domingo, 13 de diciembre de 2020
El informe de la comisión de drogas
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Bernardo Socha Acosta
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3:27 p.m.
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viernes, 11 de diciembre de 2020
Las graves secuelas que dejará el coronavirus
Por: Bernardo Socha Acosta
Son tantas las hipótesis que han surgido en
medio de la pandemia del Coronavirus, que la Organización de las Nacionales
Unidas –ONU- advirtió que si no hay paliativos que remedien los factores, la próxima
pandemia que deberán afrontar principalmente los países de América Latina y buena
parte del mundo, será irremediablemente el hambre.
El aumento de la pobreza en países como
Colombia, generado por las medidas para impedir la expansión del contagio Covid, no podrán arrojar otro resultado
que el hambre y la desnutrición, dice el estudio.
Sobre este análisis, el director ejecutivo del Programa
Mundial de Alimentos –PMA- , David
Beasley, advirtió al Consejo de Seguridad de la ONU que el riesgo de hambruna a gran escala en gran parte del mundo en
desarrollo, es, “de proporciones bíblicas” como consecuencia de la pandemia.
El mismo análisis considera que la pobreza y el
hambre podría desencadenar en más muertes que la misma pandemia del Coronavirus
pero advierte que desde ya se ha desencadenado una peligrosa desnutrición que
propiciará una preocupante baja de las defensas en la población, haciéndola
atractiva a toda clase de enfermedades, para convertir así a buena parte de las
poblaciones en sociedades endémicas.
Y con todo este entramado de las pandemias y el
hambre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura –FAO- considera que sin embargo hay muchos recursos para volver a la
normalidad si se hace buen uso de los campos, y muestra la fórmula expedita para enfrentar
esas amenazas y sostiene que si los gobiernos y la empresa privada, incentivan
el regreso de muchas familias a los campos, el hambre que ya amenaza a muchos
grupos sociales en sendos países, podría conjurarse, porque hoy en día se sabe a ciencia cierta que se
puede erradicar el hambre en los países atendiendo que no es una suposición, ni
un deseo, sino una realidad, para volver a la normalidad.
Y agrega la FAO, que
hoy en día con la ciencia, la tecnología y los avances sociales de muchas de
nuestras sociedades se ha permitido empezar a mirar hacia un mundo mejor. En lo
que se refiere al hambre, hoy, contamos con conocimientos y estrategias que no
hubiésemos imaginado hace unos pocos años. Hoy con la ciencia y la tecnología
se pueden aprovechar mejor los productos suministrados por los campos mediante
su transformación en super-alimentos, enfatiza el estudio.
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Bernardo Socha Acosta
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5:52 p.m.
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domingo, 6 de diciembre de 2020
El escenario en el que nos encontramos
Las últimas declaraciones de
Donald Trump en la Casa Blanca y las primeras del presidente electo Joe Biden
indican, que un mes después de las elecciones, los Estados Unidos se disponen a
reanudar su atención a los retos que suponen los poderes emergentes de China y
de las potencias islámicas, Irán y Turquía. Después de una tensa campaña
electoral y concluido un azaroso escenario postelectoral, las declaraciones del
presidente electo al New York Times notifican a sus rivales las directrices de
la nueva administración, que señalan, en temas sustanciales de política
exterior, continuidad con las ejecutadas por la administración anterior en lo
que atañe a los desafíos que se avizoran para la seguridad y estabilidad
internacionales.
Frente a la creciente
expansión geopolítica del discurso nacionalista e imperial de Xi Jinping, acelerada
por la pandemia, y bajo aparente motivación de solidaridad con otras naciones,
Joe Biden afirmó sin ambages su intención de contener al régimen chino con
consenso bipartidista para ejecutar políticas industriales masivas, e inversiones
en investigaciones que permitan competir mejor, así como poner bajo cintura
robos de propiedad industrial, dumping de productos, subsidios ilegales a
corporaciones, tan usuales en los comportamientos del gigante asiático. Buscará,
igualmente, fortalecer las alianzas regionales para responder con coherencia al
ánimo expansionista de la mayor potencia autocrática, que no lleva en su ADN la
más mínima huella de valores y principios democráticos, pero que procura
exportar su sistema a otros confines, como ya lo hizo brutalmente en Hong Kong
y pretende replicarlo en Taiwan y otras naciones del sureste asiático y del Mar
de China, con la consiguiente amenaza para Japón, Corea del Sur, Australia y
Nueva Zelanda.
