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sábado, 18 de febrero de 2023

Los avatares de una seudo democracia plebiscitaria

Mario González Vargas
El 14 de febrero el presidente Petro, desde el balcón principal del Palacio de Nariño que permite divisar la amplia Plaza de Armas de la residencia presidencial, dio inicio a la presentación de los proyectos de reforma con los que persigue aclimatar el cambio ofrecido en la campaña electoral. Y lo hizo con el desenfadado populismo que lo caracteriza, más interesado en despertar emociones que en ofrecer la comprensión sobre las virtudes y alcances que sus iniciativas aportarían al bienestar de los colombianos. Ahondó en ese ejercicio retórico, tan caro a los caudillos del progresismo continental, que los impulsa a abandonarse al exceso, hasta el delirio, para asegurarse las almas contritas de sus oyentes.

No es ejercicio nuevo en la política, pero si instrumento de perdición de quienes han abusado de él. Los ejemplos abundan en la historia, pero no parecen conmover a los nuevos liderazgos continentales que, como Chávez, Ortega, Maduro, Correa, Evo Morales o la señora Kichner, procuran emular con Fidel Castro que tan solo logró condenar a su pueblo a largos decenios de postración y sufrimiento.

Gustavo Petro se diferencia de sus pares en que no esconde, y si advierte, sobre sus objetivos, quizás para resaltar y desafiar las carencias de la democracia que buscamos perfeccionar los colombianos. Se equivoca al creer que no se le ha prestado atención, convencido de que sus opositores no perciben las propias falencias y sus efectos sobre la conciencia ciudadana. Le puede acarrear costosa desilusión.

Los discursos de balcón deben inducir a los ciudadanos al examen pormenorizado de sus propuestas, porque todas ellas apuntan a la configuración de una sociedad sujeta a un rígido estatismo que termina restringiendo los elementos propios de las democracias liberales; reto que, hasta el día de hoy, con altibajos, siempre hemos enfrentado en libertad y superado gracias a los consensos que hemos sabido alcanzar en las horas más difíciles de nuestra historia.

Las reformas a la salud, laboral, pensional, a la justicia, la paz total, el plan de desarrollo, la ley de sometimiento, y el sinnúmero de facultades extraordinarias que las acompañan, configuran los elementos de la nueva arquitectura y contienen las herramientas para que el presidente las convierta en realidad por su propia voluntad, con el permiso de la callada y genuflexa actitud de los partidos. Despierta legitima preocupación, porque resulta difícil entender que ante la abierta y generosamente difundida voluntad presidencial y de sus aliados ideológicos por concentrar el poder, tan solo un partido se haya declarado en oposición, la que, con pocas pero valiosas excepciones, acude a una comedida prudencia impropia ante los peligros que se confrontan. El presidente, urgido e impaciente, convocó a sus partidarios a las calles para consolidar apoyo a sus metas y designios. En hora buena, porque la respuesta ciudadana del 15 de febrero superó con creces el desalentado apoyo al presidente, y permitió aplicarle al gobernante contundente dosis de su propia medicina. Nuevos liderazgos emergerán en las calles. Si la idea es la de una seudo democracia plebiscitaria, avisado está el gobierno de su más probable desenlace.

sábado, 11 de febrero de 2023

Los servicios de salud de un país deben evolucionar: OMS

Por: Bernardo Socha Acosta
La vinculación de representantes de la Organización Mundial de la Salud -OMS- y Panamericana de la Salud -OPS- a la discusión y debate del proyecto de reforma de la salud en Colombia, fue sin duda una elocuente y decente cachetada a quienes de manera arcaica y torpe se oponen al mejoramiento del sistema.

El pronunciamiento que hizo la vocera de la OMS al término de la reunión con diversos sectores en torno del proyecto, fue un bálsamo y un espaldarazo de la máxima institución mundial, al decir que todos los servicios y con mayor razón la salud, deben actualizarse y EVOLUCIONAR para bien de sus beneficiarios.

Hoy que ya mediante un consenso afortunado se acordó que las EPS que funcionan bien no serán eliminadas y por el contrario serán fortalecidas, el país debe sentirse complacido, porque algunos sectores que no les interesa -al parecer- el bienestar de los colombianos se venían atravesando en el camino de los buenos propósitos, con el fin de impedir la reforma. En qué persona normal puede imaginarse que una reforma como el caso de la salud, sea para desmejorar y afectar al pueblo.

