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martes, 29 de enero de 2013

Columna política


             ¿Y si Santos no busca la reelección?
Horacio Serpa
Todo indica que el Presidente Santos propondrá su reelección.  Hay  buenas razones que la justifican, a pesar de la tenaz oposición del expresidente Uribe y de sus poderosos aliados. Si no es así, ¿qué pasará en el mundo de la política?
El vicepresidente no se anda con rodeos. Ya manifestó que no aspirará a la vicepresidencia  porque es un cargo simbólico y lo que quiere es servirle a la comunidad. Pero acaba de decir con claridad que si el actual mandatario no se lanza a la relección, será candidato a la Presidencia de la República.
No puede parecer extraña la opinión del vicepresidente Garzón. Si el doctor Santos decide no repetir, se abrirán las esclusas. Surgirán candidatos “hasta debajo de las piedras”.
El Uribismo de todas maneras, llámese “Centro Democrático” o tenga otro nombre, tendrá candidatura. Si la competencia no es con el Presidente Santos, tendrá más oportunidades de ganar. ¿Con quien? Oscar Iván Zuluaga ya está en campaña, pero hasta ahora marca el 2% en opinión. O un “gallo tapado”, que solo se sabría a última hora, según como marquen las encuestas con los que vayan apareciendo. ¿Obdulio Gaviria? Plop.
El  partido de la U y Cambio Radical, apoyarían a Germán Vargas, sin duda un peso pesado de la política. Interesante la contienda, especialmente con la aspiración uribista.
Al Partido Conservador le tocaría tener  candidatura, porque es difícil pasar otro cuatrenio sin expresar anhelos de poder. Muchos dicen que nos les importa sino el Congreso y una buena tajada burocrática. Martha Lucía Ramírez ya se postuló, tiene experiencia y discurso, ha sido visible largo tiempo y goza de simpatías. Juan Camino Restrepo tendría la oportunidad de demostrar que no lo quemó el Ministerio.
Los liberales, obsequiosos como han estado con la reelección, tendrían que salir a la palestra. El Presidente Cesar Gaviria, por ejemplo. Alfonso Gómez Méndez tiene títulos y ganas. Rafael Pardo no estaría porque es puro gavirista. Eduardo Verano de la Rosa ya está echando voladores. ¿Andrés González? Juan Manuel Galán seguramente se le mediría.  Está lleno el partidor rojo.
En el Polo la doctora Clara López  es candidata y está en campaña, con buena aceptación. Se encuentra buscando aliados, no solo en la izquierda.
Antonio Navarro está organizando otra interesante opción.  Generalmente el que tiene la idea y coordina, es el que representa. De manera que ya habría otro candidato,  aspirando por cuarta vez.
Si se sale adelante con la paz, surgiría un nuevo sector en la competencia. La Marcha Patriótica, con muchos otros aliados, tendría su estandarte presidencial. ¿Timochenko? No, pues iría al Senado y ese nuevo sector, sin chance de ganar en el ejecutivo, contaría con tribuna asegurada.  ¿Piedad Córdoba? Interesante posibilidad.
Faltan otros nombres y otras tendencias partidistas e ideológicas. La emulación sería interesante. Difícil, eso sí, que Santos renuncie  a una oportunidad que tiene en bandeja de plata.  Pero en política nunca se sabe.
Bogotá D.C., 31 de Enero, 2013
NuevoSiglo 

