viernes, 18 de enero de 2008

Patología del crimen



Por Alirio Gómez M
Los estudiosos aseguran que los seres más crueles de la historia, los asesinos más sádicos, los más eficientes exterminadores del género humano han sido monstruos de que de una u otra forma ha tenido que ver con el gobierno y la política. Concluyeron que la principal causa de que muchos políticos y gobernantes se transformen en asesinos sin alma y sin pudor radica en el error de creer que el Estado/la política/partidos/revoluciones, están por encima del individuo. Ese principio evoluciona fácilmente a: "todo vale con tal de servir a…" o en el todavía más peligroso "el fin justifica los medios". Ahí está el origen de la patología asesina que absorbió a las Farc y el ELN en Colombia.

Los campeones universales del crimen son los comunistas Mao Zedong y José Stalin, los emperadores romanos Nerón y Calígula; Adolfo Hitler, Pol Pot, el príncipe Vlad Tepes Drácula de Valaquia, conocido como el empalador y que llegó a torturar hasta la muerte a más de 100.000 personas; el monje Torcuatro ejecutor en la Santa Inquisición, la condesa Elizabeth de Bathery, que desangró a casi un millar de niñas para bañarse en su sangre, Iván el Terrible, Robespierre, Idi Amín Dadá, el doctor Méngüele y Manuel Marulanda Vélez. Son también asesinos de la humanidad: Lenin, Troski, Atila, rey de los hunos; Filipo de Macedonia, Alejandro Borgia, Benito Musolini, Enver Hoxha, Francisco Franco, Nicolai Ceaucescu y Fidel Castro. También Gengis Kan, Kublai Kan, Mobutu Sese Seko, Robert Mugabe, el dictador portugués Oliveira Salazar y muchos otros.

Posiblemente ese panorama, que no es de Colombia sino de la humanidad, sea lo que ha llevado a más de 500 ex guerrilleros presos a pedirle a las Farc y al gobierno que no los incluyan en la lista de los canjeables. Posiblemente el entender que una cosa es la "revolución" y otra diferente la práctica sistematizada del crimen, es lo que los ha impulsado a no contagiarse de esa infernal patología que tiene consumido al "Secretariado de las Farc". Posiblemente el querer ser personas normales: seres que sienten, piensan y actúan sin tener que supeditarse la esclavitud de pertenecer a una organización criminal, lo que los ha llevado a unirse. Posiblemente han entendido que la enfermedad se cura a partir del momento de reconocer que se le padece y querer curarse, cosa que no existe en las Farc.

El arrepentimiento expresado por los más de 500 guerrilleros de las Farc presos, es un válido aporte y palpable principio de erosión y desmoralización en que entró las Farc. No debe ser muy placentero pertenecer a un a organización de criminales compulsivos, sin entrañas, sin moral, sin presente y sin futuro. Regresar a Inicio bersos.com

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