En el Medio Oriente, las
actividades terroristas de Irán en el Líbano, Siria, Yemen e Irak, en criterio
de Biden, hacen necesario un control estricto al plan nuclear de los ayatolás e
implican una reforma al acuerdo con Irán, dotado de mecanismos de supervisión
ineficientes, para evitar que el arma nuclear en manos de Irán implique la
mayor amenaza a la estabilidad, seguridad y, eventualmte, a la supervivencia de
los pueblos de la región. Por otra parte, Turquía, la otra potencia militar
islámica, miembro de la OTAN, actúa como rueda suelta en un escenario que se
extiende desde el Mediterráneo Oriental hasta los Urales, sembrando discordias
e incitando conflictos.
Ningún gobierno de América
Latina puede ignorar que nuestra región es hoy propicia a vivir las situaciones
y amenazas que sacuden a las otras regiones del orbe. La China de Xi Jinping
suscita expectativas y solidaridades en gobiernos seducidos por sus
contribuciones económicas, en obras y préstamos, para sociedades sacudidas por
los efectos del Covid-19, distraídos como están de su presencia y de la de Irán
y Turquía en Venezuela, que se suman a la de Hezbola, y se acompaña del
padrinazgo cubano y de la favorabilidad que les dispensan los partidos afines a
los grupos de Sao Paolo y de Puebla.
Ojalá nuestros gobernantes
comprendan la dimensión de los retos que nos esperan.
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Bernardo Socha Acosta
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12:10 p.m.
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domingo, 29 de noviembre de 2020
¿Se acerca en Colombia una nueva etapa de confinamiento?
Por Bernardo Socha Acosta
El
adagio dice que por unos pagan todos, o que pagan justos por pecadores. Y así
es lo que va a pasar en Colombia si no hay algo que lo remedie. Pero lo cierto
es que la ola de contagios de covid está creciendo en todo el país, y de no ser
así no se hubiera ya presentado en la semana y mes que finalizamos, más de 10
mil casos de contagio en solo 24 horas, cuando estos ya habían bajado hasta 4
mil solamente en ese lapso.
Con
estos indicios, los colombianos estamos viendo que muchas personas son inconscientes
de la realidad de la pandemia y creen que como el gobierno levantó muchas restricciones
para reactivar la economía, es que ya no hay riesgos y eso es lo que nos demuestran
algunos sectores sociales más vulnerables. Para corroborarlo, organizamos un equipo
de trabajo para recorrer disimuladamente varios sectores populares de Girón, Floridablanca
y Bucaramanga, donde preguntamos a decenas de personas, por qué no usaban
tapabocas… y la respuesta no se hizo esperar… porque esa ya cuánto hace que pasó… Y esto qué
demuestra: la ignorancia seguramente es la que nos va a llevar de nuevo al confinamiento obligatorio, de lo
contrario el país va a tener de nuevo Unidades de Atención Inmediata, atestadas
de pacientes que, unos se salvarán y la mayoría –como ocurre en una pandemia- morirán
indefectiblemente.
Se
cree que la falta de unas medidas que conlleven fuertes o drásticas sanciones
contra los irracionales que no respetan la vida y juegan con la de los demás, son
factores que el gobierno debe afrontar con rigurosidad.
En
algunas ciudades, más que otras, como en Cali, Barranquilla y Bogotá, donde las
autoridades han tenido que intervenir numerosas fiestas, entre ellas algunas de
grados y hasta conciertos clandestinos,
están demostrando que no respetan las disposiciones vigentes y que son
necesarias otras de mayor fuerza, así haya que pedir la intervención militar, porque en algunas partes los
irresponsables se atreven hasta a desarmar a la policía y a darles a los
agentes con las mismas armas de dotación y con las que los irracionales portan,
para luego ir a decirles a los ingenuos funcionarios,
que ellos fueron víctimas de agresiones por parte de la autoridad.
