La
orientación de protección mínima al pueblo colombiano, al hacer desaparecer las
empresas para la salud, es una necesidad que al lado de las leyes
prioritarias que deben rectificar otras de carácter estatutario, como la Ley
100 de 1993, deberá tener apoyo en cada una de las personas, pero en especial
por el Congreso, en donde cada uno de sus miembros cuando acude a hacer proselitismo que lo lleva al fin primordial
que se denomina hacer las leyes, conoce por boca de quienes mayor dificultad
tienen en salud los problemas sentidos y ausculta las soluciones.
Una de las inexplicables formas de atender la
salud, es que se preste el servicio público, por empresas que en estricto
sentido dejan de serlo, porqué la definición de las mismas para su creación y
existencia conlleva que todas tengan capital propio y por tanto se hace
inversión en infraestructura, para entrar a competir en la realización de una
determinada labor que produzca dividendos porque con sólo señalar la prestación
de estos servicios ya bajo señalamiento de capitales que se ingenian
demostrarnos, tienen el apoyo del Estado y la autorización de los descuentos de
origen presupuestal que corresponden al rubro por una cantidad que supera en
mucho el porcentaje que cualquier empresario obtiene como ganancia por su
inversión.
El manejo de
cantidades considerables de dinero permite que los porcentajes que se pueden
descontar desde la entrada del dinero perfectamente esas ganancias por la
prestación de ese servicio, con sobrecostos en el manejo de lo que en otra
época funcionó con el nombre de Hospitales, en donde las personas que los
administraban lo hacían con un poco de sentido común, para utilizar con mesura
los recursos que se les entregaban sin que entonces fueran entidades del
Estado, calificación que posteriormente se le dio en general y con titularidad
en los entes territoriales que lamentablemente sin que haya que hacer
demostración estadística puede decirse que exista alguno que por sus excedentes
de capital, como se indica para los fines de servicio público, tenga ganancias,
sino que antes por el contrario se registran pérdidas a las cuales puede
agregarse otro defecto que no se ha mirado relacionado con qué quienes han
prestado servicio son objeto de demandas para que devuelvan parte de las
caprichosas sumas que le fueron entregadas en compensación de pensiones y
prestaciones sociales que también contribuyó a la pauperización de la medicina
que se paga por cantidad y no calidad.
Tl vez no
haya cantidad tan amplia de empresas intervenidas como las de la salud, que
siendo de origen privado administran bienes del Estado, y se orientan hacia la
liquidación, como las demás del mismo.
Es importante el proyecto para que la
administración de los recursos del Estado se inviertan totalmente y no vaya en
un mínimo del 30% para prestadores de servicios que a costa de trabajadores de
la salud y recursos estatales han presentado pérdidas millonarias que han
devenido en lo que por ser común, su mención se llama el colapso de la salud.
Es necesario que haya análisis en todos los sentidos para que se observen las
realidades y no se mantenga una situación de permanente gasto de los
presupuestos y cuando se va a examinar en que se han invertido sólo aparecen
pérdidas. No se trata de criticar, sino
de solicitar a quienes deciden en el Estado que observen los resultados de lo
que se creyó lleno de bondad, pero no
dio los resultados que esa aspiración orientó.