Esas personas que están dizque representando a la sociedad en las corporaciones públicas y especialmente donde se formulan y se aprueban las leyes, cómo quedan ante un país, si después de escuchar a voceros autorizados del nivel mundial dando su apoyo al proyecto, ellos continúan saboteando la propuesta.

El mejoramiento constante del servicio de salud es un imperativo de una sociedad si quiere que sus integrantes tengan una convivencia sana, y pueda ser un país más productivo con mejor bienestar ciudadano.

Ahora que dentro de esos debates de la reforma a la salud, surgió el anuncio de trabajar por una atención de salud preventiva, ojalá que así sea y que dentro de esta campaña se involucren los diferentes estamentos de control y policivos, para que se hagan cumplir normas vigentes como el control efectivo de la contaminación sonora que ya lo mencionábamos, está enloqueciendo a las comunidades y nada hacen las autoridades territoriales por combatir a sus actores.

(bersoa@hotmail.com)

El progresismo y los peligros del ideologismo

Mario González Vargas
El discurso del presidente Biden ante el Congreso de los EEUU responde a las nuevas realidades que afloran en las relaciones entre las superpotencias que hoy conforman el emergente escenario[U1] orbital, y que encontró en el derribo del Balón espía chino el abrebocas perfecto para reseñar la competencia febril que caracterizará al mundo en que vivimos.

Los acontecimientos que precedieron la invasión rusa a Ucrania obedecieron a un escenario desafiante de la hegemonía global que venía ejerciendo los Estados Unidos desde la disolución de la Unión Soviética, y puso en marcha apresurada la configuración de nuevas alianzas, que antes constituían hipótesis probables, pero no cercanas. Biden las asume como realidad, a pesar de las dubitaciones de algunas potencias de la Unión Europea, escépticas sobre la solidez de la alianza China-Rusia y de los cambios que comporta en la escena global., El desencanto fue inmediato, porque Pekin, no solo no condenó la invasión rusa, sino que acusó a los EEUU de “provocar la crisis y de alimentarla con la provisión de armamento a Ucrania con lo que únicamente logra la prolongación y extensión del conflicto”. Al unísono de las acusaciones a los EEUU y a Occidente, las relaciones sino-rusas se han visto consolidadas en el campo comercial con las exportaciones de petróleo, gaz y productos agrícolas rusos a China y la reciprocidad de ésta con la provisión de semiconductores y otros elementos tecnológicos que antes proveía occidente a Moscú, transacciones en rublos y yuans para emanciparse del dólar.

El conflicto armado entre Rusia y Ucrania perdió su carácter limitado de “operación especial”, para convertirse en un amplio escenario de confrontación al que vienen sumándose otros actores, como Irán, que incidirán en otras regiones geográficas, y con ello en la exacerbación, de efectos aún indeterminados, pero no por ello menos ciertos y retadores de una paz en peligro de esfumarse. Así lo expresaron Xi Jinpin y Putin: “China está lista a unirse con Rusia y todas las fuerzas progresistas del mundo que se oponen al hegemonismo y a la política de potencia, y a rechazar todo unilateralismo, proteccionismo e intimidación”.

Sería imprudente, por decir lo menos, ignorar el contenido y alcances que semejante declaración puede significar en las Américas, en las que China, Rusia e Irán hacen presencia comercial y tecnológica en muchos países, pero también con provisión de armamento y asesoría militar. Todo ello hace parte de una estrategia que encuentra echo en los gobiernos “progresistas” en el hemisferio y que ya se traduce en el desinterés de la CELAC en sumarse a la condena de la invasión de Rusia a Ucrania.

La omisión de Biden sobre los efectos en el hemisferio de las realidades emergentes pudo ser circunstancial, pero no por ello dejará de ser tema fundamental de cara a las elecciones presidenciales en EEUU, como también lo será para el futuro de Latinoamérica y de sus democracias que por imperfectas no merecen desaparecer.

El exceso de ideologismo deriva en fanatismo, que siempre ha condenado a la especie humana a la violencia y la autodestrucción.

sábado, 4 de febrero de 2023

Presidente gobierne y no combata

Mario González Vargas
El despertar del gobierno en el 2023 enfrenta turbulencias, inesperadas para muchos afines al gobernante, pero previsibles por el talante del presidente más inclinado a la imposición que a la transacción. Llegada la hora de las grandes reformas, no se percibe la unidad que caracterizó al gobierno y a su mayoría en el Congreso durante el tiempo transcurrido entre su posesión y el final del 2022. Confrontado a emergencias climáticas que han acrecentado las inconformidades en las regiones, a los efectos de una inflación que empobrece por igual a todos y a las improvisaciones en su propuesta de la paz total, enfrenta el aumento exponencial de la inseguridad ciudadana y la paulatina pérdida de confianza en su gestión, y con ello, la imposibilidad de tramitar a pupitrazo limpio sus principales reformas en el Legislativo.

