sábado, 15 de octubre de 2022

Petro y la amenaza de un Armagedón

 
Mario González Vargas
Dos meses después de la posesión del presidente Petro se siente en el país una inquietante incertidumbre sobre el futuro que nos espera. Un gobierno cuyos ministros divagan entre lo imposible y lo impracticable, y suscita, no solo divergencias en su seno que lo llevan a pensar en el enemigo interno, sino también naturales temores e interrogantes sobre sus capacidades de formulación y conducción de políticas y soluciones acertadas. Y al frente, una oposición que aún no encuentra el tono ni sustancia para contener la avalancha de improvisaciones que nos pretenden recetar, y pareciera olvidar a los electores que sumaron casi igual suma de los votos que el candidato vencedor. Situación de un nudo gordiano que nadie se sentía capaz de desatar, hasta el discurso del presidente en la clausura de la minga política y cultural el miércoles en Condoto (Cauca).

Allí, absolvió a sus ministros de sus incapacidades y desarreglos para atribuir a las normativas del pasado, supuestamente escritas desde “los tiempos de la esclavitud” por “privilegiados y codiciosos” y “sus “herederos”, todos los imaginarios negativos acumulados en siglos, y que hoy pretende deshacer con la definitiva ruptura con ese novelesco pasado responsable de todas nuestras desventuras como nación. Y lo primero será desenmascarar a los enemigos internos del cambio, porque teme que el tiempo se esfume y no le permita asentar su liderazgo en una América Latina que concibe debatiéndose aún entre “la conquista y la resistencia”.

Semejante invectiva debe preocupar, no solamente a miembros del gabinete que pudiesen ser considerados herederos del pasado, o a los regalados congresistas que militan en partidos históricos y en sus derivados, sino también a todos los colombianos por el odio de clases y racial que destila su concepción, radicalmente contraria al mestizaje que nos caracteriza y a la riqueza de la diversidad cultural que nos distingue y que contribuyen al fortalecimiento de la identidad nacional. Gobernar delirando es la mejor fórmula para el desastre como ya se percibe con la inatención a los estragos climáticos, con convertir a Indumil en fabricante de puentes, con la repartición de tierras donde prevalecen los minifundios o con su adquisición con deuda pública, con la suspensión de la exploración y explotación de hidrocarburos, y con una paz total con narcotraficantes que amenazaría la seguridad nacional y la paz hemisférica, entre otros enredos de similar naturaleza. Para ese efecto, el presidente, acosado por el tiempo, quiere convertir su gestión en “un gobierno de multitudes” que le permita obviar el estado de derecho y contrarrestar las marchas que anuncia la oposición y que pretende neutralizar con iguales movilizaciones. Sutil amenaza de violencia. Una oposición responsable, además de incisiva, deber ser inteligente y persistente en el Congreso, pero multitudinaria y pacífica en las calles para que la democracia no perezca en manos de la violencia y del totalitarismo que ésta engendra. Las pretensiones del progresismo de “desconstrucción creativa”, nos indican que la batalla es cultural y orbital y no debe librarse con parroquialismo, porque podría condenarnos al caos de un Armagedón que no supimos evitar.

sábado, 8 de octubre de 2022

Invitación a negociar en arenas movedizas

Mario González Vargas
El acuerdo de reanudar los diálogos de paz con el Eln trae de nuevo a la memoria los numerosos intentos, siempre infructuosos, de concluir exitosamente tratativas de paz con esa sangrienta organización. Alfonso López, César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque, se vieron frustrados por la constante perfidia del ELN y por la masacre en la Escuela de Cadetes General Santander.

Lo anunciado en Caracas constituiría el primer eslabón de la promesa de una “paz total”, bandera con la que el gobierno engalana su propuesta de cambio. Para conseguirla, convoca a los de siempre; Cuba y Venezuela, con identidades ideológicas con el gobierno de Colombia, Noruega, siempre listo como codiciado Boy Scout, y la ONU, invariablemente desdichada para dar cumplimiento a la tarea de paz para cuya consecución fue creada.

