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Alirio Gómez Martínez
Antes de viajar a Europa, el presidente, Álvaro Uribe, dejó encargado a un abogado para que denunciara penalmente por los delitos de injuria y calumnia al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Cesar Julio Valencia Copete. El mandatario de los colombianos afirmó que es falso que él llamara telefónicamente al magistrado, hace pocas semanas, con el propósito de averiguar sobre las investigaciones penales contra su primo el ex senador Mario Uribe, por posibles vínculos con los paramilitares.
Valencia no se intimidó. Por el contrario, se ratificó al asegurar que "recibí una llamada del presidente Álvaro Uribe, en la que me expresó en tono molesto su preocupación por el llamado a indagatoria del ex senador Mario Uribe Escobar, primo del jefe de Estado".
De ese tipo de llamas no es la primera que hace Uribe. El año pasado hubo varios casos similares en donde el ejecutivo quiso meter sus narices en la justicia. Los choques los ha habido con todas las cortes, particularmente con la Suprema de Justicia y la Constitucional. ¿Es novedoso ahora? No, por el contrario, pone a pensar a la gente sobre qué hay detrás de todo eso.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia le envió una carta al presidente, Álvaro Uribe, el pasado 17 de enero desde París, en la que asegura:"Esa llamada telefónica, cuya realización usted ha reconocido públicamente, se produjo exactamente el 26 de septiembre de 2007, pocos minutos después de que dicha citación fuera ordenada, cuando, no sin antes haber intentado contactarme varias veces ese día, usted logró comunicarse conmigo a la sede del Representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos".
El abogado amenaza que tiene testigos. Inicialmente habló de dos o tres. Lo curioso de este caso es que Uribe, como siempre lo hace cuando habla por teléfono, no se retiró prudentemente del alcance de los oídos de sus subalternos. Parece los llamó para que oyeran qué estaba hablando con el magistrado. ¡Sorprendente!
La pregunta es: ¿Dónde va aparar este nuevo show presidencial? ¿Busca intimidar a la justicia que tanto éxito y rectitud has tenido con la parapolítica? ¿Es creíble que un grupo de políticos partidistas pendientes de recibir gabelas y beneficios, amigos obedientes incondicionales de Uribe (comisión de acusaciones) le den las debidas garantías procesales al magistrado acusado? ¿En dónde queda la regla de oro de la justicia: la imparcialidad? Toda Colombia sabe que basta un guiño del presidente Uribe para que la comisión de acusaciones actúe como él quiere. ¿No deben lo incondicionales políticos del presidente declararse impedidos para conocer del caso? ¿Hay pretensión de apabullar a la Corte Suprema de Justicia? ¿Es un precedente negativo para el gobierno de Uribe?
Antes de viajar a Europa, el presidente, Álvaro Uribe, dejó encargado a un abogado para que denunciara penalmente por los delitos de injuria y calumnia al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Cesar Julio Valencia Copete. El mandatario de los colombianos afirmó que es falso que él llamara telefónicamente al magistrado, hace pocas semanas, con el propósito de averiguar sobre las investigaciones penales contra su primo el ex senador Mario Uribe, por posibles vínculos con los paramilitares.
Valencia no se intimidó. Por el contrario, se ratificó al asegurar que "recibí una llamada del presidente Álvaro Uribe, en la que me expresó en tono molesto su preocupación por el llamado a indagatoria del ex senador Mario Uribe Escobar, primo del jefe de Estado".
De ese tipo de llamas no es la primera que hace Uribe. El año pasado hubo varios casos similares en donde el ejecutivo quiso meter sus narices en la justicia. Los choques los ha habido con todas las cortes, particularmente con la Suprema de Justicia y la Constitucional. ¿Es novedoso ahora? No, por el contrario, pone a pensar a la gente sobre qué hay detrás de todo eso.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia le envió una carta al presidente, Álvaro Uribe, el pasado 17 de enero desde París, en la que asegura:"Esa llamada telefónica, cuya realización usted ha reconocido públicamente, se produjo exactamente el 26 de septiembre de 2007, pocos minutos después de que dicha citación fuera ordenada, cuando, no sin antes haber intentado contactarme varias veces ese día, usted logró comunicarse conmigo a la sede del Representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos".
El abogado amenaza que tiene testigos. Inicialmente habló de dos o tres. Lo curioso de este caso es que Uribe, como siempre lo hace cuando habla por teléfono, no se retiró prudentemente del alcance de los oídos de sus subalternos. Parece los llamó para que oyeran qué estaba hablando con el magistrado. ¡Sorprendente!
La pregunta es: ¿Dónde va aparar este nuevo show presidencial? ¿Busca intimidar a la justicia que tanto éxito y rectitud has tenido con la parapolítica? ¿Es creíble que un grupo de políticos partidistas pendientes de recibir gabelas y beneficios, amigos obedientes incondicionales de Uribe (comisión de acusaciones) le den las debidas garantías procesales al magistrado acusado? ¿En dónde queda la regla de oro de la justicia: la imparcialidad? Toda Colombia sabe que basta un guiño del presidente Uribe para que la comisión de acusaciones actúe como él quiere. ¿No deben lo incondicionales políticos del presidente declararse impedidos para conocer del caso? ¿Hay pretensión de apabullar a la Corte Suprema de Justicia? ¿Es un precedente negativo para el gobierno de Uribe?
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