jueves, 7 de enero de 2021

… Cómo nos cambia la vida; hechos de la vida real

 


Por: Bernardo Socha Acosta

Cuando parece que todo se acaba, y no hay nada que hacer, surgen las oportunidades que ofrece la vida cuando se mira con fe y esperanza. Son momentos en los que hay confusión, pero, que con la ayuda de la ciencia médica y la buena voluntad de muchas personas, de las que, a Dios gracias está uno rodeado, llegan las nuevas oportunidades.

Ese parece ser el caso, que estará en la siguiente narración que quizás sea una reflexión hasta didáctica para otras personas que les parece que todo está perdido por quebrantos de salud. 

No es de mi agrado hablar en primera persona y menos en singular, pero hoy tengo que hacerlo porque soy el protagonista de la siguiente historia: Estoy cumpliendo este 7 de enero, un año de haberme sentido frustrado de la vida, pero al mismo tiempo con mucha esperanza de poder salir delante de una intervención quirúrgica.

El siete de enero del año que acaba de pasar, 2020, fui sometido a una operación en la que quedé discapacitado, en aras de salvar la vida.

Los médicos que me estaban tratando los quebrantos de salud, me sugirieron someterme a una operación en la que quedaría en silla de ruedas, o, si no autorizaba la operación,  corría el riesgo de no tener éxito en el tratamiento y seguir con los mismos traumas malignos que me afectaban. Accedí a la intervención quirúrgica y efectivamente, como estaba previsto, quedé discapacitado en silla de ruedas. Hasta aquí la vida confunde a cualquiera y no provoca seguir el camino de nuestro destino.

Pero con el apoyo de los profesionales de la medicina y de la familia, comencé a salir adelante con una evolución prodigiosa, progreso que hoy 12 meses después me permite movilizarme solo apoyado parcialmente con un bastón, (a pesar de no haber recibido todas las herramientas del caso, por retrasos de la pandemia)  hecho que para cualquiera es una evolución suficiente para darle gracias a la vida y a ese ser Supremo que todo lo puede.

Y aquí hago un paréntesis, para expresar mi permanente gratitud, en forma simultánea, a la ciencia médica a través del Seguro (Nueva EPS y su operador de salud La Foscal) y a la familia de quienes recibí el mejor e inimaginable apoyo, nunca contemplado, gracias a lo cual hoy escribo estas línea lleno de regocijo y de esperanza que  muchas veces por fuerte que pretenda ser, dejo brotar momentos de desesperanza pero al mismo tiempo regresa la alegría y satisfacción, y considero que ninguna cosa material será suficiente para recompensar la invaluable ayuda familiar. Claro, del Seguro social, es una retribución al aporte que por más de 38 años he sufragado, pero esto es un ejemplo de lo invaluable que representa un seguro de salud.

Dicen los filósofos que, ‘’la gratitud es la Clave que convierte los problemas en bendiciones y lo inesperado en regalos’’. Pues así parece ser y sea este el momento oportuno, de primero agradecer a Dios por tantas bondades representadas en la familia, entre ellas mi señora, Luzma. que se convirtió en la sombra y el ángel protector a todo momento, así como los hijos, Erika Lissette y Edwwing B, la nieta Mariana, la nuera Mayra y el yerno Henry Alex; mis hermanas Matilde, Carmen,  Cristina y Jaime, no sin olvidar a mis sobrinos, Beatriz, Liliana,  Gabriel y Pedro, entre otros y a los primos Luis Hernando Alvarez, su señora;  Arsenio, Isidro y Gabriel Acosta y sus señoras,  y muchos otros más de la familia. Pero también a tanto amigos que han estado durante el año pendientes de mi evolución, como, Gonzalo Afanador, Abelardo Navarro,  Alfredo Vesga, Clarita Peña, Mery Prada,  Paula Janneth Jaimes, Libia Pinto,   Jairo Cala,  Héctor Hernández, Luis Alirio Medina, Alcides Antonio Jáuregui, Abel Cadena, Fabio Torres, Alvaro Grass, Hernando Arciniegas, Fernando Cotes, Jaime Iván Restrepo, Rodolfo Santamaría y Mario Suárez, entre muchos otros amigos a quienes presento disculpas por no acordarme en el momento de hacer la nota.

Y finalmente sería injusto no reconocer públicamente a un grupo de médicos que hizo posible mi transición, desde la operación, hasta mi recuperación durante el año 2020.  Aquí está la muestra en Video

El médico especialista Jorge Eduardo Páez García, fue quien puso en evolución mi nueva etapa de vida con la cirugía que muy puntual a las 7 de la mañana de ese 7 de enero en la Foscal, me practicó la operación   en compañía de un selecto equipo de apoyo, entre ellos el médico anestesiólogo y sus auxiliares.  Ese día  comencé   una nueva fase que contó con la atención tanto de medicina especializada como de atención complementaria en la que han intervenido numerosas personas.  Y ya a finales del año pasado debido a la pandemia que había atrasado todo el cronograma de atención, pudo retomar la intervención, el  médico Efraín Román, quien  tenía a su cargo todo el trámite de terapias y controles hasta la formulación de la prótesis que en estos momentos ya  está en proceso de fabricación. Esa es a grandes rasgos la cronología de un inesperado y traumático cambio que cualquier persona puede tener en su vida, pero que hoy con todo el adelanto, ya no extraño nada y la salud, puede decirse está al 100 x %.

bersoa@hotmail.com

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