Se dice que la agenda será también la de antaño, sin reparar en que las realidades de hoy son bien diferentes a las que prevalecieron en el pasado. Cuba ha acentuado su carácter de violador de DDHH y de incitador al terrorismo y la Venezuela de Maduro, acusada por la ONU de crímenes de lesa humanidad, ofrece refugio al Eln y a otras organizaciones criminales colombianas, a las que ha convertido en alfiles para la inseguridad fronteriza y en socios de los réditos que procuran el narcotráfico y la explotación y comercialización de metales preciosos. La presencia militar y de inteligencia de Rusia, de Irán proveedora de armamento, y de China, Turquía y Hezbollah en el vecino país, son factores desestabilizadores de la geopolítica hemisférica y de la conservación de la paz.

Tampoco son menores los desafíos políticos al régimen democrático. El Eln se ve a sí mismo como el representante del pueblo colombiano y no simplemente como un grupo armado insurgente, aunque narcotraficante confeso y activo, lo que lo induce a sostener que la paz ha sido esquiva “no por negligencia del Eln, sino por los tiempos que han impuesto los gobiernos”. Ello explica su insistencia en la “Convención Nacional” que aspiran convertir en Constituyente. Preocupa que el Comisionado Danilo Rueda implore a los elenos a cesar en el uso de las armas y afirme que “Entendemos que están en armas, entendemos sus motivaciones, pero por favor paren el uso de las mismas porque están afectando a la población”. Pero inquieta aún más que se acepte como principio que “lo que se va acordando, se va cumpliendo”, porque convertiría la negociación en capitulaciones sucesivas vinculantes, sin certeza de llegar al final de la negociación. Concepción que no puede inspirar la conducta de representantes del gobierno, si no se quiere que terminemos ingenuamente de victimas en las arenas movedizas que descaradamente nos proponen. Los enfrentamientos del Eln con la Segunda Marquetalia y de éstos con las disidencias de las Farc de Iván Mordisco en Venezuela y Colombia, demuestran hasta la saciedad que Maduro es impotente y a la vez cómplice y rehén de sus incomodos visitantes. Él, Cuba y la ONU podrían condenarnos a nunca ser potencia para la vida.

miércoles, 5 de octubre de 2022

Quiénes son los opositores de la paz en Colombia

Por Bernardo Socha Acosta
Si el derecho de vivir en sana convivencia, entre los seres humanos, se convierte también en un deber, nadie entiende por qué algunos llamados dirigentes políticos que viven del estado, se empeñan en seguir haciendo la guerra en Colombia.

Ahora que, de nuevo, hay deseos de un gobierno de buscar de diferentes maneras que algún día este país viva en paz, sin esa zozobra que amedranta a la sociedad por tantos hechos de violencia, algunos que se ufanan de trabajar por Colombia desde las corporaciones públicas como el Congreso de la república, no hallan cómo atravesársele al proyecto que pretende buscar fórmulas que acerquen a esos grupos al margen de la ley, para que trabajemos todos por el bien común. Y es que quienes se han extraviado o escariado y cometen hechos ilícitos en contra de la sociedad, algunos lo han hecho precisamente por la irresponsabilidad diabólica de esos pseudo dirigentes que siempre han propiciado la violencia de diferentes formas, como si eso les generara reítos.

Está bien que esas personas desde los escenarios donde se hacen las leyes, se opongan a cosas que verdaderamente lesionen los intereses de los más débiles, pero, oponerse a la paz de los colombianos, eso no lo hacen sino los cortos de espíritu que no ven más allá de la punta de su nariz. Oponerse a que haya paz en una sociedad es tener espíritu MEZQUINO y no pensar ni mirar con futuro en favor de las próximas generaciones.

O, es que esos dirigentes, erróneamente, creen atraer adeptos con salir a los medios de comunicación y utilizar las Redes sociales para enfrentar a la sociedad con el estado, ¿eso es algo patriótico? Ahí sí, qué ignorancia tan baja. Demuestran que necesitan un tratamiento de exorcismo para que les saquen esos espíritus diabólicos para que no causen más daño social.

Esos referidos dirigentes, es que no se dan cuenta que, propiciar estas maniobras, desde cualquier medio, es generar violencia y traficar con los mismos bienes nacionales. Porque si son congresistas los que hacen esto, ellos están haciendo mal uso de los emolumentos que reciben del estado mensualmente (más de 34 millones de pesos) que son del erario de los colombianos, para que con ellos se le ponga zancadilla al sistema y se fracase en los intentos por el bien de la sociedad.