lunes, 31 de diciembre de 2012

Columna de opinión


                   Presidente Santos a la reelección
                                                Horacio Serpa
Hoy comienza el año laboral y empieza también el año político. La razón es muy simple: el año entrante hay que elegir a los miembros del nuevo Congreso Nacional y al Presidente de la República. Es posible que el Mandatario Nacional no sea nuevo, porque nuestro sistema político permite la reelección desde cuando el exPresidente Uribe, con sus inmediatos colaboradores al frente, promovió su propia reelección con una reforma constitucional. En la Constituyente se prohibió. Hoy está vigente.
El año pasado cerró con una importante declaración del Presidente Santos: en Junio informará al país si aspira a ser reelecto en las funciones que desempeña. Es difícil creer que  no lo haya pensado. Incluso, decidido. Es entendible que se tome los seis meses que faltan para el anuncio de su determinación ---según la ley tiene plazo hasta noviembre--- a objeto de examinar con detenimiento como van las cosas en el País que gobierna, especialmente el proceso de paz que se adelanta en La Habana. Es lo que hace una persona seria y precavida cuando de asumir definiciones de Estado se trata.
Pero lo más seguro es que se exprese afirmativamente. Está autorizado constitucionalmente; muchos aspectos de su programa de gobierno están en marcha y no se van a concluir de aquí a un año y medio cuando termina su mandato; si se firma la paz faltaría implementarla, llevarla de la mano hasta su consolidación y dirigir todo lo relacionado con el posconflicto; si no es así, tendrá que cumplir el deber de seguir coordinando las acciones militares para derrotar a la guerrilla en el campo de batalla. Por todos los lados que se mire, casi le toca seguir.  Además, su labor ha sido buena y tiene seguidores, posibilidades y ganas. ¿Qué lo podría impedir? ¡Una hecatombe! 
Tendrá dificultades, pues el ejercicio de la política siempre es difícil. El mayor obstáculo, su nuevo mejor enemigo, el expresidente Uribe. Le hace una oposición tenaz. Con empeño, con militancia, con rabia. No le da tregua. En los últimos días fue especialmente activo, en la medida en que el presidente iba informando al pueblo sus logros y aciertos durante 2012. No le rebaja una.
Hay cosas por definir. Saber si el Partido conservador tendrá candidato propio, que no parece.  Si Germán Vargas se retira del ministerio, que es  probable. El Polo ya decidió por la doctora López, una importante opción. El partido liberal quiere, pero tendrá que explicar bien lo de la reelección y lo que hará con aspiraciones legítimas como la de Eduardo Verano. En la U unos quieren y a otros les toca. Y está de por medio la decisión del puro centro democrático ---así se llama, que le vamos a hacer--- y la candidatura de su jefe al Senado.
Todo se irá decantando con el correr de las semanas. Será un proceso interesante. Falta saber si hay decisiones de cambios estructurales, que son los que necesita el País.
Bogotá D.C., 31 de Diciembre, 2012 (Columna publicada en el Nuevo Siglo) 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Opinión política

                         OJALA REPITA OBAMA
Horacio Serpa
Escribo esta columna cuando aún están votando en los Estados Unidos para elegir presidente. Con tanto empate en las encuestas, con tanta incertidumbre, a las horas del medio día del martes nadie sabía, ni se imaginaba siquiera, quien sería el ganador.
Si yo hubiera podido sufragar, lo habría hecho por Obama.
Hubiera votado por la relección de Obama, porque en sus primeros cuatro años de gobierno demostró ser un estadista serio, responsable, dedicado a conseguir lo mejor para el pueblo estadounidense.
Porque habiendo recibido un País en plena crisis económica, en recesión, próximo al colapso, hizo lo necesario para salir adelante, lo ejecutó oportunamente, con resultados mas que aceptables. Pudo conjurar las dificultades y superar los desequilibrios logrando una estabilidad en la que pocos creían. Hoy se vive una etapa de recuperación y ha sido posible mejorar los niveles de empleo. Tiene un criterio de equidad en el manejo económico y merece la oportunidad de continuar la estrategia con la que conjuró la anárquica situación que le dejaron los republicanos.
Mi voto habría sido para Obama por su condición de demócrata y de defensor de los derechos humanos. Obama no es tolerante con las tiranías y ha hecho buenos oficios para ayudar a arreglar distintos conflictos internos y externos que azotan a muchas regiones del mundo. En cuanto a Colombia, respalda el logro de la paz en el proceso que el gobierno adelanta con las farc.
Con el Presidente Santos mantiene una buena relación de amistad y de respeto. Se reunieron en Washington y en Cartagena y ha hecho manifestaciones de cordialidad con nuestro pueblo, que cumplirá en su segundo mandato, tanto más cuanto que si logra la victoria en mucho la deberá al voto de los latinoamericanos.
El actual presidente de los Estados Unidos seguramente no ve con simpatía a muchos de los gobiernos de América del Sur, como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina, por estar gobernados por mujeres y hombres de izquierda, pero los respeta y mantiene con ellos relaciones sinceras de cooperación.
El mandatario gringo rechaza el concepto de las guerras preventivas y el de la guerra a ultranza contra el terrorismo como política esencial de Estado, lo que ratifica su condición de gobernante respetuoso de la soberanía de los demás Estados y de la libre autodeterminación de los pueblos.
El Presidente Obama con su actitud frente al huracán Sandy demostró liderazgo, diligencia, sentido social, capacidad de mando, poder de convocatoria, condiciones requeridas para ejercer como comandante en jefe de los Norteamericanos.
Hubiera depositado mi voto a favor del  presidente Barack Obama, por su esposa Michelle, una mujer activa, sonriente, comprometida con las mejores causas del pueblo que gobierna su marido, a quien, sin pretender protagonismos ni figuraciones, ayuda intensamente para que le cumpla de manera cabal a toda la gente, sin discriminaciones ni pedestres intereses de por medio.
No me era posible votar, pero si tengo derecho a soñar. Ojalá que hoy miércoles se proclame la victoria demócrata.
Bogotá D.C., 7 de Noviembre, 2012

