lunes, 20 de enero de 2014

Sentimiento y solidaridad

                          Por: Pedro Gerardo Tabares C.
Al registrarse 25 años del malhadado hecho de la Rochela, de trascendencia internacional en la justicia, servidores judiciales hicieron alto en sus labores al iniciar la jornada, para implorar al altísimo la protección de la vida, que en aquel lugar desapareció cuando los operadores de justicia cumplieron su deber, y solamente a través de la intervención internacional se orientaron decisiones aún no cumplidas.
Tal situación lleva a reflexionar sobre el alcance de la actuación supra-Estado en decisiones judiciales, que pueden  agotarse en las administrativas, como la relación a las connotaciones del “alcalde mayor”, que definió la Constitución, frente a ley posterior que se defiende con ahínco en la interpretación sobre lo cual ya hemos pergeñado alguna apreciación con base en las normas.
Ahora conviene solamente hacer énfasis en una realidad ineludible que se relaciona con interpretaciones de juristas que después de cumplir su preparación en el país, han recibido con fines orientados a la cátedra, conocimientos más allá de las fronteras patrias y que cuando emiten concepto desde un punto de vista teórico, pueden orientar, siempre y cuando no olviden las directrices de interpretación, que ni siquiera son fruto de la nueva Constitución, sino consagrada en normas centenarias que por su trascendencia teórica y fuentes, se aplican en las decisiones de la honorable Corte, que guarda el cumplimiento de la carta.
Precisamente, la nueva jurisdicción surgió con la  difícil concreción que ha llevado a la evolución en la aplicación de la acción de tutela que tantos beneficios  ha reportado al ciudadano corriente, hasta el punto que han dado parámetros  para orientarla contra decisiones judiciales y hasta para aplicar la jurisprudencia, que tiene apoyo en el nuevo Código de Procedimiento y de lo Contencioso Administrativo.

De esta orientación  surge que el Sr. Juez de tutela por ser constitucional debe aplicar la normatividad superior, y de ahí  los omnímodos poderes que tiene para examinar vías de hecho y error judicial, con una facultad no comúnmente aplicada como la suspensión provisional que también tiene orientación jurisprudencial amplia, para los casos en que la aplicación de normas de orden jerárquico se desconozcan, sobre lo cual cualquier referencia con desconocimiento de la tipicidad de la conducta es errado, pues en el evento de los contratos  la elección del procedimiento para su adjudicación tiene exclusiones, como hacerla por considerar la necesidad de  atender situaciones específicas que el texto legal erige como urgencia que debe ser atendida. Con ello se puede concluir que cualquier debate con explicación teórica de interpretación no pasa de ser un ejercicio enriquecedor, pero mientras existan interpretaciones con fuerza jurisdiccional, ellas serán las que deban acatarse y en especial las de rango constitucional que se han encargado a todos los Señores jueces de la República.