Y hablando de quienes le ponen palos a la rueda desde los escenarios del estado, también hay que decir que algunos importantes intelectuales que habitualmente expresan públicamente sus brillantes pensamientos en columnas editoriales o similares, hacen lo mismo (ya desde el sector privado) al pretender que con sus comentarios se le haga mal ambiente al proceso de paz. Será que se oponen a las cosas buenas para que los admiren, o será que son miopes a la grave realidad que atraviesa Colombia. O mejor, como muchos de estos intelectuales opositores son pensionados, les parece que todo mundo disfruta de esos emolumentos para sobrevivir y no se acuerdan que muchas familias solo pueden disfrutar de una comida diaria. Hay hambre…

Es hora de que esas personas que expresas su contrasentido, mejor no hagan nada. No perjudiquen al país ya que no tienen un minuto para pensar en el bien general. Que hermoso gesto sería que estas personas se sumaran a una causa común: la convivencia nacional.

Si grandes personajes de la vida internacional se han sumado a esa propuesta de paz para Colombia, por qué demostrar más el hambre por la guerra y no demostrar mejor amor por la convivencia. O, ¿será acaso repito, que esas personas necesitan de un tratamiento de exorcismo?

Si los procesos de paz se han llevado a cabo en muchos países del mundo y algunos con excelentes resultados, ¿por qué en Colombia hay tanta resistencia por parte de algunos llamados dirigentes? Y esto es lo que deben pensar muchos ciudadanos con capacidad de decisión para futuras confrontaciones políticas de elección popular…y, aprobar o desaprobar a esos opositores que no le aportan nada bueno a Colombia, diferente al mal que le causan cuando de hacer leyes sociales se trata.

sábado, 1 de octubre de 2022

El 26 de septiembre vencimos el miedo

Mario González Vargas
El 26 de septiembre asistimos a un hecho sin precedentes en la historia reciente de Colombia. Mes y medio después de la posesión del presidente Petro millones de colombianos desfilaron pacíficamente por la calles y plazas de Colombia, por decisión propia, para significarle al nuevo gobierno los límites que no debe trasgredir en la guarda de la democracia y de sus de instituciones. Es la respuesta ciudadana, esperanzadora ante la veloz sucesión de narrativas, directrices y comportamientos del presidente, sus ministros y altos funcionarios, que señalan sin lugar a dudas los protervos objetivos que todos ellos se han trazado y adelantan presurosos, que permitan su irreversibilidad y constreñida aceptación.

Al desmantelamiento vengativo de las Fuerzas Militares y de Policía se sumaron, no solamente los proyectos de reforma tributaria, rural, pensional, electoral, de salud y política que apuntan a la suplantación de la libertad ciudadana y de la libre empresa por la supremacía del estado, sino también los actos vandálicos y consentidos de múltiples e incesantes invasiones a la propiedad legalmente adquirida, complementados con el perdón social para todos los delincuentes del narcotráfico y de los carteles de la contratación, responsables unos de la violencia que ha hecho trizas toda esperanza de paz, y otros del saqueo de los recursos destinados al mejoramiento de las condiciones de vida de los colombianos. Todo ello, al amparo de la avidez de prebendas de la mayoría de los partidos políticos y de la complicidad del poder judicial y de la mayoría de los medios de comunicación. Todos a una como en Fuenteovejuna.

Sutil, el presidente invitó el día de las marchas al expresidente Uribe a Palacio para permitirse el lujo de adornarse con el ropaje del gobernante tranquilo, sosegado y conciliador, como sugiriendo que actúa como jefe de estado, pero no de gobierno, lo que obliga a sus ministros a la adivinanza de sus propósitos. Imagen de la que se desembarazó él mismo, sin reato alguno prontamente, en declaraciones con las que recobró su ánimo pendenciero y su retórica incendiaria, no sin antes insinuar que la polarización es responsabilidad de su afanado y denodado invitado.

