domingo, 17 de agosto de 2008

Las cooperativas en el Hospital Universitario de Santander


Por: Roberto Schmalbach Cruz / Diputado de Santander
El Hospital Universitario de Santander –HUS- tiene el compromiso de prestar los servicios de salud con la mejor calidad a los santandereanos que, por su condición de pobreza ocasionada por el abandono del Estado, no pueden acudir a instituciones de mayor costo.
Esta responsabilidad del Estado es una de las formas de distribución del ingreso que la riqueza del trabajo nacional produce.Luego de la liquidación del otrora Hospital Universitario Ramón González Valencia, en la pasada Administración Departamental, el hospital ha venido prestando los servicios de salud, hospitalización, cirugías, enfermería, urgencias, laboratorio, citas médicas y demás servicios a través del sistema de cooperativas de trabajo asociado.
Por su naturaleza es obvio que las cooperativas no pueden ser fuente apropiada para proveer un servicio exigente y cuidadoso a la salud de las gentes que acuden a un centro médico de la calidad esperada por un hospital universitario, más si este viene del apoyo médico y científico de una universidad con prestigio como la Universidad Industrial de Santander, por la natural razón de que unos buenos servicios médicos provienen de las buenas condiciones en que se encuentre quien los presta.
Parte de las cooperativas de trabajo asociado que hoy prestan servicios en el HUS son en buena medida formas de explotación del trabajo asalariado de sus supuestos asociados, que ocultan un negocio miserable. Esas cooperativas cobran al hospital por trabajador contratado en el cargo de menor rango hasta más de millón trescientos mil pesos mensuales con los costos fiscales incluidos, mientras a los trabajadores no les pagan ni el salario mínimo; y cuando les pagan lo hacen hasta tres o cuatro meses después y así va creciendo la escala en los niveles más especializados.En esas condiciones no existe la mínima posibilidad de que los trabajadores exijan sus derechos, pues quien disiente pierde el trabajo y se genera una situación de servidumbre propia de la sociedad feudal, y así no se puede esperar que mejore la calidad de la prestación de los servicios médicos que ofrece el hospital ni la salud de los santandereanos.
El doctor Horacio Serpa Uribe, en su campaña como candidato a la gobernación, expresó que en caso de resultar elegido revertiría este injusto trato con los trabajadores y pondría todo su empeño para recobrar el hospital al servicio de las gentes que más lo necesitan. Luego de seis meses de gobernar a Santander le llegó la hora de probar las palabras con los hechos, el hospital se encuentra actualmente en proceso de contratar los profesionales y trabajadores que requiere para empezar a desarrollar el Santander SANO que contempla el Plan de Desarrollo Santander Incluyente, una herramienta que la Asamblea Departamental le otorgó al Gobernador para actuar y hacer la diferencia con el oprobio que heredó. Volver a Inicio > Titulares >

miércoles, 13 de agosto de 2008

VICTORIA DE LA ESPERANZA

Por Gerardo Delgado Silva

Colombia, nuestra patria, el objeto de nuestras mayores devociones, que nos trae a la superficie del sentimiento la impresión de lo vital y lo peremne, paradójicamente nunca ha sido un remanso de paz. No ha “cesado la horrible noche” de que nos habla el himno Nacional.

Lo que contempla la historia, son desenfrenos fraticidas, en un rosario de estupidez satánica hasta hoy. Ni siquiera la pequeña alegría de existir se encuentra pura. Las mañanas emponzoñadas con el rencor de Caín, marchitan las ilusiones a la primera luz.

Empero, por fin se interpuso la razón en la inenarrable tragedia de los secuestrados, como fuerza humana que desborda y desafía a las demás de todos los tiempos.

La liberación – que debiera haber sido de todos los secuestrados – ha identificado las almas sensibles de la patria. Porque, como dijo Pedro Kropotkin en carta a Lenín en 1920: “¿No ha habido nadie para que os esplique qué es un rehén?”...y se responde a sí mismo: “un rehén significa que alguien está preso no como un castigo merecido por una falta cualquiera que cometió, sino porque es un hombre amenazado que os sirve para frenar a vuestros enemigos y obtener ventajas. Eso es como conducir a una persona al lugar del patíbulo y decirle siempre que debe esperar, que quizás morirá más tarde, más tarde, siempre. Y equivale al restablecimiento de la tortura para ese hombre y para sus familiares y sus amigos…”.
Más allá de cualquier otra consideración, a nadie pueden serle extrañas estas tragedias, de ahí que hayamos comulgado con la alegría de la liberación que apoteósicamente, cambió el estado anímico de Nuestra Nación.