sábado, 18 de enero de 2014

Con Mauricio Aguilar

                                                       Trafugario 
                                           Por: José Óscar Fajardo  
Cumpliendo con lo prometido en mi anterior columna, un candidato que, de acuerdo a mi periscopio político puede estar reafirmando su curul en el Senado de la República, es el doctor Mauricio Aguilar, hijo del exgobernador coronel Hugo Aguilar, condición misma que se constituye en una de sus grandes ventajas. Estas son las premisas de las cuales parto yo, y por lo que estoy seguro, el doctor Mauricio va a repetir.
Uno. Porque el doctor Mauricio Aguilar es hijo del coronel Hugo Aguilar, como ya dije, y eso le da una ventaja enorme puesto que para muchas gentes de todas las raigambres, “el coronel Hugo Aguilar es uno de los mejores administradores que ha tenido el Departamento de Santander en los últimos tiempos y la gente lo quiere mucho”.
Dos. Porque el doctor Mauricio Aguilar es un joven profesional de la Ingeniería Industrial, profesión que le permite estudiar y comprender con un alto grado de exactitud, los problemas de la industria y la producción del país y de Santander y cualquiera entiende la importancia que tiene esta condición.
Tres. Porque el doctor Mauricio tiene varias especializaciones, entre ellas en Gerencia Pública, de la Universidad de Santander, especialización en Gestión de Empresas, de la Universidad de Valencia en España, y especialización en Alta Gerencia, de la Universidad Industrial de Santander, factores que le otorgan toda la autoridad profesional para plantear propuestas de desarrollo económico sostenible  para el país.   
Cuatro. Porque el doctor Mauricio tiene algo más de una docena de diplomados y seminarios en disciplinas análogas a su profesión, ingeniería industrial, que le dan la posibilidad de conocer muy de cerca los problemas de los trabajadores colombianos.
Cinco. Porque el doctor Mauricio, a pesar de ser un profesional bastantes joven, nació el 10 de Abril de 1976, cumple apenas 38 años, es un hombre maduro de personalidad, fuerte de carácter y noble en su proceder, características que lo convierten en un político de fácil acceso para las personas menos favorecidas social y económicamente, o de los estratos más bajos.
Seis. Porque el doctor Mauricio no hace compromisos falsos con tal de conseguir votos puesto que  sabe de sobra que eso le deteriora horrorosamente su imagen política.
Siete. Porque el doctor Mauricio es un hombre de diálogo ameno y de genio reposado, lo que produce una enorme confianza en las gentes que lo abordan para comentarle sus problemas o para plantearle sus inquietudes.
Ocho. Porque Santander necesita urgentemente de congresistas jóvenes en el parlamento, con capacidad de debate y con excelente preparación profesional con el fin de que este Departamento reciba mejor trato político y administrativo y mejores auxilios del tesoro nacional. Y Mauricio Aguilar es uno de ellos dado que cumple con todos los requisitos, éticos, intelectuales y profesionales para tal efecto.
Nueve. Porque en la provincia de Vélez, a raíz de la problemática por la cual atraviesa la industria del bocadillo, el Senador ha impulsado las siguientes estrategias: Fomento de la cultura de la tecnificación. Implementación de procesos de modernización tecnológica. Aumento de la competitividad de las empresas productivas. Fomento de la exportación del producto y su diversificación. Fortalecimiento de la dimensión ambiental en la producción del bocadillo. Articulación de las entidades que buscan potencializar el sector. Y finalmente, ha impulsado la sistematización en riego de cultivos.
Diez. Porque lo anterior hace imprescindible que el senador Mauricio Aguilar vuelva al Congreso de la República con el fin de que continúe las tareas que tiene pendientes, dado que, si bien es cierto que ha trabajado con verraquera por el progreso de la gente, en la provincia de Vélez falta mucho por hacer. La cadena productiva de la guayaba es hoy una tarea que va por la mitad, y su hermano, Richard Aguilar, es el gobernador.  

lunes, 13 de enero de 2014

Antes de que la embarre

                                                  Trafugario
Por: José Óscar Fajardo                                                    
Como todos ustedes lo saben, estamos en época pre-electoral y, eso le mueve los cimientos socio-culturales a todo el país. Entonces lo que quiero decirles es que es muy importante participar en el proceso electoral, así sea votando en blanco porque al votar, usted adquiere el sagrado derecho a protestar. Por eso mismo les advierto que, antes de que la embarre, escoja bien su candidato a la corporación que sea, pero repito, escójalo bien por las razones que le voy a exponer.
Colombia es cuatro veces Japón en extensión territorial aproximadamente, pero con sólo un tercio de la población que tiene dicho país, uno de los más superpoblados del planeta. Colombia en extensión es mucho más grande que cualquier país de Europa exceptuando a Rusia y a Ucrania, y es como cuatro veces Alemania y España sólo le llega a la mitad.  Igualmente Francia tan sólo es la mitad. Colombia tiene todos los pisos térmicos y costas de más de dos mil kilómetros sobre los dos más grandes océanos. Produce las esmeraldas más bellas del mundo y el café más sabroso del planeta y es la cuarta biodiversidad en  el orbe.  En agua dulce es cuarto en el mundo y tiene el río más caudaloso del globo: el Atrato. Con esos solos datos tenemos para hacernos la siguiente pregunta. ¿Qué tal que tuviera buenos administradores y buenos gobernantes?  Porque a Colombia la tiene matada es la corrupción endémica de un gran sector de la clase política.  No es toda  la clase política, pero sí una abrumadora mayoría de ella. Hay que hacer con ellos lo mismo que se hizo que con los borrachitos al timón.