La movilización ciudadana deja en claro que la oposición no se expresará en el Congreso, amaestrado por los recursos del erario, sino en las calles para ser oída, acompañada y alcanzar su objetivo de procurar reformas esperadas sin imposición de la violencia. El 26 de septiembre la ciudadanía venció el miedo con la que pretendieron silenciarla, y se expresará tantas veces como sea necesario para salvaguardar la democracia y sus libertades. Allí se jugará el porvenir de Colombia y permitirá que sea el pueblo el actor principal de su destino. La oposición debe abandonar su parroquialismo, porque en un mundo globalizado es imperativo cultivar las solidaridades ideológicas y democráticas. Idénticas luchas sacuden a los regímenes democráticos en el mundo. La izquierda lo practica con la internacional socialista, cuyo activismo le ha permitido hacerse a la burocracia de las organizaciones internacionales para tratar de imponer su narrativa y objetivos. Debemos estar unidos en el interior y solidarios en el exterior si queremos evitar la catástrofe que se nos quiere recetar.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Un discurso revelador de un futuro indeseado

Mario González Vargas
El discurso del presidente Petro ante la Asamblea General de las Naciones Unidas revela, no solamente su menguada comprensión de los cambios que vivimos, sino también su desatinada agenda política y la de sus escondidas intenciones. El presidente no alcanza a distinguir y entender los nuevos fenómenos que en este mundo posmoderno vienen suscitando la aparición de paradigmas que irrumpen en la cultura, el trabajo y las herramientas de la productividad. Anclado en la traducción leninista de los postulados de Marx y Engels, no se percata de que los permanentes avances tecnológicos hacen del conocimiento, de la información y de la innovación los elementos de la productividad, del crecimiento económico y de la prosperidad social que emancipan a las sociedades de las ataduras de la lucha de clases que inexplicablemente aún se pregona.

Esas falencias estimulan discursos delirantes que no han sido extraños en ese escenario onusiano, generalmente prodigados por personajes semejantes, como Fidel Castro, Gadafi, Yaser Arafat, Mahmoud Ahmadinejad y Hugo Chávez, entre otros, caracterizados por su naturaleza circense, pero revestidos de ardiente agresividad, y que siempre se tradujeron en aislamientos que, para algunos, determinaron su desaparición y olvido en el escenario internacional. Si el propósito del presidente era el de proveer un nuevo liderazgo a la izquierda continental que sucediera al interrumpido intento de Chávez, lo único que logro mejorar fue la composición literaria.

Fueron muchas y variadas las licencias a la verdad y a los intereses estratégicos de Colombia que el presidente se permitió a lo largo de su discurso. Ni la coca es originaria del Amazonas, ni la deforestación que esta padece es producto del cultivo de la hoja de coca. Atribuir los efectos negativos del cambio climático únicamente al consumismo aparentemente sin límites en las economías caracterizadas por el uso de energías fósiles, supuestamente pródigas en explotaciones indebidas sociales y laborales y culpables de la escasez de los recursos naturales, se convierte en ejercicio engañoso sin señalar los peligros reales de la conversión de la coca en cocaína, las descomunales rentas que de ella se obtienen y, por ende, sus impactos sobre la seguridad hemisférica. Para el presidente el capital es la causa del desastre climático y genera muerte porque la productividad y el consumo enriquecen a unos adictos a las ganancias y al dinero, que según él proliferan en los estados del hemisferio norte. Descomunal diatriba que destapa la imagen de un presidente radical, representante de una izquierda paleolítica que solo encuentra eco en regímenes parias, y que nos puede condenar a un aislacionismo degradante y subalterno contrario a las exigencias de los intereses nacionales.

Esa desafortunada intervención acrecienta las incertidumbres de un inicio errático, de perfiles vengativos y de improvisaciones inesperadas del mandato presidencial, que se amalgaman desordena y caprichosamente bajo la bandera de la paz total, cuyos contenidos difusos parecen obedecer a una impunidad general para los autores de delitos de muy variadas configuraciones, como resultado del mentado acuerdo de la Picota días antes de las elecciones. Un escenario dantesco en el que se puede perder hasta la esperanza.

domingo, 18 de septiembre de 2022

La podredumbre que socava los poderes públicos

Por Bernardo Socha Acosta
Nadie desconoce que Colombia este en medio de un océano de dificultades, por la violencia, el hambre, el ataque de los fenómenos naturales, inseguridad y un sin número de problemas que a cualquiera le trae frustración y desesperanza.

