Nuestra sociedad no solo es
víctima de las enfermedades que trae la evolución de la naturaleza y muchos de
los fracasos tecnológicos, sino también de tantos atropellos que causan
personas irreflexivas, que en cambio de
contribuir en la reducción de los altos contenidos de ruido, los aumentan como aquellos que les adecúan aditamentos a
sus Motocicletas, como para llamar
falsas y equivocadas simpatías, sin darse cuenta que ellos tarde o temprano serán las peores víctimas de la
destrucción de su propio sistema neurológico.
Los expertos sostienen que los ruidos superiores a 80 y 90 decibeles, -dB- son mortales
para los seres vivos.
Los estudios que ha realizado la Administración
de Seguridad y Salud Ocupacional como agencia del Departamento de Trabajo de
los Estados Unidos (OSHA) aseguran que el ruido ambiental de
75 a 90 dB, constituye un alto riesgo en el oído humano y en la
salud en general.
Pero estos graves daños en el
sistema nervioso, también los están
construyendo para ellos los motociclistas. Como quien dice, están cavando su propia tumba, sin darse cuenta. Entonces, imaginemos, cuánto
daño están causando estos promotores de la Neurosis, la histeria y la locura,
sin que hasta el momento las autoridades competentes, como el Ministerio del transporte, haya dictado
una reglamentación serie para que se le ponga orden a esa anarquía, de la que
el estado no escapa. Ojalá que en este mandato del señor Duque, se proceda a
defender la vida de los colombianos en esta materia.
Si, el estado es también otra víctima,
de estos desordenes, porque a diario, lo replican los estudios, hay cada día un
mayor número de personas afectadas por enfermedades derivadas del sistema
nervioso y como consecuencia, mayor demanda de consultas con especialistas, y
medicamentos, por esta causa.
Consultamos con especialistas
sobre los daños a que están expuestos los motociclistas sujetos del alto ruido
de su velocípedo, y conocimos que estas personas no están lejos de padecer,
hipertensión, enfermedades cardíacas, daños en los riñones y atrofia
en las neuronas, entre otros padecimientos.
Los altos niveles de ruidos acarrean unas 10 enfermedades, entre las que
se encuentran: estrés, depresión, perturbaciones del sueño, pérdida auditiva,
ruidos tormentosos en el cráneo (acúfenos,) y problemas de comunicación.
El ruido se ha vuelto una
pesadumbre en todas las capas sociales y el de las motocicletas se ha
convertido en una Epidemia, porque nadie puede descansar, ni de día ni de noche en las ciudades. Niños, adultos, mayores y enfermos, son atropellados en su derecho al
descanso, con esa calamidad que llegó para quedarse, (los motociclistas ruidosos)
Tomada de Freepik
Seguramente cuando surja una
franja de la población que por sus daños del sistema nervioso actúen de forma
violenta reclamando por el derecho al descanso digno, tal vez las
autoridades actúen, pero entonces ya habrá ocurrido lo inimaginable, y ojalá
que no sea así, y antes despierten las
autoridades para fijar directrices a la locomoción de las motocicletas, antes
que destruyan toda una sociedad.
Y
que, las autoridades competentes comprendan que la defensa del pueblo es
armonizar la PAZ.
Que
este artículo se convierta en una Acción Popular por la defensa de los derechos
colectivos (art. 88 de la Constitución Política de Colombia)
Las inquietudes a bersoa@hotmail.com
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