Este acontecimiento vivificante, en medio del turbión de los hechos ominosos, que mantienen a las FARC, atadas al prejuicio, la venganza y el odio, al igual que sus epígonos paramilitares; constituye un freno a sus obcecaciones, sus prácticas degradantes, sus corrientes vertiginosas de irracionalidad.

Lo que da valor especial a la libertad de los quince secuestrados, es la exaltación Colombiana del ser humano a las proezas supremas del espíritu. Es una puerta luminosa, para una labor fecunda que ratifique todos los hondos motivos de una alborada de dignidad humana y de paz.
No obstante, la “Operación Jaque”, probó que también fue un espacio de simulación, como en la épica de Homero y en la teogonía de Hesiodo, que consideraban fértil y amable la mentira, y aconsejable la falacia en cuanto condujese a resultados faustos. La magna impostura, con el uso de las insignias de la Cruz Roja, constituyen un a transgresión de la Convención de Ginebra y los protocolos anexos que contienen las normas acerca de los conflictos armados, es decir el Derecho Internacional Humanitario, bajo la protección de la Cruz Roja. El ordenamiento vigente, prescribe que sus signos distintivos, “…deberán respetarse en toda circunstancia. No deberán ser utilizados indebidamente.”
(La negrilla fuera de Texto)

Sin embargo, el Ministro Juan Manuel Santos, proclamó a todos los vientos que el episodio era un hecho pasajero, insignificante, sin la menor importancia, como si los actos ilegales, desafiantes del orden jurídico y los principios éticos y morales de los gobernantes, no tuvieran consecuencias también en el veredicto de la historia.

Claro que traduce la evidente degradación de la clase dirigente en que ha caído, si recordamos por ejemplo la figura egregia de su pariente Eduardo Santos que se confundía y se confunde con la imagen límpida de la patria.

El Ministro, patrocinado por el presidente, es el más próximo al pensamiento de Maquiavelo, quien declaró su indiferencia por le uso de medios ilegales o inmorales para fines políticos. “el fin justificas los medios”, fue su divisa.

Y bien. Aprovechando el estado anímico del país, el Presidente Uribe, dentro de la ansiedad de sostener falsas imágenes, con oraciones oportunistas – que desintegran la fuerza del ecumenismo - como un eco de conquista religiosa procurada por la liberación, ha politizado la fe. La auténtica fe debe ser inconmovible, a todas las asechanzas: de la vanidad, de la arrogancia, de la desmesura, de la ambición de poder ilimitado, de la soberbia que cierra las puertas al don de la justicia, hoy inauditamente vejada. También debe ser inconmovible a las actitudes de insolidaridad, de indolencia social, de displicencia con los oprimidos y maltrechos. Pues en puridad de verdad no se compensa con genuflexiones.

Y es que estas oraciones populistas, no guardan el hondo perfume de la mística, base firme de moral humana; no exaltan el poder de la creencia, la vinculación del ánimo a lo infinito y a lo eterno; ni contribuyen a la espiritualización de Colombia, que naufraga en la pugna por el bienestar material y la trivialización de la vida; ni contienen aquel amor al prójimo del que habla el mandamiento.

Pero los dogmas y verdades de fe del Presidente, son las que emanan de las que ésta civilización ha puesto en su dios laico omnipotente, su Becerro de Oro, asistido por los dogmas del neoliberalismo y su libertad de mercado, la competitividad ciega, el fanatismo vesánico y consternador de la parapolítica, la desigualdad que azota implacablemente al país.

En esta honda dislocación que sufre la sociedad Colombiana, en tan dramático choque entre las tesis del espíritu y la antítesis de la materia, no podemos escudarnos en la fe del Presidente Uribe. Porque la fe, si debe surgir ilimitada, tranquila, granítica, como las grandes montañas de nuestra tierra que se doran al cielo y, eficaz para purificar y elevar incesantemente la moral de Colombia.

Por qué la fe que todo lo ilumina, es la de un Francisco de Asís, quien expresó en oración sin par, que orienta la mente:

Señor, haznos instrumentos de tu paz.Donde haya odio, sembremos amor;donde haya ofensa, perdón;donde haya discordia, unión;donde haya duda, fe;donde haya desesperación, esperanza;donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, alegría.
Oh Divino Maestro,Concede que no busquemos ser consolados, sino consolar;ser comprendidos, sino comprender;ser amados, sino amar.Porque dado, es como recibimos;perdonando, es como somos perdonados;y muriendo en ti, es como nacemos a la vida entera.
Volver a Inicio > Titulares >

LA GUERRA, UN FANTASMA VIVO

Fuente: El nuevo Siglo



Por Horacio Serpa

Acabado el Comunismo y finalizada la Guerra Fría, el mundo creyó encontrar el momento para decretar el fin de la guerra como método de resolución de conflictos. Pero desde entonces, los bombarderos no han dejado de dejar caer en diferentes partes del mundo los misiles que acallan pueblos, someten voluntades, corren fronteras e imponen ideologías.