domingo, 8 de enero de 2012

La compra de un congresista

El detallito

Por Daniel Coronell

OPINIÓN Bernardo Moreno, detenido por las ‘chuzadas’, deberá responder por la compra de un congresista que votó contra la reelección de Uribe en 2004.  Sábado 7 Enero 2012

La yidispolítica, que lleva años esperando alguna decisión judicial en los casos de los exministros Sabas Pretelt y Diego Palacio, tuvo la semana pasada un desarrollo inesperado. Bernardo Moreno, el exsecretario general de la Presidencia, detenido dentro del proceso por las ‘chuzadas’, deberá responder por la compra de un congresista que en 2004 votó en contra de la reelección de Uribe.
La historia tiene más elementos cómicos que trágicos. Tony Jozame, un pequeño político de Caldas, formado en la escuela clientelista de Víctor Renán Barco, era por aquella época presidente de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes. La misma célula legislativa en la que alcanzaron la fama Yidis Medina y Teodolindo Avendaño.
Allí se daba el definitivo paso inicial para cambiar la Constitución –como quería el gobierno– para que el presidente y sus amigos se quedaran cuatro años más en el poder.
Aunque Jozame era claramente uribista, unas semanas antes empezó a decir, por ahí, que el proyecto no lo convencía. Primero fue en los pasillos, después en emisoras chiquitas como para que solo se enterara alguien con gran oído y un buen día, su anunciada oposición apareció en letras de molde en los periódicos de Bogotá.
La ingenuidad, que es siempre una linda virtud, llevó a varios a pensar que el politicastro caldense se estaba convirtiendo en estadista. Claro, sostenían algunos, le preocupa el equilibrio institucional. Cómo no, argumentaban otros, él no quiere conferirle tanto poder a un solo hombre. Otros más escépticos pensaron que a Jozame no le habían dado aún lo que quería.
Cuando llegó el día definitivo –el mismo día en que Yidis Medina cambió su negativa por el apoyo a Uribe y Teodolindo se ausentó después de haber anunciado que votaría en contra–, Jozame tuvo dos actitudes que parecían contradictorias. Continúa en Revista Semana

miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Para qué más elecciones?

Colombia, miércoles 1 de septiembre de 2010

---------------------------HORACIO SERPA

Cuando el país no cesa de recibir noticias de los despachos judiciales y de los organismos de control por los desafueros cometidos en el fallido proceso de aprobación de la segunda reelección del ex Presidente Uribe, se ha vuelto a poner en la agenda pública el tema de la reelección de Alcaldes y Gobernadores. Un viejo anhelo que ha sido derrotado muchas veces en el Congreso de la República.

La reelección de las autoridades locales y regionales y del Primer Mandatario, fue uno de los temas tratados por la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, que la prohibió por el desbarajuste institucional que significaría, pero sobre todo porque rompería el sistema de pesos y contrapesos, pondría todo el poder estatal al servicio de una causa individual, significaría una enorme desigualdad para los partidos de oposición, y convertiría a Colombia en una republiqueta bananera.

Todo ello sucedió cuando la Corte Constitucional decidió darle vía libre, en 2006, a la primera reelección presidencial, sin conocer, por supuesto, todo el escándalo de la yidispolítica, que tiene en la cárcel a varios ex congresistas y significó la destitución del ex ministro Sabas Pretelt. Por ello, ya con razón se habla de la muerte de la reelección presidencial.