¿Culpa de quién? De usted no, amigo elector, sino de muchos “miserables de Víctor Hugo” o su equivalente, que el día de las elecciones, por una papa, un trozo de carne y una cerveza, se monta en cualquier yegua vieja llena de tantos resabios que cuando  le ponen la silla para montar, lo único que sabe hacer es pear y tirar pata. Por eso amigo elector, antes de que la embarre, abra bien el ojo porque como dice en una de sus narraciones  el escritor argentino José Ingenieros, “Los pueblos se merecen sus gobiernos”.  Haga un análisis con buen criterio, con usufructo de la lógica racional y alto grado de sensatez, y verá que a Colombia no le va tan mal si usted vota bien. Porque si a Colombia le va mal, tenga la certeza científica que le va también mal a usted. ¿Que no existen políticos buenos y honestos en este país? Sí señor. Políticos buenos sí los hay y Santander no es una excepción. Lo que pasa es que hay que abrir bien el ojo y detectarlos. Yo, por mi oficio periodístico de dos décadas y media, conozco personajes de la política que han hecho mucho por Santander y, por qué no decirlo, por Colombia. Mi cuarta novela tiene como título “El mentiroso más elegante de este país”, pero ni me vayan  a preguntar quién es porque no se los voy a decir.
Es sólo una novela. Lo que sí reitero es que en Colombia y en Santander, hay políticos que son viables y rentables, necesarios y útiles para el desarrollo del país. Cuenta la leyenda que el rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba. También es cierto que en Colombia y en Santander, hay políticos que convierten en bazofia todo lo que lejanamente tocan. Por ahora no doy nombres de quiénes  pueden y deben ser los verdaderos representantes de Santander porque apenas empiezo una serie de columnas de carácter político, y dar nombres por adelantado estaría colapsando la estructura periodística que me he craneado para hacerlo. 

sábado, 11 de enero de 2014

Predicciones de espionaje en la historia

Una era orweliana
     Por: Francisco Torres Montealegre
 Secretario de Relaciones Internacionales de Fecode, Bogotá, enero 8 de 2014
A raíz de las revelaciones hechas por Assange y Snowden sobre como las agencias de inteligencias norteamericanas espían a Raimundo y todo el mundo, amigos y enemigos, militares y empresarios, prominentes dirigentes y ciudadanos de a pie como usted o yo que hacemos una llamada o navegamos incautamente por internet, volvió a recordarse el libro de Orwel, 1984, pero no lo suficiente.
George Orwel publicó en 1949 una novela de ciencia ficción en la cual arriesga una predicción de lo que sucedería 35 años después. Como es natural en toda ciencia ficción –ya que es imposible saber lo que va a suceder ya no décadas en el futuro, sino el día de mañana- el autor toma los elementos de la historia y la ciencia que conoce y los traspone a un escenario que crea en el lector un sentido de extrañeza. Lo curioso es que pretendiendo Orwel criticar al estado soviético y, en cierta medida, al régimen nazi, termina por dar en el clavo de lo que era el desarrollo de las autodenominadas democracias liberales de occidente –en realidad potencias imperialistas como Gran Bretaña y los Estados Unidos- que defiende por lo menos en la versión anterior a la segunda guerra mundial.
Que el Gran Hermano, el supremo dictador, haya sido personificado en el año 2013 por Obama es un macabro chiste de la historia para lo que suponía Orwel. No obstante, el autor de 1984 acertó al definir en líneas gruesas el desarrollo de los métodos de control en la sociedad regida por el capital financiero.
Estamos vigilados constantemente por celular, internet en toda la variedad de sus redes sociales, cámaras de seguridad, satélites, bases de datos de los bancos, listas negras y otros métodos que ni imaginamos; el 90% de la población –obreros, campesinos, productores de las naciones oprimidas- es considerada como no humana y, en consecuencia, tratada como tal; se ha erigido una neolengua –no es sino ponerle un poco de cuidado a la televisión, el cine, los videos y las declaraciones oficiales- que suplanta la realidad empobreciendo el idioma; todos los días se reescribe la historia falsificándola sin recato ante nuestros propios ojos; se afirman dos cosas contrarias al mismo tiempo sosteniendo que ambas son verdaderas, por ejemplo, que el dominio feroz de los monopolios es libre mercado.
Los colombianos no escapamos, ni modo, al mundo orweliano. Y ya que somos malos por naturaleza y ellos, nuestros señores del norte y sus vasallos de aquí, encabezados por Santos hoy y ayer por Uribe, buenos hasta el punto de parecer ángeles, merecemos estar reseñados con huellas de patas y manos; también merecemos ser tratados como raza inferior cuya única virtud es la capacidad de sobrevivir a todo, hasta al salario mínimo; nuestra educación, impuesta desde Washington –vía Ministerio de Educación-, propala una neolengua miserable, una historia más falsa que una moneda de cuero y una teoría subjetivista donde todo es verdad y todo es mentira o si no que lo digan los que tienen que presentar las pruebas Saber, culmen del sofismo elevado a política de estado.

