TRAFUGARIO
Por: JOSE OSCAR FAJARDO
El jueves anterior a las cinco de la tarde el gobernador de Santander recibió dos grados PhD a la vez, de una universidad norteamericana, que si no me equivoco, es una marca mundial. Esta es una síntesis del discurso que ofreció al auditorio. “Tengan todos ustedes muy buenas tardes. El sueño de todo padre de familia es ofrecerle la mejor educación a sus hijos. Yo creo que hoy se cumple el sueño de una familia campesina, como la mía, que está aquí acompañándome. El sueño de un padre que nunca tuvo la oportunidad de hablar una segunda lengua, pero que tuvo un hijo que sí puede hablar más de una lengua.
El sueño de una familia que peldaño tras peldaño ha logrado ascender en los tortuosos caminos de la vida. Soy un joven de treinta y un años, un hombre gracias a mi Dios, afortunado, bendecido. Pero una persona que en su actuar sobrepone la disciplina y el estudio. Desde pequeño tuve la oportunidad de ocupar el primer puesto en el colegio, sobresalí, estuve becado y tuve la oportunidad de ir a Estados unidos a especializarme, a hacer una maestría. En relación al doctorado yo digo que, he estudiado tanto que me llegó en el momento menos pensado.
Quiero agradecerles a las personas aquí presentes, en especial al doctor Holger Díaz, congresista, a Monseñor Primitivo Sierra, mi amigo, pues esta también es voluntad de Nuestro Señor Jesucristo. También a la universidad Logos International University, al coronel Saavedra y a mi familia. Familia, esto es lo único que le queda a uno, el estudio. El poder es efímero, el dinero es efímero. La amistad, y el amor de la familia, no. Este título se lo dedico a mi padre y a mi madre; a esas dos personas que me inculcaron los mejores valores. A mi novia que hoy me acompaña, pues Es un logro de los dos. También se lo dedico a mis amigos y a Santander. Yo estos últimos días he sentido frustración porque no puedo conseguir todas las cosas para el Departamento, pero sé que siempre va a haber dificultades. Y cuando palpo las necesidades de la gente, el corazón se me arruga y me embarga un profundo dolor de a veces no tener las herramientas para ayudarlos.
El doctorado debe ser para todos los santandereanos ya que un dos por ciento, sólo un dos por ciento de los colombianos, tiene un doctorado. Ahora formamos parte de ese dos por ciento. Y para los niños campesinos. Porque así como ellos y en condiciones parecidas, usted estudiaba tía (se dirige a su tía). A ustedes les tocaba caminar dos horas para llegar a la escuela, a veces sin zapatos. Y así usted tía, habla dos idiomas y pudo darle las carreras de medicina y administración a mis primas. Yo quiero darle este título a los santandereanos, a mis niños santandereanos. Yo lo he dicho, no soy padre, pero lo que más anhelo en la vida, es tener mis hijos y darles todo lo que yo no pude tener y lo mismo anhelo con todos los niños de Santander. Educación para esos niños que están en el campo y que no conocen un computador. Para esos niños que no tienen un pupitre. Quiero decirles que la vida no es fácil. Que yo a los treinta y un años tengo un doctorado pero con mi familia hemos llorado, hemos sufrido, nos hemos desgastado”.
El discurso es un poco más largo y tal vez un tanto lírico. Además, sentido. Al final me las arreglé para hacerle esta pregunta. Doctor Richard Aguilar. No cualquiera obtiene un PhD y de una universidad norteamericana, y mucho menos dos a la vez. ¿Qué se siente? Y él me respondió: “Yo creo que recibir dos doctorados a la vez, es mucho. Pero yo me he esforzado demasiado desde muy temprana edad, y así, ganando becas, tuve la oportunidad de realizar maestrías y especializaciones en el extranjero. El estudio es el mayor legado que un padre puede dejarle a sus hijos”. El doctor Richard Aguilar recibió un Phisical Doctor en Administración Pública y otro en Derecho Internacional Humanitario. En horabuena Doctor Aguilar.
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