Santos en Bogotá: Baraja de alcaldesas para negocios por 12,5 billones
Por: Aurelio Suárez Montoya
Bogotá, 30 de mayo de 2011
La encuesta que la red Cómo Vamos hace en ocho ciudades registró las razones que “han empeorado en el último año la situación económica” de los hogares. Se escogió entre 16 posibles motivos, y aunque en Ibagué, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga lo primero fue la pérdida de empleo, en Bogotá lo fue el costo de los servicios públicos, seguido del valor de la alimentación y del transporte.
La percepción de los bogotanos coincide con la privatización en los últimos 15 años de los servicios públicos domiciliarios y del transporte por un puñado de empresas y una docena de familias. Este modelo privatizador se ahondará con decisiones próximas a tomarse que no son ajenas al mandato que Juan Manuel Santos, mediante alcaldesa encargada, dicta hace un mes sobre Bogotá.
Casi que el primer acto de María Fernanda Campo fue congelar el proceso del Metro, detener los estudios de ingeniería y hacer depender las decisiones básicas de la consultoría sobre la “recalibración” de los modelos de demanda del sistema que realiza Steer, Davis and Gleaves y que aún puede incidir en trazado, términos de referencia y otros. El gobierno central, acompañado del Banco Mundial, ya controla el proyecto avaluado en 4 billones de pesos.
Insólito (e ilegal) fue nombrar alcaldesa ad hoc, ante las inhabilidades de la encargada, para presentar al Concejo un acuerdo sobre la venta de ETB que, de rematarla según cotización en Bolsa, valdría a lo sumo 2,5 billones, menos del valor de su patrimonio en libros, a precio de “gallina flaca”. ¡Un raponazo!
De prorrogarse el encargo hasta el 29 de junio, adjudicaría la licitación del recaudo para el Sistema Integrado de Transporte (SITP) para colectar 2,7 billones anuales por 16 años. Con remuneraciones del 6% del recaudo anual, que rigen para Transmilenio, el ingreso esperado para el ganador sería mínimo de 2,6 billones.
Si Santos demora en entrevistar la terna del Polo hasta el 26 de julio, podría dirimir el concurso del aseo por 8 años en seis zonas exclusivas, con barrido, recolección y limpieza, tasado hasta en 3 billones.
Con una pizca de suerte, y como ñapa, definiría al beneficiario de la licitación de la nueva semaforización por un cuarto de billón.
Santos, después de subastas y unas cuantas inauguraciones, por parte de la encargada, de las obras construidas en tres años; podría devolver la alcaldía al Polo. “Omnia consumata sunt”, sin importar quien gane en octubre, el elegido apenas administrará los negocios otorgados.
Santos, que no es persona de pararse en pelos y, animado por el “todo vale” que gritan las barras anti-polistas, juega una baraja de alcaldesas para alzarse de un manotón con las fichas de la mesa.