Ha optado entonces el presidente por nuevas formas de comunicación que permitan desplegar una acción más combativa y confrontativa y convertirlas en el pilar de una nueva práctica de gobernanza. Ya no serán las alocuciones desde Palacio, ni los informes sobre las actividades del Consejo de Ministros, ni las entrevistas en los medios de comunicaciones, los instrumentos preferidos para debatir sus proyectos de reforma, o de dar a conocer sus propósitos y sus logros, desestimándolos para favorecer relaciones más directas a través del uso compulsivo y beligerante del twitter y de la manifestación callejera elevada a la categoría de foro predilecto y decisorio del cambio prometido. Son los nuevos instrumentos de la gobernanza convertida en arma intimidante, como si la democracia fuera un escenario de batalla permanente y no de búsqueda de consensos o de acuerdos que privilegien la paz social.

Las alarmas se han prendido legítimamente. Los ministros de mayor experiencia y menor exacerbación ideológica intentan priorizar los debates previos en el Consejo de Ministros para fortalecer los consensos antes de llevar las reformas al Congreso, y los congresistas más curtidos entienden el peligro de deslegitimar a una de la Ramas del Poder Público. La Justicia, a su vez, recuerda la independencia que le es consustancial y fundamento de toda estructura democrática. La Flip también expresó su inquietud en varios mensajes al presidente: “En su cuenta oficial el presidente corrige o reprocha a los medios por como cubren su gobierno. También califica su información como falsa y ha replicado mensajes de terceros que se refieren a la prensa de manera desobligante”; y asimismo señala que “la Corte Constitucional y la Corte IDH han reiterado que los jefes de Estado en ejercicio de sus funciones, tienen limitaciones en su derecho a la libertad de expresión”.

Imponer las reformas que preconiza el ala más radical del Pacto Histórico y sus apoyos, indicaría el peligro de una deriva hacia un régimen autoritario y estatizante, como los que ya se han padecido en el continente en el siglo XX, y a los que escapamos por la capacidad de entendernos al borde del abismo. El cambio no puede convertirse en regresar a un pasado oprobioso. A Petro hay que pedirle que gobierne y no que combata.

lunes, 30 de enero de 2023

Información que confunde y destruye a Colombia

Por: Bernardo Socha Acosta
Por estos días se ha convertido en un tema tóxico el proyecto de la Reforma a la salud. No por los objetivos de la iniciativa en sí, sino por la desinformación que causa esa franja que emite conceptos, no sobre hechos concretos, sino sobre suposiciones creadas por resentimiento político.

Para un ciudadano de bien que tenga la suficiente sensatez y madurez, sería ingenuo e ignominioso pensar que una reforma se haga para causarle mal a la sociedad. Eso no ocurre ni siquiera en un conjunto de pueblos de los más atrasados del planeta.

Pero, es que esa es la mentalidad ruda con la que se alimentan algunos sectores que no piensan en mejorar lo que tenemos, como la salud para los colombianos, porque el servicio se creó hace 30 años bajo la conocida ley 100 que, a parte de sus fines buenos que han prestado muchas empresas de salud, en un alto porcentaje se convirtió en el medio para enriquecimiento ilícito de algunos avivatos que se tomaron el dinero que pagan los afiliados, para aumentar sus cuentas personales. Por eso es que se han liquidado tantas flamantes EPS en nuestro país.

Seguramente porque el proyecto de reforma a la salud quiere eliminar el viejo vicio de los dueños de lo ajeno de cuello blanco, es que muchos están adoloridos, porque después de 30 años en los que unos pocos disfrutaban de la gallinita de los huevos de oro, puede acabarse, y ahora cómo van a seguir llenando sus bolsillos.

Es bueno que haya debate alrededor de un proyecto de ley, pero que el debate se haga sobre hechos concretos, de lo que se encuentra en el texto de la iniciativa y no sobre suposiciones de quienes argumentan en su oscura imaginación lo contrario del contenido real, y por desgracia en estas trampas caen muchos periodistas que se dejan llevar de la euforia crítica, hecho que, en cambio de ilustrar al país, solo causan desinformación toxica y muy peligrosa.