Queda por resolver la suerte futura de los habitantes de este planeta: si esclavizados sin remedio por el gran hermano o luchando por su libertad y por la independencia de sus naciones. La revelación de los sucios procedimientos de Estados Unidos ayuda a que se abra camino la segunda posibilidad. Fuente: Tribunaroja.moir.org.co     polomoir@listas.moir.org.co

miércoles, 8 de enero de 2014

Abuso de poder, se intentó imponer en el Acueducto

Jaime Durán Barrera
Por: Jaime Durán Barrera
Senador de la república
Las empresas de servicios públicos domiciliarios – ESP son entidades de naturaleza pública por la función social que desarrollan, las cuales no deben convertirse en agentes de empresas privadas que buscan el lucro particular.
Se equivocó por tanto el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga – AMB cuando accede a prestar su infraestructura jurídica y logística para unirse a un negocio privado de seguros fúnebres que nada tiene que ver con el propósito fundamental de la entidad, cobrando de manera inconsulta y sin autorización de la ciudadanía, valores económicos por servicios no contratados, ni solicitados.
Vale la pena que las autoridades respectivas y la ciudadanía en general indaguen sobre el procedimiento público que estableció el AMB para seleccionar a las aseguradoras AON y AXA ASISTENCIA COLOMBIA S.A, beneficiadas con  el cobro de la citada póliza funeraria.
Aunque se haya tomado la decisión de reversar el cobro de la póliza fúnebre en la factura del recibo del agua, las autoridades competentes deben intervenir  para que el gerente del AMB  y el senador Honorio Galvis Aguilar asuman las responsabilidades frente  al abuso de poder,  pues no es desconocido para la opinión pública la trayectoria del Senador Galvis Aguilar con el sector asegurador.
El patrimonio de las familias santandereanas no puede ser alterado y perturbado por intereses que nada tienen que ver con el desarrollo social y el beneficio de la sociedad santandereana, y mucho menos buscando beneficiar causas políticas que desvanecen la pulcritud que debe darse en la administración de lo público.