Las guerras de Irak y Afganistán son las más cruentas, ambas amparadas bajo la lucha global contra el terrorismo. El saldo de esas fatales intervenciones militares de una superpotencia como Estados Unidos contra un enemigo del tercer mundo petrolero como Irak o exportador de Talibanes como Afganistan, ha sido catastrófico. La superpotencia y sus aliados no han podido imponer la democracia en los desiertos inflamados de petróleo y guerrilleros leales a sus creencias religiosas y políticas.

Estados Unidos busca salir de esa guerra antes de que sea tarde. Pero el número de muertos crece. La destrucción de esos países no cesa. En Estados Unidos cada día más lápidas se esculpen con los nombres de los caídos. El dolor se riega como pólvora en el pueblo. Los candidatos presidenciales prometen devolver a los muchachos. Los votantes esperan el cambio de gobierno.

El recuerdo de Vietnam arde en los áridos desiertos iraquíes y afganos. Los ejércitos de la llamada democracia caen ante la invencibilidad de sus enemigos. Goliat derrotado por David. Pero la lección no se aprende. En todas partes del planeta la guerra se asoma como el antibiótico para atacar todos los males. Solo que en lugar de sanar, mata. Destruye.

Georgia, otrora integrante de la desaparecida URSS, atacó Osetia del Sur, que es prosoviética. Los rusos atacaron con tal ferocidad que la paz de esa parte del mundo estará en entredicho por largo tiempo. Los rusos apoyan las provincias separatistas de Abjazia y Osetía del Sur. Georgia clama por la solidaridad militar de Estados Unidos y la Comunidad Europea. Rusia se venga del reconocimiento mundial a la independencia de Kosovo. El mapa mundial se mueve. El oso soviético no permitirá que la OTAN se le meta al rancho.

La guerra se enseñorea en el planeta. La resolución pacífica de los conflictos parece una metáfora sin dolientes. China prende la pólvora de los juegos olímpicos, pero los tibetanos hacen sonar los disparos exigiendo su libertad.

En América las cosas no son diferentes. Se equivocó el maestro Arciniegas en su libro "Entre la Libertad y el miedo", cuando dijo que aquí nunca habría mas guerras. Los militaristas se creen triunfalistas y se arman para librar hipotéticas batallas con sus hermanos.

En Bolivia suenan sables y se conspira para escindir ese empobrecido y caótico país. Perú recibe insultos de Bolivia y le habla duro a Chile. Los guerreros están listos para disparar en Colombia y Venezuela. Ecuador no acepta excusas de Colombia. Huele a plomo mientras los deportistas buscan el oro. La guerra es un fantasma vivo. Matar es un deporte extremo pleno de fanáticos.

lunes, 11 de agosto de 2008

LOS CARNICEROS DEL URABA ANTIOQUEÑO

Por Gloria Cuartas - ex-alcaldesa de Apartado 1995-1997
dhcolombia / Domingo 10 de agosto de 2008

En el seno del Gobierno hay inquietud y preocupación, y no es para menos. Para nadie es un secreto la cercanía que tuvo el presidente Álvaro Uribe con Rito Alejo Del Río, cuando él era gobernador de Antioquia y el General comandaba en el Uraba la Brigada XVII, con sede en Carepa (11 de noviembre de 1995 - 16 de diciembre de 1997). Revista Cambio del 7 al 13 de agosto 2008. Numero 788
¿Qué relación y responsabilidad tiene el poder político y económico de Antioquia en el período 1995-1997 y su extensión hasta nuestro días con el exterminio de población civil" en el Uraba?

¿Por qué la implantación del modelo económico de privatización organizado por la alianza entre ganaderos, agricultores, bananeros y transnacionales con el gobierno regional, y salvaguardo por la estrategia militar- paramilitar de expoliación y muerte, permanece sin vínculos y sin responsabilidad entre el General Rito Alejo del Río y el hoy Presidente de la Republica Álvaro Uribe Vélez?

