que obtiene mucho más que eso: no sólo consigue violar la ley sino que logra aparecer como si no lo hiciera. Ese es su arte; alcanzar todos los objetivos posibles, los legales y los ilegales, en una sola jugada. Ser ladrón y policía al mismo tiempo; honrar la ley y obtener el botín del delito. Para los pillos este es el mejor mundo posible: conseguir lo indebido sin dejar de aparecer como señores respetables. Por eso, por estafadores y por solapados, es que son doblemente peligrosos, sobre todo cuando gobiernan.

Con la palabra “picardía” Santos no sólo define a la perfección el sentido de su campaña y el de su eventual gobierno, sino que demuestra por qué tiene credenciales de sobra para sentirse el fiel depositario de las mayorías políticas que han gobernado este país durante estos ocho años aciagos.

* Profesor de la Universidad Nacional e investigador de DeJuSticia

Noticia relacionada en Audio; entrevista de Caracol a J.M Santos

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