Y lamentablemente las mentiras que se originan en Redes sociales, muchas son copiadas por algunos irresponsables que se hacen pasar por periodistas y hasta las publican en sus espacios como información cierta.

A los colombianos, la mayoría de medios de comunicación, los están sometiendo, a una sobredosis de contenidos mentirosos y peligrosos.  

Esas personas que se encargan de hacer el papel del, ave de mal agüero, están por todas partes y quienes ocupan escaños en el Congreso de la república, debieran convertirse en representantes del bien común, haciendo crítica y oposición, pero de una forma sana que no destruya al país y no cree más confrontación violenta, factor que es el que mantiene a Colombia en guerra.   

(bersoa@hotmail.com)   

domingo, 29 de enero de 2023

La soledad de la libertad

Mario González Vargas
En el año que empieza la tendencia del gobierno a acentuar su improvisación y el desconcierto que suscitan sus declaraciones y conductas en medio de un caos creciente en todo el territorio nacional, pareciera responder a una aparente inexperiencia de quienes accedieron al poder. Pero la dimensión de la anarquía que se extiende en el país sin encontrar respuesta apropiada por parte del gobierno, despierta no solamente suspicacia sobre sus reales intenciones, sino que también sugiere la puesta en marcha de una estrategia más eficaz para la consecución de objetivos que se quisieran mantener aún ocultos, con alcances que las reformas que se anuncian podrían revelar en toda su dimensión.

Los contenidos y objetivos de la paz total han provocado reacciones que denotan pronunciamientos diversos, no por ello desprovistas de relevancia. Así lo demuestra la controversia del Fiscal con el Presidente sobre la libertad de los investigados, enjuiciados y condenados miembros de la “primera línea”, que no solamente se ha caracterizado por la acritud presidencial y la firmeza del Fiscal, sino también por suscitar el pronunciamiento de la Comisión Interinstitucional de las Altas Cortes instando “a las autoridades de la República a ejercer sus competencias en el marco de los principios constitucionales de separación de poderes y colaboración armónica bajo criterios de ponderación y respeto”. A su vez el Eln sostiene que “al parecer la paz total está concebida como un proyecto de pacificación que busca el DDR para la guerrilla … y por otro lado le hace un lavado de cara a las bandas criminales”.

Pero quizás el giro más inquietante es el sorpresivo anuncio del presidente de discutir en las calles todas las reformas que pretende realizar, convocando marchas que coinciden con las anunciadas por la oposición, provocando un rechazo general, aún de simpatizantes del régimen, como Ramiro Bejarano que, en la mejor tradición liberal sostiene que se trata de “ una forma de gobierno en la que el gobernante de turno pretende avalar sus decisiones mediante una especie de plebiscitos en las calles. Eso me parece que es propio de dictaduras…”. Y le asiste la razón, porque del choque de fuerzas polarizadas solo prevalece la violencia y la sinrazón y se logra convertir al contradictor en enemigo. Sorprende que se deslegitime el debate en el Congreso, tan amaestrado con las prebendas concedidas, y se prefiera sustituirlo con la perniciosa tarea de “infuencers” hoy acuciosos contratistas del gobierno, que dejarán sin oficio a Roy Barreras y propagarán a su manera los contenidos aún reservados de las reformas que se pretenden. Para ello, contarán con los bots y los troles, complementados con las bodegas, desde la cuales estigmatizarán a los opositores. El presidente tiene claro que se está jugando su indefinida permanencia en el poder.

Todo ello encarna la antítesis de la democracia, copia fidedigna del chavismo, para sustituirla por la oclocracia que nos conduciría a la imposibilidad de lograr la paz, la reparación de las víctimas y la reconciliación que anhelamos. Por ello nadie extraña que después de la cumbre de la Celac todo indique que, por desgracia, la soledad solo parece rondar a la libertad.

sábado, 21 de enero de 2023

Colombia podría ser víctima de una crisis energética

El gas combustible sería una ayuda en la transición 
Por: Bernardo Socha Acosta
Luego de conocer una serie de conceptos de autorizados expertos en materia de energías limpias y fósiles, alrededor del proceso de transición energética, concluimos que la ministra de minas de Colombia Irene Vélez, esta dando palos de piñata e improvisando con sus anuncios que desarmonizan cualquier desarrollo de proyectos en este campo. O, ¿será que esos palos son del propio gobierno en pleno?