Y es natural que a muchos los agobie y les traiga hasta desconfianza; seriamos ilusos, ingenuos y ciegos pensar que estas cosas no existan, pero esto no nos da derecho a ser tan ingenuos, débiles e ilusos como quienes quieren que en menos de 2 meses un gobierno corte la interminable cadena del infierno que hemos heredado de las pasadas administraciones que nos llevaba hacia el peor destino del mundo.

La podredumbre que ha socavado la estructura de los poderes públicos de la república de Colombia demandará varios años para limpiarla. Y en ese sentido, dice la opinión, que las ramas del poder están contaminadas de lo peorcito del mundo: la corrupción y el desaforado apetito de poder que las han llevado al fondo.

Parece increíble pero es la realidad, que muchos,…pero muchos de quienes se precian de intelectuales declaren y escriban toda clase de sandeces que dejan la impresión de estar defendiendo esa podredumbre, que los pone en la fila de los peores profanos que hayan existido en el planeta.

Esos personajes, o pecan de rústicos y de necios, o tienen atrofiado el sentido común, porque en nombre de la tan cacareada democracia y libertad de expresión, nadie puede incurrir en faltas de ética y menos pretender sembrar el odio, cultivar la mentira, fomentar más violencia y la incertidumbre de la que ya nos tienen azotados.

Esos sabios de marras se suman a unas minorías del congreso de la república que aprovechándose de su equivocada posición y de la desdichada decisión de quienes los eligieron, presumen ser los salvadores y se oponen a cuantas propuestas que, de buena fe hacen las mayorías para buscarle salidas a lo que nos han dejado los politiqueros que manejaban el país.

Algunos, de esas mismas minorías que desde el congreso de la república actúan para destruir las cosas buenas, ahora ya están apuntándole al proyecto de PAZ total propuesto por el gobierno, para meterle zancadilla y buscar cómo frenarlo, porque son sencillamente amigos de la violencia que no quieren un país mejor. Como ellos no fueron capaces de llevar adelante el proceso de paz firmado en la administración del momento, pues ahora tampoco quieren dejarlo salir adelante, porque demuestran el espíritu violento.

Ya han hecho hasta lo imposible por torpedear el proyecto para que los que devengan pensiones MAYORES de 10 millones de pesos pague progresivamente impuestos y aporten algo para los programas sociales. Solo la conciencia de cada uno de ellos sabe, qué otra artimaña se inventen para torpedear proyectos que la sociedad colombiana está reclamando.

Es el momento de decirle a esos personajes, ya sea dentro o fuera del congreso de la república, que hagan algo positivo para la sociedad colombiana; sus electores ya están cansados de llevarlos como sus representantes ante el Congreso de la república y no han hecho lo que los colombianos aspiran. Han hecho todo lo contrario: alimentar la mentira, el odio y la violencia.

Ya es hora de ver el vaso medio lleno y no el vaso medio vacío.

Las dificultades que viven territorios del oriente

El Llano colombiano está en llamas
Por: Ósca Jahir (Artículo de opinión) 
Foto: Colombia.com
Si
hubo algo que los habitantes de los Llanos Orientales demostraron en la elección presidencial, con excepción de los territorios ocupados por los grupos al margen de la ley, es que son una región que sigue creyendo en el trabajo y en la democracia, dos elementos que el gobierno de Gustavo Petro comenzó a desconocer desde el mismo momento de su posesión.

Una cosa es el discurso y otra muy diferente la puesta en práctica del mismo, algo a lo cual ya estamos acostumbrados los colombianos cada vez que un político se nos presenta como el salvador de la Patria y termina ahogándose en un mar de babas por su propia falta de liderazgo ante los ojos de un país decepcionado que comienza a perder la fe en sus gobernantes. La libertad de esta nación se dio gracias los llaneros y a sus mujeres valientes quienes en medio del más aciago momento terminaron salvando la patria ante la presencia de un Bolívar ya derrotado con sus rodillas entre el fango y su honra teñida con la sangre de los muertos que abundaban a su alrededor.