En
ese orden y con estos antecedentes, los colombianos no nos podemos quejar si el
gobierno debe someternos a otra etapa de confinamiento obligatorio. Porque, o
es lo uno, o es lo otro. Quiero decir, o le cerramos el paso a la pandemia con
medidas obligatorias, o de lo contrario habrá centenares de muertos por esa contaminación
del virus, para que, en fin, se cumplan los propósitos para los que nació el
mortal Coronavirus.
El
regreso a los confinamientos ya les ha tocado a países europeos, en Japón y en
San Francisco en estados Unidos, donde la pandemia nuevamente comenzó a causar graves
y verdaderos conflictos en la salud.
bersoa@hotmail.com
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Bernardo Socha Acosta
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4:04 p.m.
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sábado, 28 de noviembre de 2020
Cuatro años perdidos
Mario González Vargas
Cuatro años después de la
firma del Acuerdo de Paz el país se interroga sobre la negociación, sus
resultados y sus consecuencias en la vida nacional. La integración del equipo
negociador y la benevolencia dispensada a la fuerza insurgente desde el inicio
de los contactos mostró una predisposición inocultable a la concesión. No de
otra manera puede interpretarse la renuncia del gobierno al principio de que la
situación militar en el terreno determina la relación de fuerzas en la
negociación, lo que se tradujo en la suspensión de la presión militar sobre la
agresiva contraparte. No extrañó entonces, que la delegación del gobierno se
fuera ajustando con actores políticos afines ideológicamente al asesor de la insurgencia,
hoy secretario general del partido comunista español.
El acuerdo respondió a los
propósitos, finalidades e intereses de las FARC-EP, y fue presentado y
divulgado por los medios y la mayoría de los sectores políticos como “el mejor
posible” y garante de una paz duradera. La prepotencia y vanidad desbordadas indujeron
al expresidente Santos a convocar un plebiscito ciudadano, que tuvo la sensatez
de rechazar el adefesio, a lo que el mandatario respondió violentando la
voluntad popular, con la complicidad del Congreso y la anuencia de la Corte
Constitucional. Condenaron al acuerdo a la ilegitimidad de la que hasta hoy no
ha logrado redimirse.
Ninguno de sus objetivos se ha
cumplido. La paz prometida se vio desmentida por una violencia que recrudeció
con el acuerdo y se ha convertido en nuevo conflicto con el ELN, Clan del
Golfo, Disidencias farianas, Nueva Marquetalia y toda la gama de actores del
narcotráfico, auxiliados desde Venezuela. La polarización se impuso a la
mentida reconciliación y afecta a todos los estamentos de la sociedad. La
verdad y la justicia, en manos de una jurisdicción y una comisión integradas
con inocultable sesgo ideológico, no han producido ni sentencias, ni verdades,
a pesar de sus costosos presupuestos y abultadas nóminas. Solamente actuaciones
que las demeritan y deslegitiman. La reparación es un mito puesto que las Farc
solo han entregado el 0.7% de sus bienes registrados. Lo único verificable es
el incumplimiento del partido Farc, el que, además de sus bienes, no ha
entregado verdad, ni las rutas del narcotráfico, ni la identidad de los
integrantes de los Carteles que fueron sus socios, y al parecer esconde hechos
no aclarados, como los de sus cuentas bancarias en Turquía o los sugeridos en
la carta de alias “Romaña”.
Colombia padece las
consecuencias de una paz fallida. El narcotráfico, acrecentado por los
incentivos perversos que se prodigaron durante la negociación de la Habana,
sigue siendo la principal amenaza a la vida de los colombianos y a la seguridad
nacional. No deja de ser paradójico que los incondicionales del acuerdo de paz
sean los furiosos adversarios de combatir y erradicar el cultivo de la coca, y
que sea la justicia, demeritada en su misión, la que los cobije. Buscar
consensos para superar el problema debe ser el resultado de las próximas
elecciones.