De haberse aprobado la segunda reelección, estaríamos transitando el camino incierto de la perpetuidad y la desinstitucionalización total, el enfrentamiento de las Cortes con el Ejecutivo, la interinidad en la Fiscalía, el agotamiento de la democracia, el fin de los pesos y contrapesos. La elección del presidente Santos ha demostrado que no era cierto que en Colombia no había quien reemplazara al Presidente Uribe, ni que sin él la nación se hundiría en el caos. Ha ocurrido exactamente todo lo contrario.

Santos ha logrado en tan solo una semana recomponer las relaciones con las Cortes, restablecer la diplomacia y espantar el fantasma de la guerra con Venezuela, nombrar un gabinete de unidad nacional y demostrar que aquí hay muchos liderazgos a la espera de una oportunidad para asumir el poder.

Ese es, precisamente, mi mayor argumento para estar en contra de la reelección. Hay que permitir que surjan nuevos gobernantes, que la política se renueve y que la democracia se oxigene. E impedir que el dinero del Estado y el poder político que este genera no se conviertan en motor de aspiraciones personalistas, que en muchos casos desprecian el espíritu de la Constitución.

Por lo que a mí respecta no voy a reelegirme como Gobernador de Santander. Le deseo suerte a quienes lo desean, pero no estoy seguro de que el Congreso apruebe el nuevo intento por pasar ese proyecto de ley, hundido antes, aún en circunstancia de enorme fervor reeleccionista. Hoy no veo razones de peso para creer que la reelección contribuya en la lucha contra la corrupción y la politiquería.

Hay que ampliar la democracia y fortalecer la participación ciudadana. Perpetuar en el poder a unos pocos es, además, un portazo a la paz.

miércoles, 26 de mayo de 2010

A votar con esperanza

Colombia, miércoles 26 de mayo de 2010

-----------------------------------HORACIO SERPA

Cuando los ciudadanos voten a conciencia el próximo domingo para escoger al nuevo presidente de los colombianos, habrá terminado la primera parte de una de las campañas más emocionantes y atípicas que el país recuerde, no solo por las candidaturas, sino por el entorno en que se han desarrollado en solo dos meses.

Todo comenzó cuando la Corte Constitucional cerró las puertas a una segunda reelección y abrió las compuertas de la política, que estaba represada a la espera de ese fallo histórico que revitalizó la democracia y permitió que el país expresara sus deseos de renovación.

El fervor de los jóvenes, los medios y las encuestas han sido los grandes protagonistas. Nunca antes se vio que en un solo día se conocieran varios sondeos de opinión, cada uno con resultados diferentes, ni tampoco que el liderazgo en los mismos cambiara en cuestión de horas.

Ante la imposibilidad de que los candidatos recorran la geografía en tan pocos días, los debates televisivos han permitido a la opinión pública formarse una idea y llenarse de razones para votar por uno u otro aspirante. Todos los formatos se han ensayado, unos más acertados que otros, pero en general beneficiosos para el proceso.

La campaña, sin embargo, no ha estado exenta de lunares. Los formatos televisivos han impedido que se conozcan a fondo los programas de los aspirantes y solo queda el espacio para los eslóganes, las frases cortas y el aprovechamiento de los errores de los contrincantes.

La guerra sucia ha sido un espectáculo mediocre, presente en pasadas elecciones presidenciales, cuando se asustó a los colombianos con el tema de las Farc y los paramilitares alzaron los fusiles para obligar a votar según sus preferencias, como frecuentemente se cuestiona.

Lo importante es votar a conciencia. Sin presión alguna. En libertad, sin pedir ni recibir nada a cambio. Reflexionar con sinceridad sobre el futuro que queremos para Colombia. Pensar en el liderazgo capaz de gobernar y combatir con éxito los males que nos aquejan: corrupción, pobreza, desempleo, guerra, crisis humanitaria, aislamiento internacional.

Observar a quiénes acompañan a los candidatos. Porque de lo que se trata es de renovar las costumbres políticas, trazar un nuevo sendero de justicia y legalidad; crear condiciones para terminar el conflicto armado sin llevarnos por delante la institucionalidad ni la ley; generar empleo sin menoscabar aún más las condiciones de los trabajadores; superar la crisis humanitaria y respetar a las ONG de derechos humanos y a la oposición.