martes, 7 de enero de 2014

Medidas contraproducentes

Tomado de la Fundación Atlas
Los controles de precios
                    Por: Gabriel Boragina
Los controles de precios son una de las consecuencias de la inflación. Se trata de una medida política que los gobiernos adoptan para tratar de "solucionar" un problema que ellos mismos han creado, es decir, la inflación, cuando la solución real pasa por el hecho de que los gobiernos no emitan dinero, ni manipulen la tasa de interés.
Los precios son las señales que guían al mercado:
"Por esto es que resultan contraproducentes los controles de precios. Pongamos un caso dramático. Supongamos que se trata de un laboratorio de productos farmacéuticos que vende un producto que resulta esencial para salvar las vidas de cierta población en la que se ha propagado una plaga. Si el gobierno impone precios máximos (es decir inferiores al precio de mercado), lo primero que ocurrirá es que se expandirá la demanda puesto que un precio inferior permite que un número mayor de personas puedan adquirir el bien. Ahora bien, si sacamos una fotografía del instante en que se controlaron precios, debemos tener presente que no por el mero hecho de que aparece un número adicional de demandantes automáticamente se incrementará la oferta. Por tanto, en ese primer momento, habrá un faltante artificial, es decir, habrá un número insatisfecho de personas que tienen la necesidad más el poder de compra y, sin embargo, el remedio no se encuentra disponible."[1]
Es más, la oferta no se incrementará, sino que, por el contrario, se contraerá, en razón del precio político que representa el precio máximo. La creación de esta demanda verdaderamente artificial, lo único que logra es hacer que el precio de mercado del producto controlado sea cada vez mayor. Es decir, empeora la situación de esos mismos nuevos demandantes. Sigue el Dr. A. Benegas Lynch (h):
"En un segundo paso se observará que, debido al precio máximo, los márgenes operativos resultan más reducidos, lo cual, a su vez, hará que los productores marginales (los menos eficientes, pero eficientes al fin según los precios libres) se retiren de esa actividad. Esto es así debido a que los nuevos precios artificialmente impuestos estarán pasando una señal en la que se lee que esos productores marginales se han convertido en ineptos para seguir en ese renglón. Cuanto mayor la diferencia entre el precio de mercado y el precio político mayor será la cantidad de oferentes que serán persuadidos a retirarse. Esta contracción agudiza el faltante artificial con lo que aumenta la cantidad de frustrados que deberán discriminarse según el criterio de los que llegaron últimos a la cola, los más débiles para pelearse o lo que fuere."[2]
Con ello, se afecta a tanto a productores como a comerciantes del renglón. Como se observa con toda claridad, se produce un doble perjuicio, tanto del lado de la oferta como del lado de la demanda. En suma, todos pierden a raíz del congelamiento de precios.
"Aumenta más aún el problema si nos detenemos a considerar lo que ocurre a continuación: el sistema de señales hace que se alteren las prioridades de la gente ahuyentando productores actuales y potenciales del área en la que requiere atención para combatir la plaga. Supongamos que antes del establecimiento del precio máximo, debido al urgente requerimiento de la droga en cuestión, los márgenes en esa área eran del siete por ciento y que el de las camisas era del cinco por ciento. Ahora que se impuso el precio político en el producto farmacéutico digamos que el margen operativo se redujo al cuatro por ciento. Veamos lo que ocurre. Mirando las señales de precios los operadores serán engañados ya que las prioridades se alteraron artificialmente. Ahora aparecen como prioritarias las camisas y en segundo término los remedios de los que hablamos (o tercero, cuarto, según el nivel en el que la autoridad política establezca el precio o más bien número). En resumen, con esta política se produjo una escasez artificial y se logró ahuyentar inversiones del área con lo que, en definitiva, se habrá matado a más personas."[3]
Por obra de "un economista desconocido llamado Ludwig Erhard [que] fue nombrado director económico de las zonas ocupadas por los norteamericanos y los británicos"[4], el despegue de la Alemania de posguerra se debió a la derogación de los precios controlados :
"La revolución de Erhard se llevó a cabo en dos fases. En un primer momento, el 20 de junio del 48, se creó una nueva moneda, el marco alemán. Al día siguiente, mercancías que habían desaparecido porque la gente no confiaba en la moneda volvieron a aparecer. El segundo paso fue más difícil. Erhard sabía que el efecto de la reforma monetaria sólo perduraría si el marco reflejaba el precio verdadero de los bienes y servicios. Eso significaba abolir el racionamiento y los controles de precios, algo que no había sido aprobado por las autoridades aliadas. Aun así, el 24 de junio Erhard siguió adelante con su plan. Los beneficios fueron inmediatos. El dinero reflejaba su verdadero poder de compra. La gente perdió el miedo a vender mercancías y las colas desaparecieron. Los incentivos empresariales se volvieron una realidad, y así comenzó la extraordinaria prosperidad alemana de la posguerra."[5]
En otras palabras, el camino inverso de la prosperidad económica es precisamente aplicar precios controlados a los bienes y servicios. Ello garantizará en muy poco tiempo una fenomenal crisis, y en poco tiempo más la pobreza y miseria más generalizada que pueda concebirse. Máxime si se tiene en cuenta que esta, sólo en parte es una de las pésimas medidas que toman a diario los gobiernos de nuestros días. Sobre todo en la Latinoamérica populista de los Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia y el comunismo castrochavista venezolano.

