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jueves, 20 de enero de 2011

Oposición al estado excepcional del país

¿Quién se opone al estado de emergencia por el invierno?
Fuente: Revista SEMANA.COM

EMERGENCIA La declaración de emergencia parecía ser un tema de auténtica unidad nacional. Sin embargo, dos senadores se opusieron a ese estado excepcional. Dicen que hay aspectos que violan la Constitución. Jorge Robledo, uno de ellos, explica su posición. Miércoles 19 Enero 2011

El pasado lunes, el Congreso en pleno aprobó de forma casi unánime el primer decreto con el que el Gobierno declaró el estado excepcional de emergencia, como medida para enfrentar las consecuencias de la ola invernal. Y fue casi unánime porque, al menos en el Senado, de los 94 asistentes sólo dos congresistas se opusieron a ese respaldo.

Fueron dos senadores del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo y Alexánder López, quienes en un tema en el que parecía haber unanimismo -pues hasta había una decisión del partido de sumarse a ese respaldo- tuvieron la convicción de dejar por escrito, y de forma pública, su oposición a la decisión que adoptó el presidente Juan Manuel Santos el 7 de diciembre del 2010.

“Ya sé, van a decir que Robledo es un enemigo del país”, dice el senador del Polo al admitir su postura, y le dijo a Semana.com por qué tomó esa decisión.

"Emergencia anunciada"

Robledo dice que la declaración de emergencia es inconstitucional, al señalar que no cumple los requisitos básicos contemplados en el artículo 215 de la Carta Política.

Ese artículo dice que debe ser declarado el estado de emergencia cuando sobrevengan hechos que amenacen perturbar los órdenes económico, social y ecológico. Para Robledo, el desastre generado por la ola invernal no constituye hechos sobrevinientes ni sorpresivos, “todo lo contrario, se trata de hechos anunciados”.

“El Gobierno ha sido lerdo a la hora de actuar”, dice, al registrar artículos de prensa en los que desde el 2009 se advertían tragedias como la del Canal del Dique en Atlántico, en la que sólo se actuó el 6 de diciembre, cuando se expidió el decreto. “¿Las inundaciones en La Mojana son nuevas? (...) En su primer acto de Gobierno, el presidente Santos visitó a las víctimas del invierno en esa región (...) Ni el gobierno de Uribe ni el de Santos hicieron lo que les correspondía”.

“Dictadura constitucional”

El senador del Polo dice que la emergencia social es un estado de excepción que le arrebata al Congreso su principal función, al suplir con decretos con fuerza de ley la facultad legisladora de Senado y Cámara de Representantes. leer más EN REVISTASEMANA.COM

jueves, 24 de diciembre de 2009

“Nutrido grado de sospecha”, ¿de cuál lado?

Tomado de: elespectador.com



Por: Cecilia Orozco Tascón

COMO DIJO EL SENADOR JORGE RObledo, al Procurador podrá calificársele de muchas maneras, pero no de bobo. Cómo no lo será, que convenció a la oposición de que votara por él con el argumento de que era víctima de persecución religiosa.

Sentado en su despacho, ¡cuánto se habrá reído de polistas y liberales! Pues bien, los colombianos sufriremos al jefe del Ministerio Público que nos regalaron entre el Primer Mandatario y el Congreso y vamos a tener que aguantar sus juicios cargados de prejuicios, como si fueran magnánimos. Por ahora, Ordóñez goza de crédito porque se cuida de parecer imparcial. Sin embargo, se sabe que los hechos expresan mejor la realidad que los dichos. Entonces examinemos los primeros:

Ordóñez llegó a la Procuraduría y apenas se sentó absolvió, diligente, a los hombres del Presidente —Diego Palacio, Sabas Pretelt, Jorge Noguera, José Félix Lafaurie y Hernando Angarita— por el “nutrido grado de sospecha” que generaba la delincuente confesa Yidis Medina, pese a que ella le aportó a la Corte Suprema documentos, recibos de pago, testimonios propios y de terceros y letras firmadas en las que se comprometían notarías y otras entidades oficiales. Con la diligencia con que resolvió a favor de los de ese lado, el señor Procurador anunció apertura de investigación en contra del congresista Robledo, que pertenece al otro lado. ¿Por qué? Por su presunta relación con las Farc. ¿Con cuáles pruebas? Viene aquí lo escabroso: el director de investigación criminal de la Dijín, un brigadier general, inicia la cadena. Le envía a Ordóñez un oficio —sin firma— con datos sobre supuestos vínculos de tres congresistas (de oposición) con la guerrilla. Y en una cola, deja un “informe preliminar… para establecer la comisión de faltas legales” de Robledo (de oposición). El denominado “informe” es una hojita sin identificación de autor, hecha (o fechada) el día en que el oficial manda la comunicación. ¡Cuánta rapidez investigativa! ¿Qué dice ahí? 1. Que el nombre del senador es mencionado 27 veces en el computador de Raúl Reyes. 2. Que Reyes lo incluye en una lista opcional por si se llega a formar un “nuevo Gobierno” y 3. Que Reyes ordena publicar las opiniones de Robledo en la web de las Farc.

