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Colombia tiene un nuevo embajador de los Estados Unidos. El hombre fue entrevistado para la televisión y parece que no se trata de ningún novato. Fue claro y muy directo cuando le preguntaron por los problemas ha tenido el trámite del Tratado de Libre Comercio y su prolongada demora en la aprobación por parte del congreso. Explicó que el gran “trancón” radica en la poca atención dada a los requisitos exigidos y relacionados con la cuestión social y humana. Son áreas a las que los demócratas le han dado importancia capital. “Las exigencias van mucho más allá de los éxitos que el gobierno de Álvaro Uribe ha podido tener en las áreas del narcotráfico y la seguridad”.
La cuestión social y humanitaria es fundamental para lograr avances en el Tratado de Libre Comercio. En esa materia Colombia va a pasos muy lentos. Tiene razón el nuevo embajador cuando considera que Colombia no es solo narcotráfico y terrorismo. Los logros sociales no son tantos ni tan acelerados como las acciones en seguridad, contra el narcotráfico y el terrorismo. Dijo que su país le reconoce el esfuerzo, pero no así en acciones limitadísimas en fuentes trabajo permanentes y bien remunerado, seguridad social, salud total, derechos humanos (desplazados), niñez, juventud y ancianos (solo 2 de 10 alcanzan una pensión), etc.
El embajador cree que es normal que surjan diferencias en el trámite del Tratado de Libre Comercio. Asegura que hasta en los hogares más amorosos aparecen divergencias entre el marido y mujer. Es obvio, cuando se está actuando en torno a la defensa de los “intereses nacionales” de los dos países.
El concepto de interés nacional es diferente. El de ellos es mucho más amplio y con criterios que el beneficio para 100% de la población en forma inmediata y directa. Colombia cree que es fortalecer dos o tres sectores de la sociedad y que luego esperar que desprenda de allí el provecho para los niveles modestos económicamente hablándolo.
El fortalecimiento de la justicia, sindicalismo, derechos humanos no se pueden dejar en un segundo plano, dicen los yankees. La distribución de la riqueza no puede continuar como tiene proyectada el gobierno colombiano: “al finalizar julio, las utilidades de los establecimientos de crédito totalizaron dos billones 215 mil millones de pesos”. No hubo a pesar de esa fabulosa riqueza, creación de fuentes de trabajo permanentes acorde con la función social que debe cumplir ese capital.
Sorprende y da ira la posición del gobierno en el congreso (ministro de agricultura) quien aseguró que solo cuando un partido de oposición haga una declaración política, “comenzaremos la acción para combatir las desigualdades que hay en el país”.
Estas dos cosas no las dijo el nuevo embajador de los Estados Unidos, pero de lo que si hay seguridad es que tomó nota y envió la información a su país. En Colombia no hay interés nacional, hay interés sectorial, limitado y excluyente. Por eso las cosas con el TLC le han salido y le seguirán saliendo al revés. Ellos quieren lo social y humano adelante y aquí para después del 2010. Fácil de entender.
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