Colombia necesita un nuevo aire. Nuestra democracia reclama cambios profundos, pero sobre todo dejar de gastar la plata de la educación y la salud en una guerra interminable que solo beneficia a los vendedores de armas y a los turiferarios de la solución militar a ultranza. Necesitamos más libros, menos balas; más médicos, menos guerreros; más obreros de la paz, menos maestros de la intolerancia. Votemos con esperanza, por un país con justicia social y en paz. Nos lo merecemos.

miércoles, 13 de enero de 2010

Estado Confesional de Uribe


-------------------------------Por: Alirio Gómez Martínez
-----------------------------De librepensador santandereano

Les sobra razón a los voceros de la iglesia católica cuando aseguran que un presidente Álvaro Uribe no puede dejar en manos de “Dios” la toma de determinaciones políticas de la trascendencia de la reelección. A Dios lo que es de Dios y al César, (Álvaro), lo que es del César. Uribe, según el secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, está dejando en manos del Creador cuestiones que son netamente responsabilidad del mandatario colombiano, le esta sacando el cuerpo a la honradez y claridad. Un Estado no se puede manejar echando una bola a rodar por un precipicio haber qué pasa. Además, destacaron, Colombia no es un país confesional sino un estado laico.

Si fuera confesional, se da un ejemplo, no hubiese permitido que se aprobara la ley de aborto, a la cual se opone la iglesia católica y Dios a través del quinto mandamiento que establece, “no matarás”. Todos los colombianos entendemos que la invocación a Dios en este caso, es un truco platico del mandatario, para aparentar mucha religiosidad y tratan de captar la opinión de católicos y cristianos en general.

El Secretario de la Conferencia Episcopal, Monseñor Juan Vicente Córdoba, puntualizó que el presidente Álvaro Uribe, como jefe de Estado, no puede acudir a "Dios nuestro Señor" para definir su futuro en la Casa de Nariño. Esas son cosas materiales que nada tienen que ver con la espiritualidad que implica la presencia del Creador. "No nos queremos poner nosotros a decir ni si, ni no, porque un pastor no divide a su rebaño y si decimos sí, los de no se van de la Iglesia o se ponen en contra de la propia Iglesia; si decimos no, los de sí se sienten que sus pastores no los apoyan. Un pastor no sectoriza, un pastor une, por eso nosotros no nos definimos si sí, ni no". La Iglesia no tomará partido en la eventual reelección del presidente Uribe. Será cada obispo a titulo personal, quien se pronuncie públicamente o en privado. Si la iglesia como iglesia no se mete en ese estercolero de la reelección de Uribe, no es correcta que sea invocado Dios, que es el mismo Dios de los que se oponen. Al fin y al cabo son colombianos y en pleno uso de sus derechos políticos que no se le pueden recortar a nadie.

El jerarca de la iglesia católica consideró que, "El presidente como persona puede ser de otra religión y como persona puede alabar a su Dios y decir que pone en manos de su Dios en lo que quiera. Como jefe de Estado no. Como jefe de un estado laico no se puede poner en manos de Dios ya que Colombia no es un estado confesional. Es impudente y casi obra del demonio que use a Dios para conseguir aprobación de determinadas leyes que lo van a beneficiar sino a él. Si dijera que los obispos y los pastores definan la reelección seria una  equivocación. Entonces el nuestro no sería un estado laico. Si el jefe de un Estado se une a una Iglesia o una creencia religiosa para la toma determinaciones políticas o administrativas, lo vuelve confesional". La recomendó sacar a Dios de este berenjenal humano salpicado de infinidad de dudas y que creará enfrentamiento entre los colombianos. El Secretario de la Conferencia Episcopal que son la Corte Constitucional y el pueblo los únicos que decidan si el  presidente Uribe es reelegido para un tercer mandato.

Buen número de obispos y arzobispos colombianos han expresado su pensamiento sobre la reelección de Uribe. Cardenal Rubiano considera que, “no es buena y que por el contrario le podría causar daño a la democracia y estimular la corrupción administrativa. Que la democracia requiere de movilidad y que no es sano que una persona o un criterio político se perpetué en el poder. Dentro de los aspirantes a la Casa de Nariño hay gente muy capacitada que lo haría igual o mejor que Uribe”. Como asegura en secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, es la Corte Constitucional y el pueblo los que den el fallo final. El resto, incluido Dios, nada tiene que hacer ahí.