Relatos de vida y salud

                                   La saqué barata
                                              Horacio Serpa
En la madrugada del 29 de Diciembre los médicos del Hospital Manuela Beltrán del Socorro me diagnosticaron un proceso de infarto en el corazón. Me aplicaron el tratamiento adecuado y me remitieron a Bucaramanga, donde fui atendido de urgencia por los profesionales de la Fundación Cardiovascular, donde me hicieron un cateterismo y me colocaron un stent en la coronaria izquierda que estaba bloqueada en un 90%. En todos los momentos me prodigaron cuidados especiales tanto en la ciudad comunera, como en la ambulancia que me trasladó y en la clínica de Bucaramanga. 
Estuve de buenas. El diagnóstico fue oportuno, las decisiones se tomaron a tiempo, me realizaron la intervención adecuada, me aplicaron las drogas convenientes y la mano de Dios hizo milagros. Mi aporte fue permanecer lúcido y tranquilo y obedecer las sugerencias e instrucciones de los expertos. Desde el momento en el que me sugirieron ir al Hospital del Socorro, hasta cuando me instalaron en la habitación de Bucaramanga en la que debía guardar reposo, transcurrieron 8 horas. No obstante los buenos pronósticos, tocaba esperar 48 horas para que el eco-cardiograma señalara la dimensión del evento coronario y sus consecuencias. Realizado el examen las conclusiones fueron las mejores: ni secuelas ni limitaciones. 
Por supuesto debo tomar medicamentos, hacer ejercicios, tener cuidado con la alimentación y moderar un poco las actividades laborales. Lo haré al máximo posible porque no voy a desaprovechar esta nueva oportunidad que me brindó la vida. En otras circunstancias, sin Rosita, sin los amigos, sin la generosa ayuda de tantas personas a las que agradezco en el alma, sin tan evidente profesionalismo médico y tantos adelantos científicos, el caso hubiera sido muy grave. Uno de los galenos me dijo: “La sacó barata”. 
Ahora debo ponerle corazón, bastante corazón, a muchas cosas. Empezando por el tema de la salud que está dentro de la órbita de mis responsabilidades políticas y deberé atender como una de mis obligaciones legislativas si soy elegido Senador, el próximo 9 de Marzo.
Soy consciente de que mi caso, en lo relativo a la atención médica y hospitalaria, fue excepcional. No ocurre lo mismo con la mayoría de los colombianos, quienes se quejan y reclaman por las deficiencias y limitaciones del sistema de salud, el cual debe modificarse radicalmente. He venido oponiéndome al proyecto que se tramita en la Cámara de Representantes para que sea el nuevo Congreso el que se ocupe de esta responsabilidad. El pueblo lo exige y lo merece.
La actual campaña al Congreso exige tener amplios espacios para tratar el tema de la salud. Los Partidos políticos deben fijar posiciones claras al respecto y desde esta tribuna solicito al Partido liberal y a los colegas que estamos aspirando al Senado y a la Cámara en nombre de la colectividad roja, que nos pronunciemos al respecto y asumamos el compromiso de participar activamente en la elaboración de la gran reforma que requiere la salud. Ello implica que los actuales Representantes liberales se abstengan de tramitar en Marzo el proyecto al que hice referencia.
Que la salud sea para todas y todos, en las mismas condiciones, debe ser un propósito nacional. Con decisión y compromiso aportaré mi grano de arena.
Bucaramanga, 5 de Enero, 2014