Esta bien que la representante del gobierno nacional quiera identificarse con las políticas, de buscar una mejor calidad del aire, pero esa posición no puede ser exageradamente radical, porque al final Colombia, o sus habitantes serán los afectados, porque no se haría una transición armónica.

En conferencias sobre la transición energética,  organizadas por, Consejo de redacción, en las que intervinieron entre otros, sobre el gas combustible,  Jairo Quirós y Gregor Clark, escuchamos con atención el papel importante que juega el gas en este proceso para reducir los contaminantes, y al mismo tiempo hacer parte de la estrategia en este cambio de energías, pero ahora escuchamos a la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez, decir que  no aprobará más contratos de exploración de hidrocarburos para surtirnos de  petróleo, diesel y gas, lo que deja ver una franca contradicción frente a calificados expertos. O la ministra sabe mucho, o dice cosas a la topa tolondra, como para llamar la atención, hecho que nos parece, enfrentar al gobierno.

Con esta posición se demuestra que no hay equilibrio en las medidas. Quién garantiza que los actuales contratos de exploración y explotación ya autorizados sean suficientes para generar los combustibles que demandan los hogares, la industria y el comercio en los próximos 27 o 30 años, cuando se supondría que la transición energética esté en pleno vigor, para entrar en la era de las energías limpias, o al menos éstas superen los porcentajes de utilización, frente a las fósiles.

Pues los anuncios de la Ministra  en cambio de alentar los ánimos de esos 50 millones de colombianos,  traen es incertidumbre. La Ministra Vélez lo que genera es preocupación porque los resultados negativos de esas improvisaciones, siempre recaen es en los más débiles.  

Y, ¿por qué el pueblo sería el pagano de las improvisaciones? Pues muy sencillo. Si actualmente, que el país es autosuficiente en producción de combustibles, (y exporta)  el precio de los mismos sube desbocado cada mes, cómo sería si con esas medidas, Colombia tuviera que importar gasolina, diesel y gas.  Ahí si le llegaría la inimaginable peor ruina a los colombianos cuyos resultados serían catastróficos.

El presidente de la república Gustavo Petro va a tener que cambiar de ministra de Minas, por una persona con sindéresis, aplomada y que piense más en el equilibrio de la nación en esta materia, porque por correr más, nunca se llega más temprano. Una persona de las calidades (nos parece) del Ministro de hacienda sería ideal para el Ministerio de minas, con el fin de  hacer un buen equipo de gobierno para los menesteres más importantes de la nación.  

Y finalmente, la ministra de minas no puede perder la línea de equilibrio, pensando que, los bancos Mundial e Interamericanos de Desarrollo aprobaron créditos, el primero por US$1.000 millones y el segundo por US$74,5 millones para financiar este plan, (transición energética) eso sea suficiente para atender una eventual crisis que las improvisaciones generen.

(bersoa@hotmail.com)   

¿Quién ronda al registrador y al CNE?

Mario González Vargas
El 2023 será un año electoral lleno de incertidumbres, en el que se mezclarán las inquietudes y sospechas que aún gravitan sobre la capacidad e imparcialidad de las instituciones encargadas de llevar a buen término el certamen electoral, con las necesidades de un gobierno que navega en medio de reiteradas improvisaciones, pero que no parece dispuesto a resignarse a la eventualidad de una temprana derrota. Paradójicamente, es poco lo que se ha hecho para disipar los encontrados sentimientos que se han venido apoderando de la opinión, susceptibles de minar la credibilidad y legitimidad de los resultados de octubre.

Hubiéramos deseado que el señor registrador hubiese actuado con la misma celeridad y habilidad que le permitieron acceder al cargo, a pesar de las dudas sobre los requisitos de experiencia desestimadas por los entonces presidentes de las Cortes; o para superar las inconsistencias e irregularidades que se presentaron en las elecciones de Congreso, para que hoy su persistencia no afecte las elecciones regionales de octubre próximo. Por el contrario, sus propuestas de reformas al sistema electoral, aunadas a su reiterada contratación de operadores cuestionados y a su negativa a la aplicación de auditorías que aseguren confianza en la pureza de escrutinios, solo logran alimentar la creciente desconfianza que aflora sobre la independencia de los órganos encargados de ofrecer plenas y necesarias garantías sobre la transparencia de las elecciones. Es de tal magnitud la desazón que congresistas de la coalición de gobierno, las representantes Juvinao y Pedraza, han alertado sobre las millonarias contrataciones del registrador en temas con impacto directo sobre las modalidades del voto y del escrutinio que alterarían significativamente la garantías al respeto de la voluntad ciudadana.