Parece que las preguntas llevan implícitas las respuestas. Las voces de las victimas de las horrendas masacres que se cernían a diario sobre esa región y de las muertes selectivas que aun se cometen, no han sido escuchadas por la institucionalidad, las victimas siempre reclaman justicia y verdad. Siempre denunciando el Plan sistemático de "Pacificación del Uraba": el laboratorio campesino de muerte profesional como instrumento para la "paz", consolidado históricamente, con la creación y legalidad de las AUC y legitimadas por Uribe Vélez Gobernador, con las llamadas CONVIVIR, continuada como política integral de Estado, por el llamado paramilitarismo, que desde ese momento hasta hoy, siembran las prolíficas tierras del Uraba de fosas comunes.

Hoy desde la Presidencia de la Republica, continuada de otra forma más sutil, la legitimación de la política mediante el artilugio de la desmovilización y negociación del Estado con el paramilitarismo, mediante la "Ley de Justicia y Paz", negociada como instrumento de impunidad y legalización de los criminales, mostrada ante el mundo como el compromiso del gobierno con el país, que los paramilitares, hoy convertidos como cuerpo en grupos sociales y guardabosques. Legalización presentada como un éxito de la política de seguridad democrática que s aprecia de afirmar que gracias a ello los paramilitares entregaron verdades, armas y ante todo "reparación". Han consolidado la "matriz social" de control a la población civil.. Cual Justicia? Nada más alejado de la verdad.

Los crímenes continúan en la impunidad, los paramilitares continúan delinquiendo, los "elegidos" con estos votos, se cambian el derecho a seguir legislando con el aval del Presidente. No creó que la verdad que hoy sale a la luz, sea exclusivamente como efecto de la ley de justicia y paz. Es y parece extraño, son los Victimarios, los Carniceros, los que cuentan episodios de cómo, donde, con quién, con que fin se desarrollo esta estrategia. Algunos lo hacen porque les han incumplido los pactos políticos y mientras que otros se resienten porque quienes de la mano de estos graneaban las estrategias de exterminio de las comunidades, hoy permanezcan inmunes, en silencio, en la vida ciudadana, como grandes señores, presidentes o generales de la república. La política de la mentira, la deslealtad, la desconfianza entre las personas, la violacion a la soberania nacional y la de los paises vecinos, centran los llamados "valores" de la política de seguridad democrática.

Todavía insito en dar cuenta al país de mi testimonio, me niego al silencio impuesto por los operadores y por los medios de comunicación, a denunciar que las mujeres y hombres que fuimos testigos del exterminio de las comunidades y que nunca fuimos tomados en serio por los "operadores de justicia", exigimos justicia, exigimos verdad, exigimos la responsabilidad de todos los responsables, las pruebas están ahí en el análisis del contexto político, económico, cultural de la región.

Los operadores de Justicia, se negaban a tener en cuenta nuestras denuncias sobre la responsabilidad de los "carniceros" institucionales, afirmaban que no teníamos pruebas judiciales directas de la responsabilidad contra el general Rito Alejo y el Gobernador de ese entonces Álvaro Uribe, entre otros, en las masacres del Uraba. No les bastaba con las voces de las víctimas, con el análisis de contexto que entregábamos, con la prueba material de los hechos, ellos esgrimían que ellos requerían la prueba procesal, la que cumple con los requisitos de forma, como si fuera posible separar la verdad material de la formal, como si la verdad no fuera sólo una, como si el testimonio de las víctimas aunado a los hechos contextuales no fuera suficiente,.como si la razón de la decisión judicial no dependiera de la reconstrucción de los hechos conforme al contexto, como si de lo que se tratara no fuera de establecer la verdad, sino de dirimir a favor del mas fuerte un proceso. Como si no existiera responsabilidad a la luz de la Constitución de los que tienen a su cargo el cuidado de la vida como principal mandato.

Estos operadores jurídicos, llámense jueces, fiscales, procuradores judiciales, hoy tienen la obligación ética y moral de responder al país. ¿Cuantas visitas a la fiscalía? Cuantas veces mujeres y hombres, relatamos los sucesos del desplazamiento, el dolor de familiares de desaparecidos, mujeres violadas, asesinatos selectivos, cuantas veces fuimos con las mujeres a "rescatar" de la presión para a los hombres inermes, mientras el "General o mejor el Carnicero" gozaba de los avances y los reportes a su jefe inmediato que conocía TODO lo que pasaba en la zona. Y siempre la pregunta por la Prueba judicial. No bastaba el dolor, ni señalar a los responsables. Tal vez hoy los cómplices de esas masacres respondan por el "Eslabón Perdido" de los responsables que tienen nombre evidente y que no se atreven a responsabilizar, aunque todos saben quienes son los "Carniceros del Uraba" y donde están hoy.