Cipotes indicios alarman a la Procuraduría, que designa funcionarios para que ahonden en el tema y visiten la Dijín. Responde ya no el general, sino un coronel, que asegura que no sabe nada al respecto y sugiere hablar con el funcionario a cargo, un capitán. Éste tampoco conoce el ‘informe’. ¿Nutrido grado de sospecha? Por supuesto que no. La indagación sigue porque amerita. Las 27 alusiones a Robledo se vuelven 14 por arte de magia y aparecen seis meses después. ¿Qué contienen? Unas son inocuas y las otras favorecen al parlamentario porque Reyes o sus compinches lo critican en vez de alabarlo. Esta es la base para que Ordóñez ordene abrirle investigación disciplinaria, justo cuando se publica que el dirigente del Polo será la cabeza de lista al Senado por su partido en las elecciones de marzo. El Procurador ordena también interrogar a un preso, a un desmovilizado y a un guerrillero que declararían contra el parlamentario. Se imagina uno que siendo Robledo quien es, el Procurador no tendrá duda de que los delincuentes —en contraste con Yidis— dirán la verdad y sólo la verdad. Un juez siempre puede mirar la cara positiva o la cara negativa de las pruebas. Como sucedió cuando habló la mentirosa Yidis. Es cuestión de interpretación: hay nutridos grados de sospecha o no hay ninguno, si uno no lo desea.

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martes, 4 de noviembre de 2008

¿Calumnias de la oposición?

Tomado de El nuevosiglo

Colombia, miércoles 5 de noviembre de 2008

POR: HORACIO SERPA
________________________

El primer mandamiento en materia de derechos humanos es no decirnos mentiras.

Ha ocurrido siempre. En primer término, no reconocemos la gravedad de lo que en esta materia está ocurriendo, y cuando lo aceptamos lo hacemos a medias, por fuerza de las circunstancias, porque es público e inocultable, porque nos cogieron "con las manos en la masa". En segundo lugar, porque no le ponemos remedio a fondo a esta situación tan deplorable que lesiona el sistema democrático, la dignidad del país, el sentido de la equidad y a muchísimas comunidades, familias y personas que son las víctimas de tamaña depredación.

Vivimos rasgándonos las vestiduras porque internacionalmente nos clasifican como un país violador de los derechos humanos. Pero es absolutamente cierto.

Nos la pasamos quejándonos de los señalamientos y descalificaciones que nos hacen las organizaciones no gubernamentales internacionales y locales, por violaciones a los derechos humanos. Pero tienen toda la razón.

Para que engañar y engañarnos, si el mundo entero lo sabe. Aquí se mata sin fórmula de juicio, por montones, perversamente. Toda la vida ha sido así, por desgracia. Desde la independencia, pasando por las guerras civiles, hasta la época de la violencia del siglo pasado. En los anteriores 60 años se mató sin tasa, ni medida.

Las dos últimas décadas fueron terribles. La guerrilla cometiendo abusos y delitos. Igual los narcotraficantes. El paramilitarismo ocasionando desmanes y crímenes sin par. ¡Que horror! ¡Que vergüenza!

No solo ellos ejecutan desafueros y bellaquerías. También personas que representan al Estado: arbitrariedades, torturas, desapariciones forzadas, asesinatos. No son las Instituciones, a las que respetamos y apoyamos. Son una minoría, es cierto, pero hacen grave daño a la sociedad y al País. Por ellos aparecemos como una sociedad descompuesta, sin escrúpulos, antidemocrática.

Entonces, si nos señalan con el dedo acusador, es porque somos culpables.

Para que no nos sigan cuestionando, debemos respetar los derechos humanos. No hay de otra. Hay que acabar con esta violencia atroz, poner fin al conflicto armado, eliminar el narcotráfico, conseguir que opere la justicia, rechazar la impunidad y terminar con los atropellos que se cometen desde la Fuerza Pública.

A este respecto fue apropiada la posición del gobierno nacional sobre los recientes falsos positivos, atinado destape de una olla podrida que apenas comienza a hervir. Hay que continuar por ese camino, con una política coherente y sostenida. Es urgente asumir en serio las consecuencias de tanto afectar los atributos ciudadanos y decidirnos a ser una comunidad democrática y respetable. Haciéndolo a conciencia, claro. No podemos seguir contentándonos con el argumento de que está disminuyendo la tasa de las violaciones. Sobre derechos humanos no puede aceptarse una sola violación.

Nuestro problema no es el señor Vivanco, a quien el señor Ministro del Interior graduó de opositor, cuando lo que hace es cumplir con su deber. No son "calumnias de la oposición", ni infamias de Amnistía Internacional o de la sociedad civil. Es la sangre de tanto inocente que mancha nuestra democracia.
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