domingo, 5 de enero de 2014

Monda’os pero felices

Trafugario dominical
Por: José Oscar Fajardo 
La noticia decía así: “Por segundo año consecutivo Colombia se ubicó en el 1er puesto como el país más feliz del mundo, según el barómetro global de felicidad y esperanza 2014”. Y posteriormente anunciaba que el 86% de los encuestados decían ser los más felices del mundo y que sólo el 2% aseguraba sentirse infelices. El 11% afirmó que ni de lo uno ni de lo otro sentían algo. El promedio mundial de felicidad es del 60% y a Colombia lo siguen la isla Fiyi, Finlandia, Argentina y Arabia Saudí respectivamente. Es de tener en cuenta que países tan desarrollados como Italia está en el puesto 55; Portugal en el 57; Grecia en el 59 y Francia, entre otras, potencia nuclear y una de las cunas de la cultura, en el 63. Lo que yo quisiera saber es, cómo se define la felicidad siendo un ente tan subjetivo, y además, que variables se aplican para medirla. Porque lo que es Colombia, en ese caso, confieso que a mí me deja perplejo. Yo sé que las estadísticas son aleatorias pero la verdad es que no me explico un país asediado por la guerra desde hace más de cincuenta años que le ha dejado miles y miles de muertos, de viudas, de huérfanos, de expoliados, de delincuentes, de analfabetos y de prostitutas, jura ser el más feliz de la tierra. Según el PNUD, más de diez millones de colombianos de los 44 que hay en el país están en la franja de la física pobreza y varios millones de ellos, por debajo de la línea de miseria con menos de un dólar per cápita por día. ¿Y son felices?
Un país que gasta más en guerra que en educación, donde la investigación científica es casi cercana a cero y donde según las pruebas Pisa para la clasificación de la educación, entre 65 países estudiados estamos en el puesto 63, ¿por qué carajos se muere de la risa? Cómo acontece eso en un país donde su empresa industrial más representativa y que es el motor del desarrollo nacional, Ecopetrol, en el año de 2012 factura 15.4 billones de pesos en utilidades, la ciudad sede, Barrancabermeja, cuenta con las peores aguas consumibles para la gente y los cordones de miseria y prostitución ya son aberrantes, eso sin contar  lo demás. Y lo peor de todo es que ni siquiera hay una carretera decente entre esta ciudad y la capital del Departamento, cuando debiera existir una autopista por lo menos de dos carriles. Eso me sirve para recordarles que Colombia ya hace dos años pasó de la barrera del millón de barriles diarios en la producción de petróleo, lo que lo pone en la lista de los superpetroleros pero para que se lo lleven las multinacionales porque en ninguna parte del país y sobre todo en Barrancabermeja, donde está la mayor refinería de la región, no se ve el resultado de esta riqueza. ¿Entonces de qué es que ríen los colombianos y por qué somos los más felices?

Yo creo es que en Colombia la felicidad la miden desde la óptica de los reinados de belleza, de las ferias y fiestas, desde los altos índices de drogadicción y alcoholismo, desde la violencia callejera e intrafamiliar, desde un sanguinario sistema de salud, desde la mediocridad de la educación, desde la exportación de ladrones y prostitutas, desde las quemas de pólvora populares  y tal vez desde la misma felicidad que produce el no tener preocupaciones por la declaración de renta, por los impuestos de los carros, por el predial, por el PIB o finalmente por la caída del dólar y de las exportaciones.

La contaminación ambiental

El monóxido de carbono produce cáncer; queremos Aire puro, arboles y calidad de vida
Por: Sergio Eduardo Toledo
Abogado - Coordinador veeduría la lupa ONG
Es un hecho científico comprobado de que el monóxido de carbono causa enfermedades respiratorias y cáncer, ya que impiden que los glóbulos rojos  lleven suficiente oxígeno al cuerpo para vivir.
De igual manera las distancias de utilización promedio de uso del vehículo en Estados Unidos es de 100 kilómetros, en Bogotá 40 kilómetros y en Bucaramanga 5 kilómetros.
Pensar que el problema del tráfico en las ciudades se arregla con más vías es como venderle el alma al diablo, no han podido países como Estados Unidos solucionar el problema del tránsito, mucho menos nosotros.
¿La solución?...lo que propuso Antanas mockus en Bogotá; “sacar el vehículo particular de la ecuación del transporte” y en Bucaramanga?…nos proponen lo contrario más vías, más contaminación,  más congestión y acabar con las pocas zonas verdes que tenemos.
Es inconcebible que en la ciudad no existan ciclovias con el excelente clima que tenemos todo el año y el centro de la ciudad debiera ser peatonal y bajar a la gente del carro particular que crea asociales y subirlos a la bicicleta o al metrolinea al cual se le ha invertido un billón de pesos.
Eso de que un predio se valoriza con una vía, era verdad en la época de los cincuenta, sesenta y setenta. Hoy en día nadie compra una casa o apartamento frente a una vía congestionada.
La solución en Bucaramanga es más bicicletas, ciclorutas y peatonalizar el centro.
Señor Alcalde; en vez de seguir con su idea absurda de valorización, el municipio debiera regalar una bicicleta a cada familia que venda su carro, eso nos salvaría la vida de tantos tumores cancerígenos que produce el monóxido de carbono!
Carrera 18 No 36-24, oficina 301, teléfono 6701023, Bucaramanga.

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