“…… de la calumnia algo queda”
Horacio Serpa
Cada tres meses sufro
ultrajes de la familia Gómez Hurtado, empeñada en comprometerme con el
asesinato del periodista, político y jefe conservador doctor Álvaro Gómez
Hurtado. Es un empeño obstinado, irreverente, irrespetuoso, desde cuando un
narcotraficante y asesino, jefe del cartel del norte del Valle, dijera que el
hecho fue un “crimen de Estado” en el que de alguna manera estuvimos
comprometidos el presidente Ernesto Samper y yo, quien fui su Ministro del
Interior.
Nada más lejos de la verdad.
Cualquier idea que se tenga de lo ocurrido en esa época, debe saberse que el
gobierno ejerció sus deberes con seriedad y responsabilidad. Fue un gobierno
demócrata, respetuoso de la crítica y de la oposición. Se defendió de sus
contradictores con vehemencia e hizo respetar su derecho a gobernar, en medio
de críticas y aleves ataques, que nunca respondió con agresiones o
ilegalidades. Su respeto con el doctor Álvaro Gómez, amigo u opositor, fue
notable, para que ahora, por intereses rastreros, vengan a salir con tan
injustas acusaciones.
Los familiares de Gómez
Hurtado, como lo sabe toda la gente, trata de lograr jugosa indemnización del
Estado, culpando del crimen a funcionarios gubernamentales de la época. También
existe otro marcado interés: cambiarle el rumbo a la investigación que desde un
principio las autoridades llevaron con acertado criterio, como lo reconoció en
su momento el hermano del occiso. Algo turbio hay de por medio.
Desde cuando la Fiscalía abrió
investigación por los comentarios de alias “rasguño”, que no son imputaciones
ni cargos concretos sino alusiones de oídas presentadas de mala fe, para ganar
gabelas penitenciarias en los Estados Unidos, soporté insultos y falsos cargos
sin hacer contradicción ni polémica, por respeto a la labor de las autoridades.
Pero la maldad ha llegado a los peores abusos, tratando de constreñir a los
investigadores y buscando efectos mediáticos ante la opinión pública. Han hecho
de todo, desde señalamientos irresponsables hasta organizar cadenas de testigos
discordantes, falsos y fuera de lugar, emitidos por los peores criminales que
ha tenido Colombia.
Ya basta de tantos abusos. La
gente necesita explicaciones. Voy a seguir dando las mías. Que los parientes
del asesinado doctor Gómez den las que les corresponde. ¿Reclaman indemnización
por la muerte violenta de su pariente? Lo han hecho a la justicia nacional y a
la internacional? ¿Es cierto que saben quiénes lo mandaron a matar y lo callan
en actitud de hipócrita encubrimiento? ¿Algunos de la familia formaron parte
del complot para tumbar del gobierno al doctor Gómez Hurtado? ¿Saben que alias
“rasguño” pidió rebaja de penas en los Estados Unidos por la “colaboración
brindada” para que se esclarezca el crimen de su familiar?
La familia Gómez sabe en
carne propia los sufrimientos que ocasionan las acusaciones, los señalamientos,
las sindicaciones. ¿Por qué lo hacen conmigo, mi familia y mis amigos?
Al doctor Laureano Gómez,
“el monstruo”, le atribuyen la siguiente frase: “Calumniad, calumniad, que de
la calumnia algo queda”. ¿Están en eso?
Bogotá D.C., 17 de
Noviembre, 2014
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