Hoy Petro no se cansa de rendirle honores y entregarle bondades a su séquito más cercano en los salones de la oligarquía santafereña que tanto quería combatir, oligarquía a la cual no solo no le quitó el poder como lo prometió en la ciudad de Villavicencio un día, sino también, le encomendó la tarea de menospreciar el papel que tenía el pueblo llanero de ser el constructor revolucionario de su mandato. Se le hizo agua el discurso y los llaneros se quedaron sin una representación honorable en las instancias de poder al interior de un gobierno que prometía cambiar las estructuras sociales de este país.

De ahí que sigamos viendo en el departamento de Arauca a un ELN asesinando soldados a diestra y siniestra, a una gobernadora corrupta como lo es Indira Luz Barrios Guarnizo entregando a dedo más de 90.000 millones de pesos a una asociación de municipios costeños sin elementos de identidad cultural o económica con la región, tal cual lo denunció la representante a la Cámara Lina María Garrido, y sobre todo, el aumento de muertes violentas en los mismos resguardos indígenas donde se prometió que Colombia sería una potencia mundial de la vida. Circunstancias que se repiten en el departamento del Meta, donde sus 29 municipios viven la zozobra de tener a los mismos grupos delincuenciales amparándose en la farsa de la paz total para fortalecer sus negocios criminales en la región.

Como si no fuera poco, en los Departamentos de Casanare y Vichada la violencia la están experimentando con mayor desespero ante la falta de vías de comunicación que conduce a que las ayudas del gobierno no lleguen y los productos de comercialización no salgan, sin descontar obviamente la corrupción rampante en municipios como Pore, donde al alcalde se le dio por comprar balones de voleibol a 527 mil pesos.

Es por eso que este pueblo debe organizarse alrededor de un nuevo liderazgo político y una Fuerza Popular que luche por sus causas, porque el presidente que ganó sin sus votos ya los tiene en el olvido ¡Cuenten conmigo!

Las herramientas para una dictadura en ciernes

Mario González Vargas
La primera alocución del presidente Petro al país suscita un nuevo escenario de preocupación para los colombianos porque atañe a las reglas que rigen la existencia de movimientos y partidos políticos que son consustanciales al régimen democrático. No son aleccionadores los antecedentes que hemos vivido en las últimas décadas en el tema del derecho a fundar. organizar y desarrollar partidos y movimientos políticos.

El tránsito del Frente Nacional a una democracia participativa no estuvo exento de las naturales dificultades que entrañaba moldearla, cuya tardanza generó insatisfacciones y premuras para la elaboración de una nueva carta de navegación de la democracia colombiana, además desafiada por el asesinato de Luis Carlos Galán que encarnó un amplio consenso ciudadano y político para la modernización del país y de sus instituciones. La asamblea constituyente se propuso desarraigar el bipartidismo de manera tan encarnizada que estimuló legislación para el surgimiento cosmético e inverosímil de más de 75 partidos y movimientos políticos que padecimos por décadas, con la consiguiente pérdida de valor de la democracia

Semejante despropósito convirtió el ejercicio de la política en un mercado de apetencias que constriñó a los gobiernos a su satisfacción en desmedro de las urgencias nacionales y de la satisfacción de las aspiraciones ciudadanas. Las fuerzas políticas se acomodaron a ese ejercicio pecaminoso que potenció la corrupción y alienó la confianza ciudadana en la política y sus actores, cada vez más atentos a sus propios intereses y olvidadizos de sus credos y del interés nacional, y que alcanzó su cúspide hoy con su entrega apresurada a sus contradictores ideológicos.

Las consecuencias no se hicieron esperar. El proyecto de reforma política presentada por el gobierno con los partidos obsequiosos a sus designios, abre de nuevo las compuertas para la multiplicación de movimientos cuya personería solo requeriría acreditar afiliados que representen el 0.2% del censo electoral, acreedores de todos los beneficios económicos destinados con largueza para asegurar su obsecuencia y la dispersión infinita de colectividades huérfanas de representatividad democrática.