Colombia es un “Estado Laico” y no se puede usar a Dios para unas cosas y dejarlo de lado para otras. Reitero, para establecer el aborto, al que se opuso la religión, Uribe no invocó a Dios, por eso, hacerlo ahora que es para beneficiar sus desesperadas ansias de poder, es un abuso. Es usar viejas y ya conocidas técnicas engañosas del culebrero antioqueño para poder vender sus pomadas que no sirven para nada.

Nota.- Como todos los colombianos lo esperaban se dio el “concepto” de la Procuraduría sobre la legalidad de la ley de la reelección de Uribe. Por ser un incondicional del presidente, sus políticas y como forma de agradecimiento por haberlo postulado para el cargo, fue positivo. Sus justificaciones no fueron muy claras. El funcionario trató de enredar cuando explicaba el por qué en la televisión y llegó a sostener que las irregularidades en el tramite no son malas si se trata de favorecer al presidente. Este concepto no es obligatorio para la Corte Constitucional y lo puede aceptar o hacer a un lado, tirarlo a la bolsa de la basura.
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martes, 4 de marzo de 2008

LA OTRA REELECCION DE URIBE VELEZ


Por: REINALDO RAMIREZ

Paradójicamente uno de los más resonantes éxitos de la política de la Seguridad Democrática, la reciente muerte en territorio ecuatoriano de RAUL REYES, se ha convertido en un boomerang contra las pretensiones reeleccionistas del Presidente Alvaro Uribe Vélez.
La reacción de los países limítrofes involucrados en este episodio sangriento y la invasión de tropas y naves colombianas al territorio soberano de la República de Ecuador ha colocado al Presidente colombiano en el peor de los mundos posibles; al desapacible panorama del conflicto interno que mantiene copados los recursos económicos y el poderío bélico de Colombia se suma ahora la confrontación diplomática con sus vecinos y principales socios comerciales, Ecuador y Venezuela y las diferencias limítrofes con Nicaragua, países que manifiestan abiertamente sus simpatías por la subversión guerrillera que en Colombia lideran las FARC.
Al Presidente Uribe ya le resultaba verdaderamente complicado atender, a la vez, los requerimientos del conflicto interno en su frente militar y la presión internacional que exige el acuerdo humanitario que conduzca al intercambio de los rehenes de las FARC por los militantes de la organización armada presos en las cárceles colombianas y sus líderes extraditados y presos en las cárceles de Estados Unidos.
Ahora, con la incursión del ejército colombiano en predios ajenos diseñado para capitalizar un “positivo” del Ministro de Defensa, incrementar la moral combativa de las tropas y subir el índice de las encuestas de opinión favorable del Presidente de la República, surge, inesperadamente, un conflicto internacional que involucra a nuestros vecinos que, ante la amenaza de agresiones futuras, han pasado de la protesta verbal y el retiro de sus embajadores al acantonamiento de sus tropas en las fronteras y su preparación para la guerra.
Esta situación de beligerancia entre Colombia y sus vecinos Ecuador y Venezuela, rebasa los límites de la diplomacia y pone en peligro la continuidad de sus relaciones comerciales con sus principales compradores; la actual coyuntura internacional es una dura prueba para la reelección del Presidente Uribe en cuanto pone a sus patrocinadores, los grandes banqueros, comerciantes e industriales colombianos, a escoger entre sus veleidades políticas y sus estados financieros siempre ansiosos de mayores ganancias.
Difícilmente los pragmáticos patrocinadores de la segunda reelección del Presidente Uribe renunciarán a los apetitosos mercados de Ecuador y Venezuela; ante la disyuntiva de disminuir sus ganancias, nuestros magnates harán honor a su visión mercantil y preferirán que, al finalizar el actual periodo constitucional de Uribe, un nuevo Presidente de Colombia menos conflictivo les mantenga las ganancias en el mercado interno y les prometa y asegure unas relaciones comerciales fluidas y favorables con los principales compradores de sus mercancías.
Esperemos atentos la evolución de esta situación de conflicto internacional que seguramente se limitará a la exhibición de los dientes entre sus principales actores.
Bucaramanga, Marzo de 2008 - Regresar a Inicio - o Titulares

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