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Bernardo Socha Acosta
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5:20 p.m.
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domingo, 22 de noviembre de 2020
En búsqueda del centro
Mario González Vargas
La pandemia y sus devastadores
efectos en todos los órdenes de la vida nacional entraña cambios sustanciales
en el escenario, posicionamiento y determinaciones de las fuerzas políticas.
Anticipadamente, empiezan a insinuarse tanto en lo ideológico como en lo
táctico, como se desprende del fomento de la polarización por Petro, o de la
ansiosa búsqueda del centro por otros, sin lograr aún descifrar sus coordenadas
ni sus contenidos. Vivimos tiempos de incertidumbres, que exigen nuevos
liderazgos, creatividad e ingentes esfuerzos para habilitar el fortalecimiento
institucional del régimen democrático, sometido a las incógnitas que acompañan
el desenlace de la crisis que vivimos.
El progresismo de hoy es el nuevo
ropaje de un marxismo actualizado con el que se invisibiliza la añeja dictadura
del proletariado con unas supuestas causas sociales de aparente naturaleza
igualitaria, todas signadas de ideología, pero que le permite trocar su
vocación violenta por imágenes de academismo, tolerancia y pluralismo con las que
adornan el pensamiento político correcto, nuevo ariete en la conquista de
opinión y de poder. Convierten la ecología en ecologismo, la feminidad en
ideología de género, los derechos fundamentales de la persona en militancia sistémica
de contrapoder, el laicismo en ateísmo, todos ellos instrumentos para el
tránsito de una cultura de libertades y libre empresa a otra de estatismo
ilustrado, adoctrinamiento cultural y libertades restringidas. Es esa una
postura que necesita y estimula la polarización porque su afán principal es la
sustitución de valores de la sociedad que se pretende derrumbar por los parámetros
ocultos y militantes de la que se procura imponer.
El Centro (así con mayúscula)
tiene hoy mucho de inasible e indefinido. No debe entenderse simplemente como
equidistante de los extremos polarizantes, ni como compromiso etéreo ante
amenazas provenientes de diestra y siniestra, porque tendría más de utopía que
de realidad. La historia enseña que las situaciones extremas como las que
enfrentamos por la pandemia y ante el cambio de época que se avizora, exigen la
adopción y concreción de visiones, pensamientos y metas que, por sus contenidos,
convoquen el esfuerzo colectivo y cuenten para su conducción con liderazgos
firmes e inspiradores. Nada de ello se alcanza sin una construcción y
definición de los objetivos y de las ideas que permitan el acompañamiento de
las mayorías para realizarlos, que no pueden surgir sino de la comprensión de
lo que somos, de lo que ansiamos y de la capacidad de unirnos para lograrlo.
Democracia sin esguinces, libertades políticas, sociales, religiosas, de
pensamiento y opinión, de emprendimiento y a la propiedad, en el marco de la
solidaridad social que promueva la equidad, son principios y valores que aún no
hemos perfeccionado y que son consustanciales a un Estado democrático que no
hemos terminado de construir. Esos serían los valores de una causa política que
podríamos denominar el Centro en nuestro sistema y que está al alcance de
nuestras posibilidades. Restaría por saber quiénes apuestan a su realización. El
conservatismo, como superación de su pasado reciente, este sábado debería ser
el primero en tomar partido.
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Bernardo Socha Acosta
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3:56 p.m.
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domingo, 8 de noviembre de 2020
Un debate pospuesto pero ineludible
Mario González Vargas
Una reforma de esa envergadura para tener éxito necesita, además de una
coyuntura favorable, unos acuerdos políticos previos que cuenten por lo menos
con el interés del gobierno, para que su articulado refleje los consensos que
convoquen las mayorías requeridas. Resulta evidente que esos presupuestos no se
dieron y que se prefirió intentar su aprobación a las volandas, en un ambiente
sembrado de incertidumbres que escapó a la atención de sus noveles y acuciosos
promotores. Los estragos económicos, sociales y de salubridad ocasionados por
la pandemia, acaparan la atención y preocupación del gobierno, de los sectores
políticos empresariales y laborales y de los ciudadanos, que exigen comprometer
todos los esfuerzos en la reactivación de la economía y del empleo, antes que
distraer su labor en reformas que, por necesarias, serán más urgentes y
encontrarán mayor interés y respaldo cuando se conquiste una nueva normalidad.