Las recientes revelaciones en la plataforma Twitter de Elllon Musk sobre la solapada intervención del gobierno ruso en nuestra elección presidencial dan cuenta de los nuevos instrumentos con los que resulta posible impactar la opinión en los escenarios electorales. El poder de los troles, con sus innumerables cuentas falsas en las redes sociales, y de los bots en los que se simulan seres humanos y sus opiniones políticas, dirigidos estratégicamente, constituyen maquinaria que supera con creces las herramientas conocidas para afectar la voluntad del elector y hacen que las redes no sean neutrales en el campo de la política y de las ideologías. Influyen en el voto de millones de personas y logran así anular o disminuir políticamente a quienes deciden apartar de su camino, con lo que asestan herida letal al sistema de representación y procuran cambiar en gran escala la conducta de las personas en un nuevo espacio público de naturaleza digital. Encarna una versión sofisticada del fraude por medios digitales, ejecutada por unos pocos para distorsionar la voluntad de millones de personas.

No debemos repetir el escenario de las elecciones de marzo del año pasado. Les asiste razón a las representante Pedraza y Juvinao, que ojalá logren interesar a sus colegas, porque en semejante escenario nadie escapa a la posibilidad de convertirse en víctima. ¿Quién ronda al registrador y al Consejo Nacional Electoral?

Falta prudencia en lectura de noticias...

La investigación contra Iván Velásquez es perversa

Editorial tomado de El Espectador

Se apresuran y se equivocan los miembros de la oposición colombiana que están pidiendo la renuncia y el enjuiciamiento del ministro de Defensa, Iván Velásquez. Las noticias que llegan desde Guatemala sobre la apertura de una investigación en contra del alto funcionario del gobierno de Gustavo Petro deben ser leídas con prudencia y, ante todo, entendiendo el contexto en el que se producen. A Velásquez lo vetaron de volver a Guatemala porque hizo tan bien su trabajo anticorrupción, que llegó incluso a solicitar un juicio contra el entonces presidente Jimmy Morales. Desde que su labor se detuvo, Guatemala se ha sumergido en una destrucción de las instituciones y tiene un gobierno plagado de escándalos de corrupción. Eso es suficiente para entender por qué ahora se investiga al jurista colombiano.

El lunes, la Fiscalía de Guatemala dijo que está investigando a Velásquez por tener supuestos nexos con Odebrecht cuando era la cabeza de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), auspiciada por Naciones Unidas (ONU). Según Rafael Curruchiche, el fiscal de Guatemala, Velásquez habría llegado a acuerdos “anómalos” de colaboración con los brasileños, lo que llevó a falsos testimonios y una supuesta alianza. Dijo, de manera rimbombante en entrevista con La FM, que “acá no hay nadie por encima de la ley”. Pero la historia es mucho más complicada.

Los acuerdos “anómalos” que consiguió la Cicig con Odebrecht, como contamos en El Espectador, “determinaron que el exministro de Comunicaciones de Guatemala Alejandro Sinibaldi gestionó y concertó el pago de sobornos con los directivos a cambio de adjudicar contratos de construcción de carreteras, que terminaron beneficiando al excandidato presidencial Manuel Antonio Baldizón”. Gracias a la labor de Velásquez, Guatemala no solo conoció la verdad, sino que recuperó millonarios recursos que se habían dado en sobornos. Ahora el fiscal Curruchiche echó eso para atrás. ¿Dónde está el delito del ahora ministro de Defensa colombiano?

domingo, 15 de enero de 2023

¿Riesgos de improvisación en la transición energética?

Por: Bernardo Socha Acosta
La transición energética parece haberse convertido en un rompecabezas que nadie entiende, porque se supone, en el buen sentido de la lógica que, para ensillar, primero se deben comprar las bestias.

En el caso de Colombia se afirma que el gobierno le apunta a una Transición Energética Justa, con un plan sobre el cual el Ministerio de Minas y Energía diseña una hoja de ruta, que será publicada en mayo próximo.

Pero lo que el común de la gente opina, es que, se quiere reducir la producción y el consumo de combustibles fósiles como gasolina, Acpm, el carbón y otros, sin haber puesto en operación las fuentes que van a sustituirlos de forma equilibrada.

