martes, 29 de diciembre de 2020

El reajuste de salario mínimo y el azaroso año 2021

Por: Bernardo Socha Acosta

El aumento de salarios para los trabajadores, y para los congresistas y otros altos funcionarios del estado, dejó en claro, el nivel de desprecio, humillación, maltrato y ultraje que el gobierno tiene para con el pueblo, que solo y únicamente es útil, para que los elija mediante el voto y les pague con sus impuestos los onerosos sueldos que ellos devengan.

Quizás no hubo otro momento más oportuno para que el gobierno hiciera semejante osada demostración, de cómo se quiere ultrajar a un pueblo que se ahoga entra las grandes diferencias sociales y económicas, sumado a una pandemia.

Es que mientras a una millonésima parte de colombianos (congresistas y cúpula del gobierno) se les aumenta el 5.12%, a la gran franja de colombianos luchadores por la vida se les aumenta un 3.5%. Y eso qué representa. Pues que a los primeros les constituye ese 5.12%, un incremento mensual, algo así como UN MILLÓN  650 mil pesos (equivalente a unos 40 salarios mínimos) y a los segundos (a los trabajadores) se les aumenta unos 30 mil pesos mes. Cuál es la proporción justa que se halla aquí, entre $1’650.000 a $30.000 mensuales.

Por dios, esto no tiene ni una sola justificación. Esos actos son los que llenan de tristeza, desánimo, angustia, ansiedad y zozobra al pueblo, hechos que se traduce en rabia que va minando el sentir ciudadano, hacia la búsqueda de equidad por las vías de la rebeldía y la violencia, como respuesta a las injusticias que comete el gobierno y esa parte de la sociedad que lo tiene todo.

En estas desigualdades que cada vez son más marcadas, el gobierno y los poderosos que tienen al país en la sartén, están buscando que haya una sociedad de MENESTEROSOS, para que cada vez que haya elecciones, el pueblo hambriento se arrodille por una dadiva y los siga manteniendo en el poder, dominio que finalmente tendrá que caer, a medida que el descontento popular  siga minando las bases sociales.

Para los entendidos en materia sociológica, Colombia es el país de los contrastes como los que leímos arriba, donde el gobierno aparentemente dice que hay que reactivar la economía, pero, algunos de los empresarios que dominan al gremio, al parecer son víctimas de la codicia, la concupiscencia, la voracidad y la envidia y no permiten que el país progrese dándole capacidad adquisitiva a los trabajadores. Es la única forma de que el país progrese con justicia.

Es tan elemental pensar que si un trabajador recibe mayor remuneración, mayor será su capacidad para salir al mercado y  aquirir productos y servicios, y ahí es donde se estará moviendo y fortaleciendo la economía. Pero si el trabajador no tiene cómo comprarles ropa a sus hijos, pues no lo hará y las fábricas de textiles quebrarán finalmente, porque no hay movimiento de sus productos. Pero esto no lo han querido entender algunos empresarios, no se sabe por qué causa, convirtiendo al país en un círculo viciosos, buscando su reactivación económica y empobreciendo cada vez más a las familias y arruinando al país, como regalo de fin de año, para comenzar otros con azaroso futuro.

Por estas y muchas razones más, los colombianos, tarde o temprano se darán cuenta que si no se cambia el viejo sistema, donde el estado quiere aumentar la economía con el hambre de los trabajadores, vamos de cola para el peor abismo.  Y sucediendo esto,   habrá necesidad de arrumar a esas viejas castas politiqueras que se están apoderando de la riqueza nacional, a base de mentiras y engaños de falsos redentores, que mientras aparentan distribuir los impuestos, están montándole la trampa Mortal a los gobernados.

bersoa@hotmail.com

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