Todo ello se reflejó en la soledad que acompañó, no solamente al ponente de la
iniciativa, sino también a los jóvenes y entusiastas acompañantes, que se
vieron huerfanos de apoyo de sus partidos y del respaldo de los ministros
concernidos, atareados en contener la vorágine de amenazas que se ciernen sobre
los colombianos por obra de una pandemia imprevisible y hasta hoy incontenible.
Además, los temas de la reforma no eran de poca monta. La sustitución del
voto preferente por listas cerradas y paritarias organizadas a modo de
“cremallera”, que demanda la democratización interna de los partidos y sus
mecanismos; la corresponsabilidad de los partidos por los avales; y el aumento
de curules para representación en el Senado de departamentos que carecen de
ella hoy, entre otros temas, son contenidos controvertidos que careen de
acuerdos y que apuntan a ser mejor debatidos en los tiempos que nos esperan una
vez superada la pandemia. El regreso a las listas cerradas acompañado de
mecanismos de democratización, aunque aconsejable, es resistido por no pocos
congresistas; el aumento de curules no tiene apoyo ciudadano; y las listas
cremalleras y con paridad de género no se hallan en ningún ordenamiento constitucional
de régimen democrático y podría implicar insólito quebrantamiento al derecho a
elegir y ser elegido, al que son ajenos limitaciones por razón de género, o
condición humana, y releva más del supuesto “pensamiento político correcto” con
el que el “progresismo” intenta suplantar el sistema democrático de occidente.
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Bernardo Socha Acosta
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4:59 p.m.
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domingo, 1 de noviembre de 2020
Lo que se juega el 3 de noviembre
Sorprende la mirada al pasado de
los comentaristas sobre la elección presidencial en los Estados Unidos, cuando
es hoy evidente que los equilibrios de poder se están modificando para dar paso
a un nuevo orden mundial. Centrar el debate en el manejo de la Covid-19,
enigmática para todos los gobiernos del orbe, o sobre la creencia de que
supuestas simpatías por uno u otro de los candidatos puede afectar relaciones
bilaterales, es ignorar que la proclamada armonía para un mundo de posguerra
fría constituyó una utopía condenada a muerte prematura.
Los conflictos actuales
dibujan un escenario que muestra que las distinciones entre las civilizaciones son
ante todo culturales. El nuevo orden mundial estaría determinado por el ascenso
del sentimiento imperial de China, del resurgimiento del poder islámico y del
cuestionamiento de los valores de Occidente en el seno de los Estados Unidos y
de otras naciones occidentales. Basta repasar el proceso de disolución de la
antigua Yugoslavia, o el conflicto al interior de la Unión Europea por la
inmigración islámica, o el activismo intimidante de Irán y Turquía en el
oriente medio y el mediterráneo oriental, u observar la pretensión hegemónica
de China sobre el sudeste asiático y el denominado Mar de China, y con prestar
atención a los cuestionamientos de la izquierda estadunidense a su propio
régimen, para entender la naturaleza de los conflictos y sus efectos sobre la
conformación de un nuevo orden mundial.
Las civilizaciones suelen
perecer por sus propias contradicciones. En las elecciones de los Estados
Unidos lo que se juega es la vigencia de la civilización occidental sometida al
implacable ataque de la izquierda radical del partido demócrata. Las grandes
religiones han sido siempre los fundamentos de las grandes civilizaciones.
Mientras el islamismo renace, se consolida la religión ortodoxa y China impone
su credo marxista-leninista a manera de religión, en Occidente se intenta
convertir el laicismo en ateísmo, se destruyen iglesias y templos y se
vandalizan los símbolos del cristianismo. Ninguna otra civilización distinta a
Occidente ha construido una ideología política relevante como la democracia y
su tradición de derechos y libertades individuales, traducidos en la
representación política, la propiedad privada y la libre empresa como
herramientas del desarrollo social y económico.
