jueves, 22 de octubre de 2020

Qué ejemplo de sabiduría le dejó a Colombia la Minga indígena

 


Por: Bernardo Socha Acosta

Los integrantes de la Minga indígena del Cauca que acabaron de realizar una marcha hasta Bogotá pidiéndole al gobierno atención a sus necesidades, les dieron una gran lección a los colombianos.

El comportamiento, el orden, la solidaridad, la higiene, el respeto, la limpieza y, no se qué otro adjetivo sumarles, nos dejó perplejos y con satisfacción de colombianos, ante el mundo.   

La Minga indígena le enseñó a niños, bachilleres, universitarios, trabajadores y empleados, cómo se realiza una manifestación de rechazo contra un sistema  y cómo con el ejemplo y acciones cívicas se piden las cosas.  Fue una demostración de la mayor cultura, que hoy quizás el presidente de la república está avergonzado de no haber dialogado con ellos en la plaza de Bolívar  de Bogotá, hasta donde ellos llegaron con esa ilusión e interés de ser atendidos. Pero regresaron desilusionados, porque fueron  de nuevo ignorados por el jefe del estado.

Hacía largos años que no se realizaba una nutrida marcha y manifestación pública con el orden, donde los vándalos devastadores de la tranquilidad social no tuvieron cabida, porque donde se hubieran infiltrado para cometer desafueros, habrían sido cogidos y castigados conforme el régimen de esas comunidades… que al parecer nos llevan millones de kilómetros en civismo y respeto por los demás.

Foto: Tomada de TicoVisión

Los resultados del orden de esta presentación indígena contrasta con las manifestaciones que organizan otros sectores donde se convierten, triste y lamentablemente  en escenarios donde los malhechores pareciera que tuvieran el amparo para atracar, destruir almacenes, saquearlos, atacar a la fuerza pública, quemar bienes y servicio y una interminable lista de infernales acciones delictivas que causan la peor zozobra a la gente de bien.   Pero lo lamentable es que en esas tenebrosas y sombrías manifestaciones salen perdiendo todos y nadie gana… O sí. Ganan los delincuentes, porque  ahora con los mal llamados PROTOCOLOS, la autoridad tiene que pedirle permiso a los violentos y a los vándalos para actuar, sopena de estar violando los derechos humanos, y así el país sigue día por día convirtiéndose y hundiéndose en un infierno de confusiones, porque los malvados ven con satisfacción y halago que su campo de acción cada vez más se amplia, pareciera que con la complicidad de algunos pocos de quienes tienen de una u otra manera injerencia en el manejo del estado, en instituciones que dependen de alguna de las ramas del poder público.

Pero, en resumen, la Minga indígena le dejó muchas enseñanzas a los colombianos, especialmente al gobierno y a quienes a menudo organizan marchas, para que no sigamos siendo cómplices de la maldad, el crimen, el vandalismo y el hurto.

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