El gobierno del presidente Iván
Duque acaba de darle la peor estocada a los 40 y tantos millones de colombianos que se debaten entre la supervivencia,
la zozobra y las secuelas de un azote que labra una pandemia que para peor desgracia y mala
hora llegó a corroer al mundo, entre los que está Colombia.
Ahora los colombianos, a pesar
del suplicio que estamos viviendo, no
solo por la pandemia, sino por otros fenómenos no menos mortales, nos enteramos
de las maravillas que hace el gobierno decretando la destinación de un
millonario cupo para los integrantes del mal llamado Congreso de la república y
las innecesarias y burocráticas unidades de apoyo. Pero eso no es nada. También
se les decretó millonarios aumentos a los demás funcionarios del estado, no a
esos que devengan 2 o 3 millones, sino a esos que reciben los privilegiados
emolumentos de 20, o 25 y hasta más millones de pesos mensuales. Que tristeza,
lo que hace un gobierno que no sabe y menos se imagina, las angustias que pasan
unos 40 millones de compatriotas para sobrevivir, en medio de una epidemia que
ha propiciado la desgracia, hasta de perder las libertades más preciadas. Lo cierto es que para el presidente Duque primó las necesidades de los congresistas, que las angustias del pueblo.
Pero eso no es todo. El
gobierno se preocupa primero por aumentarle casi 2 millones de pesos mensuales a los congresistas, pero tiene a
ración de hambre a centenares de trabajadores de la salud, que hace más de 6
meses no reciben salarios. Que injusticia…que irónico y mordaz que es el
gobierno. Lo que acaba de hacer nuestro presidente… no tiene nombre en el
historial de los gobiernos más déspotas del mundo, porque no era ni el momento,
ni la necesidad de hacer ese reajuste, para un sector que no tiene necesidad alguna,
porque quienes reciben ese incremento, son los inviolables, los consentidos del
estado, los predilectos y los que menos le aportan cosas buenas al país.
Cómo se ve que un gobierno no
conoce una milésima parte de lo que un ciudadano del común tiene que batallar
en medio de las injusticias más crueles e
inhumanas para sobrevivir, él y su
familia.
Pero, eso no es todo. Lo increíble y abrupto está por venir. Ya el
gobierno nacional conformó una comisión de llamados sabios, para que estudie y
formule el próximo golpe mortal para los ciudadanos que construyen la riqueza
nacional, que para desdicha, se devoran unos pocos. Se trata de la Reforma
Tributaria que ya anunció recientemente el mismo jefe del estado, porque la
plata que sufragan en impuestos y sobretasas los azotados colombianos, no alcanza para el pago de las millonarias nominas con sueldos de 34
millones de pesos en el Congreso de la república y otros favorecidos cargos oficiales.
Pero, cómo van a alcanzar esos
recaudos, si un solo congresista –por ejemplo- se gasta cerca de 700 millones anuales, sin las
unidades de apoyo y demás privilegios. Sáquenle la cuenta a $700 millones x 268
miembros del Congreso… Es que así ni que Colombia nadara en oro.
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