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Bernardo Socha Acosta
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4:15 p.m.
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viernes, 30 de octubre de 2020
¿Hay amenaza de nuevo confinamiento en Santander?
Por: Bernardo Socha Acosta.
A una posible nueva declaratorio de cuarentena obligatoria, podría verse
abocado el departamento de Santander, si es que no cambian las cifras, tras la
velocidad que ha retomado el contagio de coronavirus en los últimos días.
A partir de, comienzos de este mes de octubre que estamos terminando, en
el departamento el contagio solo se encontraba en 40 municipios y hoy 30 de
octubre el virus ya llegó nuevamente a 50 municipios de Santander.
Si acudimos a las estadísticas, cuando en Santander había, 19.674 casos de la enfermedad, de los cuales 10.210 personas
se hallaban recuperadas, la pandemia se encontraba en 40 municipios y, hoy, casi
dos meses después, nuevamente el contagio se extendió a 50 municipios. Hace un
mes la cifra de contagios era de 31.278,
de los cuales 4.335 estaban activos. Hoy finalizando octubre, aun cuando el
aumento de casos activos es lento con 4.377, la
velocidad ha venido creciendo
aceleradamente en la última semana, si tenemos en cuenta que hace 7 días
el número de casos activos era de 3.893. Es decir en la última semana los contagios activos han subido, de 3.893, a
4.377, (484) más.
Pero esas cifras, aparentemente parecen insignificante a juicio del
común, pero si examinamos que el crecimiento del contagio de los últimos
días ha duplicado el número de pacientes recuperados, eso despierta la
preocupación. En los últimos 7 días el crecimiento de contagios ha sido el
doble del número de pacientes recuperados, indicativos que están demostrando
que si no hay una variable que duplique el número de recuperados, o que se
presenten cada 24 horas menos
contagiados, las autoridades tendrán que contra todas las prevenciones,
volver a decretar medidas fuertes, porque está visto que hay personas que,
demuestran la necesidad de tenerles un vigilante, para que cumplan con sus
obligaciones, y en este caso, que cumplan con los protocolos de bioseguridad
establecidos para prevenir la diseminación masiva del contagio. Esas personas –da pena decirlo- pero no
merecen vivir en sociedad, porque soslayan cualquier norma de convivencia de
salud.
A través de los medios de comunicación ya
nos hemos informado que en otros países, entre ellos de Europa, las
autoridades se vieron obligadas a decretar los confinamientos, para evitar
contagios masivos, debido a los rebrotes que se han presentado y todo porque
las personas atenidas que se reabrieron las fuentes de trabajo, no usaron las más mínimos medidas de
protección y como el virus no ha muerto, rápidamente se extiende a otras
personas.
En ese sentido, de nada sirve que las autoridades repitan y repitan que
es necesario usar las normas de bioseguridad, si muchas personas desafiando su
propia salud, la de la familia y la de los demás, en medio de su ignorancia y
terquedad, van por donde quiera sin tapabocas, no guardando las distancias y
creo que ni se lavan las manos. Para esas personas tercas, es necesario aplicarles
con toda la fuerza de las normas, sanciones para que al fin aprenden.
Si bien las cifras en Colombia, de 1’053.122 contagios confirmados a la
fecha, se han recuperado 950 mil 348
pacientes, no quedan sino 69.423 casos activos, y todos los días las cifras de
casos activos bajan, en nuestro
departamento de Santander en cambio, está ocurriendo lo contrario, las cifras
de contagios activos aumentan, como aumentan en promedio 400 contagios cada 24
horas y no es lo mismo con las recuperaciones de pacientes.
Ese precedente es el que tendrán que evaluar las autoridades, si sigue la
velocidad de los contagios, por encima de las recuperaciones.
bersoahoy@outlook.com
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Bernardo Socha Acosta
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4:58 p.m.