El programa se define como el componente de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de energía para hacerlos más sostenibles y su objetivo es transformar un sistema energético basado en los combustibles fósiles, en un sistema energético basado en las energías renovables.

Dicen los críticos que desde ya el gobierno viene adoptando medidas para desestimular la compra de vehículos, medidas que se patentizan con el encarecimiento constante y desmedido de los combustibles. Con los altos precios de la gasolina, Acpm y demás, se está demostrando una primera improvisación que va dejando la huella marcada entre la clase trabajadora que tiene un vehículo para su diario desempeño laboral con el cual busca lograr el sustento, pero con esos precios de los combustibles, qué ilusión le queda al trabajador hacer esfuerzo para medio sostener un hogar, ya sea como taxista, transporte colectivo, de carga y de hasta mochilero.

En este o, cualquier país de gente trabajadora, el 90% de quien tiene un vehículo no lo tiene por lujo, sino como un medio para ganarse la vida. Ese 10% restante si tiene vehículos por lujo y por tener en qué invertir las grandes fortunas que le llegan, buena parte proveniente de esa franja de trabajadores que para cumplir su misión debe pagar, como por poner un ejemplo de tantos que hay, donde el transportador intermunicipal e interdepartamental debe quitar de sus ingresos hasta 10 mil pesos o más, cada vez que pasa un peaje y cuando encuentra hasta 2 o 3 por departamento, a cuánto se elevan esos gastos. Con esta consideración quiero hacer ver que el encarecimiento de los combustibles tan exagerado, es la muestra de la improvisación de la transición energética, porque, dónde están las alternativas con las que no se golpee al trabajador. Es cierto que todos debemos poner en un proceso de cambio, pero que no se le recargue todo al pueblo.

Es que la transición energética no puede convertirse en un nuevo azote de la clase trabajadora colombiana. La transición energética, si es que el gobierno está verdaderamente interesado en hacerla una realidad, debe ser un proceso armónico en el que las comunidades no se vean lesionadas en sus exiguos intereses.

Este proceso, hablando de la reducción de combustibles fósiles, debe tener un desarrollo equilibrado para que los fabricantes de vehículos automotores reciban también incentivos del gobierno tanto para producir como para poner en el mercado los nuevos automotores eléctricos que estén al alcance también de quienes trabajan, y no solo para privilegiar los poderes económicos.

Si la transición energética es un proyecto ya sustentado en la ley, este paso o cambio de, utilizar insumos contaminantes, para llegar a utilizar energías limpias, no puede traducirse en látigo para la franja de la población que mediante su trabajo hace posible la evolución de la economía colombiana. El gobierno estará en la obligación de velar para impedir que ese paso, de unas energías contaminantes, a un sistema limpio de energía como la eléctrica en los vehículos y la que se utilizará en las industrias con la energía solar y eólica, no sean motivos para castigar a quienes siempre llevan las de perder en el desarrollo de una sociedad. (bersoa@hotmail.com)

La hipocresía democrática

Mario González Vargas - En el año nuevo se fortalece la inquietante percepción de vivir inmersos en un mundo en el que la política se nutre más de imágenes que de ideas, que entroniza el reality show como el nuevo escenario de la confrontación por el poder. Las redes sociales hacen las veces de escenarios de las controversias y simplifican al extremo el pensamiento al reducirlo a los “me gusta”, para moldear el limitado pensamiento del ciudadano de hoy. Constituyen el sucedáneo obligado de lo que Regis Debray señalaba, “quien concentra las miradas concentra los sufragios”, que implicó que lo importante es gustar y no convencer, sustituyendo al militante por el fan. Ello explica el sentimiento generalizado de confrontar un debilitamiento de la democracia, especialmente en las Américas.

El advenimiento de la izquierda en buena parte del continente ha prodigado la convicción de que hay un nuevo escenario en construcción que responde al universo de la simplificación emergente, se condensa en lo que se denomina el pensamiento político correcto, y permite convertir en verdad lo que no lo es y en mentira su opuesto. Quizás la última demonstración de ese esfuerzo es el que pretende encubrir, con lo acaecido en Brasil, los atentados contra la democracia en antiguos o noveles regímenes. Ciertamente, los desmanes en Brasilia son condenables y no alcanzan a justificarse con la molestia que produce la elección de un presidente temporalmente liberado de un proceso penal por vicios de forma, pero no pueden confinar al olvido las violaciones a los más elementales derechos que han caracterizado de tiempo atrás a los regímenes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y que hoy se reproducen en Perú y Bolivia, distinguidos por las ominosas privaciones de la libertad y de la vida.