En nombre de la paz, de la inversión económica, de acabar con la guerrilla, el entonces Gobernador Álvaro Uribe y su secretario de Gobierno diseñaban la estrategia mayor.. Hoy siento mucho que Pedro Juan Moreno, no este vivo? ¿Quién lo saco del juego? ¿Quien conocía del poder y la verdad que guardaba Pedro Juan Moreno?…Quien lo mando matar? Cuanto diera hoy por escuchar con su soberbia habitual y la alegría que se dibujaba en su rostro con cada desplazamiento y cada muerto "comunista" y claro los reportes de misión cumplida de Álvaro Uribe, lo que nos podría decir desde su "verdad".. Quien mato a Carlos Castaño o estará en Israel?

Desde esta experiencia de exterminio, empresarios bananeros, políticos, y algunos religiosos dieron vía libre a la operación militar esa que hoy "H.H", el Alemán, Mancuso, Don Berna, Melasa, entre otros, denuncian. Estas practicas las de ayer y las de hoy, no son hechos aislados, no fue a la espalada del país, ni de los medios de comunicación, NO, esto exige que hoy mas de 13 años después, la verdad se le cuente al país y se responda, NO POLITICAMENTE ( pedir excusas afirmando que lo hicieron otros) como el Gobierno ya se esta acostumbrando a sectores del país, no, exigimos que se responda desde la justicia, con sanciones personales.

Ya sabemos que desde la política es simplemente asumir que era "necesario hacerlo" porque valía la pena esto parta salvar a Colombia del comunismo, era una tarea del "elegido" que tiene que imponer una moral salvadora a los corderos. Si señores y señoras… Es hora de levantar la voz con las victimas. Contra la inmoralidad de este gobierno basado en la falsedad, la mentira cotidiana, la palabrería vacía de ética, exige que la gente DESPIERTE. El gobernante de arena, no puede seguir pretendiendo ser reelegido con una historia de crimen, mentira, complicidad. Será que los medios de comunicación acompañaran una marcha exigiendo la responsabilidad de los nunca nombrados General Rito Alejo y Presidente Uribe?

Hoy no puede seguir el silencio sobre las masacres y el descuartizamiento selectivo en el URABA, que hasta hoy sigue vigente. No podemos estar presenciando que saquen de sus casas a hombres y mujeres responsabilizándolos según el estado de ser terroristas, no podemos estar en silencio mientras avanza la masacre, la muerte selectiva, el señalamiento golpeando a las comunidades que NO olvidan, que no venden su dolor del pasado por un plato de lentejas.

Desde mi condición de ciudadana exijo que los operadores de justicia que estaban en la zona del Uraba, en especial en el periodo 1995-1998 entreguen su versión de lo que paso. Donde estaba el defensor del Pueblo? Donde estaba medicina legal? Donde los jueces, fiscales? En fin estoy como siempre indignada de este adormecimiento del país y la desmemoria impuesta. Donde esta la responsabilidad de Luís Camilo Osorio? Donde están los rostros humillados de niñas y niños que los obligaron a crecer sintiendo que sus familiares era mejor que morirán de cualquier forma y de esa manera purificar los pecados en la tierra y ahora si ellos no estaban al lado de los victimarios correrían la misma suerte.

Hoy el Presidente Uribe quién no solo hizo homenajes al General de la muerte, sino que con el, presentaban al país su modelo, su propuesta de gobierno, de seguridad, su propuesta de dirimir los conflictos. Presentaba en ese homenaje su postulación a la Presidencia de la Republica y prometía que la " valentía" el coraje de Su General habían mostrado la manera de devolver la paz a Colombia, no diálogos, no salidas políticas, la fuerza, la violencia, la venganza, la alianza narco-armas, política serian los nuevos ritos de la secta.
Exijo que la justicia si todavía podemos nombrarla que muestre su rostro frente al Presidente Uribe, que el General Rito Alejo, Luís Camilo Osorio, desmovilizados del EPL, inclusive, los asesores actuales del Gobierno vinculados a este capitulo de la historia del país respondan. También los cooperadores económicos, nacionales e internacionales respondan, los quiero ver a todos mostrando su rostro a las victimas.
Mas información:
www.gloriacuartas.org

miércoles, 30 de julio de 2008

GOLES A LA INTOLERANCIA

Tomado del Nuevo Siglo

Por Horacio Serpa

El fútbol en Colombia se ha convertido en un deporte de bárbaros. Y los estadios en catedrales de culto a pasiones desbordadas. Por lo menos esa es la imagen que se esta imponiendo en la conciencia colectiva ante los exabruptos de unos pocos desadaptados que logran atraer los titulares de los medios con sus actos demenciales.
Las noticias son dramáticas después de cada jornada futbolera. Jóvenes apuñaleados, tiroteados, muertos. Padres adoloridos, hijos enterrados o en las cárceles. La muchachada está yendo a desahogar sus pasiones a los estadios, pero unos pocos destilan odio por los colores de los oncenos contrarios. Intolerancia que lleva a la locura de acuchillar a los seguidores de los equipos oponentes.