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domingo, 25 de octubre de 2020
Un escenario político globalizado
La globalización y la presencia invasiva de las redes sociales han
modificado sustancialmente los escenarios de la política, las estrategias de los
sectores en contienda y las técnicas de comunicación con las masas. Las
características del debate político han cambiado y con ellas se han entronizado
nuevos lenguajes y temas que han ganado audiencia en atemorizadas ciudadanías
desbordadas por amenazas que parecen superar sus energías para controlarlas. La
izquierda ha sido especialmente ágil en comprender las exigencias de este nuevo
escenario y, ante la parsimonia de sus contendores, con el ejercicio de un
activismo maniqueo, ha logrado manipular tópicos que hoy inquietan por igual a
la mayoría de los ciudadanos de la Tierra y, crear así, para cada uno de ellos,
el espejismo de que el sistema capitalista-propiedad privada y libre empresa-es
el único responsable de los males que nos aquejan. Con ese procedimiento de
mago circense, no solo intentan relegar al olvido su dogma estatizante y la
naturaleza totalitaria de su credo ideológico, sino que les permite incursionar
en predios vedados en tiempos de la dictadura del proletariado. Pero no lo
hacen sembrando esperanza, sino despertando miedos y sentimientos colectivos de
culpabilidad que, según ellos, solo pueden conjurarse por expiación de los
pueblos.
Y lo han hecho, además, al amparo del mas inusitado
desinterés de los sectores afectos a la institucionalidad democrática, que
parecen no haber reparado en el proceso que se surte ante sus ojos. Semejan más
unos desinteresados espectadores que colectividades responsables de su misión
de comprender los retos y aportar soluciones a los problemas que se suscitan en
toda sociedad. En todos los temas, el activismo de izquierda persigue convencer
que no es político, aunque su oculta finalidad sea el derrumbe del régimen que
se impuso a la dictadura del proletariado. En los tiempos que corren, el mundo
se halla conectado en tiempo real, lo que ha favorecido al socialismo,
organizado internacionalmente aún antes de la revolución bolchevique, mientras
que los partidos de centro y de derecha tienen dificultades para abandonar sus
cascarones nacionales y locales, insuficientes ante las realidades de la
globalización. Todo ello ha permitido la apropiación por la izquierda de temas
que le habían sido incompatibles, y que hoy intenta hacerlos suyos, Derechos Humanos,
Democracia y Ambientales, cuyos caracteres de protección y conservación son
inherentes al régimen democrático de propiedad privada y libre empresa. El
socialismo pretende cultivar el resentimiento o, cuando menos, la indiferencia
por el sistema de libertades para culminar su tarea. Estimula el odio entre sectores
de las sociedades y polariza la política para que nadie quepa entre los
extremos. Por ello, propicia el olvido de la memoria histórica de los pueblos y
se esfuerza por demeritar sus tradiciones para debilitar sus identidades e
incitar a la violencia para tramitar diferencias debidamente alimentadas.
Ese también es el escenario en Colombia. El
gobierno debe entenderlo y la ciudadanía comprenderlo. Se requiere autoridad en
la legalidad, porque de ellas dependen las libertades, la paz y nuestro futuro.
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Bernardo Socha Acosta
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jueves, 22 de octubre de 2020
Qué ejemplo de sabiduría le dejó a Colombia la Minga indígena
Por: Bernardo Socha Acosta
Los integrantes de la Minga
indígena del Cauca que acabaron de realizar una marcha hasta Bogotá pidiéndole
al gobierno atención a sus necesidades, les dieron una gran lección a los
colombianos.
El comportamiento, el orden,
la solidaridad, la higiene, el respeto, la limpieza y, no se qué otro adjetivo
sumarles, nos dejó perplejos y con satisfacción de colombianos, ante el mundo.
La Minga indígena le enseñó a
niños, bachilleres, universitarios, trabajadores y empleados, cómo se realiza
una manifestación de rechazo contra un sistema y cómo con el ejemplo y acciones cívicas se
piden las cosas. Fue una demostración de
la mayor cultura, que hoy quizás el presidente de la república está avergonzado
de no haber dialogado con ellos en la plaza de Bolívar de Bogotá, hasta donde ellos llegaron con esa
ilusión e interés de ser atendidos. Pero regresaron desilusionados, porque fueron
de nuevo ignorados por el jefe del
estado.