Desgraciadamente, el debate en el Consejo Permanente de la OEA no logró desprenderse del nivel de invectiva que ha alcanzado la polarización en el hemisferio y se centró en la simpleza de unas sindicaciones de fascismo, como si esa corriente y el comunismo no fueran hijos del socialismo, proclives a emular entre sí como mutuos Caínes. Puso una vez más de presente la insólita tesis de que el resultado electoral hace inmune al gobernante y lo legitima para infringir el orden constitucional y sus principios democráticos, contrariando los valores fundantes y principios de la Organización, así como las disposiciones de su Carta Democrática.

Todo ello parece el resultado de un orden global en construcción que ha invadido de la mano del progresismo a las Organizaciones Internacionales, y que se pretende globalista y tecnocrático, llamado a debilitar el componente democrático de los Estados miembros en un ejercicio de despotismo ilustrado que se entroniza con los denominados expertos, provenientes de la oneges ideologizadas, encargados de la formulación sesgada de los nuevos principios que intentan imponérselos a los pueblos que dan vida a sus Estados.

El progresismo que nos recetan persigue la enajenación de la soberanía del Estado para asegurar la deconstrucción del orden social que de ella se desprende, y cuya primera etapa se expresa en la hipocresía democrática que hoy padecemos.

miércoles, 11 de enero de 2023

¿La Paz Total, una Ópera Bufa?

Mario González Vargas
Los seis meses de gobierno del presidente Petro han sido pródigos en improvisaciones continuas y diletantismo funcional, que han puesto de presente su crónica incompetencia en la función de gobernar que muchos creyeron superada después de las lecciones que dejaron las peripecias del desastre de su gestión en el Distrito Capital. Vana ilusión, como lo demuestran sus tres recientes iniciativas que hoy atemorizan a los colombianos.

La legalización de los cultivos de coca y su transformación en base de cocaína implicará poderoso incentivo para que familias enteras multipliquen su producción en territorios que padecen el control armado de las organizaciones criminales, que fortalecerán su condición de autoridad de facto ante la incapacidad del estado de oponerse y evitarlo. El sainete de la compra de los aviones de combate demuestra una vez más la incompetencia del gobernante y de su ministro de Defensa que nunca se percataron del acaecimiento de la vigencia del Conpes que garantizaba los recursos para la cuantiosa pero necesaria contratación. Pero quizás la más evidente ineptitud es la que acompaña la anhelada política de la paz total, que pretende alcanzar por medio de ceses al fuego sin convenirlos, decretados en estados de gracia iluminados, sin protocolos que los rijan, en arranques de emoción que deben ser siempre ajenos en esta particular negociación. Ello explica el silencio del alto mando militar notificado por los medios de comunicación, el inmediato desmentido del Eln que nada ha acordado con el gobierno, ni acordará, si también cobija a la Segunda Marquetalia, al clan del Golfo y a los paras de la Sierra Nevada; que sorprendió hasta Otty Patiño jefe negociador del gobierno con el Eln que tuvo que aclarar: "No nos hemos querido meter en el tema del cese del fuego porque, así sea bilateral o unilateral, tiene que ser verificable”, ya que “En una guerra irregular, y en medio de este mar de violencia que vive Colombia, donde hay múltiples actores, hacer una verificación de un cese del fuego es muy difícil". Ha sido tal el despropósito que ni los otros delincuentes, beneficiarios a título gratuito, han logrado hablar, paralizados por el tamaño de la sorpresa, como que el cese al fuego solo inhabilitaría a la Fuerza Pública para enfrentar a las organizaciones criminales, pero no impediría que entre estas continúen las masacres por la exclusividad de las rentas del narcotráfico. Parálisis de la Fuerza Pública, pero carta abierta para que carteles mejicanos se inserten en las organizaciones colombianas beneficiarias del cese al fuego y redoblen así la violencia en vastos territorios del país. Es tan evidente el sentimiento de indefensión del Estado que Timochenko ofrece su experticia en ausencia de verdad, justicia, reparación y no repetición para aconsejar al gobierno.

Petro confunde la intención del cese al fuego con el acuerdo sobre él. Por ello toda aclaración sobre el mensaje del presidente resulta inocua. Ni siquiera los malabares verbales de Iván Cepeda o los artificios sofísticos del ministro Prada logran desvanecer la sensación de que nos aplican, a falta de paz, una representación de Ópera Bufa.

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