Tales actos están manchando de sangre la práctica deportiva. Y de miedo a una sociedad que asiste estupefacta a ese delirio esquizoide de unos fanáticos que volvieron al fútbol un deporte extremo.

El país esta asistiendo a una cultura de gamberros disfrazados de barras bravas, que han importado de los hoolligan europeos el deseo de atacar, destruir y arrasar a quienes visten camisetas diferentes. A quienes tienen otro credo deportivo y apoyan otras estrellas. Al estadio van a vivir la orgia de la fascinación y el delirio. A acariciar la fantasía de la sangre en el asfalto.

Las barras bravas son un fenómeno que toma diariamente mas fuerza y parece un virus incurable. En las grandes ciudades y en las pequeñas ocurre lo mismo. Los jóvenes están siendo despojados de su inocencia a las patadas. Vestir una camiseta es una amenaza o una locura que se puede pagar hasta con la muerte.

Nadie parece hallar la cura a este mal. Ni los equipos, ni los gobiernos locales, ni las organizaciones sociales. Los esfuerzos colectivos se diluyen con el siguiente muerto. Los dementes no aprenden. Y el drama colectivo crece.

Que hacer? El tema es de autoridad, cierto, pero también de mucha pedagogía.

Los legisladores están tratando de apagar el incendio con leyes sicodélicas, como prohibir que los muchachos vistan las camisetas de sus equipos fuera de los estadios. Una medida que demostraría la incapacidad de las autoridades por imponer la ley y hacer respetar los derechos de los hinchas a vestir como se les antoje.

No se trata de vender el sofá, sino de sembrar tolerancia y construir una cultura de respeto a la vida y a la diferencia. Tenemos que impedir que unos pocos sigan convirtiendo los estadios en circos romanos, donde solo hay diversión si hay sangre.

Los gobiernos locales y departamentales tenemos que jugarnos la imaginación para detener ese fenómeno e impedir que los adolescentes sigan siendo victimizados y el fútbol estigmatizado. Hay que generar procesos culturales con campañas impactantes que inviten a la reflexión sobre el respeto a la vida y el derecho a la diferencia. El fútbol no puede seguir siendo una excusa para que los adolescentes se sigan atacando. Metámosle goles a la intolerancia.

Bucaramanga, 30 de Julio de 2008 > Volver
a Inicia > Titulares >

sábado, 26 de julio de 2008

ESCUELA Y DERECHOS HUMANOS

ALVARO VECINO PICO
http://alvecip.blogspot.com/

La democracia, como sistema político y como forma de vida, está soportada en valores como la dignidad, la libertad y la solidaridad, que no son teleológicos sino vivenciales; lo que indica que la construcción de una cultura de Paz y de Derechos Humanos, desde el ámbito escolar se inscribe tanto en las dinámicas de aprendizaje como de formación. Dicho con otras palabras, el tema de los Derechos Humanos y la necesidad de consolidar una cultura democrática desde los procesos educativos requiere, no solo la definición de un currículo que contenga las teorías y conceptos apropiados sobre el tema sino, un cambio de actitud por parte del docente en los procesos de enseñanza – aprendizaje, y la adecuación de las estructuras en la organización escolar que garanticen la participación real de todos los actores que conforman la comunidad educativa.

La solidaridad --por ejemplo-- fundada en el reconocimiento del otro como sujeto con quien se comparte la existencia y con quien es posible establecer acuerdos para desarrollar acciones de beneficio común, por encima de las propias diferencias, no es meramente un concepto abstracto que se aprende apelando a su definición; la solidaridad se construye haciendo parte de experiencias donde el reconocimiento de la propia perspectividad, y la de los otros, expresan modelos de vida que marcan una huella en la conciencia y posteriormente se externalizan como parte integral de la personalidad. En ese sentido, la democracia en la escuela debe entenderse como un atributo inmanente a la relación entre docentes y estudiantes, a los usos de lenguajes y a las formas de organización interna de la comunidad educativa.

La formación para una vida democrática, en la relación pedagógica, parte del reconocimiento mutuo entre Docente y Estudiantes, como interlocutores válidos en el proceso de enseñanza – aprendizaje. El estatus que mantiene el docente le otorga el poder para establecer las reglas de juego del proceso educativo; sin embargo, ese poder debe traducirse en Autoridad, frente a sus estudiantes, demostrando su capacidad en el saber y la superioridad de juicio, para adelantar planes de acción coordinados en relación con los requerimientos específicos de un grado escolar y las responsabilidades de grupo. De igual manera, la organización interna de las instituciones educativas debe permitir la toma de posturas y el desarrollo de acciones, que fomenten el debate en torno a los conflictos e intereses de la comunidad educativa y el desarrollo de liderazgos democráticos.

