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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Opinión política

                         OJALA REPITA OBAMA
Horacio Serpa
Escribo esta columna cuando aún están votando en los Estados Unidos para elegir presidente. Con tanto empate en las encuestas, con tanta incertidumbre, a las horas del medio día del martes nadie sabía, ni se imaginaba siquiera, quien sería el ganador.
Si yo hubiera podido sufragar, lo habría hecho por Obama.
Hubiera votado por la relección de Obama, porque en sus primeros cuatro años de gobierno demostró ser un estadista serio, responsable, dedicado a conseguir lo mejor para el pueblo estadounidense.
Porque habiendo recibido un País en plena crisis económica, en recesión, próximo al colapso, hizo lo necesario para salir adelante, lo ejecutó oportunamente, con resultados mas que aceptables. Pudo conjurar las dificultades y superar los desequilibrios logrando una estabilidad en la que pocos creían. Hoy se vive una etapa de recuperación y ha sido posible mejorar los niveles de empleo. Tiene un criterio de equidad en el manejo económico y merece la oportunidad de continuar la estrategia con la que conjuró la anárquica situación que le dejaron los republicanos.
Mi voto habría sido para Obama por su condición de demócrata y de defensor de los derechos humanos. Obama no es tolerante con las tiranías y ha hecho buenos oficios para ayudar a arreglar distintos conflictos internos y externos que azotan a muchas regiones del mundo. En cuanto a Colombia, respalda el logro de la paz en el proceso que el gobierno adelanta con las farc.
Con el Presidente Santos mantiene una buena relación de amistad y de respeto. Se reunieron en Washington y en Cartagena y ha hecho manifestaciones de cordialidad con nuestro pueblo, que cumplirá en su segundo mandato, tanto más cuanto que si logra la victoria en mucho la deberá al voto de los latinoamericanos.
El actual presidente de los Estados Unidos seguramente no ve con simpatía a muchos de los gobiernos de América del Sur, como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina, por estar gobernados por mujeres y hombres de izquierda, pero los respeta y mantiene con ellos relaciones sinceras de cooperación.
El mandatario gringo rechaza el concepto de las guerras preventivas y el de la guerra a ultranza contra el terrorismo como política esencial de Estado, lo que ratifica su condición de gobernante respetuoso de la soberanía de los demás Estados y de la libre autodeterminación de los pueblos.
El Presidente Obama con su actitud frente al huracán Sandy demostró liderazgo, diligencia, sentido social, capacidad de mando, poder de convocatoria, condiciones requeridas para ejercer como comandante en jefe de los Norteamericanos.
Hubiera depositado mi voto a favor del  presidente Barack Obama, por su esposa Michelle, una mujer activa, sonriente, comprometida con las mejores causas del pueblo que gobierna su marido, a quien, sin pretender protagonismos ni figuraciones, ayuda intensamente para que le cumpla de manera cabal a toda la gente, sin discriminaciones ni pedestres intereses de por medio.
No me era posible votar, pero si tengo derecho a soñar. Ojalá que hoy miércoles se proclame la victoria demócrata.
Bogotá D.C., 7 de Noviembre, 2012