No extraña que el presidente Petro se proponga realizar en el país 50 diálogos regionales vinculantes que implicarían la obligatoriedad de sus conclusiones y constituyen un intento disfrazado para convertirnos en un régimen plebiscitario con poderes omnímodos para el regente y sus áulicos. Tendría pavimentada la vía hacia un régimen autocrático, con pretensiones de liderazgo sobre otros similares, desgatados unos por sus comportamientos represivos y criminales, Cuba Venezuela y Nicaragua, y otros por sus deficiencias para emular con la creatividad de nuestro aprendiz de brujo, Méjico, Perú, Argentina, Chile y Honduras. Los diálogos regionales así concebidos, persiguen suplir asambleas constituyentes, resultan atractivas para delincuentes consuetudinarios como el ELN, y le aseguran al régimen continuidad sin fin si llegasen a concretarse. Las elecciones del 2023 son su objetivo inmediato, la paz total su eufemismo y los disensos prohibidos su método.

Los partidos carecen de ganas o de músculo para oponerse y han optado por solicitar el beneficio de la eutanasia. Tomar conciencia del peligro inminente exige nuevos liderazgos que levanten la hipoteca que pretenden establecer sobre nuestro futuro.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Retos y desafíos del proclamado Rey Carlos III…

Por: Laura Ximena Orjuela N.
Bogotá, 13 de septiembre de 2022. El Rey Carlos III, proclamado formalmente en los pasados días como el nuevo monarca británico tras la muerte de su señora madre la Reina Isabel II, llega con grandes incertidumbres de lo que será su mandato, debido a los retos que supone la actualidad económica y geopolítica del Reino Unido, sumado a su edad y su personalidad.

¿Cuáles son los desafíos que tendrá que afrontar?

Por muchos años, las cualidades del nuevo rey se pusieron en duda ante el presente y futuro difícil que vive el Reino Unido. Para millones de ciudadanos, Isabel II era la última gran reina de una monarquía democrática, ahora la esperanza está puesta en Carlos III para lograr la continuidad de la corona en un país que está cada vez más fragmentado. Sin embargo, su personalidad es tal vez uno de los principales interrogantes.

Edwin Clavijo, docente de Ciencias Políticas del Politécnico Grancolombiano afirma que la reina era la piedra angular de la unión de los estados componentes de la Gran Bretaña y Carlos III no tiene la misma imagen, por lo que deberá hacer un esfuerzo mayor. El carisma y la cercanía con su gente no ha sido su principal característica durante su tiempo como príncipe y, aun bajo el luto nacional, Carlos solo ha tenido uno o dos detalles de cercanía con la ciudadanía para recibir las condolencias, aunque manteniendo su estilo de distancia. “No creo que se recupere esa imagen que tenía la reina, que tampoco era la mejor, pero más de 70 años de reinado hace que haya un bagaje muy fuerte de tradición dentro de la imagen de la corona”, dijo el docente.

Tal vez el principal desafío es el actual escenario político y financiero al interior del reino, que sufre una desigualdad económica lacerante, además de la división en la sociedad británica que provocó la fractura del Brexit y el distanciamiento con sus vecinos europeos. La muerte de la reina ha provocado que regresen varios esfuerzos independistas en distintas naciones, como es el caso de Escocia, Irlanda del Norte (que está más cerca de reunificarse con la República de Irlanda) y Barbados y Bermuda. Por el contrario, Nueva Zelanda afirmó que no buscará desconocer al nuevo monarca. La incertidumbre está en otros dos gigantes: Canadá y Australia.

Frente a este panorama, el docente Clavijo considera que va a ser importante que logre tener una sintonía total con la nueva primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, logrando una total alineación con el gobierno para tomar las medidas económicas que se requieran para salir de la crisis y para superar estos déficit económicos que afectan también a Europa y al mundo entero.

El docente también considera que la agenda continuará con los mismos temas de la reina, sin grandes cambios, sin embargo, seguramente pondrá su sello personal con algunos temas de interés que ya defendió como príncipe, asuntos como el cambio climático, la arquitectura urbana o la desigualdad social.

Finalmente, otro gran reto es el tiempo. Carlos llega a su mandato a los 73 años, por lo que muchos piensan que no tiene ni el tiempo ni la longevidad que son necesarios para acercarse a los logros que consiguió su madre como monarca. “Por su edad, no va a ser un reinado largo y lo más probable es que vaya a subir Guillermo, tal vez con una posición diferente, más novedosa, más moderna y con el carisma de su madre. Sin embargo, creo que la llegada de Guillermo será hasta el final de la vida de Carlos, no creo que esto se dé antes”, concluyó el docente.

Prensa: Politécnico grancolombiano

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