En ese sentido, los compromisos que se generen desde los procesos educativos deben ser acciones que respondan a la necesidad de transformar una situación conflictiva, o de violencia, y sobre las cuales se pueda ejercer un control directo y realizar un seguimiento continuo. La importancia de los compromisos radica en la necesidad de afectar, de forma positiva, las estructuras donde se definen los planes de acción de las comunidades educativas, que en el caso de la escuela son los Proyectos Educativos Institucionales (PEI).

Si no se desarrollan estos compromisos, asociados a deberes, el tema de los Derechos Humanos y la Cultura de Paz, sería solamente un discurso suspendido en el vacío sin un aporte real a la construcción de nuevos sentidos en la convivencia cotidiana. Volver a Inicio > Titulares >

jueves, 24 de julio de 2008

LA CONSTITUCION NEOLIBERAL


POR: REINALDO RAMIREZ

Durante el Gobierno de Ronald Reagan, en la década de los años ochenta, Estados Unidos impone a sus países satélites el llamado “Consenso de Washington” para someter las economías latinoamericanas a los dictados y los intereses del imperio.

Mediante este instrumento comienzan a gestarse en nuestro hemisferio grandes transformaciones económicas y políticas que se reflejan en la adopción de nuevas constituciones y gobiernos autoritarios para adaptar la legislación de las naciones sometidas a las exigencias de los monopolios norteamericanos, disminuidos y asediados por las economías emergentes de Japón y el sureste asiático, mucho más dinámicas y emprendedoras; la prosperidad capitalista de Korea, China, India y Japón amenazaba con despojar a los Estados Unidos del comercio mundial; durante la posguerra las economías emergentes del sureste asiático desarrollaron y adaptaron las nuevas tecnologías de producción, además, han contado con materias primas abundantes y la mano de obra barata y disciplinada que les proporcionaban y les proporcionan los estados y las costumbres autoritarias que les legaron las antiguas metrópolis y que hoy, todavía, mantienen en el sometimiento y la miseria a sus propios pueblos.

En el caso colombiano, el Gobierno de Cesar Gaviria, hábil político y áulico y obsecuente servidor de los Estados Unidos cambió la constitución vigente para adoptar, en el año 1991, una nueva carta política que eliminó de un tajo los mandatos intervencionistas y proteccionistas del Estado en la economía para legalizar el paraíso neoliberal impuesto por el imperio; el sistema neoliberal somete nuestra economía a los intereses extranjeros, privilegia las ganancias desmedidas de los monopolios económicos y convierte las necesidades y angustias de los ciudadanos en objetos de especulación financiera, fuente fácil para satisfacer el afán de lucro capitalista.

Del Estado democrático liberal que tenía como objetivo “racionalizar y planificar la economía a fin de lograr el desarrollo integral”, “la justicia social y el mejoramiento armónico e integrado de la comunidad y de las clases proletarias en particular” (C.P. art. 32) se pasó al Estado neoliberal que concede prerrogativas desmesuradas al capital nacional y extranjero para explotar, dominar, empobrecer y despojar a los ciudadanos y apropiarse a su antojo de los recursos naturales y los bienes públicos mediante las privatizaciones.

En menos de veinte años de vigencia de la Constitución de 1991 se han incrementado en Colombia la violencia política, los desplazamientos forzados y la corrupción oficial y privada a niveles que alarman y avergüenzan a las sociedades democráticas; como consecuencia de esta situación que se desarrolla como espuma bajo la mirada complaciente del Estado colombiano los ciudadanos hemos perdido el derecho al empleo justamente remunerado y a los servicios públicos fundamentales, como los son la educación, la salud y la vivienda digna, bienes sociales que se han convertido en simples mercancías que sólo puede adquirir quien tenga dinero para comprarlos al precio que imponen los monopolios.

Así, mientras el desempleo aumenta y el salario envilecido se disminuye a valores irrisorios, los servicios públicos fundamentales entregados por el Estado como presa fácil a la avaricia del capital, en manos de los monopolios, se han convertido en eficientes mecanismos de enriquecimiento y expoliación que empobrecen y despojan del pan a la mayoría de la población colombiana, dejando a su paso sólo violencia, muerte y desolación.