domingo, 1 de abril de 2012

La Costa Atlántica región de conflictos por tierra


MAGDALENA Y EL RETO POR EL CAMBIO
Por: Alejandro Arias
A las 5 de la tarde del pasado jueves trascendió el nombre de Alejandro Reyes Posada como nuevo Director de INCODER. Noticia que, entre otras, registró Caracol Radio (Ver http://bit.ly/Hl3b8K)  
Los procesos de justicia transicional y la restitución de tierras son, a mi juicio, el gran reto del Gobierno del Presidente Santos en materia de DDHH y reparación a las víctimas del conflicto. Y que el proceso de Ley de Tierras lo asuma, desde el INCODER, Alejandro Reyes es prenda de garantía para el Gobierno y las victimas.
No hay dudas que Reyes Posada es una autoridad cuando se trata de abordar la problemática de la distribución de la tierra y la incidencia del despojo de ésta en la crisis humanitaria que padecen más de 3 millones de colombianos, hoy desplazados y desposeídos. Sus investigaciones abordan esta trágica realidad de forma cruda, pero igualmente cierta. Guerreros y campesinos, el despojo en la tierra en Colombia y el estudio titulado Violencia y el Problema del Agro ilustran con lujo de detalles el profundo conocimiento que tiene en esta materia.
La Costa Atlántica es la región con mayores conflictos por la tierra. De los 155 municipios que la integran, hay 55 con conflictos abiertos por la tenencia de la tierra, 24 con alta presión campesina y 5 de colonización. Para el caso del Magdalena los conflictos se presentan en 6 de los 29 municipios y la presión campesina por la tierra se da en 7 municipios del Departamento de acuerdo con las conclusiones de Reyes Posada.
Esta presión violenta, por el control y la posesión de la tierra, tiene como factores propiciadores a los grupos armados ilegales como el ELN, EPL, FARC y las AUC.
De acuerdo con la obra Parapolítica La ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos, de la Corporación Nuevo Arco Iris (2007), algunos de esos factores están en el marco de la legalidad. Tal es el caso, según dicha publicación, de ciertos sectores de los grupos económicos más representativos (ganadero, bananero, cafetero y comerciantes), que, sintiéndose afectados por las incursiones guerrilleras en el departamento, utilizaron este hecho para justificar la promoción y fortalecimiento de grupos ilegales armados, en nombre de la defensa de la propiedad y la protección de intereses privados, muchos de ellos ilegales.
Conclusiones que expuso Priscila Zuñiga, actual Secretaria de Gobierno de Santa Marta, en el capítulo Ilegalidad, control local y paramilitares en el Magdalena en la que además precisó que para entender este hecho hay que hacer referencia a las tendencias políticas en el Magdalena, las cuales han pertenecido a la tradición del Partido Liberal, aunque en el área del centro del departamento (Cerro de San Antonio, Santa Ana, Pijiño del Carmen) existe una fuerte presencia del Partido Conservador. (. . .) Algo similar ocurre con la gobernación del departamento, la cual no ha sido ocupada por los conservadores desde que la constitución de 1991 instituyó su elección por voto. Esto ha hecho del Magdalena un verdadero fortín electoral del Partido Liberal.
Esta combinación de violencia amparada desde la legalidad por los actores productivos y políticos terminaron marcando al departamento del Magdalena a un punto que pareciera ser imposible superar las dramáticas secuelas de dolor, pobreza y tragedia que en cifras registran 122.957 desplazados y 22.217 hectáreas abandonadas por causa de los violentos, según cifras de Acción  y Pastoral Social, respectivamente.
Si bien es cierto que la educación, la salud, la infraestructura vial, etc. constituyen desafíos para la administración del actual gobernador, Luis Miguel Cotes Habeych, creo que los DDHH, los procesos de justicia transicional, la reparación de las víctimas y la restitución de tierras vienen a ser la verdadera prueba de fuego de cara al país y la comunidad internacional.
Abordar estos temas con transparencia; proponiendo estrategias que ofrezcan seriedad y garantías por parte de la administración departamental serían un claro y contundente mensaje de que en el Magdalena hoy no aceptamos ninguna influencia pasada de los violentos y que estamos dispuesto a rectificar.
Bienvenido el nombre de Alejandro Reyes Posada al INCODER; y ojalá con él y el Gobernador Cotes Habeych demos pasos hacia el respeto por el Magdalena asumiendo el reto por el cambio aferrándonos a los DDHH y garantizando la reparación a las víctimas.

jueves, 16 de abril de 2009

AL RITMO DE LA PAZ


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ALVARO VECINO PICO
alvaro.vecino@gmail.com

En una sociedad donde las múltiples expresiones de la violencia son el pan de cada día, y donde, entre esas violencias, es el conflicto armado al que se le dedica más despliegue y le conceden mayor espacio en los medios de información, y –además- es el elemento estructural que más preocupa a un sector de la clase política, que con angustias re-eleccionistas lo maximiza a través de un reiterativo discurso que –desde hace seis años- pregona su fin inminente; es muy normal que la mayoría de las personas asocien la paz simplemente como la ausencia de la guerra.

Por eso es muy grato encontrar que al contrario de lo que muchos creen, las nuevas generaciones -conocedoras del conflicto armado desde el vientre materno- anhelan profundamente, no solo la ausencia de la guerra, sino una sociedad sin corrupción, justa, segura, tolerante, solidaria y democrática, porque han comprendido que ‘la paz es un proceso social, activo y multidimensional, que asume el conflicto como base para el diálogo y el cambio’. Que la paz es justicia y equidad.

De esta manera la paz, como construcción social, adquiere dimensiones reales de acuerdo a los roles y el lugar en la estructura social de cada quien; es decir que cada persona aporta desde lo que hace y desde lo que es, según la dimensión que comparta con su prójimo. Hoy las nuevas generaciones, en vez de refugiarse en las vagas ilusiones que ofrecen los mercaderes de la superación personal, envían un mensaje de esperanza donde la reconciliación y re-construcción del tejido humano son posibles, haciendo cada uno su parte; es decir mediante el desarrollo de las acciones concretas que cada persona realiza desde su entorno más próximo (el mundo de los afectos, el parentesco y lo comunitario) como respuesta a la violencia directa y cultural, hasta las acciones más complejas (en el mundo de la relaciones laborales, profesionales y normativas) como respuesta a la violencia estructural.

En este sentido se diseñó el proyecto “Jóvenes al Ritmo de la paz”, en la idea de acercar los intereses y motivaciones de los jóvenes por la vida, a través de la música, con las necesidades de una sociedad fracturada por la violencia. Aquí encontramos que es posible es posible que se desarrollen mecanismos de promoción de los derechos humanos, donde los jóvenes pueden pregonar abiertamente, desde lo que son y lo que hacen, que la construcción de una cultura de paz significa ‘modificar las actitudes, las creencias y los comportamientos - desde las situaciones de la vida cotidiana hasta las negociaciones de alto nivel entre pai­ses - de modo que nuestra respuesta natural a los conflictos sea no violenta y que nuestras reacciones instintivas se orienten hacia la negociación y el razonamiento, y no hacia la agresión’.(UNESCO)

Esta experiencia se expresa de manera concreta en el Disco Compacto que se presentará mañana viernes a las cinco de la tarde en la Casa del Libro Total, donde cinco jóvenes le cantarán a la sociedad colombiana “Al Ritmo de la Paz” Acceda al AODIO >
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