Hacía largos años que no se
realizaba una nutrida marcha y manifestación pública con el orden, donde los vándalos
devastadores de la tranquilidad social no tuvieron cabida, porque donde se
hubieran infiltrado para cometer desafueros, habrían sido cogidos y castigados conforme el régimen de esas comunidades… que
al parecer nos llevan millones de kilómetros en civismo y respeto por los
demás.
![]() |
Foto: Tomada de TicoVisión |
Pero, en resumen, la Minga
indígena le dejó muchas enseñanzas a los colombianos, especialmente al gobierno
y a quienes a menudo organizan marchas, para que no sigamos siendo cómplices de
la maldad, el crimen, el vandalismo y el hurto.
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Bernardo Socha Acosta
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sábado, 17 de octubre de 2020
Ojo con la TRAMPA del Referendo; se arrepentirá por siempre
Por: Bernardo Socha Acosta
Colombia no está muy lejos de
convertirse en la Venezuela de hoy y quizás peor, gracias a la maldita
politiquería que quiere imponer un régimen que tienda al totalitarismo,
acabando con las Cortes judiciales, que son hoy en nuestro país la única garantía
que nos alumbra, porque si hablamos de los entes
de control, hoy están en manos del régimen ejecutivo y por lo tanto no hay
ninguna garantía para frenar uno de los cánceres que está acabando con la
riqueza nacional como es la corrupción.
Y si la propuesta hecha con
arrogancia por un expresidente de la república, de acabar con las Cortes de
justicia luego de someter a consideración del pueblo un Referendo, al parecer
como retaliación porque vienen cumpliendo con sus controles y procesos que
afectan seguramente el orgullo de los poderosos, se proponen a recoger firmas
para lograr dar el golpe a las instituciones que forman el conjunto del poder público
constitucional.
Si ese propósito lo logran quienes lideran el MACABRO intento, la
rama ejecutiva va a hacer y deshacer, sin que haya ente que lo controle, o que
imponga orden al estado y el único afectado será el pueblo, al que solo UTILIZAN los políticos en tiempos
electorales y cuando hay que buscar más plata para, a través de impuestos seguir alimentando, por un
lado la FRONDA burocrática (empleos) y
por otra para alimentar a los corruptos que se apoderan del dinero que pagan
los ciudadanos como tributos.
Si el pueblo colombiano al que
van a requerir para que firme, para dar vía libre al Referendo, cae en la TRAMPA, tiene sus días contados para
que nuestras juventudes lamentable y tristemente las veamos desfilando por las
carreteras nacionales y extranjeras buscando un país que les permita llegar y
tener un aliciente para vivir.
Es triste y azaroso decirlo,
pero quienes tengan buena memoria, así
comenzó la historia que tiene hoy sumido en la peor desgracia al país vecino, y no es para sembrar
miedo, sino para advertirlos, porque, lastimosamente para allá vamos los colombianos queramos o no,
si caemos en las mentiras y las fantásticas maravilla que nos pintan, de un país mágico,
y corremos en manada a firmar y respaldar eso REFERENDO malintencionado y
perverso. Si eso hacemos, nos vamos a arrepentir
y a estar muy mal, pero, pobres de nuestros hijos y nietos.
Con esos espejismos que nos
propone ese expresidente, tendremos asegurado un régimen de Totalitarismo donde
la libertad estará seriamente restringida y el Estado ejercerá todo el poder desde
la rama ejecutiva. Es decir, será el presidente (o quien haga las veces a la
sombra) el que determine todo el manejo del país, como ya se pretende hacer, y
se protesta cuando se ejerce justicia en contra de los poderosos.
Si esa franja de colombianos que
se encuentra alucinado por esas apócrifas propuestas (el Referendo) y no quiere
ser la responsable de la suerte ignominiosa del país, pues que no lo haga
porque seguro está firmando su
propia SENTENCIA y se arrepentirá para esta y la otra vida.
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Bernardo Socha Acosta
en
4:59 p.m.
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