Mientras en Colombia la violencia, el desplazamiento y la pobreza crecen, cada día se privatiza un servicio público y se entregan los bienes de la sociedad para el disfrute y la explotación de los privilegiados de un régimen corrupto e injusto; las privatizaciones no son otra cosa que la entrega de los recursos y bienes de toda la sociedad para el disfrute y la explotación de unos pocos.

Con el T.L.C la situación económica empeorará, por cuanto este tratado concede mayores ventajas para los monopolios extranjeros que podrán ingresar sus productos al mercado colombiano con menos gravámenes mientras se mantienen trabas a las mercancías nacionales.
Bucaramanga, Julio de 2008 > Volver a Inicio > Titulares >

jueves, 17 de julio de 2008

Todos y todas haremos el florero del Llorente Contribuyente Nacional.

Colaboración de Alvaro Vecino Pico
casinos online
casino online
Bucaramanga. Colombia
Lleve un mensaje de rechazo al secuestro, una proclama por la libertad, una planilla única y una copla para colgarla en el mono de la PILA, una canta, un torbellino; no deje el humor en casa. Este país debemos convertirlo en un mar de risas y sacarlo del mar de lágrimas. cada cual hará una flor (asesorado por un artista origamista o por su propia inventiva) y la dispondrá en el florero.
LES ESPERAMOS… 2 y 2 son 4, 4 y 2 son 6, 6 y 2 son 8 y 8 16
20 DE JULIO PARQUE SANTANDER – BUCARAMANGA 9:00 AM
CONVOCANTES: GABRIEL LATORRE CARVAJAL, PEDRO PABLO RINCÓN SANTOS Y RED DE AMIGOS(AS) Y ORGANIZACIONES PARA DESPEREZAR LA LIBERTAD > Regresara Inicio >

martes, 15 de julio de 2008

EL 20-JULIO, TODOS POR LA LIBERTAD

Tomado del nuevo Siglo

Por Horacio Serpa

El próximo domingo 20 de Julio el país saldrá en masa a las calles a celebrar la liberación de Ingrid Betancourt, tres norteamericanos y once miembros de la Fuerza Publica en poder de las FARC, algunos desde hace más de una década. Las imágenes inolvidables y conmovedoras de esos compatriotas volviendo del infierno del secuestro le han dado la vuelta al mundo y han ratificado que el secuestro es un delito de lesa humanidad, repudiado internacionalmente, que se ha convertido en el principal deslegitimador de las FARC y el ELN.

Gracias al secuestro de los llamados canjeables, las FARC son hoy consideradas la organización guerrillera más cruel del globo, y un cartel del narcotráfico que amenaza la democracia. Una especie de anti Midas que quema todo lo que tocan o a todos los que se les acercan.
Por eso, la marcha del 20 de Julio, o el 20-J, tiene que ser una jornada para exigir la liberación de todos los secuestrados, pero sobre todo, el fin del secuestro como instrumento de lucha política y de extorsion.

El secuestro es la principal arma de autodestrucción de las FARC y el ELN. Nada los ha deslegitimado tanto, ni evidenciado tanto la falta de una estrategia política que les permita conectarse con la Colombia moderna, que reclama reconciliación para seguir progresando y alcanzar la felicidad.
La marcha del 20 de Julio tiene que convertirse en un nuevo grito de independencia frente a los violentos de todas las calañas. Porque lo que reclama la nación es paz y no mas guerra. Una paz definitiva.

Las FARC y el ELN tienen que escuchar el clamor nacional e internacional. En la selva deberían estar pensando en sentar las bases de un nuevo proceso de paz, sincero, claro y contundente, que le permita a Colombia concentrar todos los esfuerzos en la construcción de un país de igualdad, solidaridad y democracia.

Mientras existan secuestrados, de la guerrilla, paramilitares, narcotráfico o delincuencia común, Colombia seguirá siendo un país inseguro.

Por eso hay que derrotar el secuestro y exigir que mientras llega la paz, las guerrillas respeten las normas del derecho internacional humanitario. Tienen que liberar a todos los secuestrados. Tienen que dar por terminada su estrategia de financiación y chantaje a la nación. Tienen que demostrar con hechos que tienen sentido común y visión de futuro.

En Santander saldré a marchar con mi familia y mi equipo de gobierno por la libertad de todos los plagiados, por el fin del secuestro, la paz negociada y el derecho a vivir en paz.

Colombia le ha dado un mandato contundente a la reconciliación. De las guerrillas depende que esta se consiga sin derramamiento de sangre y sin destrucción. Es en el escenario político en donde se hacen hoy las revoluciones, en la boca de las urnas, no en las bocas de los fusiles. La democracia es el futuro. Regresara Inicio > Titulares >

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...