sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Me siento seguro y confío en la Policía Nacional?

Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.)*
La Dirección Nacional de Planeación DNP, Dirección de Justicia, Seguridad y Gobierno presentaron en el 2011, un documento de La política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, de la Alta Consejería Presidencial, con marco conceptual, para contrarrestar los delitos, la victimización y el control de la delincuencia en cada una de las ciudades del país. 
Para el ciudadano las preguntas pueden ser reiterativas: ¿me siento seguro y confío en la Policía Nacional? Hoy cuando estamos buscando la paz y la tranquilidad en cada hogar. Sabemos que la lucha es ardua y se tiene el riesgo de la vida, pero también existen lunares negros al interior de la misma institución policial. 
La policía traza tácticas, pero es preocupante que de las 16 estrategias para contrarrestar el accionar delincuencial, que contribuye el accionar delictual, contribuyendo a la eliminación de delitos que afectan la convivencia y seguridad ciudadana, atacando las estructuras delincuenciales y evitar su crecimiento o mutación no se cumplen porque al interior del mismo cuerpo armado existen las naranjas podridas que infectan a las otras.
Porque el Área Metropolitana de Bucaramanga y sus ciudades circunvecinas son protagonistas de esta adaptación y contribuye a la existencia de altos niveles de criminalidad y conflictividad social, inaceptables para una sociedad que avanza hacia el desarrollo. Prueba de ello son las altas tasas de homicidio que aún presentan, así como la presencia de atracos, robos, casos de delitos contra la familia y de violencia sexual. 
Para qué nos sirven los consejos de seguridad, los observatorios del delito, sino no contribuyen a bajar las tasas de la delincuencia común que afecta la vida diaria de todos los santandereanos, especialmente de los más vulnerables, y deteriora la calidad de vida, pues genera miedo y desconfianza entre los ciuda­danos, y nos impide gozar de los derechos que consagra la Constitución. 
La inseguridad es un fenómeno de mil cabezas que puede manifestarse de múltiples maneras: pandillismo, robo, atraco, extorsión, secuestro, homicidio. Sin embargo, no es ni tiene por qué ser una condición permanente, cuando la misma policía impide que sus servicios se conviertan en la lucha por que exista convivencia ciudadana. 
Si se tiene un medio como el 123, cuya filosofía es atender emergencias y necesidades apremiantes de los ciudadanos y termina convertida en la línea “tomadera de pelo” de niños e inclusive de las misma policía para preguntar qué uniforme se colocan cuando van a prestar su servicio en la preservación de la vida y honra de los ciudadanos, según palabras del General José Ángel Mendoza. 
La Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana (PNSCC) se rige por principios rectores que orientan las acciones por implementar y responden a la vocación institucional, respetuosa del ordenamiento jurídico y pluralista, que inspiró su diseño y formulación.
Ante esta situación el mismo Presidente de la República Juan Manuel Santos,  incrementa el pie de fuerza, y aprueba la Ley de Seguridad Ciudadana –Ley 1453 de 2011– que les da más instrumentos a las instituciones para ser efectivas en la lucha contra la delincuen­cia, con  siete ejes y sus líneas de acción que se tienen que dar en los Municipios del Área Metropolitana de Bucaramanga en materia delictiva (homicidio, hurto, lesiones personales, muertes en accidente de tránsito, etc.). 
En tal sentido, para efectos de la política, se entiende por seguridad ciudadana la protección a los ciudadanos frente a aquellos delitos y contravenciones que afecten su dignidad, su seguridad personal y la de sus bienes, y frente al temor a la inseguridad. La convivencia, por su parte, comprende la promoción del apego y la adhesión de los ciudadanos a una cultura ciu­dadana basada en el respeto a la ley, a los demás y a unas normas básicas de comportamiento y de convivencia social. 
Porque no es inamisible que agentes de policía, se sobrepasen de autoridad o se hagan los indiferentes ante el delito, como presuntamente sucede en las comunas 1 y 13 de la ciudad de Bucaramanga o en algunos sectores neurálgicos de los municipios vecinos.
*Poeta y Escritor

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